jueves, 26 de agosto de 2021

26 de agosto. Comentarios a la obra poética de Luis Gutiérrez Morales.


COMENTARIOS
A LA OBRA POÉTICA
DE LUIS GUTIÉRREZ

Danilo Sánchez Lihón




Luis Gutiérrez Morales, poeta y bibliotecario
murió el 26 de diciembre del año 2020, víctima
del COVID 19. Sirvan estas líneas que las escribí
mientras él vivía, como homenaje conmemorando
el día de la fundación de la Biblioteca Nacional
del Perú, que se cumple el 28 de agosto.

 

1.

 

No hace mucho visité y vi el trabajo en su propio escenario de Luis Gutiérrez Morales, bibliotecólogo y especialista en ciencias de la información y director Investigador en el Centro de Documentación y Comunicación del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, IIAP, en Iquitos.

Es desde allí de donde proyecta un conjunto de actividades en diversos proyectos de difusión y promoción cultural, organizando el Festival del Libro y la Lectura Verde, las bibliomalocas itinerantes, el Tetablas Ecoteatro Con-ciencia para el Desarrollo Sostenible, como los Círculos de Estudio e Investigación Universitarios.

Me llenó de entusiasmo la dinámica que viene sosteniendo y comprometí entonces interiormente toda mi adhesión y apoyo incondicional a su labor. Precisamente, por eso estoy ratificando dicha adhesión presentando ahora su poemario “Utopía y otros poemas para no perder el paso”.

Al respecto quisiera sostener en primer lugar que hay una relación de amor entre la bibliotecología y la literatura, que en el caso de Luis Gutiérrez esta fusión se da en el centro del alma dotándole de mayor cabalidad, fuerza y sabiduría.

En el caso suyo junta en su desempeño, quehacer y destino, junta los sueños y las manos, junta la idea y el acto. Junta la ciencia de la información, el trabajo técnico de organización de redes y sistemas de bibliotecas, como también el procesamiento técnico de la clasificación y la catalogación, y ver el mundo de manera encantada.

 

2.

 

Pero además su dedicación a la literatura no solo es escribiendo de manera constante poesía, puesto que cuenta con tres libros de poemas editados, sino también siendo un creador de obras de narrativa y teatro, contexto respecto al cual sostiene que:

“Conocer y comprender la literatura como fuente de humanización y emancipación del hombre postmoderno, es ineludible, en la actual sociedad de la especulación”.

Luis escribe poesía sobre aquellos aspectos que son ejes de la sensibilidad de todos los tiempos. De allí que ejes sustentadores, aquellos que estructuran las páginas de su libro: “Utopía y otros poemas para no perder el paso”, son los siguientes:

Por un lado, un eje es el sentimiento de amor a la mujer amada ausente, que representamos aquí con el poema “Adoro”. Otro es el anhelo de una condición humana más justa, auténtica y coherente con el sentido trascendental de por qué hemos venido y por qué estamos aquí en el universo.

Otra clave es su sensibilidad y conciencia respecto al quehacer al cual cada hombre dedica su inquietud, su inteligencia y su desvelo, cuál es su oficio, profesión o quehacer en el mundo, que en el caso de Luis es la bibliotecología que en nuestro país es revivir desde las cenizas y siempre orientándose en el sentido de la luz del sol, como él lo grafica en su poema dedicado al ave Fénix; anhelos que, en conjunto, y en la conclusión que hace Luis Gutiérrez, conforman la utopía.

 


3.

