15 DE DICIEMBRE
TRAYECTORIA DEL MOVIMIENTO CULTURAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
MEMORIA
DE UN
CAMINO
Danilo Sánchez Lihón
Si algún mérito espero y reclamo
que me sea reconocido, es el de
haber
metido toda mi sangre en mis ideas”
José Carlos Mariátegui
1. Blasón
y estandarte
Creo
firme y sinceramente que César Vallejo previó al movimiento cultural Capulí,
Vallejo y su tierra, que él previno que se formaría en torno a sus latidos y a
sus pasos.
Y lo avistó,
por un lado, en lo que Capulí tiene de encanto, de gracia y dulzura; que se
plasma en lo que es el retornar a su tierra y al lugar de su origen.
Y que hasta
lo concibió para que se realizara en el mes de mayo, escribiendo ese hermoso poema
titulado Mayo; y en relación al mundo andino, a fin de exaltarlo, defenderlo y erigirlo
como enseña. Y que lo diseñó, al evocarlo en el poema “Idilio muerto”, cuando
dice:
Que estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita
de junco y capulí.
Que
tiene de remembranza, pero también de arraigo y adhesión; como también de exhortación,
de llamado y apelación urgentes para cerrar filas y hacer algo.
Y que
se lo siente evidente al contemplar inhiesto el árbol del capulí en el centro
del patio de su casa nativa, en Santiago de Chuco, como una insignia, un
estandarte y un blasón.
2. Capulí
de obrería
Pero
César Vallejo nos legó no solo aquel capulí de arrobamiento, de embeleso y de
ilusión, sino otro de tono y talante opuesto; diferente y más adusto, al hablar
misteriosamente de otro capulí que él denomina: “capulí de obrería”. Raro, ¿no?
¡A quién se le ocurre!
Pero lo
llama así en el poema VI de Trilce. ¡Y qué más explícito puede ser en el
sentido de concebirlo en relación al trabajo! Como a su posterior reclamo de
que ¡hay hermanos muchísimo qué hacer! Y eso es lo que se ha dedicado a construir
este movimiento, que hace la proeza de regresar cada año recogiendo sus huellas
y remarcando por dónde se dirige su travesía.
Porque,
¿a qué se refiere sino con esa denominación, ya no de un capulí dulce y tierno;
sino arduo, sacrificado y tenaz como es el capulí de obrería? Indudablemente denota
a un capulí de esfuerzo, de arrojo y tesón. A un capulí de consagración y
fatiga. Nos señala un capulí de laboriosidad, de manos a la obra, de sudor, de
gestión y de empeño.
Nos
refiere de un capulí de constancia y fortaleza, del cual da cuenta la Telúrica
de Mayo o Memoria de un Camino. Y que lo denominamos con esta última alusión porque
en todo Capulí es y será caminos.
3. A los cuatro
vientos
Pero
Capulí es más que Memoria de un Camino, que siempre lo será, como un reto extraordinario.
Porque, en cada Encuentro Internacional Itinerante, de los 20 certámenes
anuales que se han llevado a cabo hasta ahora en nuestro país, los caminos han
sido a la vez presencia y nuevos descubrimientos.
Pero a
la vez que caminos Capulí son hitos. ¡Y son tantos los hasta ahora
desarrollados! Unos en diversas ciudades del interior de nuestro país, el Perú.
Y otros en diversas ciudades del mundo, el primero que fue en Barcelona, en el
mes de julio del año 2008, el segundo en Nueva York, en abril del año 2015.
El
tercero en Utah también en abril del 2015, y el cuarto en Dalton, cerca de
Atlanta, en los EE.UU. Para haberse hecho incontables los hitos posteriores.
Entre los últimos el realizado en Atlanta, en junio de este año, 2019, y el
anterior en Chile, denominado “Vallejo en tierras de Neruda”, en marzo de este
mismo año.
En
dichas jornadas se despliegan muchísimas actividades que se plasman en
exposiciones, ponencias y recitales, como muchas otras actividades artísticas
presentadas en ámbitos formales y no formales. Y que adquieren diferentes modos
y formas, muchas de ellas libres, directas y espontáneas, dichas abiertamente a
los cuatro vientos e imposible de ser recogidas después y formalizadas en un
documento escrito.
4. Valles
y cuencas
Por eso
la riqueza de cada encuentro siempre será imprevisible y mayor, por ser
múltiples los espacios, la variedad de los escenarios y los lenguajes en que se
expresan y desenvuelven.
