viernes, 29 de mayo de 2020

29 de mayo. Vallejo, raíz y savia del Capulí.


29 DE MAYO

VALLEJO,
RAÍZ Y SAVIA
DEL CAPULÍ

ENTREVISTA
A DANILO SÁNCHEZ LIHÓN


Danilo Sánchez Lihón


MARA L. GARCÍA, PHD
BRIGHAM YOUNG UNIVERSITY
UTAH, EEUU

1.

Mara García: Antes de todo, muchas gracias profesor Danilo Sánchez Lihón por su tiempo para atender esta entrevista. Y para empezar me gustaría preguntarle: ¿cuál es la conexión entre Capulí, Vallejo y su Tierra y el poeta universal César Vallejo?
DSL: Es una conexión plena, total y absoluta, puesto que es él quien inspira este movimiento; pero esa ligazón tiene de por medio a todo un pueblo y, si es posible, a toda una cultura, y a la humanidad. Capulí es un encargo directo que nos hace el propio César Vallejo, a quienes somos sus paisanos, sus coterráneos, su “sangre amada”; con quienes él se entiende y a quienes tiene confianza y conoce. De allí que son tareas que asumimos con el máximo de identificación, responsabilidad y fervor, porque constituyen el evangelio de la solidaridad y fraternidad humanas.

MG: El vate universal es la esencia y el alma de la organización.
DSL: Y esto deviene de encontrar que Vallejo es eje, centro y punto de partida y columna de apoyo de una serie de perspectivas en lo afectivo, cognitivo, político, social, pedagógico, cultural y espiritual. Él es un hombre clave. Es una piedra angular de 12 y más ángulos. Y no porque solo sean doce sus horizontes de sensibilidad, reflexión y acción, sino porque doce es un número cabalístico que quiere significar el todo. Como decía con íntegra convicción y certidumbre José María Arguedas, "Vallejo es el principio y el fin".

Dra. Mara L. García

2.

MG: Entonces, ¿es difícil llevar la insignia y el emblema vallejo?
DSL: Es una insignia de fuego. Y se es exigente por ser Vallejo un poeta de culto, a quien acercarse supone mucha autenticidad. Y, de otro lado, porque llevar el nombre de César Vallejo es de una altísima significación y constituye un gran honor, un gallardete y una distinción muy enaltecedora. Es una responsabilidad que hay que merecerla cada día y cada momento.
Es una investidura ante la sociedad, de la cual somos conscientes que el principal atributo para el ejercicio de nuestros actos y funciones ha de ser la honestidad, que a partir de asumirla pueden ocurrir dos situaciones: Una es que no tomemos conciencia y desgastemos dicho nombre. O, por el contrario, que tengamos conciencia de ello y llevemos ese nombre con honor. Y ese es el hincapié que ponemos en nuestro esfuerzo.
Pero es importante no solo llevar el nombre y contar con la presencia icónica del poeta sino, y sobre todo, asumir los valores que César Vallejo encarna, que son muchos. En primer término, es que no es él un poeta académico, sino vital y hasta de combate, de lucha y de reivindicación por todo lo humano, y más lo humano herido, maltratado y ofendido, que hay que curar, sanar y redimir.

Poeta César Vallejo. Pintura de Agustín Rojas

3.

MG: Y, ¿cómo se puede superar esa imagen de un vallejo pobre, atribulado en un espacio de sufrimiento hasta cierto punto carente y necesitado de todo?
 DSL: Y que no es una imagen superficial, porque hay una aparente orfandad en Vallejo, una penuria y hasta una supuesta carencia; situación que se establece hasta cierto punto por relación dialéctica, por lucha y unión de contrarios. Porque en el fondo él es un ser henchido, lleno de contenidos y esencias, un ser pleno y vigoroso.
Por ejemplo, es un ser nutrido del ser de la madre, y sin embargo en este aspecto es como si no la tuviera, a quien extraña y reclama tanto que da la impresión que ella estuvo siempre ausente y distante, cuando es totalmente lo contrario, la unión entre ambos fue absoluta y cabal, el uno es para el otro y el cariño entre ambos fue tierno y entrañable.
Él reboza de amor porque es el shulca y lo amaron de un modo que él mismo confesó que era tanto que quizá así le hicieron daño. Sin embargo, da la sensación como si el cariño le hubiera sido escaso y que por eso lo anhela. Y que en relación a la madre, o que no está o que ha partido, se ha ido o ha muerto, siendo que más bien ella nunca deja de habitarlo ni morir para él.
Indudablemente es un hueco y un vacío en César Vallejo, pero porque él cava mucho en esa presencia. Entonces, por oposición y paradójicamente pareciera que fuera insolvencia, privación, angustia y falta de algo. Y no lo es. Él la pretende y tiende sus brazos huérfanos hacia ella. Pero en el fondo está lleno de madre. Es más: la carga consigo mismo por todos los caminos como una cruz de fervor.

