29
DE NOVIEMBRE
EN EL 100 ANIVERSARIO
DANILO
Y
LOS HERALDOS
NEGROS
Manuel
Velázquez Rojas
Campana de la Escuela de César Vallejo
Pintura: Juvenal Sánchez Lihón
Danilo Sánchez Lihón ha
nacido en Santiago de Chuco, el poblado andino más hermoso del Perú, con sus
casitas hermanadas por sus techos de tejas rojas, con sus anchos portones y sus
poyos para descansar. Con inmensas moles de piedra y nieve de los Andes que son
los guardianes eternos de la vida de los santiaguinos.
El poeta y escritor Danilo
Sánchez Lihón ha publicado interesantes y fervorosos libros sobre la vida y el
evangelio de César Vallejo. Es el creador y director del colectivo cultural
“Capulí, Vallejo y su Tierra”, cuyos eventos en Lima, Trujillo y Santiago de
Chuco, son verdaderos hitos en la cultura peruana a partir del año 2000.
Y, naturalmente, su educación
primaria, con su hermano Juvenal, transcurrió en el Centro Escolar 271; el
mismo en el que César Vallejo aprendió a leer y escribir, institución educativa
que en los actuales años su denominación es Centro Educativo Peruano 80520, y
sus aulas llevan los nombres de ilustres profesores y poetas egresados.
En la Escuela de César Vallejo
Citaré a dos: el aula del
primer grado lleva el nombre del poeta César Vallejo; y el de cuarto grado el
de Pascual Danilo Sánchez Gamboa. Reitero mi homenaje al padre de Danilo y
Juvenal, por ser un digno y valioso ejemplo de responsabilidad educativa; toda
su vida la dedicó a estudiar y enseñar a los niños durante 41 años.
Danilo hijo lo ha retratado
en su dimensión humana y espiritual en su libro “Alma de maestro”, y le dedica
además con ternura y devoción el libro De vuelta a casa. Entresaco algunos
conceptos pertinentes:
El
libro De vuelta a casa) ...lo dedico a tu empecinamiento para no abandonar tu
pueblo (...), a tu terquedad para no renunciar a la escuela, aduciendo siempre
que tenías niños en transición, en primer o segundo grado, o que ese año tenías
que sacar promoción.
A
tu secreto para hacer callar a cualquier niño que llorara. Y al violín que
tocabas en el corredor, haciendo que todos, atentos en profundidad, dejaran de
parpadear, absortos por las melancólicas melodías.
Santiago de Chuco de tejados rojos
Retomo el tema de hoy:
celebrando los cien años de vida de Los heraldos negros, Danilo Sánchez Lihón
ha escrito unas memorables páginas que relatan episodios autobiográficos y que
ascienden a complejos y hermosos análisis de los poemas de la primigenia obra
poética de César Vallejo.
Danilo Sánchez Lihón relata:
...la Educación Secundaria la estudié en el Colegio
Nacional César Vallejo, en donde mis profesores eran vallejistas de alma,
corazón y vida. Y agrega: Junto a
mis compañeros he recitado hasta desgañitarme por los caminos los poemas de
César Vallejo, principalmente aquellos del libro Los heraldos negros, por
sentir que en ellos encontrábamos lo que a cada instante estábamos viviendo,
(...), y hasta nos parecía que eran entresacados del
fondo de nosotros mismos.
Por todos estos profundos
motivos Danilo ha escrito el libro titulado Los heraldos anuncian que
alguien viene. Un libro de análisis de los poemas que integran este
poemario inicial de César Vallejo.
Danilo dedica muchas páginas
del libro para dilucidar el sentido personal y la proyección histórica del
poema liminar del libro. Un análisis literario, filosófico y vital que descubre
esencias y realidades escondidas.
Quiyayas en Santiago de Chuco
Estimo que son muy precisas y
acertadas sus ideas y las cito:
El
poema Los heraldos negros de César Vallejo contiene un mensaje personal, pero
también resume y sintetiza un mensaje colectivo y, más específicamente, nuestra
historia nacional; y en gran medida de toda la América Latina
Y agrega: Esos golpes son
los caballos de los conquistadores, pero son también aquellos de la guerra con
Chile. (...) Como lo son también de cada asonada, de cada hacendado o patrón
montado en su caballo latigueando
esclavos o súbditos, que son esos mismos golpes que nos manda
el destino.
César Vallejo leyó, por
primera vez, el poema “Los heraldos negros), la noche del 10 de junio de 1917,
en la casa del artista plástico Macedonio de la Torre. Los que conformaban “La
bohemia de Trujillo” y los demás asistentes, por el tema novedoso y doloroso,
callaron unos segundos, y luego aplaudieron.