 

Para el primer caso, del sentimiento de amor a la mujer amada, incluyo como muestra un fragmento del poema Adoro, que dice así:

ADORO.
Adoro las noches frías
En las que diligente, me procura
Tú cálido aliento y me desnudas
Sumergiéndome en las dulces
Y vastas aguas que devoran mis sentidos
Entre tus trémulos labios mansos.
Adoro las noches sin luna
Cuando silenciosa te refugias
Sobre mi pecho y te aferras
Abrazándome con tus pies y tus adorables manos
Besándome enardecida y arrullándome
La cabeza entre tus irresistibles senos.
Adoro los días lluviosos en los que regresas
Al lecho presta y me cobijas con tu cuerpo tibio
Entre pecho y espalda arrobado
Redibujo tus formas y contengo tus nalgas
Bojeando con mis dedos
Palmo a palmo el calor de tu vientre.
Adoro la llama de tu suficiente amor
Y no hay ya cobertor que sea necesario
Mientras tú muerdes mis murallas
Yo adoro tus formas y tus horquetas
Cabalgando sin la menor compasión
Tus dulces y tórridas llanuras.
Adoro tus noches de insomnio
En las que ensillas tu corcel
Y te adentras en el mar, jadeando las olas
Panal de miel que mana
Inundando tu cabellera purpura
Despertando al resplandor del nuevo día.
Adoro las noches transidas de amor
Tu dulce gemido que como una saeta
Rompe el silencio y desencadena
Tu grito arrancándome el vientre.
Y te quedas quieta, temblando y mascullando
De placer, hasta quedarte vaída.
Adoro la frialdad, la oscuridad y la lluvia
Porque no necesito a nadie más que tú
Para seguir viviendo.

 

4.

 

Para el caso de ejemplificar con un poema el sentimiento de compromiso, solidaridad y justicia social, pongo como muestra un fragmento del poema que da título al libro: Utopía donde dice precisamente lo siguiente:

Ahora que se han degenerado las esencias
Y se han acabado las metáforas
En megamixturas y fusiones nauseabundas
Que adoran repiten y reclaman las masas
En simulacros virtualidades y clones
Sin fondo finalidad ni contenidos.
Ahora que la realidad ha sido apuñalada
Por la ilusión, y la imagen espectacular
Nos deja sin poder ejercer la palabra,
Babel monstruoso de signos y significados
Que la orgiástica liberación reproduce
Publicita e intercambia su engendro
Condenado a nuestras indiferencias todas.
Cuando todo ya está consumado
Integrado en tejos la humanidad y el objeto.
Cuando ya no tiemblo ni necesito nada.
En florilegios templando mi terca vida
entre uno y otro hito.
Tú te vuelves y me miras en lontananza
Me abres los brazos sonriéndome bondadosa
Y me dices que no me conforme, que infrinja
Que salte la brecha y sea un absoluto nómada
Tú me animas en mi indignación y me pides
Discernir en silencio mi sagrado deber
Sin miedos ni crueldades caprichosas
Sin violencias pancartas ni transpolíticas.
Tu mi última esperanza y fuerza
Exorcizando mi encarnecida ontología
Exigiéndome seguir tus huellas sin perderme.
Tú eres aquella Baucis la que siempre me espera
Sacudir mi cansancio y mi destino final
Hasta envolverme en tu gloria, aunque solo sea
Por un solo momento por un solo instante
¡Mi utopía!

 

5.

 

Y he aquí un fragmento del poema Fénix, revelador de esa tercera dimensión que anotábamos, y respecto al quehacer al cual se dedica:

Te quedaste para siempre arriba siempre arriba
De hinojos ante los apus acariciando el cielo
Capitán y timonel: ¿A dónde te has llevado
Tus más caros ensueños? ¿Con quién has encargado
Tus almácigos entre ranúnculos profanos?
Ya los puquios se han secado de tanto llorar
La brutal voluntad que desmanteló tus alas
Muerte temeraria delectación inhumana
Reiterado dolor sobre la roca quebrada
Sanguinaria ausencia que nunca se olvida
Sin saber por dónde voy sigo las pisadas de tu herida
Anhelando vengarte procuro a tan indolente fiera
Que demolió tu ilusión restándole a nuestras vidas

Ahora bien, el poemario de Luis Gutiérrez lleva el título egregio de Utopía, y que nos da la clave del cuarto eje y definitivo que se complementa a los tres ya señalados. Y utopía es anhelo de un mundo ideal y posible, de lo contrario no podríamos ni soñarlo.

