20 DE MARZO
DÍA
DEL CUENTA CUENTOS
EL ARTE
DE
NARRAR
Todas las imágenes,
pinturas de Vincent Van Gogh
1. El primer
temblor
El hombre es el
ser vivo del universo que para vivir y crecer necesita que le narren historias,
así como requiere él mismo contarlas, sea oídas, leídas o inventadas. Proyecta
y multiplica su vida recreando sucesos de la realidad o de la imaginación en
donde se crean otras vidas prodigiosas, paralelas a esta.
Vida la nuestra en
la cual no nos basta sufrir y padecer lo que sufrimos o padecemos, sino que
hacemos que otros personajes también lo sufran o padezcan, dotándoles de
atributos con los cuales exorcizamos o ahondamos nuestros males y pesares; como
hallamos también caminos y senderos de cómo afrontar pena, y seguir abrigando
esperanzas.
Este signo es
algo primigenio, recóndito y raigal; y al mismo tiempo aquello constituye el
manantial más profundo de la literatura infantil. Pero preguntémonos: ¿Dónde y
cuándo nace esta cualidad del hombre para soñar, maravillarse y aspirar al
ideal? O bien, ¿cuándo y dónde se origina la capacidad de fabular, dándole a
ello pábulo, asidero y fascinación? ¿Cuál es ese primer temblor, pálpito o
corazonada que la ansía, la busca, la pretende y finalmente consigue?
2. En torno
a la hoguera
Se gesta este
ritual cuando hace 65 millones de años en el proceso de evolución de la vida
sobre el planeta tierra, un homínido cazador de la era cenozoica, desamarra la
aljaba que lleva en sus hombros, deja a un lado sus flechas, recuesta el arco a
una piedra, y se sienta a admirar el crepúsculo desde lo alto de una colina.
Y allí se queda,
contemplando hasta que al fondo de la cañada las luces amarillas, esmeraldas y
violetas, confundidas con lo intrincado de la floresta, le hacen ver que
corretea por los campos un jabalí empenachado de luces multicolores, tan grande
como el arco iris y tan luminoso como los rayos del sol que estallan en el horizonte.
Y que ingresando al centro de la laguna lucha con una sombra para finalmente
desaparecer ambos, significando lo pródigo y lo precario, el pasado y el futuro,
el bien y el mal en pugna.
Esa visión
conmueve tanto al joven cazador de hace miles de milenios de años que de
regreso a la tribu camina pensativo, lleno aún de visiones. Y cuando en la
noche hombres, mujeres y niños se acurrucan en torno a la hoguera, les narra su
hechizo y su tremenda fantasmagoría.
3. El hilo
de oro
En el campo de
la literatura infantil no hay ningún otro aspecto como la narración de cuentos
que se pueda reclamar con justo derecho a representar el origen, como el primer
brote y la manifestación primordial de aquella expresión artística surgida como
proeza del lenguaje oral.
Arte olvidado durante
mucho tiempo por el prejuicio de que todo lo infantil es falso y carente de
trascendencia. Y que ahora felizmente cada día en nuestros países viene recobrando
mayor importancia, valor y significación, desde cuando aquel homínido, en ese
instante antiquísimo que se pierde en la aurora de los tiempos, dejó que la
mariposa de la fantasía revoloteara a sus anchas dentro de su ser arrobado,
estrujándole con sus alas la cavidad más recóndita del corazón.
Para luego
configurarse como una historia con un argumento con su lógica y su razón, para
después cobrar forma mediante palabras orales que se susurraron y balbucieron,
para finalmente extraviarse en el cielo infinito de la ilusión. Y cuando en
torno al fogón de la cueva., y ante un público de ojos absortos y ávidos,
empezó a destejer el hilo de oro y espléndido de la creación literaria se daba
comienzo en ese momento a esta práctica suprema y milenaria como es la
narración de cuentos.
4. Así,
cada día
Allí surge; pero
lo extraordinario es que este hecho no quedó anquilosado en ese día
antiquísimo, lejano y ya arcaico; coincidente con el balbuceo de los primeros
lenguajes orales, sino que ese rasgo nimio pero milagroso, que no tenía ni el
estruendo del rayo ni la fragosidad de la lluvia, empezó a hacerse cotidiano y
a repetirse cada día y cada instante, y ya no solo al calor de la hoguera sino
cuando un padre amoroso se inclinaba ante el lecho de su hijo o hija, en el
aposento hecho de pieles de animales tiernos o feroces, donde se daba cabida a narrarles
historias que recorren el camino que va del sueño a la vigilia y viceversa.
