domingo, 15 de diciembre de 2019

15 de diciembre. Trayectoria del movimiento cultural Capulí, Vallejo y su Tierra. Memoria de un camino.


15 DE DICIEMBRE
TRAYECTORIA DEL MOVIMIENTO CULTURAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

MEMORIA
DE UN
CAMINO

Danilo Sánchez Lihón 



  

Si algún mérito espero y reclamo
que me sea reconocido, es el de haber
metido toda mi sangre en mis ideas”
José Carlos Mariátegui


1. Blasón
y estandarte

Creo firme y sinceramente que César Vallejo previó al movimiento cultural Capulí, Vallejo y su tierra, que él previno que se formaría en torno a sus latidos y a sus pasos.
Y lo avistó, por un lado, en lo que Capulí tiene de encanto, de gracia y dulzura; que se plasma en lo que es el retornar a su tierra y al lugar de su origen.
Y que hasta lo concibió para que se realizara en el mes de mayo, escribiendo ese hermoso poema titulado Mayo; y en relación al mundo andino, a fin de exaltarlo, defenderlo y erigirlo como enseña. Y que lo diseñó, al evocarlo en el poema “Idilio muerto”, cuando dice:
Que estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita
de junco y capulí.
Que tiene de remembranza, pero también de arraigo y adhesión; como también de exhortación, de llamado y apelación urgentes para cerrar filas y hacer algo.
Y que se lo siente evidente al contemplar inhiesto el árbol del capulí en el centro del patio de su casa nativa, en Santiago de Chuco, como una insignia, un estandarte y un blasón.



2. Capulí
de obrería

Pero César Vallejo nos legó no solo aquel capulí de arrobamiento, de embeleso y de ilusión, sino otro de tono y talante opuesto; diferente y más adusto, al hablar misteriosamente de otro capulí que él denomina: “capulí de obrería”. Raro, ¿no? ¡A quién se le ocurre!
Pero lo llama así en el poema VI de Trilce. ¡Y qué más explícito puede ser en el sentido de concebirlo en relación al trabajo! Como a su posterior reclamo de que ¡hay hermanos muchísimo qué hacer! Y eso es lo que se ha dedicado a construir este movimiento, que hace la proeza de regresar cada año recogiendo sus huellas y remarcando por dónde se dirige su travesía.
Porque, ¿a qué se refiere sino con esa denominación, ya no de un capulí dulce y tierno; sino arduo, sacrificado y tenaz como es el capulí de obrería? Indudablemente denota a un capulí de esfuerzo, de arrojo y tesón. A un capulí de consagración y fatiga. Nos señala un capulí de laboriosidad, de manos a la obra, de sudor, de gestión y de empeño.
Nos refiere de un capulí de constancia y fortaleza, del cual da cuenta la Telúrica de Mayo o Memoria de un Camino. Y que lo denominamos con esta última alusión porque en todo Capulí es y será caminos.



3. A los cuatro
vientos

Pero Capulí es más que Memoria de un Camino, que siempre lo será, como un reto extraordinario. Porque, en cada Encuentro Internacional Itinerante, de los 20 certámenes anuales que se han llevado a cabo hasta ahora en nuestro país, los caminos han sido a la vez presencia y nuevos descubrimientos.
Pero a la vez que caminos Capulí son hitos. ¡Y son tantos los hasta ahora desarrollados! Unos en diversas ciudades del interior de nuestro país, el Perú. Y otros en diversas ciudades del mundo, el primero que fue en Barcelona, en el mes de julio del año 2008, el segundo en Nueva York, en abril del año 2015.
El tercero en Utah también en abril del 2015, y el cuarto en Dalton, cerca de Atlanta, en los EE.UU. Para haberse hecho incontables los hitos posteriores. Entre los últimos el realizado en Atlanta, en junio de este año, 2019, y el anterior en Chile, denominado “Vallejo en tierras de Neruda”, en marzo de este mismo año.
En dichas jornadas se despliegan muchísimas actividades que se plasman en exposiciones, ponencias y recitales, como muchas otras actividades artísticas presentadas en ámbitos formales y no formales. Y que adquieren diferentes modos y formas, muchas de ellas libres, directas y espontáneas, dichas abiertamente a los cuatro vientos e imposible de ser recogidas después y formalizadas en un documento escrito.