Y las utopías en esta época y en estas circunstancias que nos rodean se vuelven necesarias, pero a la vez subversivas, haciendo del poeta un ser siempre en riesgo, quien vive en el filo de un cuchillo. Porque existe una estrecha relación entre mundo de justicia y solidaridad y utopía.

 


6.

 

Recordemos que el término y el concepto de utopía como mundo ideal fueron acuñados por Tomás Moro y de alguna manera se refería, se aplica y señala para el mundo y el orden social, es decir lo que debe ser un buen gobierno.

Reflexión ante la cual surge entonces la pregunta: ¿Por qué se hace poesía? Precisamente para hacer posibles las utopías. Urgidos e impelidos por el anhelo de que esos mundos se acerquen, se junten y se hagan realidad.

Entonces es allí que surge y está la poesía, capaz de sustituir las condiciones adversas de la realidad. Y ser más que aquel referente. Tener más fuerza que el ser que la propicia, porque la poesía es más fiel, es más confidente, es más compañera y amante definitiva.

Y entonces conmueve verla, saber que existe, que está allí en nuestras vidas, vibrante, indispensable y a veces urgente. Está allí para llenar vacíos del alma, para reemplazar si es posible a la amada ausente y al mundo defectuoso y deforme, que no se avienen a nuestros reclamos, ruegos y requerimientos.

Es hermosa, digo, la poesía confrontada a la vida, como ocurre con el poemario Utopía y otros poemas para no perder el paso, de Luis Gutiérrez porque es la poesía en su estado puro, inocente, sin afeites ni ambages ni cortapisas, como cuando dice:

Quisiera haberte amado sin escamas
Fondeado en las cenizas de tu averno
Descostrando la oscuridad de tus espantos

 

7.

 

Quisiera haberte redimido con mis dolores
Surcando tu sangrante y virulenta herida
Por ensoberbecidos mares y fecundas tierras
Quisiera haber sido yo el que en vez de callar
Rescate el principio de tu presagiada locura
Pagando con mi muerte tu contumaz destierro
Más nuestra insondable fatalidad estaba echada
Leyenda negra mala sangre disparate arbitrista
Rancia y cerrada ignorancia que nos negó la vida

Debo confesar que como nunca, al leer el poemario de Luis Gutiérrez Morales se me ha hecho evidente que la poesía es la capacidad de sentir, de emocionarse, y de conmoverse, de dejar abierto el corazón, con el riesgo de deshacernos en lágrimas y hasta sangrar:

“Más ahora he llorado en mi soledad el haberte amado,
he llorado como se llora una vez en la vida”.

Y eso es ser poeta. Poeta es quien se confiesa, quien tiembla, quien se conmueve, quien se conduele. Poeta es quien vibra, se tiempla, se estremece.

Quien se expone indefenso, inerme, confiado. Quien sale al frente para que le disparen todas las balas o las flechas. Es el ser íntimo y juvenil, a quien le arrojan todos los dardos y hacen blanco en él todas las armas de fuego.

Pero, ¿qué fuego es ese? Donde es hermoso verlo nuevo, denudo, desasido. Como ocurre al leer su poesía, donde se tiene la sensación de mirar por primera vez a la poesía, simple, natural y sincera.


martes, 24 de agosto de 2021

24 de agosto. Primicia. El retrato de Miguel, el hermano de César Vallejo

 

PRIMICIA:

EL RETRATO DE MIGUEL,

EL HERMANO DE CÉSAR VALLEO

 

Danilo Sánchez Lihón




 No teníamos ninguna imagen de Miguel Ambrosio, el hermano de César Vallejo, quien murió el 22 de agosto del año 1915, cuando tenía 26 años y César 23, y a quien el poeta de Los heraldos negros le dedicó dos poemas: “A mi hermano Miguel” y “A mi hermano muerto”, y mencionó en varios otros poemas más.

Con estas composiciones César Vallejo proyecta hacia la poesía y cultura un tema muy sensible y de trascendental importancia cuál es el de la hermandad, que es bueno tenerlo presente y revivirlo siempre.

El 10 de marzo del año 2003 recibí una carta de César Vallejo Ynfantes, sobrino carnal del poeta, adjuntándome la copia fotostática de la imagen del rostro de Miguel Ambrosio Vallejo Mendoza. Me lo hace llegar –lo dice él textualmente–, como un reconocimiento por la labor que realizo para dar a conocer la vida y obra del autor de los Poemas humanos.

César Vallejo Ynfantes era un hombre ecuánime, serio y noble. Un cristiano practicante, fervoroso y cabal. Un ser venerable, incapaz de cualquier ligereza. Y todos quienes lo conocieron lo pueden atestiguar así. En mi Blogger Folios de la utopía se puede ver la carta manuscrita en copia facsimilar, con fecha y firma, como se puede ver también la copia fotostática de la fotografía de Miguel Ambrosio que él logró obtener y me lo adjuntó. A ello mi hermano Juvenal lo ha llevado al lienzo y le ha puesto color conservando rigurosamente la exactitud del original.

Es un gran honor para mí haber recibido este tesoro, como lo son también las expresiones de afecto y consideración que en ella dice, más viniendo de parte del hijo mayor de Néstor Pablo, el hermano más próximo a César Vallejo en sus estudios e inquietudes literarias. Este aporte algunos estudiosos de la obra vallejiana no han dudado en calificar como una primicia mundial.

César Vallejo Ynfantes acompañó mucho a su padre, el Dr. Néstor Pablo, y vivió varios años en la casa paterna de los Vallejo Mendoza en Santiago de Chuco. Como él explica en la carta que reproduzco y que se presenta en versión ológrafa en el blogger citado, obtuvo la imagen que me envía, ampliando una fotografía que le proporcionó su tía Natividad, a quien César Vallejo también evoca en sus poemas. La carta de don César Vallejo Infantes dice así:

Magdalena del Mar, 10 - 3 - 2003

Estimado Danilo:

Quiero expresar a Ud. mi aprecio de siempre, mi gratitud y felicitación personal –y en nombre de toda la familia– por su dedicación en difundir la vida y obra de nuestro genial poeta CÉSAR VALLEJO M. a través de sus obras y charlas, que con el nombre de «Encuentro Internacional Capulí, VALLEJO y su tierra» está llevando a cabo, con gran éxito y expectativa.

En reconocimiento a su laudable labor, dejo en sus manos para su publicación, una copia fotostática del rostro de Miguel Ambrosio, el hermano de mi tío César, a quien él le dedica el inmortal poema «A mi hermano Miguel».

¿Cómo llegó a mi poder aquella foto? Sencillamente, providencialmente. Yo buscaba otras, entre ellas una en la que estaba con mi tía Natividad y Víctor Raúl Haya de la Torre.

Mi tía Natividad, a quien quería como si fuese mi madre, me ayudó en esta búsqueda.

Me dio el dato que Flor Marina Bejarano, hija de María Jesús, la hermana mayor de nuestro poeta, tenía en su poder un archivo con valiosa documentación sobre VALLEJO.

Todo esto en la década del año 60 cuando mis tíos y primos visitaban a mi padre, en Magdalena del Mar.

Fue en estas circunstancias que abordé a Flor Marina cuando solía visitarnos. Fuimos a su casa en la Av. Cuba, cerca de la Av. Arenales en la que vivía mi tía Natividad. Conjuntamente, revisamos d archivo familiar.

Me intrigó una foto pequeña con pinta de palomilla, criollo, de inmediato pregunté a mi tía, allí presente ¿este pintón quién es? ¿Parece de la nueva ola?, mirándolo detenidamente respondió: ¡ah! este es tu tío Miguel Ambrosio que murió cuando tenía 25 años de edad. El parecido es más de los tíos Víctor y Manuel. Me prestó la foto para una fotocopia y devolví el original.

Es la misma que exhibo en un marco adecuado y que está a disposición del público en forma libre, en el distrito de Magdalena del Mar.

Toda la familia que tuvo la opción preferencial de visitar mi humilde exposición, encuentra en la fotocopia el rostro de los VALLEJO, en todas sus características.

Que Dios lo conserve muchos años más para seguir recibiendo sus valiosos aportes a la Literatura Universal, siguiendo la huella indeleble e imborrable de VALLEJO.

Con mis mejores deseos por su éxito lo saluda

 Atentamente,

(Firma)

César Vallejo Ynfantes

DNI. N°07711045

1° de Julio # 307

MAGDALENA DEL MAR

Teléf. 4604710






 (Pintura. Juvenal Sánchez Lihón: “Miguel, el hermano de César Vallejo”

viernes, 6 de agosto de 2021

6 de agosto. La Batalla de Junín. / Los Húsares del Perú.


6 DE AGOSTO
LA BATALLA DE JUNÍN

LOS
HÚSARES
DEL PERÚ

Danilo Sánchez Lihón



Húsares del Perú


1. Cimbrada
espada

 

Es de noche. Hemos encendido fogatas. Hemos querido cantar, pero el aliento se congela en nuestras bocas.

Yacemos acurrucados queriendo con el fuego darles calor a nuestros heridos.

Ha bajado la helada, o ha caído, o ha subido al punto de estar sobre nuestras cabezas. Ni el fuego es capaz de abrigar en este atroz tiritar ateridos.

Es una plancha mortal que oprime el pecho y ni siquiera nos deja respirar.

En Junín es tanto el frío que todos los heridos patriotas de la batalla han muerto esta noche.

Detenerse en Junín es morir. Pero también aquí el frío es agudo, cortante y mortal, más feroz que una templada, luciente y cimbrada espada blandiendo en el aire.

 



Pueblo de Junín y el lago al fondo


2. Estuvo
huyendo

 No olvidemos que la conquista del Perú fue principalmente por la presencia del caballo que asustó a los indígenas.

Antes que por los rasgos humanos de los conquistadores que llegaron fue por el hecho de que montaran a esos animales de fábula.

Que los consideraban superiores en todo, que en lo otro lo consideraban sus iguales e incluso muy inferiores a lo que ellos eran.

Pero el caballo para ellos les resultaba subyugante, hasta el punto de parecerles paradisíaco. Y fue por el caballo que vencieron.

Por eso, ¿qué es lo que logró Junín? Que el ejército español sienta que podía ser derrotado.

 Los llenó de pavor, tanto que un mes Canterac estuvo huyendo lleno de pánico, hasta llegar a unirse con el Virrey La Cerna en el Cusco.

 


Lago de Junín


3. De un sitio
a otro 

Y es que fue el arma de la caballería, desde que se liberó España de los moros el arma decisiva en todas las batallas del ejército español, como fue determinante en la conquista de América.

Por eso, al ser derrotada su caballería Junín significó para España saber que el arma que constituía su moral, su baluarte y su fuerza dejaba de ser inexpugnable.

Y, de igual manera, para los patriotas significó que el símbolo de la conquista, que fue el caballo, la habíamos logrado dominar nosotros de tal modo que en ese mismo plano podíamos ganarles y ser libres definitivamente.

El caballo ya no estaba más en manos del conquistador sino en las nuestras.

Por eso, fue un hecho providencial que en aquella batalla se batieran solo el arma de la caballería de los dos ejércitos y les correspondiera a los Húsares del Perú el símbolo de esta victoria.

 


Batalla de Junín. Oleo de Martín Tovar y Tovar



4. Tal vez
presintiera 

El general español Canterac un mes se lo pasó huyendo de un sitio a otro con su ejército de 6,000 hombres.

No le importara su pasaba por lugares fértiles, ricos en comida y en caballos. No le importaba. Ya no recogía nada. Solo le dominaba el pánico y el horror. Y el impulso de huir.

El pánico le había cundido de tal manera que incluso desobedeció las órdenes del Virrey del Perú de permanecer y acantonarse en Ayacucho. Y no descansó hasta unirse con él en el Cusco, completamente desmoralizado.

El capitán Manuel Isidoro Suárez apenas de 23 años en Junín tal vez presintiera que de su sangre se engendraría años después un poeta que se llamaría Jorge Luis Borges, quien le dedica a su ilustre antepasado y bisabuelo materno, este poema:

 


Húsares del Perú


5. Como
un sueño 

CORONEL SUÁREZ

Alta en el alba se alza la severa

faz de metal y melancolía.

Un perro se desliza por la acera.

Ya no es de noche y no es aún de día.

Suárez mira su pueblo y la llanura

ulterior, las estancias, los potreros,

los rumbos que fatigan los reseros,

el paciente planeta que perdura.

Detrás del simulacro te adivino,

oh joven capitán que fuiste el dueño

de esa batalla que torció el destino:

Junín, resplandeciente como un sueño.

En un confín del vasto Sur persiste

esa alta cosa, vagamente triste.

 


José Andrés Rázuri


6. Era
posible 

Quienes velaron en la Pampa de la Quinua en la víspera de la Batalla de Ayacucho tenían el convencimiento de que la batalla decisiva ya la tenían ganada.

Fue el choque de la caballería del Rey y la patriota en Junín el punto de inflexión en la guerra de la independencia del Perú y América.

En Junín se le quebró la moral al ejército español. Lo dice el propio Canterac en su parte de batalla.

Y que de una derrota ya cantada en Junín se la convirtiera en una victoria suprema.

Que abrió las puertas a que quienes velaron en la Pampa de la Quinua en Ayacucho la noche del 8 de diciembre del año 1824 supieran que era posible la victoria.

 


José de Canterac



7. Esperando
el alba 

Junín fue la antesala a la gloria de Ayacucho.

Y fue a partir de Junín en la guerra de independencia que todas serían victorias para el Perú.

Y el triunfo de Junín se debió a la caballería peruana. A los Húsares del Perú que a partir de entonces pasaron a llamarse Húsares de Junín.

Por eso, siempre volver a elevar un grito de triunfo en el alma, cual es: ¡Junín!

 

*****

 

Los textos anteriores pueden ser

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miércoles, 4 de agosto de 2021

4 de agosto. Día del Juez. / Juez intachable, varón insigne.


4 DE AGOSTO
DÍA DEL JUEZ

JUEZ
INTACHABLE,
VARÓN INSIGNE

Danilo Sánchez Lihón



Gerardo Sánchez Porturas


Es fácil ser bueno;
lo difícil es ser justo.
Víctor Hugo

1. Cribada
por la vida

 

Gerardo Sánchez Porturas fue juez insigne de mi provincia, Santiago de Chuco, a quien la revista Caretas a toda página denominó “El magistrado incorruptible”. Quien fundó siempre su conducta y su acción en una idea moral, en una doctrina de vida y en la visión de un ideal. Fue la encarnación de la ética. Por eso, lo primero que en él destacan son sus cualidades morales.

La Fiscalía, el Juzgado y la Corte de Justicia en su concepción eran templos, lugares sagrados, espacios en donde se reverencia y se ejecuta la justicia como un valor supremo que para administrarla tenía mirada escrutadora, ojos de águila y actitud reflexiva. Todo lo remitía a un juicio de conciencia, hacia adentro y al fondo del alma; primero cotejando los hechos y las condiciones en que se dieron y después midiéndolos, lejos del espacio y del tiempo, con entelequias de orden trascendente.

Y, luego del proceso de su pensamiento, el resultado lo sintetizaba en unas palabras breves que constituían su veredicto y su sentencia, plasmada en una decisión inquebrantable, la misma que se formulaba después de atravesar conceptos, paradigmas, doctrinas. Y venía cribada sobre todo por la vida, en su rico y vasto caudal de experiencias. Y por los valores en su sencilla y clara textura y urdimbre.

 


Pileta de la plaza de armas de Santiago de Chuco


2. Todo

por el ideal

 

Gerardo Sánchez Porturas a los 80 años de edad llegó al cenit de su profesión, ocupando tres veces la Presidencia de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, aprobando todos los requisitos para ser nombrado Vocal Titular de la Corte Suprema de la República, habiendo sido antes miembro fundador de la Oficina General de Control Interno del Poder Judicial, OCIJ, hoy Oficina de Control de la Magistratura, OCMA.

Sin embargo, habiendo recibido además las más altas condecoraciones y reconocimientos, lejos de echarse a descansar en sus laureles después de haber logrado estos justos lauros, se matriculó para culminar sus estudios de doctorado en Derecho a esa avanzada y provecta edad, diciendo:

– Todos creen que los abogados somos doctores. ¡No, señor! Solo tenemos el título de abogados. Por eso, yo ahora que tengo tiempo he de aprovecharlo estudiando mi doctorado.

Por eso, asistía a sus clases puntualmente y era un alumno destacado, con altas calificaciones en el anhelo de aprenderlo todo de nuevo. Era el primero en llegar al aula y el más destacado en cumplir con las tareas asignadas. Todo ello: ¿con qué afán?, ¿con qué impulso?, ¿con qué sentido práctico? Todo por el ideal y el interés excelso en la auto superación.

 


Fiscal de Santiago de Chuco


3. Impulso

de volver

 

Y así se comportó hasta el final de sus días en que la muerte lo sorprendió antes de sustentar su tesis de doctorado que la tenía elaborada y con fecha ya establecida de sustentación.

Cuando se constata una vida así, esforzada, inagotable, señera, en pos de un ideal y de un fin elevado, y con un sentido tan alto de superación, entonces impresiona estar ante lo eminente, conspicuo y cimero.

Y conmueve comprobar que ni la edad ni otras dificultades y limitaciones son impedimento para que alguien a sus 80 años siga estudiando con eficiencia, vigor e ilusión. Y don Gerardo lo hizo hasta el día mismo de su muerte ocurrida cuando frisaba los 83 años de edad.

E impresionan todavía más hechos como este, cuando la persona ya ha agotado todo el desenvolvimiento que su profesión promete darle. Este acontecimiento demuestra no solamente carácter, sino que comprueba que en el hombre hay un anhelo de infinito y la búsqueda de un paraíso perdido en algún recodo del camino.

¿Dónde? ¿Cuándo? Quizá eso no importe sino el hecho de que en algún momento posiblemente fuimos felices, o por lo menos seres bendecidos, quienes tienen el impulso de llegar o volver otra vez hasta ese reino o mansión elísea.

 

El día de su matrimonio con Elena Ganoza


4. Tierra

de poetas

 

Pero hay otro rasgo que quisiera resaltar en quien se desenvolvía con una rectitud muy grande, en el pensamiento y en la acción como fue este gentilhombre cuya memoria queremos resaltar precisamente porque recordarlos bien es el justo premio a quienes son hombres de honor y de virtud.

Y el detalle que quiero relievar es que en el fondo de esa aparente dureza era dueño de una entrañable dulzura, por un lado. Como otro rasgo era un gran apego por lo popular, y por lo pueblerino; por las costumbres y tradiciones; por los hechos de la comunidad y de la tierra. Y es esto lo que más nos conmueve en quienes nos sentimos enaltecidos con su amistad.