Y dado
que en el ámbito nacional avanzamos de la capital del Perú a las capitales
departamentales y provinciales, para luego incursionar en los hitos ancestrales
de llactas, regiones y panacas, adentrándonos así en el mítico y legendario del
Perú eterno es enorme la emoción de encontrar lo prístino, lo inocente y
primigenio.
En este
avanzar sesionando desde la Capilla de la Virgen de Loreto o Salón de Grados de
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y que es lo más esencial de ese
claustro. O bien desde la Casa de la Literatura Peruana. O si no desde el
auditorio de la Academia Peruana de la Lengua, como lo hicimos últimamente en
el año 2019.
Para
después estar en las cumbres de las montañas, o en la hondonada de los valles y
las cuencas, o sumergidos los pies en lagunas y ríos. Como en las plazas y escuelas
más recónditas y entrañables de nuestro país. Como llevando a cabo las Aulas
rodantes en cada ómnibus que nos lleva por los caminos que atraviesan costa,
chala, yunga, serranía y jalca, como que son regiones transidas y extasiadas.
5. Desde
muy lejos
Memoria
de un camino que se abre al andar de cada Encuentro Internacional Itinerante
Capulí, Vallejo y su Tierra, muestra de un universo vasto, pródigo y fecundo,
que parecería imposible de abarcar y mucho menos registrar.
Sin
embargo, es valioso, necesario e indispensable hacerlo. Es fundamental acometer
esta tarea, recogiendo y plasmando lo vivido en crónicas o poemas, en cartas y
mensajes que vuelen y se posen en algún poste, rama o alero. O bien grabando en
imágenes lo acontecido.
Y dando
estructura a las ideas sustentadas, para ir haciendo un trazo, para ir ahondando
en una huella y perfilando una tradición. Grabando con nuestros pasos un
significado que configure una historia y ojalá una leyenda, un mito y una
utopía. ¿Por qué no? ¿Quién nos lo prohíbe?
Pero,
sobre todo, siguiendo un sentido, considerando que estos son tiempos de grandes
decisiones, tiempos de definir rumbos y alzar un fuego nuevo. Considerando,
además, que hay muchos protagonistas nacionales e internacionales en este
certamen que vienen desde muy lejos persiguiendo un sueño, y que el vellocino
debe ser una recompensa a su ilusión y a su empeño.
6. Encarar
los retos
Al
volver a pensar cada Capulí varias notas se vuelven a perfilar en nuestra
sensibilidad y en nuestra conciencia. Así: El vivir la fraternidad humana como
una realidad tangible, y como el fruto más primoroso de la especie humana. El
comprender la esencia del mensaje de César Vallejo, profundamente ligado a su
casa, a su pueblo y al mundo andino.
La
importancia de alcanzar la excelencia en cada una de las facetas consignadas en
el programa. El funcionamiento cabal de cada mesa directiva. La puntualidad
rigurosa en el inicio de cada jornada, como en el término de las mismas.
Como
también, en cada escenario la atenta y exquisita deferencia del personal de
apoyo en uno y otro lugar en que se realiza esta romería que recorre pueblos,
calles, plazas y escuelas en una profusa variedad de hechos culturales que se
ofrecen en cada una de las ciudades que la caravana de peregrinos alcanza a
recorrer.
Buscando
en todo momento, y ojalá que, consiguiéndolo, darle a cada aspecto de Capulí,
rigor, calidad y sobre todo valor y trascendencia, como también aplicación y
transformación para mejor encarar los retos que nos plantea nuestra realidad.
7. Que
no fue
Por
todo eso, Capulí, Vallejo y su Tierra es Memoria de un Camino, pero también es
su opuesto y complemento. Es y será siempre lo que no puede contenerse ni es
capaz de reducirse a expresiones.
Abarca
también lo que se queda afuera, en el aire, a la deriva, a la vera del sendero
y de la senda recorrida.
Es lo
que se pierde, se riega y disemina. Aquello de lo cual no hay memoria ni
registro concebible; que no alcanza a ser recogido, y ni siquiera presentido.
Es lo
que se dilapida. Y que quizá eso constituya lo más valioso. Lo que de la vida
se vuelve inasible. Es a su vez lo casual e imprevisible. ¡Y mágico!
Y algo
más aún: lo que no fue, lo que era posible y no se dio. El ámbito de la mera
ilusión. Y de algo peor todavía: del olvido.
Y todo
esto ligado a la geografía, a los buenos y malos pasos. A quedar detenidos en
un recodo. El pedazo de vida que no fue. Y que es lo inhallable, aquello de lo
que no queda huellas. Lo innombrable, que es parte de la historia y de la vida.
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