31 DE MARZO
DÍA DEL DOCUMENTO LIBRE
O ACCESO A LA INFORMACIÓN CIENTÍFICA
LA PROEZA
DE LA MEDICINA
PERUANA
Danilo Sánchez Lihón
Daniel Alcides Carrión
1.
Ofrendando
la vida
Hoy día 31 de marzo del
año 2020 se celebra el Día del Documento Libre, llamado así al proceso de
acceso a la información de carácter científico, de aquella que se consagra a develar
los secretos de la realidad objetiva para resolver problemas.
Una de las facetas del
conocimiento científico es aquella que quiere conocer qué afecta negativamente
al cuerpo humano, para aliviar el dolor que ello causa en la gente que sufre
enfermedades. Y de esa manera poder sanar el cuerpo de los pacientes, curando las
dolencias que lo afectan, reparando la salud de las personas y devolviendo así
la alegría y el bienestar a los hogares, hechos que se concretan y se plasman
en la investigación en el campo de la medicina.
Es oportuno por eso hoy
día, y en este período en que se libra una batalla crucial en contra del coronavirus
19, recordar una página sublime y gloriosa de la medicina peruana que logró
identificar a la bacteria causante de la verruga; y que tiene precisamente el
signo de acceso a la información exacta y cabal, que en este pasaje se rubrica incluso
ofrendando la vida uno de los estudiantes que investigaba ese mal.
2. Ojalá
esta sea
Y nos referimos con ello
al sacrificio del estudiante del Quinto Año de Medicina, Daniel Alcides
Carrión, quien se hizo inocular el virus de lo que después se identificaría como
el Bartonella bacilliformis, o enfermedad de la verruga. Y que lo hizo para
mejor conocer sus características e informar con datos exactos acerca de este
mal, a fin de que ello permitiera acertar en el diagnóstico y así detener la
mortalidad que esta enfermedad venía causando principalmente a los pobladores
de los valles de Cañete, Lima y Huaylas.
Al recordar estos
hechos que constituyen una página sublime y gloriosa, queremos rendir nuestro
homenaje a la medicina peruana que en estos momentos se bate a muerte en contra
de una enfermedad que está sumiendo a los países del mundo en el dolor y en el
desconcierto, como es la pandemia del coronavirus 19. Ojalá esta sea nuevamente
una oportunidad para la medicina peruana de seguir acumulando aciertos, de
salir fortalecida y de consagrarse por su pertinencia, capacidad y sapiencia.
Ferrocarril del Centro, en la ruta Lima - La Oroya
3. Y hasta
heroicidad
Qué mejor entonces en
este día que dedicar estas líneas a resaltar el sacrificio de Daniel Alcides
Carrión, mártir de la medicina peruana y muestra egregia de lo que es capaz el
altruismo de todos aquellos quienes desde el campo de la salud trabajan para
sanar enfermos y preservar la vida en nuestras sociedades.
Y porque el mensaje esencial
de una inmolación como la de Daniel Alcides Carrión es que la investigación en
medicina no se hace ni para el egoísmo, ni para el lucro.
Ni persiguiendo un fin
crematístico, sino alentados por el anhelo de eliminar el sufrimiento humano,
para lo cual es muestra el sacrificio de la propia vida.
En ese sentido Daniel
Alcides Carrión no solo le dio lauros a la medicina peruana, sino que le puso
una valla muy alta en cuanto a moral, para que nunca deje de ser servicio,
consagración y hasta heroicidad.
4. Inspiraba
simpatía
He aquí algunos trazos
de quien fue Daniel Alcides Carrión y de las circunstancias que le tocó vivir:
Nació el 13 de agosto
de 1857 en Cerro de Pasco. Sus años infantiles los vivió en esa agreste ciudad
del centro del país donde, hizo sus estudios de Educación Primaria. Cuando
tenía ocho años de edad su padre, don Baltazar Carrión, natural de Loja en el
Ecuador, sufrió un accidente que le segó la vida.
