8 de abril. En el Mes de las Letras. / La adivinanza que somos.

8 DE ABRIL

EN EL MES DE LAS LETRAS

ADIVINANZA

QUE SOMOS

Danilo Sánchez Lihón

Leonor Sánchez Mayorga

@leomidestino

Homenaje

a Leonor Sánchez Mayorga

Galería de pinturas

1. Salva

la vida

Las adivinanzas son piezas breves pero precisas en su verdad y en su belleza, exactas en su encanto rítmico, que nos convencen en cada uno de sus señales vitales.

La buena adivinanza es casi una canción con melodía exacta, de una musicalidad profunda, con un ritmo y compás como un fruto natural que nos subyuga por su exquisitez, hermosura y delicia.

Nos encandilan porque debajo de ellas hay una realidad bañada en poesía, por la autenticidad de su compás y por la sonoridad de sus frases. Que de un hecho nimio compone toda una filosofía de la vida:

Bajo la tierra he nacido
sin camisa me han dejado,
más todo aquel que me ha herido,
por alegre que haya estado,
cuando me ha herido ha llorado.
LA CEBOLLA

Por eso, se salva y salva la vida de los demás quien convierta su destino en una adivinanza, y quien alcance a realizarlo como quien alcance a responder la adivinanza que es él mismo de manera inagotable.

2. Piedra

sobre el río

Creadores literarios de reconocido talento y genio han escrito adivinanzas que luego han pasado a ser anónimas. Porque no hay mayor homenaje que hace el pueblo a lo bueno y perfecto en literatura que haciéndolo suyo y volviéndolo anónimo. Adoptándolo y quitándole el nombre del autor particular para reconocerla, por su excelencia y valor, como patrimonio cultural del género humano. Así:

En la calle me toman,
en la calle me dejan.
En todas partes entro
de todas partes me echan.
EL POLVO

Pero, el bueno de Amado Nervo escribió esta adivinanza, que la he visto ya sin nombre de autor:

¡Qué hermoso!,
de piedra sobre el río,
abajo la corriente,
arriba el caserío.
¡EL PUENTE!

3. Alumbra

sin ser estrella

y Juan Bautista Grosso escribió esta otra:

Yo soy la espiga
yo soy el grano
yo soy la harina
yo soy el pan,
somos hermanos
que alimentamos
desde hace siglos
la humanidad”.
EL TRIGO

Y en “El Libro de las Adivinanzas” el poeta peruano Arturo Corcuera nos propuso adivinanzas como las siguientes:

– Con una túnica blanca / por la noche se desliza. LA TIZA.
– Alumbra sin ser estrella / relincha sin ser caballo. EL RAYO.
– Envejece caminando / cada paso es un mal rato. LOS ZAPATOS.
– Un pájaro de metal ora y canta esta mañana. LA CAMPANA.
– No llegará a ser caballo / ni su dueño a ser jinete. EL CABALLETE.
– Una vida por los suelos / y además soba que soba. LA ESCOBA.
– Nadie niega que es un mundo / que a medio mundo alborota. LA PELOTA.

4. El aire

de la mañana

Desde otro ámbito, esta vez desde la escuela, Elmer Moreno Martel del Perú nos donó la siguiente:

Cómo baila de contenta,
cómo baila en el salón,
le han pintado el rostro negro
con ticitas de color.
LA PIZARRA.

Y Vinicius de Moraes, poeta brasileño a quien le guardamos inmenso respeto y cariño, es autor de esta que es mi preferida:

“De un lindo salto
ágil y seguro
al rato salta
del suelo al muro.
¿Qué será?”
EL GATO.

Este “¿qué será?” es infinito. Es el cielo y el aire abierto. De allí que podamos decir que el espacio de una adivinanza es el firmamento vasto e ilimitado. Es el aire de la tarde o la mañana por donde se pierden nuestros ojos tratando de dar con la solución anhelada.

5. Caminando

conmigo

También desde el Perú, Francisco Izquierdo Ríos nos propuso esta bellísima adivinanza:

En la punta de débil hierba
he visto un cristal tan pequeño,
ahí caven el sol, el cielo y el río.
EL ROCÍO.

Y Rosa María Rojas la siguiente, que en realidad resulta siendo un poema:

Limón de plumas,
retama en jaula,
de qué campiñas?
¿De qué mañanas?
EL CANARIO.

Y José Ruiz Rosas escribió:

Curiosa y alta testigo
de toda la oscuridad,
va caminando conmigo
como una helada verdad.
LA LUNA.

6. Juegos

de palabras

En otro plano, y como estudioso y recopilador de adivinanzas en el Perú, destaca indudablemente José Respaldiza Rojas, quien entre nosotros es quien más ha dedicado paciencia, ingenio y esmero, no solo a la adivinanza sino a todo objeto verbal pequeño, aunque brujo y hechicero, quizá por estar vinculados al secreto y a lo etéreo. Y así como en las adivinanzas, José trabaja en los trabalenguas, conjuros, candombes, jitanjáforas y hasta nonsenses.

A cada uno de estos temas el profesor Respaldiza, quien recibió el Premio Nacional de Fomento de la Lectura y fue decano en la Universidad Nacional de Educación La Cantuta, ha dedicado sendas publicaciones; iniciando su investigación con su tesis de grado para obtener el título de magister en educación con el tema de las adivinanzas, donde sostiene que ella es un recurso fundamental en la pedagogía para motivar en el niño el aprendizaje.

En este campo publicó el año 1991 un libro fundamental, como es: “La maestra adivinanza”, y otros como: “Adivinanzas quechuas”, “Adivinanzas impublicables”, “Jintanjáforas, adivinanzas y otros juegos de palabras”.

7. ¿Qué son

tus ojos?

Dijes, abalorios y talismanes, las adivinanzas que ruedan, se quedan, avanzan. Que son como los ríos en cuyas aguas nunca nos bañaremos dos veces.

Considerando que habitamos un mundo en donde todo es adivinanza. Así, lo que en estos instantes miro: el lápiz, el cuaderno, la puerta, la ventana, la flor, la rama, el árbol, el cielo azul, el sol posado en el umbral y alargándose por el suelo.

Y es que, así como hay fórmulas científicas para cada cosa y que son verdad, hay también fórmulas verbales que igualmente lo son. Fórmula verbal para los seres y las cosas en su sentido y dimensión de volverse aura, espíritu y encanto.

Porque, finalmente, ¿qué somos los seres humanos? ¿Entre todos juntos y cada ser en concreto? ¡Adivinanza! Y, ¿qué es el mundo, y cada cosa y cada grumo de tierra, sino adivinanza?

Y, ¿qué son tus ojos, niña mía del alma, para mi corazón anhelante, sino inmensas e incontestables adivinanzas?