DÍA DE LA VIDA SILVESTRE
AVE
SÍMBOLO ES
EL COLIBRÍ
Danilo Sánchez Lihón
1. Ellos
polinizan
El ave
símbolo del mundo andino es el colibrí o picaflor.
Bello
por su plumaje y excelso por sus costumbres. Como aquella de que, al verla los
antiguos peruanos, de que solo se alimentaba del néctar de las flores, la consideraron
sagrada.
Porque
un ser que solo se nutre de tanta belleza, maravilla y armonía, ¿qué puede ser
si no lo mismo?
Y como
tal deja de ser un ser ordinario, común y corriente.
Habían concluido
que solo se alimentaba de flores, como en gran medida ocurre, ya que de ellas
sustraen todos sus nutrientes.
Y si aquello
que nos nutre son las flores, tienen que darnos una consideración similar en lo
anímico.
Aunque
hoy se sepa que también se alimenta de algunos insectos que habitan dentro de
las corolas que ellos polinizan.
2. Tema
vedado
Pero
hay otro hecho que a los ojos de nuestros ancestros los hacía divinos: No
pueden correr ni pararse en el suelo, por lo que son eminentemente aéreos.
Constatación
que contribuía a considerarlos mensajeros divinos, de ahí la simbología que los
representa como seres de un mundo ideal, utópico y poético.
Lo vincularon
entonces con todo lo astral, estelar y etéreo.
Como
otro detalle es que les era invisible a la vista su aleteo. Y podía quedarse
quieto en el aire. Su velocidad, su carácter inubicable y mínimo lo hacía
extraño y misterioso.
–
¿Dónde duerme el picaflor? –Se preguntaban. La respuesta era que en el reino
donde moran los dioses.
O
prefirieron dejarlo como un tema vedado. Y decidieron que lo mejor era
adorarlo. Y complacerse en contemplarlo.
3. El ave
más exótica
Los
españoles que conquistaron América al verla por primera vez, tan pequeña y
metálica, y con su manera rústica y nada idílica de pensar consideraron que era
mezcla de ave y de insecto.
Y le
dieron nombres precarios como: “zumbadores”, por el sonido que producen cuando
vuelan.
Agitan
las alas de tal modo que producen un leve sonido, pudiendo permanecer
literalmente detenidos y aparentemente inmóviles en el aire.
Y la
vibración de sus alas lo hacen a tanta velocidad que no se perciben que las
agiten.
Por eso,
no consideraron que fueran aves sino presencias que no cabían en sus esquemas,
aunque eso sí admirables y sorprendentes.
Es de
todas las aves una de las más exóticas.
4. ¿Dónde
pernoctan?
Para
poner un caso: en que son las aves más pequeñas de cuantas existen en el
universo.
Por eso
se les suele llamar también: “Pájaro mosca”.
Llama
la atención su agilidad y velocidad. Y es que pueden mover sus alas entre 200 y
300 veces por segundo, lo cual es algo portentoso.
Los
colores de sus plumajes parecen metálicos, son brillantes e iridiscentes, como
si fueran piedras preciosas y joyas. Y tienen toda la gama y los colores del
arco iris.
Hay 300
especies de colibríes que se distinguen por el colorido de su plumaje, por
la forma de sus picos adaptables a las
corolas de las flores que absorben.
Así
también los distinguen por la forma de sus patas para cogerse de las ramas en
donde pernoctan.
5. Siempre
mensajero
En los
poemas, así como en los mitos y leyendas del Perú milenario, el colibrí siempre
es propicio.
Y se
sacrifica en aras del amor de las parejas que el tiempo y las distancias
separan.
Así
como es quien roba el fuego de los dioses para entregárselo a los hombres,
incendiando sus alas.
El colibrí es una de las figuras totémicas que aparecen representadas
como geoglifos de la Pampa de Nazca, como aparece también dibujada en otras
latitudes.
Y siempre haciendo de mensajero.
Su aparición en los cuentos maravillosos del imaginario
popular siempre le asigna roles de benefactor del género humano.
Y de vínculo entre el urco, el hurin y el hanan pacha.
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