La madre de César Vallejo

4.

MG: ¿También la pobreza de César Vallejo es una pobreza aparente, no es cierto?, porque él realmente fue un ser muy dotado de dones espirituales y de un ingenio muy original.
DSL: Ahí tenemos. También es una situación contradictoria. Porque él era dueño de todos los talentos. Y de una extraordinaria riqueza como ser creativo que era. Tanto es rico que, en este aspecto, es como la pobreza aparente del Perú, porque en el fondo creo que no hay país más rico y culturalmente asombroso en el mundo.
Y dicha riqueza se funda en que César Vallejo es un hombre con raíces, con identidad, pleno de madre, con matriz y lugar de nacimiento, con techumbre y solar, y con fondo inacabable. Es un ser lleno de todos los dones, ahíto de la humanidad convulsa y en hervor, de aquella que se nutre de lo más prístino, como es el ser de la madre.
Porque si tenemos madre lo tenemos todo. Tenemos ubicación y pertenencia. Pertenecemos a alguien y somos parte de algo. Siendo así no estamos solos en el mundo, ni como brizna batida por el viento ni como poñita tirada y arrastrada por las aguas de la acequia o del torrente, como lo aparenta a veces César Vallejo.

MG: La madre es el remedio que le da fortaleza a vallejo y llega a ser una presencia esencial en su vida, como se lee en sus cartas, y en su obra creativa.
DSL: Aquella conexión directa y fluida con el ser de la madre nos hace sabios y resistentes. Los andinos podemos ser muy pobres y marginales aparentemente, pero tenemos madre, así ella haya muerto, la llevamos dentro de nosotros mismos. Siendo así, en el fondo somos poderosos e invencibles, de allí la proeza suprema de nuestra cultura, que pese a las pruebas más extremas ha sobrevivido y salido airosa.
Por falta de recursos económicos o tecnológicos podemos merecer hasta conmiseración. Pero aquellos aspectos no son lo esencial y resultan algo secundario y hasta banal ante el hecho de que tenemos madre, con plenitud de mundo y de universo. ¿Podrán decir lo mismo aquellos que pertenecen a los llamados países ricos o desarrollados? ¿En qué son ricos? ¿Porque presentan superávits aparentemente en todo? ¿Lo tendrán en la emoción, en la hondura y en la vastedad de lo que es tener madre? ¿Tienen como nosotros a la tierra como progenitora? Como sí lo tenemos y lo sentimos nosotros los andinos. ¿Quiénes son ricos entonces? ¿Ellos o nosotros?

Capulí, en la casa de César Vallejo

5.

MG: En la obra de César Vallejo la imagen de la madre está muy presente, inclusive hasta después de muerta éste le confía su tristeza y tiene encuentros inadmisibles con ella. Esa relación madre/hijo es muy marcada en Vallejo ¿es la madre un elemento esencial en el mundo andino?
DSL: Un andino tiene madre en todo, así esté muerta o así nunca alguien haya conocido a su madre biológica, como en José María Arguedas en que su madre fue finalmente la vieja india Cayetana o la comunidad indígena de la hacienda de Viseca.
Muerta la madre un chuco, como lo somos nosotros, los nacidos en Santiago de Chuco, la tenemos más presente todavía, como lo evidencia César Vallejo cuando expresa: "Madre, mañana me voy a Santiago / a mojarme en tu bendición y en tu llanto". Lo dice como si tuviera a su madre presente, pese a que ella ya había muerto cuando él escribe este poema.
Pero, es más: es como si él la tuviera delante suyo, allí presente, escuchándola y él conversara con ella, cuando en verdad va a su encuentro porque ese poema lo escribe en la víspera de viajar a Santiago de Chuco y cuando ella ya es difunta desde hace cerca de dos años.
Es que él lleva no solo a su madre, sino que carga con su casa y hasta porta consigo en su alma a Santiago de Chuco, su pueblo mismo. Lleva consigo a su tierra adentro. Carga con su raíz y su árbol, con su bosque y sus montañas; con sus ríos, puentes y caminos. Y, como ocurre en general con todos los andinos, que llevamos todas nuestras querencias a cuestas, en la alforja de nuestro pecho o en el quipe de nuestros hombros. Y con esos atados nos levantamos y nos acostamos cada día en los países lejanos hacia donde la suerte nos ha arrojado.
Pero, incluso, estando confinados allí, dormimos en verdad en nuestras casas de la infancia, envueltos en nuestros paisajes y hasta acompañados por nuestras mascotas en el recuerdo. Ciudades distantes donde subimos a un tren o a un autobús y con él sube todo el mundo que aparentemente hemos dejado, pero que cargamos con él, repletos, conmovidos y sollozantes.

Ligados a la tierra madre

6.

MG: ¿Y cuál es el Vallejo que más resalta y caracteriza Capulí, Vallejo y su Tierra?
DSL: El que buscamos es el Vallejo vivo, el que está presente en cada persona real y actuante, aquel que palpita en cada ser concreto, aquí y ahora. Actual, activo y vigente en este momento. Y para lo cual nos sirve como un referente el Vallejo biológico, biográfico o histórico. Pero no queremos quedarnos anclados en el Vallejo literato, formal y canónigo.
Nos obsesiona encontrar a Vallejo encarnado en cada uno de nosotros y de las personas presentes, de manera activa en cada persona en concreto, pero particularmente en aquellas que forman parte de su origen, de su ancestro y de su telúrica, como es el mundo andino, tan amedrentado, a quienes se los ha marginado en todo, y arrebatado no solo sus tierras sino también sus destinos.
Pero no solamente lo buscamos y lo encontramos aquí, en la casa y en la piedra interiores, sino allá, allende los mares, en la fraternidad humana universal, porque el mejor homenaje que podemos hacerle a aquel hombre sufrido que fue César Vallejo, es cumplir sus ideales, y ver realizada su utopía no solo en los andes del Perú sino en todos los confines de la tierra.
Por ende, el mejor homenaje por ahora es que su pueblo, que es el Perú, sea atendido y sus problemas solucionados. Y no hacerles tanto caso a los homenajes formales, rituales que muchas veces desvirtúan incluso su significado y trascendencia.

Ingreso de Capulí a Santiago de Chuco

7.

MG: Bueno, encaja con todo esto, puesto que Vallejo representa la solidaridad y la fraternidad universal.
DSL: Es Vallejo quien nos está ofreciendo el pan de cada día que tiene otro sabor y otra esencia como es el pan compartido. El pan dividido en pedacitos para todos, que tiene otra esencia de pan.
Porque el pan Vallejo, los pedacitos de pan fresco que hizo en el horno de su corazón, es pan que se reparte a todos, que no se lo vende, no es el pan de la sociedad de consumo. Es el pan espiritual, anímico y fraternal.
Porque además del pan literario que ya es, porque creo que no hay un minuto ni espacio en el Perú en que no se esté leyendo o recitando a César Vallejo, es importante avanzar a concebirlo como el pan nutricio para ser solidarios y vencer a la muerte alcanzando la eternidad aquí en la tierra.
Porque Vallejo vence a la muerte, en “Masa”, mediante la hermandad de todos los hombres, haciendo un ruego y adoptando una decisión unánime, al unísono e inquebrantable.
Ese es el pan moral, es el pan de amor. Ese pan es el que compartimos en Capulí, Vallejo y su Tierra. Y queremos extenderlo hacia todo el país y el mundo. Porque, ¿quién no es vallejiano en el Perú? ¿Y quién no debe serlo en el mundo?

Parada de Capulí en el exterior de la casa de César Vallejo

Fotos 1, 5, 6 7 y 8
Jaime Sánchez Lihón 


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