Y casi siempre,
como las flores que hacen emerger sus capullos fragantes, estos hechos nacen
más en los lugares modestos y brotan ferazmente en los sitios en que los ojos y
las manos envidiosas de la opulencia de repente no quisieran que naciera.
Y así cada día,
sentados en torno quizás ya no al fogón hecho de leña del bosque, sino bajo el
haz de luces de las lámparas de neón, el padre y la madre amorosos son más
padres y madres que nunca, cuando sientan a los niños en sus regazos y ellos
corresponden abrazándose a sus cuellos, y empiezan a reunificar el mundo de lo
ocurrido y lo anhelado, de lo real y lo imaginado que enlazado por las palabras
salen de sus bocas en el formato de los cuentos.
5. Espacios
mágicos
Y se convocan a
seres objetivos y ficticios en el lenguaje con que se vierten, refiriéndose a
los hechos más simples y naturales de los cuales poco a poco se va pasando a
los más complejos y distantes, para luego desembocar en los cuentos fantásticos
y míticos de los pueblos aurorales.
Allí las voces
dejan su pesadez, su opacidad, su aprisionamiento en el mundo de las cosas y
saltan, chisporrotean o vuelan. O bien parecen extinguirse, apagarse y hacerse añicos
en la noche como la llama de la hoguera que nos reúne y cobija, como la lumbre
del candil que parpadea ante los relatos de almas en pena, de misterio y de
terror.
Estas horas
hondas, mágicas, absortas, ¿qué influencia profunda y grande tendrán en el alma
de los seres humanos, y más aún de quienes son niños? ¡En donde mediante la
magia de la palabra sugestiva recorremos mundos, nos introducimos por atajos e
inhollados caminos! ¡Y vamos a dar a espacios encantados y mágicos configurando
nuestros destinos!
6. A la proa
de una barca
Y nos
preguntamos: ¿qué sedimentos íntimos no se remueven de ese modo? ¿Y al
transitar por ellos la huella de nuestros pasos no quedará por estos o por
otros senderos para desentrañar quiénes somos y saber el destino que nos
espera?
¡Claro que sí! El
arte de narrar se logra cabalmente cuando podemos subyugar el alma de quien o
quienes nos escuchan, a tal punto que con el hilo de la voz es posible
llevarlos por moradas, paisajes y mundos impredecibles.
Convenciéndolos además
para que crean y sean cómplices de un riesgo y de una aventura suprema, cual es
urdir el destino de los seres que aparecen en nuestros relatos, y la suerte de
nosotros mismos; sea de los que contamos o de los que escuchamos conmovidos,
fascinados y comprometidos con una historia que no por ideal o soñada, deja por
eso de ser real y verdadera.
Tan verdadera
que Jesús a orillas del lago Tiberíades enseña su excelsa y sin par doctrina en
base a parábolas o cuentos. Y lo hace subido a la proa de una barca, y retirado
a unos cuantos lampos de la orilla a fin de dejar que las olas acompasen la historia
que se cuenta, y en donde se agrupa la multitud extasiada que hasta ahora lo
sigue.
7. El don
de amar
Allí es donde él
les platica acerca de un sembrador que arroja semillas hacia tierra: Algunas de
ellas caen sobre terreno rocoso y el viento y el sol terminan por hacerlas
estériles. Otras caen sobre espinas y abrojos, y entonces en la maraña no
alcanzan a ver la luz necesaria para germinar y crecer. Pero otras descienden
sobre la gleba fértil y buena, las mismas que al final se hacen plantas, echan
flor y fructifican.
Y así como éste
son muchos los episodios que él narra a la grey maravillada que le escucha,
todos aquellos relatos llenos de hondos significados y enseñanzas sublimes. Sus
discípulos están impresionados por esta forma de educar nueva y extraña para
ellos. Y tanto es su asombro que le preguntan: "¿Por qué les hablas usando
ilustraciones?", que así llaman ellos a los cuentos que si observamos bien
la naturaleza del vocablo que utilizan para denominarlas es tal como si fuesen
para ellos ayudas audiovisuales.
Jesús les
explica que una razón para ello es cumplir la palabra del profeta que predijo:
"Abriré mi boca con ilustraciones, publicaré cosas escondidas desde la
fundación". Pero el mayor significado es que "ilustraciones"
deriva de luz, que es sinónimo de iluminación. Y sirven para que se revele la
actitud y el don de amar y querer que hay en el corazón de la gente, y que es
el mismo fundamento del arte de narrar cuentos.
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