En el año 1870, cuando
contaba con trece años, vino a Lima a seguir estudios de Educación Secundaria,
que los hizo en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe de Lima.
En 1877 ingresó a la
Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, ingresando
posteriormente a la Facultad de Medicina de dicha casa de estudios. Era un
joven de baja estatura, de aspecto melancólico y algo sombrío, pero inspiraba
la simpatía de sus compañeros y de sus amigos.
Plaza Carrión en Cerro de Pasco
5. Era tal
esta epidemia
Ahora bien, en el año
1870 se había iniciado en el Perú la construcción del Ferrocarril Central que cubría
la ruta de Lima a La Oroya. En el tramo de Lima a Chosica cundía entre los
trabajadores la fiebre de la Malaria que felizmente se combatía con la Quinina,
producto del árbol de la Quina, descubierto en el Perú en la época de la
Colonia.
Sin embargo, en el
tramo de Chosica a Huarochirí los trabajadores eran diezmados por una
enfermedad que causaba una gran mortalidad y para lo cual no se tenía el
conocimiento de su posología ni mucho menos los medicamentos para su curación.
Era una enfermedad que se manifestaba con fiebre, dolores musculares y lesiones
verrucosas que no cedían con el tratamiento de la quinina.
Era tal esta epidemia
que se construyó un hospital de campaña en Cocrachacra, a 37 kilómetros de Lima
y a 1,700 metros de altitud sobre el nivel del mar, al cual se le puso el
nombre de “Esperanza”, porque era lo único que cabía alentar ante la impotencia
de la ciencia.
6. Terminada
la guerra
En el caso de Daniel
Alcides Carrión, sus primeros años en la Facultad de San Fernando coincidieron además
con otro hecho luctuoso como fue la declaratoria de guerra de parte de Chile,
el 5 de abril del año 1879.
Derrotada nuestra
escuadra naval y el Ejército del Sur, sirvió como camillero voluntario de la
Cruz Roja durante las Batallas de San Juan y Miraflores.
Terminada la guerra se
reincorporó a sus estudios en el Hospital Dos de Mayo, comenzando a interesarse
vivamente en la investigación de la enfermedad de la Verruga Peruana
sospechando que aquella y la Fiebre de la Oroya, que en 1870 había provocado miles
de muertes entre los trabajadores del ferrocarril Lima-La Oroya, constituían
una sola.
Así, durante dos años
logra reunir nueve historias clínicas y revisa toda la bibliografía referente a
la verruga, arribando a la hipótesis de que se trataba de una enfermedad
infecciosa cuyo origen se debía a un agente verrugoso.
7. Hoy
en día
Posteriormente, con el
propósito de comprobar su hipótesis, decide hacerse inocular sangre procedente
del verrucoma de una paciente de 15 años de edad del Hospital Dos de Mayo en su
propio cuerpo. Se rasgó con una lanceta la verruga que tenía la paciente sobre
la ceja izquierda y se le hizo dos inoculaciones a Carrión en ambos brazos,
quien expresó:
"Si muero, qué
importa el sacrificio de mi existencia, si con esto presto un servicio a la
humanidad doliente".
Después de 21 días, el
27 de septiembre, se presentaron los primeros síntomas: fiebre, dolor de
cabeza, dolores articulares, logrando anotar detalle; a detalle el proceso de
la enfermedad.
El 4 de octubre de 1885
fue trasladado a la clínica Maisón de Santé, a fin de que se le practicase una
transfusión sanguínea, pero antes de abandonar el local donde había
evolucionado la enfermedad comprometió a sus amigos a continuar con la obra por
él iniciada. La transfusión no llegó a realizarse y expiró a las 11:30 de la
noche del 5 de octubre, fecha que se conmemora hoy en día como Día del
Estudiante de Medicina y como Día de la Medicina Peruana.
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