La región de Santiago de Chuco ha sido calificada y reconocida como "Tierra de poetas", tanto que se ha hecho ya una distinción oficial al ser reconocida por ley del Congreso de la República como Capital de la Poesía del Perú.

Don Gerardo Sánchez Porturas viene a confirmar la regla, porque siendo un abogado pleno y cabal, y un maestro de historia consagrado en extraer del devenir valores cívicos, demuestra en los poemas que a continuación escarceo, por el sentimiento que lo envuelve y por el lenguaje que decanta, atributos con los cuales sabía componer poemas de gran emoción y excelsitud.

 

La familia Porturas en la hacienda Angasmarca.
La madre de GSP sentada, segunda de la izquierda

5. Afirmar

la gloria

 

Un hombre de Código Civil y Penal que tenga tanto acierto y capacidad de captar lo señero y profundo en el registro tan sutil de la forma poética, escribiendo versos auténticos y admirables, es un hecho que no deja de ser inusitado y sorprendente, como cuando con honda emoción patriótica escribe:

El himno vuela, el sable centellea,

con fulgor que ilumina la victoria

y ambas fuerzas, el arma y la idea

las tengo yo para afirmar la gloria.


Y si a silbar volvieran las metrallas

en torno a tus bravos defensores

que me conceda el Dios de las batallas,

morir bajo tus pliegues bicolores.   

¡Poesía justa, necesaria e imprescindible de decirla, dedicada a la patria, a la tierra, y a la amada!

¿Qué dones tan admirables posee entonces Santiago de Chuco para hacer de cada hombre que en esa tierra se levanta, capaz de expresarse cabalmente en poesía?

Como también se comprueba en los siguientes versos inspirados por la dama con quien él llegaría a casarse.

 

Manuel Natividad Porturas Mendoza, tío bisabuelo


6. Enseñar

en cada acto

 

Un día muy claro, feliz para mí,

yo creo que nunca jamás volverá,

con ansias de fuego, no sé qué será

cual virgen sublime, callada te vi.


Tus blancas miradas, claváronse en mí,

como los destellos de nívea luna,

que en noche serena alumbra la puna.

Por los hechos que alcanzó a realizar, por el valor puesto en la lucha, por su actuación tan relevante en momentos protagónicos de la justicia nacional, el nombre de Gerardo Sánchez Porturas se agrega a la larga lista de grandes hombres que orlan con una corona de laurel la frente de la tierra amada que lo vio nacer y de la patria adorable a la cual pertenecemos todos, como es el Perú.

Él hizo de la abogacía y del magisterio un sacerdocio, una acción cívica y un apostolado, actuando siempre con honradez, pundonor y coraje, expidiendo mandatos y resoluciones de conciencia. Sentencias que encarnan decisiones llenas de una profunda inspiración humanística; y de enseñar en cada acto o gesto a la población. Como cuando emitió su voto dirimente salvando de la pena de muerte a Exequiel Urbina Abanto.

 


El autor con Gerardo Sánchez Porturas


7. Juntos

los dos

 

Y para terminar con palabras de don Gerardo quisiera transcribir los siguientes versos que escribiera en mayo del año 1973 en homenaje a su madre, porque madre es también la patria, como lo es nuestra tierra bendita, que compartimos juntos allá, detrás de las montañas:

Si pudiera volar, volaría

al lejano, estrellado confín;

una estrella preciosa traería

que en tu pecho cual broche pondría

que brillara esplendente, sin fin.


Si pudiera bajar, bajaría

hasta el fondo profundo del mar;

muchas perlas ahí cogería,

y engarzando un collar formaría

para írtelo, madre a ofrendar.


Si Pudiera subir subiría

hasta el trono sublime de Dios;

con inmenso fervor pediría

en la vida, poder madre mía,

caminar siempre juntos los dos.

 

*****

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