4. Valles
y cuencas

Por eso la riqueza de cada encuentro siempre será imprevisible y mayor, por ser múltiples los espacios, la variedad de los escenarios y los lenguajes en que se expresan y desenvuelven.
Y dado que en el ámbito nacional avanzamos de la capital del Perú a las capitales departamentales y provinciales, para luego incursionar en los hitos ancestrales de llactas, regiones y panacas, adentrándonos así en el mítico y legendario del Perú eterno es enorme la emoción de encontrar lo prístino, lo inocente y primigenio.
En este avanzar sesionando desde la Capilla de la Virgen de Loreto o Salón de Grados de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y que es lo más esencial de ese claustro. O bien desde la Casa de la Literatura Peruana. O si no desde el auditorio de la Academia Peruana de la Lengua, como lo hicimos últimamente en el año 2019.
Para después estar en las cumbres de las montañas, o en la hondonada de los valles y las cuencas, o sumergidos los pies en lagunas y ríos. Como en las plazas y escuelas más recónditas y entrañables de nuestro país. Como llevando a cabo las Aulas rodantes en cada ómnibus que nos lleva por los caminos que atraviesan costa, chala, yunga, serranía y jalca, como que son regiones transidas y extasiadas.




5. Desde
muy lejos

Memoria de un camino que se abre al andar de cada Encuentro Internacional Itinerante Capulí, Vallejo y su Tierra, muestra de un universo vasto, pródigo y fecundo, que parecería imposible de abarcar y mucho menos registrar.
Sin embargo, es valioso, necesario e indispensable hacerlo. Es fundamental acometer esta tarea, recogiendo y plasmando lo vivido en crónicas o poemas, en cartas y mensajes que vuelen y se posen en algún poste, rama o alero. O bien grabando en imágenes lo acontecido.
Y dando estructura a las ideas sustentadas, para ir haciendo un trazo, para ir ahondando en una huella y perfilando una tradición. Grabando con nuestros pasos un significado que configure una historia y ojalá una leyenda, un mito y una utopía. ¿Por qué no? ¿Quién nos lo prohíbe?
Pero, sobre todo, siguiendo un sentido, considerando que estos son tiempos de grandes decisiones, tiempos de definir rumbos y alzar un fuego nuevo. Considerando, además, que hay muchos protagonistas nacionales e internacionales en este certamen que vienen desde muy lejos persiguiendo un sueño, y que el vellocino debe ser una recompensa a su ilusión y a su empeño.




6. Encarar
los retos

Al volver a pensar cada Capulí varias notas se vuelven a perfilar en nuestra sensibilidad y en nuestra conciencia. Así: El vivir la fraternidad humana como una realidad tangible, y como el fruto más primoroso de la especie humana. El comprender la esencia del mensaje de César Vallejo, profundamente ligado a su casa, a su pueblo y al mundo andino.
La importancia de alcanzar la excelencia en cada una de las facetas consignadas en el programa. El funcionamiento cabal de cada mesa directiva. La puntualidad rigurosa en el inicio de cada jornada, como en el término de las mismas.
Como también, en cada escenario la atenta y exquisita deferencia del personal de apoyo en uno y otro lugar en que se realiza esta romería que recorre pueblos, calles, plazas y escuelas en una profusa variedad de hechos culturales que se ofrecen en cada una de las ciudades que la caravana de peregrinos alcanza a recorrer.
Buscando en todo momento, y ojalá que, consiguiéndolo, darle a cada aspecto de Capulí, rigor, calidad y sobre todo valor y trascendencia, como también aplicación y transformación para mejor encarar los retos que nos plantea nuestra realidad.



7. Que
no fue

Por todo eso, Capulí, Vallejo y su Tierra es Memoria de un Camino, pero también es su opuesto y complemento. Es y será siempre lo que no puede contenerse ni es capaz de reducirse a expresiones.
Abarca también lo que se queda afuera, en el aire, a la deriva, a la vera del sendero y de la senda recorrida.
Es lo que se pierde, se riega y disemina. Aquello de lo cual no hay memoria ni registro concebible; que no alcanza a ser recogido, y ni siquiera presentido.
Es lo que se dilapida. Y que quizá eso constituya lo más valioso. Lo que de la vida se vuelve inasible. Es a su vez lo casual e imprevisible. ¡Y mágico!
Y algo más aún: lo que no fue, lo que era posible y no se dio. El ámbito de la mera ilusión. Y de algo peor todavía: del olvido.
Y todo esto ligado a la geografía, a los buenos y malos pasos. A quedar detenidos en un recodo. El pedazo de vida que no fue. Y que es lo inhallable, aquello de lo que no queda huellas. Lo innombrable, que es parte de la historia y de la vida.


Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente


dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com

Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es


  *****
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:


*****

Teléfonos:
393-5196 / 99773-9575

Si no desea seguir recibiendo estos envíos
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.


No hay comentarios:

Publicar un comentario