viernes, 20 de marzo de 2020

20 de marzo. Día del Cuenta Cuentos. / El arte de narrar.


20 DE MARZO
DÍA DEL CUENTA CUENTOS

EL ARTE
DE
NARRAR

 Danilo Sánchez Lihón



Todas las imágenes,
pinturas de Vincent Van Gogh

1. El primer
temblor

El hombre es el ser vivo del universo que para vivir y crecer necesita que le narren historias, así como requiere él mismo contarlas, sea oídas, leídas o inventadas. Proyecta y multiplica su vida recreando sucesos de la realidad o de la imaginación en donde se crean otras vidas prodigiosas, paralelas a esta.
Vida la nuestra en la cual no nos basta sufrir y padecer lo que sufrimos o padecemos, sino que hacemos que otros personajes también lo sufran o padezcan, dotándoles de atributos con los cuales exorcizamos o ahondamos nuestros males y pesares; como hallamos también caminos y senderos de cómo afrontar pena, y seguir abrigando esperanzas.
Este signo es algo primigenio, recóndito y raigal; y al mismo tiempo aquello constituye el manantial más profundo de la literatura infantil. Pero preguntémonos: ¿Dónde y cuándo nace esta cualidad del hombre para soñar, maravillarse y aspirar al ideal? O bien, ¿cuándo y dónde se origina la capacidad de fabular, dándole a ello pábulo, asidero y fascinación? ¿Cuál es ese primer temblor, pálpito o corazonada que la ansía, la busca, la pretende y finalmente consigue?


2. En torno
a la hoguera

Se gesta este ritual cuando hace 65 millones de años en el proceso de evolución de la vida sobre el planeta tierra, un homínido cazador de la era cenozoica, desamarra la aljaba que lleva en sus hombros, deja a un lado sus flechas, recuesta el arco a una piedra, y se sienta a admirar el crepúsculo desde lo alto de una colina.
Y allí se queda, contemplando hasta que al fondo de la cañada las luces amarillas, esmeraldas y violetas, confundidas con lo intrincado de la floresta, le hacen ver que corretea por los campos un jabalí empenachado de luces multicolores, tan grande como el arco iris y tan luminoso como los rayos del sol que estallan en el horizonte. Y que ingresando al centro de la laguna lucha con una sombra para finalmente desaparecer ambos, significando lo pródigo y lo precario, el pasado y el futuro, el bien y el mal en pugna.
Esa visión conmueve tanto al joven cazador de hace miles de milenios de años que de regreso a la tribu camina pensativo, lleno aún de visiones. Y cuando en la noche hombres, mujeres y niños se acurrucan en torno a la hoguera, les narra su hechizo y su tremenda fantasmagoría.


3. El hilo
de oro

En el campo de la literatura infantil no hay ningún otro aspecto como la narración de cuentos que se pueda reclamar con justo derecho a representar el origen, como el primer brote y la manifestación primordial de aquella expresión artística surgida como proeza del lenguaje oral.
Arte olvidado durante mucho tiempo por el prejuicio de que todo lo infantil es falso y carente de trascendencia. Y que ahora felizmente cada día en nuestros países viene recobrando mayor importancia, valor y significación, desde cuando aquel homínido, en ese instante antiquísimo que se pierde en la aurora de los tiempos, dejó que la mariposa de la fantasía revoloteara a sus anchas dentro de su ser arrobado, estrujándole con sus alas la cavidad más recóndita del corazón.
Para luego configurarse como una historia con un argumento con su lógica y su razón, para después cobrar forma mediante palabras orales que se susurraron y balbucieron, para finalmente extraviarse en el cielo infinito de la ilusión. Y cuando en torno al fogón de la cueva., y ante un público de ojos absortos y ávidos, empezó a destejer el hilo de oro y espléndido de la creación literaria se daba comienzo en ese momento a esta práctica suprema y milenaria como es la narración de cuentos.