A partir de esa noche, el
poema ha merecido estudios, análisis y variadas interpretaciones. Unos críticos
subrayan lo vital; otros el asunto histórico; y otros la relación del ser humano
con la divinidad.
Aula Danilo Sánchez Gamboa
en la Escuela de César Vallejo
Y termino con el poema. Para
Danilo:
El “Yo no sé” es misterio absoluto, es el límite
inexorable del hombre de poder ir más allá de su indagación del sentido de la
vida, del sufrimiento y del dolor. (...) nada puede ser más fuerte ni atroz que
esos golpes, porque son como del odio de Dios. (...) Estos heraldos no es que a
veces llegan. No. Ellos ahora mismo están aquí.
Danilo Sánchez Lihón, en su
libro Los heraldos anuncian que alguien viene, reitero: analiza los
poemas de LHN, desbroza y deshecha las equívocas interpretaciones de los
poemas. Para mi sentir, cito en especial los análisis de los poemas: “El poeta
a su amada”, “Verano”, “Septiembre”, y el icónico “Idilio muerto”.
Hay una cronología real de
esta relación amorosa. César Vallejo está de vacaciones en Santiago de Chuco,
en 1915. Dejadme decir con mis palabras:
Poeta, tu viste a las
quiyayas desde niño y comprendiste su recuerdo ancestral. Pero, en la flor de
tu juventud, tu corazón palpitó de forma acelerada cuando una de las quiyayas,
la más hermosa, se acercó a ti, sonrió y colocó su inmaculado pañuelo sobre tu
hombro, indicando así que eras el joven de su preferencia, a ti dedicaba sus
cantos. Dime, César, ¿aquella doncella de pómulos sonrosados y sonrisa feliz,
era Rita?
Con Manuel Velázquez Rojas en Trujillo
El segundo hito temporal de
esta relación sentimental, se puede leer en la carta de César Vallejo a su
hermano Manuel Natividad, fechada en Trujillo, el 2 de mayo de 1915. El poeta
le pide a su hermano:
Dame
razón detallada de aquella vecinita pequeñita, de aquella criatura de color
moreno y de talle delgadito, de quien te conté me obsequió un pañuelo. Cuídala
qué hace, cuál es su conducta y si talvez da oídos a alguien. Y te ruego que
siempre me hables de ella cuando me escribas, pues la recuerdo mucho, y la
sueño todas las noches, y por eso talvez estoy triste, tan triste. (2002:8)
El poema que catapultó a la
fama a César Vallejo fue el titulado “Aldeana”, que se publicó el 1 de enero de
1916, en el diario La Reforma, de Trujillo, y en la revista Balnearios de Lima,
el 2 de enero de 1916. Lo interesante para nuestro tema es que después de una
hermosa descripción de Santiago de Chuco y sus pobladores; el verso final es
personal y dice:
Llora un trágico azul de
idilios muertos. (2009: 18), y termina con un signo de admiración, y el poeta
coloca 14 puntos suspensivos. Para César los puntos aquí es un tiempo que aún
no ha terminado. En la versión que aparece en el poemario LHN, se ha puesto un
solo punto, el punto final. Luego se coloca el poema “Idilio muerto”, escrito
en Lima, en 1918.
Con Manuel Velázquez Rojas en Santiago de Chuco
Escuchemos a Danilo:
Rita es un símbolo. Vale como lo particular, como la
muchacha que fue, con la circunstancia que le tocó vivir, y que se centra en lo
ocasional y biográfico, razón por la cual se ha indagado tanto en saber quién
fue esa mujer. Pero vale más en la dimensión de lo que representa, cuál es: el
mundo andino, que él transluce, refleja y proyecta, y que lo hace sentir como
escritura y poesía.
Es
“Idilio muerto” un poema de la intimidad, como una confesión. Es un poema de su
tierra, de Santiago de Chuco, que él llevó clavada en su alma. Poema de la
dulzura infinita, del encanto y la magia del mundo andino. Donde se plasma y
queda grabado a flor de fuego aquella característica esencial del mundo andino
como es el candor, la maternidad y sobre todo lo piadosos que suelen ser los
habitantes de ese universo, y que se traduce en otro valor fundamental que también César Vallejo lo
supo expresar, cual es: la solidaridad.
Danilo Sánchez Lihón nos
revela con sus valiosos conocimientos de literatura y filosofía, un válido
sentido y proyección de los textos de Los heraldos negros, piedra
fundamental del templo Vallejo.
Fotos 2, 3 y 4
Jaime Sánchez Lihón
Los
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