HOY CUMPLE AÑOS
MI HERMANO GUILLERMO
SOLO
SE MUERE
SE MUERE
CON EL OLVIDO
Danilo Sánchez Lihón
1. Su último
anhelo
Lo siguiente escribió mi sobrino, hijo de mi hermano Guillermo Mauro:
Mi padre.
Guillermo Mauro Sánchez Lihón, murió hoy día, 29 de julio del año 2017, a la
edad de 63 años. Fue encontrado por mi madre sentado en su silla, sin pulso.
Para el momento en que llegaron los paramédicos, él ya había fallecido.
Murió en
paz, mientras dormía. Él fue diagnosticado de ALS después de desmayarse el año
pasado. Después de abandonar el hospital él sabía que la vida no iba a ser la
misma: sus músculos estaban muriendo, su cuerpo debilitándose, dependía de una
máquina respiratoria para poder absorber oxígeno necesario para activar sus
funciones vitales. A pesar de todo, estaba contento de estar en casa con su
familia.
Mi padre
podría ser descrito como el típico hombre latino: ruidoso, orgulloso y muy
afectivo; quien siempre puso a su familia por delante de todo, y como prioridad
en su vida. A pesar de que a veces teníamos desacuerdos sobre cosas triviales,
la unión y el amor que nos teníamos era incuestionable. Él era amado, era
querido y será extrañado.
2. Enterrarlo
en su terruño
Mi padre
amaba su país de nacimiento, el Perú. Él siempre solía contar historias sobre
su infancia, sus aventuras de niño y era inclinado a recordar a las personas
que conoció en su pueblo. Su sueño era un día volver a su lugar de nacimiento,
que es Santiago de Chuco. Él tenía muchos otros sueños y deseos que quería
cumplir.
Muchos que
no pudo desarrollar y muchos que nuestra familia no le pudo dar, pero podemos
cumplir el último que albergó en lo más vibrante de su corazón, cual era ser
enterrado en su terruño, y volver a mirar así su naturaleza y su paisaje y
estar entre los seres con los cuales nació, creció y que han de mirarlo y
nuevamente protegerlo.
Por eso,
su cuerpo va a ser trasladado a su tierra, acompañado por mi madre con quien
estuvo casado por más de treinta años. Ella será responsable de su traslado, y
lo cuidará en su viaje desde Estados Unidos hasta su última morada y descanso
en su pueblo natal.
Santiago Sánchez
Pizango
El hijo
mayor
3. Así
le rogabas
Hermano,
ahora has vuelto. Ya estás aquí en tu país, en la casa que dejaste. Y que
construiste con tanto desvelo.
Debes
sentirte en paz, y ojalá que contento. ¡Por fin en tu país! ¡El mismo que nos
duele tanto, pero al cual queremos entrañablemente! Pero que más aún nos duele
el dejarlo, como tú lo sentiste.
Lo
importante es que has vuelto. Tu esposa, Ruth te ha traído. Y ella misma se ha
vuelto ya a vivir aquí de manera definitiva.
–
Muerto Guillermo, tu hermano, ya no tiene sentido para mí vivir en los Estados
Unidos. Ya los hijos están grandes, cada uno tiene su vida hecha y para lo cual
les hemos ayudado todo lo que hemos podido. –Me dice.
Y tú,
hermano, que al mirar cada avión que surcaba los aires por el lugar donde
vivías, suspendiendo todo lo que estabas haciendo en ese momento, para mirarlo
con ilusión conmovida, le repetías siempre estas palabras:
–
¡Avioncito! ¡Avioncito! Te ruego que algún día me lleves de aquí a mi tierra, a
la Fiesta del Apóstol en Santiago de Chuco. –Así le rogabas y se te humedecían
los ojos.
4. Y
se ríen
Hermano:
tú anhelaste volver a tu tierra natal antes de morir, y no pudiste. Todos
sabemos que tu dolor más grande era ese, ¡morir lejos! Y pediste a toda tu
familia que te enterraran en Santiago de Chuco, el pueblo donde nacimos.
Lo
bueno es que ya estás aquí, en Lima. Y pronto te llevaremos y enterraremos al
lado de papá en el cementerio de Santiago de Chuco.
Sé que
te urge llegar allí. Pero ya hay el acuerdo de muchos que queremos ir contigo y
acompañarte.
Pero mientras
tanto ojalá, en otra dimensión, puedan hacerte llegar antes estas palabras, a
las cuales recurro y a las cuales me aferro.
Para ir
juntos conmigo, hoy 13 de febrero que es el día de tu cumpleaños, a nuestro
Santiago de Chuco, porque tú bien sabes que yo he sido quien te ha cargado de
niño por calles y caminos. ¿Te acuerdas? Y solo porque te engreías conmigo, de
lo cual todos los hermanos se acuerdan hasta ahora y se ríen.
5. Tú
debes saber
Ahora
que ya llegamos entremos entonces a nuestra casa de infancia, hoy que mamá está
amasando porque es tu santo.
¿Sientes
el olor al pan? ¿Quieres uno? Este que está caliente, recién salido del horno.
