DÍA
DEL ARMA DE INGENIERÍA
DEL
EJÉRCITO DEL PERÚ
HONOR
A
UN SOLDADO
Danilo
Sánchez Lihón
Olinda, Hugo, tío Ángel, Tula y Manuel,
el día del cumpleaños de tío Ángel que luce sombrero de charro
Ningún hombre es un hombre
hasta que haya sido soldado.
Louis de Bernieres
1.
Hugo Sánchez Tomasto, mi primo hermano,
siempre quiso ser, desde niño, militar. Y lo fue, escogiendo el arma de
ingeniería. llegando al grado de coronel.
El día que murió, el 7 de octubre del año
2014, su papá, quien es mi tío Ángel Sánchez Gamboa, hermano de mi padre, de 94
años de edad, ha llegado hasta la sala donde se velan los restos mortales de su
hijo. Y donde permanecemos la familia en silencio.
Entra y se detiene en la puerta, con su
pelo blanco revuelto y sus ojos desorbitados, pálido y afilado; clamando con
voz urgente, imperativa y lastimada.
– ¡Dónde está Hugo, mi hijo! ¡Quiero verlo!
Ha resonado feroz su voz en la sala. Hay un silencio
absoluto, empapado por la humedad desolada de tantos arreglos florales que
siguen llegando.
Coronel Hugo Sánchez Tomasto
2.
Corren las nietas a recibirlo.
– ¡Quiero ver a mi hijo! –Dice
escuetamente, con los ojos enloquecidos.
El cajón caoba al centro del túmulo mortuorio
entre coronas y ramos de flores blancas ha permanecido cerrado, sin que nadie
pueda abrirlo.
A nadie se le ha permitido acercarse y
contemplar el cadáver.
Permanece mi tío de pie casi en la puerta
con los ojos extraviados.
Cuchichean sus nietas, hijas de Hugo. Y se
extiende el rumor de que van a abrir el ataúd, para que mi tío pueda verlo.
– A él van a abrirle el cajón para que mire
a su hijo. Y pueda despedirse por última vez. –Es el rumor.
– Es su hijo adorado. Luz de sus ojos.
–Comenta alguien.
3.
Sus nietas lo sostienen de los brazos y lo
acercan al catafalco ya abierto.
Allí está mi tío, contemplando a su hijo
mayor, su orgullo fúlgido, su sol radiante.
Se encoge a gemir sobre su pecho, y luego
se desploma.
Seis escoltas de los Húsares de Junín
uniformados de rojo, azul y gualda, de donde penden sus espadas, cargan ahora
su ataúd hasta la terraza exterior.
Lo siguen detrás sus hijas llorosas,
vestidas de luto.
Se inicia el oficio religioso donde un
cuerpo de la banda del ejército entona una marcha fúnebre.
Un compañero de su promoción y del arma de
ingeniería relata en su discurso la siguiente anécdota:
4.
“Visitó por unos días el cuartel de Tacna
el Comandante General del Ejército del Perú, el general Rafael Hoyos Rubio,
mientras se realizaban las maniobras y ejercicios militares de rutina. En el
almuerzo de despedida el general Hoyos se expresó de esta manera: “Quiero que
todos ustedes me permitan, al despedirme, un gesto para reconocer la valía de
los hombres que conforman las diversas Divisiones del Ejército Peruano del Sur.
En este caso dirigido a un hombre excepcional: matemático inigualable,
estratega increíble, y hombre valeroso de la rama de ingeniería, a quien recién
he podido conocer más de cerca en esta visita. Me refiero al coronel Hugo
Sánchez Tomasto, y a quien he pedido el honor de sentarse aquí a mi lado,
porque bastaría con diez soldados como él para vencer al ejército del país más
preparado del mundo. Y permítanme que yo mismo le done y cubra con mi casaca de
Comandante General del Ejército del Perú. Gracias por su preparación, coronel,
y es un honor haberlo conocido”. Hugo se puso de pie, le tendió la mano,
pero Hoyos Rubio lo abrazó efusivamente.
Luego un corneta entonó, haciendo girar su
clarín, el conmovedor y sentido toque de silencio, dirigido hacia lo alto y
hacia el vasto y lejano universo, que a todos nos estremeció el alma y nos
llenó de un valor nunca antes sentido.
Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
*****
Teléfonos:
393-5196 / 99773-9575
Si no desea seguir recibiendo estos envíos
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario