19 DE MARZO
DÍA DEL ARTESANO
LA ARTESANÍA
EN
EL PERÚ
Danilo
Sánchez Lihón
Guillermina Salomé, "quemando" un mate en Cochas Grande
1. Y
es cierto
La artesanía es la expresión más auténtica y profunda del
espíritu de un pueblo, de su ingenio y de su capacidad creadora. En este
sentido el Perú es un país privilegiado, pues es extraordinaria la aptitud de
sus habitantes para actividades artesanales, técnicas y artísticas, en las que
desde la época precolombina ha logrado sobresalir por su excepcional capacidad
y fuerza creadora.
Me ocurrió un hecho no hace mucho. Estando en Costa Rica,
visitando una tienda en una galería comercial del centro de San José, pregunté
por un baulito finamente labrado acerca de cuál era su costo. El señor que
atiende me mira atentamente y me pregunta:
– Antes de darle el precio, señor, dígame: ¿de qué país es
usted?
– Del Perú. –Le contesto.
– Me lo suponía. –Dice–. Mire caballero, para qué le voy a
engañar. Esta artesanía la traemos del Perú. Allá va a conseguirla mucho más
barata y más fina.
Y era cierto. Visité una feria artesanal y encontré parecidos baulitos, pero
mucho más preciosos. Y es que la artesanía es uno de los rubros de exportación
más pujantes del Perú de las últimas décadas. Y hacia mercados tan exclusivos y
tan competitivos como son los de Europa, Asia, Australia y Norteamérica.
2. En razón
de la vida
Una de las ventajas es que el arte popular peruano está
completamente ligado a la vida, no son mero adorno, sino que la originalidad y
el intenso cromatismo que poseen en sus diversas manifestaciones sirven y se
explican para y desde la vida.
Así, por ejemplo: ¿Por qué las polleras de la mujer andina
son: ¿De un amarillo, de un naranja o de un bermellón fuertes? ¿O de un
grosella estallante? ¿O de un añil que relumbra?
Para contrastar con el verde de los campos de maíz, o con
las sementeras de trigo, o con el verdear de las plantas de papa; o con el
pardo y marrón de los linderos o de los caminos.
También porque si es así hacia la otra banda del río es
visible la persona que lo viste a través de la lluvia y la neblina. Como son los
colores de las alforjas, de los ponchos y las frazadas que defienden, afirman y
son funcionales en razón de la vida.
Y en general este es el signo de esta manifestación del
espíritu que se da a través de la artesanía en sus diferentes géneros en el
Perú.
3. Fino
pulimento
Las antiguas culturas que florecieron en nuestro territorio
cultivaron la artesanía con fines ornamentales y prácticos.
En el Tiahuanaco, además de sobresalir en la escultura de
piedra y en la metalurgia se logró desarrollar una cerámica original por la
sobriedad de formas, colorido y fino pulimento.
En Chavín nuestros antepasados desarrollaron un arte de gran
perfección en la cerámica ceremonial de gollete-estribo. Y en sus cantarillos, se
adelantaron casi tres mil años a la escultura y alfarería modernas.
También ellos fueron escultores extraordinarios en el
tallado de la piedra, siendo muestras de este dominio: las cabezas clavas, el
Lanzón de Chavín, la Estela Raymondi, los frisos y capiteles.
En Vicus, en la costa norte de nuestro país, los ceramistas
alcanzaron un elevado grado de perfección en sus obras, legándonos una
asombrosa variedad y riqueza de huacos de terracota, asociada a manifestaciones
metalúrgicas.
4. Los famosos
retablos
En épocas posteriores destacan los tejedores, los alfareros,
los plateros, los orífices de las Culturas Nasca, Paracas, Mochica, Chimú e
Inca.
Pero, ¿qué podemos decir los peruanos acerca de las
actividades artesanales contemporáneas? Lo que podemos decir es que el arte
popular actual tiene una pujanza extraordinaria, en poder expresivo, en belleza
plástica y en raíz autóctona.
Podemos decir que cada región de nuestro país se caracteriza
por su producción artesanal vinculada a la materia prima propia de la zona. En
Huancavelica tenemos los "maquitos” o "botamangas", tejidos con
diseños estilizados y de gran colorido. En el Lago Titicaca, los habitantes de
las islas de Taquile y Amantani, destacan por sus tejidos.
En Puno hallamos los famosos toritos y otros ceramios de
Pucará. En Ayacucho, la alfarería de la Quinua en la que sobresalen los famosos retablos o San Marcos. Son notables
también las esculturas en piedra blanca o de Huamanga.
En mi tierra que es Santiago de Chuco son legendarios los
telares, las canastas de carrizo, las sillas de paja, las ollas de barro con
sus variedades en callanas, teteras, cazuelas y porongos.
5. Igual
fortaleza
Mención aparte merecen los mates burilados que son continuación
de un milenario arte andino y costeño, verdaderas enciclopedias de la vida
rural y urbana en diversas regiones del Perú, principalmente en la región
central.
En la artesanía cusqueña sobresalen los tejidos, el repujado
en cuero, el tallado en madera y las esculturas en barro de artífices como los
Mendívil y los Mérida.
En Piura, Huancayo y Ayacucho destaca la platería; en
Corongo los vestidos y disfraces de las pallas; en Jauja el vestuario de los
bailarines, así como en Puno el de las comparsas denominadas Las Diabladas.
Todo ello elaborado siempre con inagotable gracia, habilidad
y buen gusto. Y con el sustrato de mitos y leyendas en lo cual el Perú es rico,
excepcional y pródigo, y que hoy en día como ayer continúa expresándose con
igual o mayor fortaleza.
6. Obra
creativa
Precisamente, hace algunos años un organismo mundial como es
la Oficina de Turismo Internacional, con sede en Europa, convocó a nivel global
a un concurso de afiches de propaganda turística. En ellos cada país debía
expresar en forma gráfica la armonía y bondad de sus obras artesanales.
El primer premio recayó en un afiche de un manto de Paracas
que representaba un ser fabuloso, mitad hombre y mitad felino, obra hecha por
un anónimo genio del arte textil de hace dos mil años de aquella región
habitada antiguamente por seres que nos dejaron petroglifos que solo se lo
puede mirar desde el aire en las Pampas de Nazca.
En un siguiente concurso otro afiche peruano obtuvo también
el primer premio con la imagen de un ídolo de oro. Obra esta última de un
maestro anónimo inca de hace medio milenio, ratificándose así la celebridad de nuestra obra creativa en el campo de la artesanía.
7. Motivo
de orgullo
La artesanía o el arte popular en el Perú se remonta a miles
de años atrás, y en ella se transluce una cultura con valores que lo relacionan
al medio ambiente y a la sociedad de las diferentes etapas históricas. Es un
producto vivo y directo de la identidad de los pueblos. Domina en ella el arte
ingenuo o inocente, la visión candorosa del universo, que lo hace un arte
tierno, entrañable y amoroso.
Concita la adhesión su noción de infancia y de remitirse
siempre a la vida cotidiana, a la fiesta comunal y a la veneración de la naturaleza
considerada en la cosmovisión andina como deidad central de índole y carácter
sagrado a la cual se adoraba.
Introduce valores simbólicos de las culturas locales; como una
identidad variada y compleja y una concepción original que se complementa ahora
con el mestizaje que incorpora elementos de la cultura hispánica, como también
otros aportes de la época actual.
Todo esto y mucho más constituye la artesanía peruana de
ayer, de hoy y de siempre; floración magnífica del alma genuina de un pueblo de
un ancestro cultural riquísimo, motivo de orgullo y
admiración en el mundo entero.
Fotos 3, 4 y 7
Jaime Sánchez Lihón
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