martes, 2 de febrero de 2021

2 de febrero. Día Mundial de los Humedales. / Conciencia del agua.


2 DE FEBRERO, 2021
DÍA MUNDIAL DE LOS HUMEDALES

CONCIENCIA
DEL
AGUA

Danilo Sánchez Lihón





la dirección del agua
que corre
a ver su límite antes que
arda.
César Vallejo


1. El agua
no solo es agua

 

El agua no solo es agua. Hay agua de pozo, de lluvia, de cántaro, que son distintas aguas. Hay el agua de la cañada, que es torrente que baja pujante, impetuoso y aciago.

Hay el agua espumosa y rumoreante de las cascadas. Y hay el agua quieta, mansa y cristalina de las albercas fantasmales que ocultan misterios indescifrables.

Cada una tiene su sabor, su color, su aroma y su propia textura. Como también su propia resonancia y temblor.

Hay agua de avalancha, de río que se desborda, que arrasa, destruye y siembra muerte, pánico y dolor. Y hay agua fresca de manantial que calma, sana y redime. Agua sosegada, transparente y casi irreal.

No es lo mismo el agua que tú me alcanzas, mujer, y que tiene la forma de tu boca, de tus manos, y hasta incluso de tus senos maternales. Distinta al agua que abandonado alguien recoge del caño lejano de donde regresa con el balde, cejijunto y solitario.

 


2. Extensa

franja

 

El agua abunda en la naturaleza formando océanos, mares, lagos y ríos exiguos o caudalosos, ocupando las tres cuartas partes de la superficie de nuestro planeta. Y existe como lluvia, nieve y hielo en la superficie del globo terráqueo. O bien vapor, nube y neblina suspendida en el aire. Pero también permanece de una manera no visible; por ejemplo, como humedad en la atmosfera.

En nuestro país, debido a las marcadas diferencias de nuestro clima y suelo, hay variaciones en la regularidad, volumen y candad de las aguas. Por eso, es necesario alentar y construir una conciencia acerca del valor del agua y su trascendencia.

De que es importante ser justos y equitativos con ella. Que hay que saber cuidarla, valorarla y hasta venerarla. Y saber cómo está conformado nuestro país en relación a este recurso básico para la vida.

Así, de que contamos con una extensa franja marítima que recorre nuestro litoral de sur a norte y cuyo ancho es de 200 millas. Y que tres son nuestros sistemas fluviales fácilmente reconocibles: el del Océano Pacífico, del Océano Atlántico y del lago Titicaca:

 


3.  Distintas

vertientes

 

La vertiente del Pacifico está formada por ríos que nacen en la cordillera andina, cuyo volumen anual de aguas se utiliza con fines agrícolas, aunque no resulta suficiente por la irregularidad de los caudales, pues es abundante durante el verano y escaso el resto del año.

También, potabilizada, se emplea para abastecer el consumo humano y para generar energía eléctrica, como es el caso de las centrales hidroeléctricas de Huinco que mediante un túnel trasandino de diez kilómetros de longitud transporta de forma subterránea las aguas de la laguna de Marcapomacocha situada en Junín,

O la Hidroeléctrica del Mantaro que su estructura incluye a tres departamentos de nuestro país, cuáles son: Junín, Ayacucho y Huancavelica. O la del Cañón del Pato, del río Santa en el departamento de Ancash.

Abarcando otro ámbito e inmensa región, los ríos que vierten sus aguas en el Océano Atlántico son caudalosos y sus aguas son empleadas en el abastecimiento de sus poblaciones para el riego de tierras, como vía de navegación y también con fines industriales tanto en la minería como en la generación de energía eléctrica en la sierra y en la ceja de montaña.

 


4. Represas

y reservorios

 

La vertiente del Titicaca está formada por ríos que nacen entre los 4,000 y 6,000 metros de altitud sobre el nivel del mar.

