viernes, 24 de abril de 2020

24 de abril. La moral del Perú eterno. / Construye quien canta


24 DE ABRIL
LA MORAL DEL PERÚ ETERNO

CONSTRUYE
QUIEN
CANTA

Danilo Sánchez Lihón

Se canta con el corazón

La música da alma al universo, alas
a la mente y vuelos a la imaginación.
Da consuelo a la tristeza y ¡vida!
Y otorga alegría a todas las cosas.
Platón

1. El que canta
abraza

Evoco, en relación a las canciones escolares, el patio de malvas de mi escuela, y la greca de los tejados que los aleros proyectan recortando el tul añil del cielo por donde lentas bogaban los vellones de nubes blancas.
Y en donde cantábamos a pulmón henchido siguiendo con la mirada el revolotear de las alondras y el vuelo antojadizo y arbitrario de las mariposas entre las flores.
Evoco los pilares adornados de maceteros, el brillo y frescor de las gradas de piedra y los corredores, el borde de los tejados, alumbrados por el sol de la serranía, teniendo al lado a nuestros maestros, abrigando altas esperanzas y sueños.
Evoco el patio en donde entonábamos a gritos canciones que se nos han quedado grabadas en el alma. He allí la importancia de cultivar el arte del canto en las escuelas. Porque el que canta adora, reza, agradece, tiene fe en el alma.

Cantar es comulgar

2. Fieles
con la vida

Y es que el que canta abraza, acaricia al hermano, a la flor, a la casa y al pueblo donde ha nacido. Así:
Ya asoma la primavera
mil de flores se ven ya
una rosa perfumada
con un joven tulipán.
El que canta vuelve donde se crio y también regresa desde lejos al tiempo presente y al pueblo donde ahora vive. El que canta besa lo mejor de la creación. Y en lo que canta le está diciendo al mundo que es grato estar aquí, que es dichoso todo, y que así sea que cunda la adversidad nos sobreponemos a la pena y celebramos con dicha la vida.
Por el hecho de cantar la penuria misma deja de ser totalmente sombra para ser algo que de algún modo nos engrandece. El que canta es fiel con la vida y la creación del universo. Así:

Se canta en el patio de la escuela

3. El lar
nativo

Ensalcemos la memoria
de los héroes de la historia
de los héroes que a la patria
dieron gloria y libertad.
¡Con las canciones hasta la muerte nos parece que ha de rendirse y ser un tránsito lleno de valor, y hasta de vida! Porque creo que cuando ello ocurra inevitablemente y mientras la sombra se acerque, del fondo de nuestro ser algo surgirá de canto.
Surgirán del fondo de nuestro corazón las notas de una o varias de aquellas canciones que entonamos en nuestra infancia en las mañanas diáfanas en nuestro centro escolar. Y qué bueno sería que nos encontráramos en ese momento supremo modulando una canción de nuestro lar nativo, para lo cual más valiera que la tuviéramos presente.
Porque las canciones no son simple forma, melodía, ritmo o tonada. Como tampoco se limitan a ocupar o quedarse en un momento y espacio confinados, sino que estallan y se expanden.


Las canciones estallan y se expanden

4. Cantar
es luchar

Las canciones fecundan y trascienden para engrandecer nuestras almas, tanto individuales como colectivas. Ellas son ritos, imágenes, modelos y, sobre todo, naves, cometas, arco iris que se elevan hacia lo alto. Son globos iluminados que hacen las noches más frías e intrincadas, como noches propicias en que nacen anhelos y esperanzas.
Son eso y mucho más: muy especialmente cuando se bulle y comparte con un grupo humano en la edad de la ilusión. Que es cuando se vive y actúa con el rostro y el alma abiertos a la inmensidad.
Porque la canción es afirmación de vida, es convicción y brega. Y confesar que no nos rendirnos; como es exclamación de victoria. Es luchar contra el duro peñasco de lo amargo y adverso; pero, sobre todo: es decidir de que venceremos. ¡Por eso se canta! Así cantamos de niños y a voz en grito:
Ya resuenan los clarines
los tambores y el cañón
yo defiendo mi bandera
combatiendo en los campos de honor.

Es decidir que venceremos

5. Un
bálsamo

En el canto se desafía a ver quién es más fuerte, si la roca cruel y arisca, el tiempo indiferente, el vendaval que destruye, o la desgracia desalmada.
O si es más fuerte y contundente la verdad que alberga en nuestros corazones, o la resistencia a toda claudicación y derrota.
Y que surge cuando se canta, la voz afinada y tensa que vibra y defiende entonando temblorosa cantos de amor y esperanza.
Porque aquella visión auroral, diáfana y encantada del mundo que el niño contempla y vive a través de las canciones, acaso: ¿no piensas que será necesaria para fortalecer su espíritu en la vida?
Y poder llenarse de ánimo a fin de afrontar los reveses y hasta infortunios, e imbuirse de coraje.
Porque allí es donde se aprende a comulgar, a conmoverse frente a la naturaleza, a quedarse cautivados ante el capullo de una flor.

Se canta sintiéndose hermanos

6. La mirada
ilusionada

Allí se aprende a extasiarse y condolerse ante un arrebol o ante una mariposa posada en una flor, hechos que el mundo moderno ha descartado para quedarse únicamente con cosas o mercancías; o con lo mecánico e impersonal.
Porque el modelo de sociedad que prevalece y también de la educación que ha logrado imponerse, recelan del sentimiento y desestiman la ternura, la inocencia y el candor.
Volver siquiera a recordar las canciones ya es un bálsamo, un grato aroma, una fiesta de belleza, de color y del don de vivir.
¡Mucho más indudablemente es entonarlas! Como cuando con la mirada ilusionada cantamos:
Al lado de mi cabaña
tengo una huerta y un madroñal.
Con mi cabaña y la huerta leré
y los madroños leré, te quiero más.

Cantan con sus vuelos las aves en el cielo

7. Cantan
las estrellas

Hacer eso. Además, porque todo canta en el universo. Canta el grillo, la rana y canta la alondra.
Canta el viento de la mañana meciendo las espigas en los sembríos o en las parvas donde se ventean las gavillas de trigo.
Canciones bellas para las aves
para las aves y el fontanal
y que son puras como sus aguas
como sus aguas de azul cristal.
Canta el pez con sus movimientos en el agua. Canta la luna, el sol y cantan las estrellas en el firmamento. Canta la noche en las fuentes y en el cielo estrellado que se reflejan en el fondo estando en lo alto.
Y no se canta porque se sea feliz, sino que se es feliz porque se canta. Y se hace feliz a los demás. Es por eso que decimos que construye quien canta. Y el pueblo que canta.



Canta el gallo al amanecer



Fotos 1, 2, 3, 4 
Jaime Sánchez Lihón


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