4. Así,
cada día

Allí surge; pero lo extraordinario es que este hecho no quedó anquilosado en ese día antiquísimo, lejano y ya arcaico; coincidente con el balbuceo de los primeros lenguajes orales, sino que ese rasgo nimio pero milagroso, que no tenía ni el estruendo del rayo ni la fragosidad de la lluvia, empezó a hacerse cotidiano y a repetirse cada día y cada instante, y ya no solo al calor de la hoguera sino cuando un padre amoroso se inclinaba ante el lecho de su hijo o hija, en el aposento hecho de pieles de animales tiernos o feroces, donde se daba cabida a narrarles historias que recorren el camino que va del sueño a la vigilia y viceversa.
Y casi siempre, como las flores que hacen emerger sus capullos fragantes, estos hechos nacen más en los lugares modestos y brotan ferazmente en los sitios en que los ojos y las manos envidiosas de la opulencia de repente no quisieran que naciera.
Y así cada día, sentados en torno quizás ya no al fogón hecho de leña del bosque, sino bajo el haz de luces de las lámparas de neón, el padre y la madre amorosos son más padres y madres que nunca, cuando sientan a los niños en sus regazos y ellos corresponden abrazándose a sus cuellos, y empiezan a reunificar el mundo de lo ocurrido y lo anhelado, de lo real y lo imaginado que enlazado por las palabras salen de sus bocas en el formato de los cuentos.


5. Espacios
mágicos

Y se convocan a seres objetivos y ficticios en el lenguaje con que se vierten, refiriéndose a los hechos más simples y naturales de los cuales poco a poco se va pasando a los más complejos y distantes, para luego desembocar en los cuentos fantásticos y míticos de los pueblos aurorales.
Allí las voces dejan su pesadez, su opacidad, su aprisionamiento en el mundo de las cosas y saltan, chisporrotean o vuelan. O bien parecen extinguirse, apagarse y hacerse añicos en la noche como la llama de la hoguera que nos reúne y cobija, como la lumbre del candil que parpadea ante los relatos de almas en pena, de misterio y de terror.
Estas horas hondas, mágicas, absortas, ¿qué influencia profunda y grande tendrán en el alma de los seres humanos, y más aún de quienes son niños? ¡En donde mediante la magia de la palabra sugestiva recorremos mundos, nos introducimos por atajos e inhollados caminos! ¡Y vamos a dar a espacios encantados y mágicos configurando nuestros destinos!



6. A la proa
de una barca

Y nos preguntamos: ¿qué sedimentos íntimos no se remueven de ese modo? ¿Y al transitar por ellos la huella de nuestros pasos no quedará por estos o por otros senderos para desentrañar quiénes somos y saber el destino que nos espera?
¡Claro que sí! El arte de narrar se logra cabalmente cuando podemos subyugar el alma de quien o quienes nos escuchan, a tal punto que con el hilo de la voz es posible llevarlos por moradas, paisajes y mundos impredecibles.
Convenciéndolos además para que crean y sean cómplices de un riesgo y de una aventura suprema, cual es urdir el destino de los seres que aparecen en nuestros relatos, y la suerte de nosotros mismos; sea de los que contamos o de los que escuchamos conmovidos, fascinados y comprometidos con una historia que no por ideal o soñada, deja por eso de ser real y verdadera.
Tan verdadera que Jesús a orillas del lago Tiberíades enseña su excelsa y sin par doctrina en base a parábolas o cuentos. Y lo hace subido a la proa de una barca, y retirado a unos cuantos lampos de la orilla a fin de dejar que las olas acompasen la historia que se cuenta, y en donde se agrupa la multitud extasiada que hasta ahora lo sigue.


7. El don
de amar

Allí es donde él les platica acerca de un sembrador que arroja semillas hacia tierra: Algunas de ellas caen sobre terreno rocoso y el viento y el sol terminan por hacerlas estériles. Otras caen sobre espinas y abrojos, y entonces en la maraña no alcanzan a ver la luz necesaria para germinar y crecer. Pero otras descienden sobre la gleba fértil y buena, las mismas que al final se hacen plantas, echan flor y fructifican.
Y así como éste son muchos los episodios que él narra a la grey maravillada que le escucha, todos aquellos relatos llenos de hondos significados y enseñanzas sublimes. Sus discípulos están impresionados por esta forma de educar nueva y extraña para ellos. Y tanto es su asombro que le preguntan: "¿Por qué les hablas usando ilustraciones?", que así llaman ellos a los cuentos que si observamos bien la naturaleza del vocablo que utilizan para denominarlas es tal como si fuesen para ellos ayudas audiovisuales.
Jesús les explica que una razón para ello es cumplir la palabra del profeta que predijo: "Abriré mi boca con ilustraciones, publicaré cosas escondidas desde la fundación". Pero el mayor significado es que "ilustraciones" deriva de luz, que es sinónimo de iluminación. Y sirven para que se revele la actitud y el don de amar y querer que hay en el corazón de la gente, y que es el mismo fundamento del arte de narrar cuentos.


Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente

dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com

Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es



  *****
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:


*****

Teléfonos:
393-5196 / 99773-9575

Si no desea seguir recibiendo estos envíos
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.

No hay comentarios:

Publicar un comentario