23 DE MARZO
NACE RAÚL PORRAS BARRENECHEA
LECCIÓN
DE
DIGNIDAD
Danilo Sánchez Lihón
Raúl Porras Barrenechea
1. Paradigma
de historiador
– ¿Alguno de los presentes es del Perú?
–Pregunta desde la tribuna en la sala de recepciones del Ayuntamiento de la
ciudad de Trujillo en Extremadura, España, la señora que será nuestra guía de
las aproximadamente sesenta personas invitadas con ocasión de celebrarse en esa
ciudad uno de los varios actos de homenaje por el Quinto Centenario del
Encuentro de dos Mundos, en el año 1992.
– Yo soy del Perú. –Respondí, levantando la
mano.
– Le ruego venir aquí adelante, junto conmigo.
–Expresa. Yo avanzo, nos saludamos tendiéndonos la mano. Y continúa diciendo:
– Soy extremeña, graduada en Historia por
la Universidad Complutense de Madrid. Y quiero rendir en primer lugar mi
homenaje a un ilustre historiador peruano que para mí es un paradigma, el Dr.
Raúl Porras Barrenechea, en cuya documentación me voy a basar para ofrecerles
toda la información que les voy a brindar en esta visita guiada, siendo el Dr.
Porras del Perú quien mejor ha estudiado a Francisco Pizarro y a los
conquistadores españoles que incursionaron por los territorios del Nuevo Mundo
desde esta ciudad, superando a cualquier otro historiador incluyendo a los de
España, que nos preciamos de tener la mejor historiografía del mundo.
2. Por qué
entonces
Quien habla es una señora elegante, fina y
muy versada. De carácter amable y quien durante todos los días que duró esta
visita quiso que yo estuviera a su lado, lo que me satisfacía porque así
aprovechaba la información que ella nos brindaba y que yo podía recoger.
Allí corregí, por los estudios de Raúl
Porras Barrenechea acerca del origen de Francisco Pizarro que él no había sido
ni analfabeto, ni porquero ni truhan, así como tampoco los demás capitanes y
soldados de la conquista, como me enseñaron mis profesores de historia en la
educación primaria y secundaria y como era el común hablar y sentir de la gente,
sino que el Capitán de la Conquista del Perú fue de buen linaje e hijo del
Alcalde de la ciudad de Trujillo de aquella región pétrea y austera del flanco
occidental de España, limítrofe con el Portugal.
¿Por qué entonces esa imagen precaria de
que se embarcaron en las naves de la conquista de España hacia el Perú la hez
social de España compuesta por forajidos y malhechores, gente ruin y que
incluso liberaban de las cárceles a reos y delincuentes para venir a poblar
estas tierras, información que indudablemente no es cierta y, peor aún, que nos
hace daño?
3. Culto
de las ideas
Raúl Porras Barrenechea corrigió estos
desaciertos dedicándose a los estudios de historia en cuerpo y alma. Para ello no
contrajo matrimonio, no se le conoció una novia, ni tuvo hijos. Toda su vida
estuvo consagrada al estudio y la investigación. Tampoco tuvo ninguna conducta
equívoca ni debilidad en cuanto a su sexualidad. Nadie jamás se atrevió a
empañar con ninguna sombra su intachable conducta, siendo una persona cuya casa
la tenía abierta a todo aquel que quisiera beneficiarse de su magisterio.
Para lo cual era una persona afable,
simpática y atractiva; de luminosos ojos azules, rubio y enérgico; un caballero
seguro, confiado y feliz. Gran expositor, orador contumaz y quien sabía
comunicarse muy bien en cualquier ocasión. Era conversador animoso y brillante.
Un hombre admirado, venerado e ídolo para sus alumnos.
Y sin embargo austero, casto e íntegro, sin
ninguna veleidad en su comportamiento, sin ninguna inclinación para establecer
relaciones de pareja, porque su razón de ser y su sentido de la vida era el
culto de las ideas, el consagrarse a un ideal, el conocimiento de la verdad
histórica y la interpretación de la realidad. Las tres amantes a las cuales
consagró dedicación apasionada fueron la historia, la educación y la patria.
4. El aliento
soterrado
Su efusión fue enseñar; su campo de batalla
fue la investigación histórica, como su entrega era el apostolado por hacer
magisterio, por ser maestro imbuido de una convicción profunda; maestro de
alma, de raza, para lo cual incluso no necesitaba un aula, sino el patio, el
corredor, la calle, como también hizo de su propia casa una universidad.
Tuvo una infancia melancólica porque su
padre murió en un duelo a muerte cuando el amor de su madre por su esposo era
casi rayano la divinización. De allí su actitud frente al mundo, de acoger a
los jóvenes de inteligencia brillante y de corazón auténtico y genuino para
ahondar en las ideas y esclarecer en los hechos significativos el curso de la
realidad.
¿Cuál era su eje y su inspiración
fundamental? El espíritu, la perdurabilidad, lo trascendente. Y aún más el
aliento soterrado o el hálito y vigor escondido. Y que había que descubrir
principalmente en el polvo de las bibliotecas, casi en el fondo de lo
inhallable, en la luz impalpable de lo que vivifica y da esperanzas. Animaba la
razón de su existencia la vibración de aquello que está en el fondo de lo
aparentemente inerte. Y que si no se lo rescata a tiempo muere, se esfuma y
desaparece para siempre.
5. Convenció
a todos
Su sentido de la historia viva la tuvo cuando fue Canciller
de la República del Perú en el gobierno de Manuel Prado Ugarteche.
Presionados por Estados Unidos a fin de imponer a Fidel
Castro y a la hermana República de Cuba sanciones por la instalación de un
régimen no capitalista, pese al mal cardíaco que padecía, expresó, advirtiendo
la tramoya que se había urdido contra Cuba:
…que no
estaba dispuesto ni a “que lo avasallen
ni que se arrastre la dignidad del Perú”. Y expresó más cuando advirtió el
agravio que se preparaba en contra del país hermano del Caribe: “¡Voy, aunque me muera!”. –Dijo.
Y concurrió a la VII Reunión de Cancilleres Americanos
efectuada en San José de Costa Rica, entre el 22 y 29 de agosto de 1960.
Y tal como lo dictara su conciencia, para sostener su defensa, pese a
la orden que se le había dado de votar a favor de la expulsión de Cuba del
sistema interamericano de países.
6. Dos
telegramas
En su discurso, que fue inaugural, defendió el principio de
libre determinación de los pueblos y de no intervención, como era la tradición
del Perú.
Y lo hizo de manera tan brillante y encendida que convenció
a todos, tanto que el representante de Estados Unidos reportó a su gobierno de
que estaban solos.
Pero no se hicieron esperar las llamadas telefónicas
urgentes, desesperadas y afónicas.
Y en ese momento fue cuando las órdenes de los gobiernos a
sus cancilleres allí reunidos, fue taxativa y explícita de votar por el cerco a Cuba.
Se dice que Raúl Porras recibió dos
telegramas desde el Perú:
Uno conminatorio, de la Presidencia de la República de ese
entonces, y del propio jefe de estado: Manuel Prado Ugarteche, ordenándole votar por el bloqueo y
aislamiento del pueblo cubano y a favor de las sanciones propuestas por Estados
Unidos...
7. Lección
de dignidad
Pero, al mismo tiempo, recibió otro telegrama de sus alumnos
de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde le expresaban que
confiaban en la honestidad y el ejemplo de su maestro. Porras puso los dos
telegramas en cada una de sus manos y dijo:
– A ver, ¿para qué platillo de la balanza se inclina la
historia? ¡Ah! Para lo que me reclama y exige la juventud, que es límpida,
sincera y fraterna.
Fue el único voto que no sancionó a Cuba. Tomó el avión de
regreso y ya en el aeropuerto mismo entregó su carta de renuncia como Canciller
al edecán de Palacio que había concurrido no para recibirlo sino para citarlo en
ese mismo momento al Palacio de Gobierno.
La carta ya la tenía escrita, enrumbándose más bien a su
domicilio. Tres semanas después, el 27 de septiembre moría en su casa de
Miraflores.
Esta fue su última lección de dignidad, de historia y de lo
que es ser maestro. Y con ello nos dejó escrita una página de orgullo que todo
ciudadano libre del Perú blande acerca de nuestra hermandad intachable con el
pueblo de Cuba.
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