El volumen de sus aguas es alimentado por las lluvias estacionales, originándose un caudal torrentoso entre diciembre y abril. Casi la totalidad de estas aguas se utiliza en la agricultura.

Pero necesitamos más agua, los pueblos van a morir porque no tienen agua. El agua es nuestro mineral más precioso.

Esas sí son vetas de oro puro, agua pura para regar nuestros campos, savias nutricias para hacer que los andenes se reconstruyan, y hasta para que las piedras florezcan.

A fin de almacenar el agua, que de lo contrario se perdería en el mar, aún más en época de lluvias, se realizan grandes obras de ingeniería, como son las represas y reservorios que almacenan el agua.

Son algunas represas principales en el Perú, las siguientes:

 


5. Multiplicada

esperanza

 

– Represa Cerro de Águila, en el río Mantaro, Huancavelica.

– Represa de Poechos, en el río Chira, en Piura.

– Represa Gallito Ciego, en el río Jequetepeque, en Cajamarca.

– Represa San Lorenzo, en el río Quiroz, en Piura.

– Represa de Condoroma, en el río Colca, en Arequipa.

– Represa El Fraile, en el río Blanco, en Arequipa.

– Represa Aguada Blanca, en el río Chili, en Arequipa.

– Represa El Pañe, en el río Negrillo, en Arequipa.

– Embalse Pillones, en el río Pillones y Sumbay, en Arequipa.

– Represa de Angostura, sobre el río Apurímac, en Arequipa.

– Represa Tinajones, en el río Chancay, Chotano y Conchano, en Lambayeque.

– Represa Limón, en el río Huancabamba, en Cajamarca.

– Represa Palo Redondo, en el río Santa, en la Libertad.

– Represa Gera, en el río Gera, en San Martín.

– Represa Huinco, en el río Santa Eulalia, en Lima.

– Represa Lagunillas, en el río Ramis, en Puno.

– Represa Choclococha, en el río Pampas, en Huancavelica.

 


6. Vida

sana

 

Ellas permiten una mejor y mayor utilización de este recurso en los terrenos agrícolas y una adecuada satisfacción de la demanda de agua, sea como agua potable o para hacer funcionar las turbinas que generan energía eléctrica, de las cuales se proveen las grandes ciudades.

Sin embargo, siendo estas represas fundamentales, debiéramos almacenar más agua en épocas lluviosas como la actual, en que los ríos cargan de caudal y hasta inundan nuestros lugares poblados.

Con una política de construir más reservorios pequeños y guardar agua, y hasta sembrarla haciéndola que penetre a la napa freática para tener agua en puquiales y humedales en los períodos del año en que el agua escasea.

Es importante entre nosotros desarrollar una cultura y una conciencia de la importancia del agua para una vida sana y de calidad para nuestros pueblos. 




7. Ni debajo

ni al pie

 

En la cultura andina se supo apreciar el agua como un recurso de vital importancia, y fundamental en la vida de los seres humanos, animales y plantas. Se la reverenció el agua y su salubridad y cuidado era política de estado en el imperio del Tahuantinsuyo.

Y aún hoy se celebran fiestas y ritos de adoración dedicados a honrar la presencia de este bien en nuestras vidas. Y la comunidad en pleno se organiza y viste de gala para asistirla y cuidarla.

Y, para terminar tal como empezamos, señalando distintos tipos de agua, también considerar que hay el agua del bautismo y la ablución, que unge y exorciza, que salva y tiende un arco entre este y otros mundos.

Es agua que no corre debajo ni al pie, ni se alza por los aires, sino que se tiende en el fondo de nuestras almas haciendo un puente que une esta y otras vidas.

Es el agua que eleva nuestras vidas hacia una dimensión eterna e infinita. Y que nos redime de nuestra condición mortal, y la sublima en una dimensión trascendental, excelsa y divina.

 

Fotos 1, 2 y 7
Jaime Sánchez Lihón

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