¡Ah, no puedes probar! Pero oler sí. ¡Ah! ¡Solo oler!
Pues
bien, ya hemos visto todo. ¿Quieres entrar al terrado? Yo no. Acaso, ¿no te da
miedo? A mí, sí.
Pero,
si quieres subamos pues. Yo después de ti. ¿Yo primero? No. Tú ya no puedes
morir, pero yo sí.
Mejor
no entremos, más bien desde aquí, del mirador, miremos lo que a mí más me
gusta: las flores que crecen porque sí, en lo alto de los muros. Míralas allí,
sin que nadie las riegue. Y mira allá la Cordillera Blanca.
Y he
aquí, a continuación, la nota de alguien que ha escrito acerca de ti, entre las
muchas condolencias que nos han hecho llegar, esta nota de alguien que no
firma, pero que tú debes saber quién es:
6. Pero,
no
No lo acepto de ninguna manera.
No, ¡no puedo aceptar su partida! No lo acepto, Dios mío. Me prometió muchas
cosas lindas, tantos proyectos juntos. ¿Por qué, Dios? Conversamos de tantas
cosas hermosas, y me prometió venir a nuestro pueblo, a Santiago de Chuco, y
bailar conmigo.
O, acaso esas últimas palabras que
me dijo: ¡Cuídate mucho! ¡Quiero verte feliz! ¿Fueron de despedida? Siento
mucho su partida, Señor. De Guillermo Sánchez Lihón, que debe estar en tu
reino. Pero, no lo acepto. Deja en mi un enorme vacío.
Gracias por sus consejos, sus
enseñanzas, su afán de dar educación hacía mi persona y hacia todos. Gracias
por sus llamadas de atención. Cuando lo llamaba y conversaba conmigo me daba su
apoyo moral para seguir siempre trabajando por mi pueblo, para la organización
de la fiesta del Patrón Santiago.
Santiago de Chuco hoy llora su
partida. Gracias, Guillermo, por tanto, tanto amor a sus raíces, a tu identidad
y al pueblo que te vio nacer. Pero, no. ¡No acepto que te hayas ido! (Sin
firma)
tú naciste
Pero,
mira, ahora por ser tu santo lo que está preparando mamá. Es ¡lo que a ti tanto
te gusta! ¿Adivinaste? ¡Cierto! Cuy, con papas revueltas y graneado de trigo.
¡De ese
trigo verde amarillo que pelan las madres en las acequias cristalinas, como es
el que a ti te gustaba!
Y para
el lonche, juntos todos en la mesa de la cocina, estando que restalla el fogón
de leña. Tomaremos ¡toronjil, con cachangas fritas, y queso! ¿Te parece?
Pero no
llores hermano ni estés triste. No dejemos que el sentimiento nos embargue ni
nos ahogue el pecho. Recorramos la casa, el patio, el corredor. El cuarto donde
murió el tío Juan.
Y este
dónde tú naciste y donde yo también nací. ¿Recuerdas que aquí, estando solos los
hermanos pequeños, tú te enfermaste?
Porque
papá y mamá se fueron de urgencia a Lima, a que operen a papá en el Hospital
del Empleado. Y yo me quedé como el mayor de todos los hermanos. Era
responsable de cuidarlos. Y tú tenías fiebre y vomitabas.
8. Echarla
a volar
Pero,
¿qué remedio darte? ¿Era fiebre la que tenías! Tus mejillas brillaban como
tomates y estabas ardiendo.
Entonces
sin saber qué hacer ni qué darte de tomar, ni cómo curarte, lo que hice fue traer
carrizos, papel, goma, hilo, tijeras. Y poniendo todo al pie de tu cama te
dije:
– ¡Te
voy a hacer una cometa!
Te
destapaste de las frazadas, bajaste al suelo, te sentaste a mi lado. Y
sonreíste sin decir nada, tal como ahora acabas de hacerlo.
Y se te
fue todo. Toda la tristeza de que nuestros padres no estuvieran con nosotros. Tanto
que salimos, ya todos juntos a elevar la cometa.
¿Qué? ¿Era
una pandorga? ¡Entonces sí te acuerdas! Lo echamos a volar en La Piedra Bruja, y
en cuyos colores traslúcidos se posaba el sol de la tarde.
¡Te
confieso que nunca olvido lo luminoso de esa hora! Yo recuerdo con ilusión esa
cometa, que echarla a volar es lo que quiero hacer ahora, hermano:
–
¡Mira, Guillermo, volando en la hondonada de La Piedra Bruja, nuestra cometa!
Los
textos anteriores pueden ser
reproducidos,
publicados y difundidos
citando
autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo
Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San
Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Ediciones Capulí:
capulivallejoysutierra@gmail.com
*****
DIRECCIÓN EN
FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
*****
Teléfonos:
393-5196
/ 99773-9575
Si no
desea seguir recibiendo estos envíos
le
rogamos, por favor, hacérnoslo saber.
UN GRAN AMIGO QUE NOS TOMO LA DELANTERA QUE DIOS LO TENGA EN SU GLORIA
ResponderEliminarTU AMIGO DANTE