viernes, 6 de agosto de 2021

6 de agosto. La Batalla de Junín. / Los Húsares del Perú.


6 DE AGOSTO
LA BATALLA DE JUNÍN

LOS
HÚSARES
DEL PERÚ

Danilo Sánchez Lihón



Húsares del Perú


1. Cimbrada
espada

 

Es de noche. Hemos encendido fogatas. Hemos querido cantar, pero el aliento se congela en nuestras bocas.

Yacemos acurrucados queriendo con el fuego darles calor a nuestros heridos.

Ha bajado la helada, o ha caído, o ha subido al punto de estar sobre nuestras cabezas. Ni el fuego es capaz de abrigar en este atroz tiritar ateridos.

Es una plancha mortal que oprime el pecho y ni siquiera nos deja respirar.

En Junín es tanto el frío que todos los heridos patriotas de la batalla han muerto esta noche.

Detenerse en Junín es morir. Pero también aquí el frío es agudo, cortante y mortal, más feroz que una templada, luciente y cimbrada espada blandiendo en el aire.

 



Pueblo de Junín y el lago al fondo


2. Estuvo
huyendo

 No olvidemos que la conquista del Perú fue principalmente por la presencia del caballo que asustó a los indígenas.

Antes que por los rasgos humanos de los conquistadores que llegaron fue por el hecho de que montaran a esos animales de fábula.

Que los consideraban superiores en todo, que en lo otro lo consideraban sus iguales e incluso muy inferiores a lo que ellos eran.

Pero el caballo para ellos les resultaba subyugante, hasta el punto de parecerles paradisíaco. Y fue por el caballo que vencieron.

Por eso, ¿qué es lo que logró Junín? Que el ejército español sienta que podía ser derrotado.

 Los llenó de pavor, tanto que un mes Canterac estuvo huyendo lleno de pánico, hasta llegar a unirse con el Virrey La Cerna en el Cusco.

 


Lago de Junín


3. De un sitio
a otro 

Y es que fue el arma de la caballería, desde que se liberó España de los moros el arma decisiva en todas las batallas del ejército español, como fue determinante en la conquista de América.

Por eso, al ser derrotada su caballería Junín significó para España saber que el arma que constituía su moral, su baluarte y su fuerza dejaba de ser inexpugnable.

Y, de igual manera, para los patriotas significó que el símbolo de la conquista, que fue el caballo, la habíamos logrado dominar nosotros de tal modo que en ese mismo plano podíamos ganarles y ser libres definitivamente.

El caballo ya no estaba más en manos del conquistador sino en las nuestras.

Por eso, fue un hecho providencial que en aquella batalla se batieran solo el arma de la caballería de los dos ejércitos y les correspondiera a los Húsares del Perú el símbolo de esta victoria.

 


Batalla de Junín. Oleo de Martín Tovar y Tovar



4. Tal vez
presintiera 

El general español Canterac un mes se lo pasó huyendo de un sitio a otro con su ejército de 6,000 hombres.

No le importara su pasaba por lugares fértiles, ricos en comida y en caballos. No le importaba. Ya no recogía nada. Solo le dominaba el pánico y el horror. Y el impulso de huir.

El pánico le había cundido de tal manera que incluso desobedeció las órdenes del Virrey del Perú de permanecer y acantonarse en Ayacucho. Y no descansó hasta unirse con él en el Cusco, completamente desmoralizado.

El capitán Manuel Isidoro Suárez apenas de 23 años en Junín tal vez presintiera que de su sangre se engendraría años después un poeta que se llamaría Jorge Luis Borges, quien le dedica a su ilustre antepasado y bisabuelo materno, este poema:

 


Húsares del Perú


5. Como
un sueño 

CORONEL SUÁREZ

Alta en el alba se alza la severa

faz de metal y melancolía.

Un perro se desliza por la acera.

Ya no es de noche y no es aún de día.

Suárez mira su pueblo y la llanura

ulterior, las estancias, los potreros,

los rumbos que fatigan los reseros,

el paciente planeta que perdura.

Detrás del simulacro te adivino,

oh joven capitán que fuiste el dueño

de esa batalla que torció el destino:

Junín, resplandeciente como un sueño.

En un confín del vasto Sur persiste

esa alta cosa, vagamente triste.

 


José Andrés Rázuri


6. Era
posible 

Quienes velaron en la Pampa de la Quinua en la víspera de la Batalla de Ayacucho tenían el convencimiento de que la batalla decisiva ya la tenían ganada.

Fue el choque de la caballería del Rey y la patriota en Junín el punto de inflexión en la guerra de la independencia del Perú y América.

En Junín se le quebró la moral al ejército español. Lo dice el propio Canterac en su parte de batalla.

Y que de una derrota ya cantada en Junín se la convirtiera en una victoria suprema.

Que abrió las puertas a que quienes velaron en la Pampa de la Quinua en Ayacucho la noche del 8 de diciembre del año 1824 supieran que era posible la victoria.

 


José de Canterac



7. Esperando
el alba 

Junín fue la antesala a la gloria de Ayacucho.

Y fue a partir de Junín en la guerra de independencia que todas serían victorias para el Perú.

Y el triunfo de Junín se debió a la caballería peruana. A los Húsares del Perú que a partir de entonces pasaron a llamarse Húsares de Junín.

Por eso, siempre volver a elevar un grito de triunfo en el alma, cual es: ¡Junín!

 

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Los textos anteriores pueden ser

reproducidos, publicados y difundidos

citando autor y fuente

 

dsanchezlihon@aol.com

danilosanchezlihon@gmail.com

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