jueves, 26 de agosto de 2021

26 de agosto. Comentarios a la obra poética de Luis Gutiérrez Morales.


COMENTARIOS
A LA OBRA POÉTICA
DE LUIS GUTIÉRREZ

Danilo Sánchez Lihón




Luis Gutiérrez Morales, poeta y bibliotecario
murió el 26 de diciembre del año 2020, víctima
del COVID 19. Sirvan estas líneas que las escribí
mientras él vivía, como homenaje conmemorando
el día de la fundación de la Biblioteca Nacional
del Perú, que se cumple el 28 de agosto.

 

1.

 

No hace mucho visité y vi el trabajo en su propio escenario de Luis Gutiérrez Morales, bibliotecólogo y especialista en ciencias de la información y director Investigador en el Centro de Documentación y Comunicación del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, IIAP, en Iquitos.

Es desde allí de donde proyecta un conjunto de actividades en diversos proyectos de difusión y promoción cultural, organizando el Festival del Libro y la Lectura Verde, las bibliomalocas itinerantes, el Tetablas Ecoteatro Con-ciencia para el Desarrollo Sostenible, como los Círculos de Estudio e Investigación Universitarios.

Me llenó de entusiasmo la dinámica que viene sosteniendo y comprometí entonces interiormente toda mi adhesión y apoyo incondicional a su labor. Precisamente, por eso estoy ratificando dicha adhesión presentando ahora su poemario “Utopía y otros poemas para no perder el paso”.

Al respecto quisiera sostener en primer lugar que hay una relación de amor entre la bibliotecología y la literatura, que en el caso de Luis Gutiérrez esta fusión se da en el centro del alma dotándole de mayor cabalidad, fuerza y sabiduría.

En el caso suyo junta en su desempeño, quehacer y destino, junta los sueños y las manos, junta la idea y el acto. Junta la ciencia de la información, el trabajo técnico de organización de redes y sistemas de bibliotecas, como también el procesamiento técnico de la clasificación y la catalogación, y ver el mundo de manera encantada.

 

2.

 

Pero además su dedicación a la literatura no solo es escribiendo de manera constante poesía, puesto que cuenta con tres libros de poemas editados, sino también siendo un creador de obras de narrativa y teatro, contexto respecto al cual sostiene que:

“Conocer y comprender la literatura como fuente de humanización y emancipación del hombre postmoderno, es ineludible, en la actual sociedad de la especulación”.

Luis escribe poesía sobre aquellos aspectos que son ejes de la sensibilidad de todos los tiempos. De allí que ejes sustentadores, aquellos que estructuran las páginas de su libro: “Utopía y otros poemas para no perder el paso”, son los siguientes:

Por un lado, un eje es el sentimiento de amor a la mujer amada ausente, que representamos aquí con el poema “Adoro”. Otro es el anhelo de una condición humana más justa, auténtica y coherente con el sentido trascendental de por qué hemos venido y por qué estamos aquí en el universo.

Otra clave es su sensibilidad y conciencia respecto al quehacer al cual cada hombre dedica su inquietud, su inteligencia y su desvelo, cuál es su oficio, profesión o quehacer en el mundo, que en el caso de Luis es la bibliotecología que en nuestro país es revivir desde las cenizas y siempre orientándose en el sentido de la luz del sol, como él lo grafica en su poema dedicado al ave Fénix; anhelos que, en conjunto, y en la conclusión que hace Luis Gutiérrez, conforman la utopía.

 


3.

 

Para el primer caso, del sentimiento de amor a la mujer amada, incluyo como muestra un fragmento del poema Adoro, que dice así:

ADORO.
Adoro las noches frías
En las que diligente, me procura
Tú cálido aliento y me desnudas
Sumergiéndome en las dulces
Y vastas aguas que devoran mis sentidos
Entre tus trémulos labios mansos.
Adoro las noches sin luna
Cuando silenciosa te refugias
Sobre mi pecho y te aferras
Abrazándome con tus pies y tus adorables manos
Besándome enardecida y arrullándome
La cabeza entre tus irresistibles senos.
Adoro los días lluviosos en los que regresas
Al lecho presta y me cobijas con tu cuerpo tibio
Entre pecho y espalda arrobado
Redibujo tus formas y contengo tus nalgas
Bojeando con mis dedos
Palmo a palmo el calor de tu vientre.
Adoro la llama de tu suficiente amor
Y no hay ya cobertor que sea necesario
Mientras tú muerdes mis murallas
Yo adoro tus formas y tus horquetas
Cabalgando sin la menor compasión
Tus dulces y tórridas llanuras.
Adoro tus noches de insomnio
En las que ensillas tu corcel
Y te adentras en el mar, jadeando las olas
Panal de miel que mana
Inundando tu cabellera purpura
Despertando al resplandor del nuevo día.
Adoro las noches transidas de amor
Tu dulce gemido que como una saeta
Rompe el silencio y desencadena
Tu grito arrancándome el vientre.
Y te quedas quieta, temblando y mascullando
De placer, hasta quedarte vaída.
Adoro la frialdad, la oscuridad y la lluvia
Porque no necesito a nadie más que tú
Para seguir viviendo.

 

4.

 

Para el caso de ejemplificar con un poema el sentimiento de compromiso, solidaridad y justicia social, pongo como muestra un fragmento del poema que da título al libro: Utopía donde dice precisamente lo siguiente:

Ahora que se han degenerado las esencias
Y se han acabado las metáforas
En megamixturas y fusiones nauseabundas
Que adoran repiten y reclaman las masas
En simulacros virtualidades y clones
Sin fondo finalidad ni contenidos.
Ahora que la realidad ha sido apuñalada
Por la ilusión, y la imagen espectacular
Nos deja sin poder ejercer la palabra,
Babel monstruoso de signos y significados
Que la orgiástica liberación reproduce
Publicita e intercambia su engendro
Condenado a nuestras indiferencias todas.
Cuando todo ya está consumado
Integrado en tejos la humanidad y el objeto.
Cuando ya no tiemblo ni necesito nada.
En florilegios templando mi terca vida
entre uno y otro hito.
Tú te vuelves y me miras en lontananza
Me abres los brazos sonriéndome bondadosa
Y me dices que no me conforme, que infrinja
Que salte la brecha y sea un absoluto nómada
Tú me animas en mi indignación y me pides
Discernir en silencio mi sagrado deber
Sin miedos ni crueldades caprichosas
Sin violencias pancartas ni transpolíticas.
Tu mi última esperanza y fuerza
Exorcizando mi encarnecida ontología
Exigiéndome seguir tus huellas sin perderme.
Tú eres aquella Baucis la que siempre me espera
Sacudir mi cansancio y mi destino final
Hasta envolverme en tu gloria, aunque solo sea
Por un solo momento por un solo instante
¡Mi utopía!

 

5.

 

Y he aquí un fragmento del poema Fénix, revelador de esa tercera dimensión que anotábamos, y respecto al quehacer al cual se dedica:

Te quedaste para siempre arriba siempre arriba
De hinojos ante los apus acariciando el cielo
Capitán y timonel: ¿A dónde te has llevado
Tus más caros ensueños? ¿Con quién has encargado
Tus almácigos entre ranúnculos profanos?
Ya los puquios se han secado de tanto llorar
La brutal voluntad que desmanteló tus alas
Muerte temeraria delectación inhumana
Reiterado dolor sobre la roca quebrada
Sanguinaria ausencia que nunca se olvida
Sin saber por dónde voy sigo las pisadas de tu herida
Anhelando vengarte procuro a tan indolente fiera
Que demolió tu ilusión restándole a nuestras vidas

Ahora bien, el poemario de Luis Gutiérrez lleva el título egregio de Utopía, y que nos da la clave del cuarto eje y definitivo que se complementa a los tres ya señalados. Y utopía es anhelo de un mundo ideal y posible, de lo contrario no podríamos ni soñarlo.

Y las utopías en esta época y en estas circunstancias que nos rodean se vuelven necesarias, pero a la vez subversivas, haciendo del poeta un ser siempre en riesgo, quien vive en el filo de un cuchillo. Porque existe una estrecha relación entre mundo de justicia y solidaridad y utopía.

 


6.

 

Recordemos que el término y el concepto de utopía como mundo ideal fueron acuñados por Tomás Moro y de alguna manera se refería, se aplica y señala para el mundo y el orden social, es decir lo que debe ser un buen gobierno.

Reflexión ante la cual surge entonces la pregunta: ¿Por qué se hace poesía? Precisamente para hacer posibles las utopías. Urgidos e impelidos por el anhelo de que esos mundos se acerquen, se junten y se hagan realidad.

Entonces es allí que surge y está la poesía, capaz de sustituir las condiciones adversas de la realidad. Y ser más que aquel referente. Tener más fuerza que el ser que la propicia, porque la poesía es más fiel, es más confidente, es más compañera y amante definitiva.

Y entonces conmueve verla, saber que existe, que está allí en nuestras vidas, vibrante, indispensable y a veces urgente. Está allí para llenar vacíos del alma, para reemplazar si es posible a la amada ausente y al mundo defectuoso y deforme, que no se avienen a nuestros reclamos, ruegos y requerimientos.

Es hermosa, digo, la poesía confrontada a la vida, como ocurre con el poemario Utopía y otros poemas para no perder el paso, de Luis Gutiérrez porque es la poesía en su estado puro, inocente, sin afeites ni ambages ni cortapisas, como cuando dice:

Quisiera haberte amado sin escamas
Fondeado en las cenizas de tu averno
Descostrando la oscuridad de tus espantos

 

7.

 

Quisiera haberte redimido con mis dolores
Surcando tu sangrante y virulenta herida
Por ensoberbecidos mares y fecundas tierras
Quisiera haber sido yo el que en vez de callar
Rescate el principio de tu presagiada locura
Pagando con mi muerte tu contumaz destierro
Más nuestra insondable fatalidad estaba echada
Leyenda negra mala sangre disparate arbitrista
Rancia y cerrada ignorancia que nos negó la vida

Debo confesar que como nunca, al leer el poemario de Luis Gutiérrez Morales se me ha hecho evidente que la poesía es la capacidad de sentir, de emocionarse, y de conmoverse, de dejar abierto el corazón, con el riesgo de deshacernos en lágrimas y hasta sangrar:

“Más ahora he llorado en mi soledad el haberte amado,
he llorado como se llora una vez en la vida”.

Y eso es ser poeta. Poeta es quien se confiesa, quien tiembla, quien se conmueve, quien se conduele. Poeta es quien vibra, se tiempla, se estremece.

Quien se expone indefenso, inerme, confiado. Quien sale al frente para que le disparen todas las balas o las flechas. Es el ser íntimo y juvenil, a quien le arrojan todos los dardos y hacen blanco en él todas las armas de fuego.

Pero, ¿qué fuego es ese? Donde es hermoso verlo nuevo, denudo, desasido. Como ocurre al leer su poesía, donde se tiene la sensación de mirar por primera vez a la poesía, simple, natural y sincera.


No hay comentarios:

Publicar un comentario