miércoles, 27 de mayo de 2020

27 de mayo. Día del Idioma Nativo. / Hablar el quechua.


27 DE MAYO
DÍA DEL IDIOMA NATIVO

HABLAR
EL
QUECHUA

 Danilo Sánchez Lihón



Hablando el quechua 
se construyeron estos muros



1. Capturar
el Cuzco

Túpac Amaru no hizo caso a Micaela Bastidas, su esposa y capitana del ejército de la retaguardia en el movimiento insurreccional que él encabezara, quien le advertía acerca de la necesidad inmediata de capturar el Cuzco, antigua sede del imperio incaico.
Y ello cuando más pertinente era hacerlo, estando desguarnecida la ciudad imperial después de haber sido derrotado el ejército colonial del sur en la batalla de Sangarará.
Se entretuvo arengando en las villas y poblados, cuando ya no era necesario puesto que las poblaciones estaban alzadas en armas, subiendo él a los campanarios a lanzar proclamas, lo que hizo posible la llegada de 15 mil soldados bien entrenados para reforzar la defensa de la ciudad.
Fue efectivo el gobierno virreinal al destacar a su guarnición de Lima para develar el levantamiento, con el resultado final de ser aniquilados los batallones indígenas de sublevados cuando hicieron el intento tardío de ingresar a la sagrada ciudad del Cusco, cuando ya esta estaba bien posicionada por la fuerza militar de élite de los realistas.

Ciudad del Cusco

2. El alma
matinal

Consecuencia de ello fueron capturados los líderes y sus familias, condenados a muerte y ejecutados con saña, alevosía y ventaja. Fue demolida su casa y sembrada de sal, como fueron arrasadas las comunidades sublevadas, y castigadas severamente las que habían apoyado a la rebelión.
Pero, se decidió asimismo un hecho aparentemente inocuo y que, sin embargo, tiene la misma importancia de la captura del Cusco a favor de los españoles; cuál es que se decretó la prohibición del uso de la lengua quechua, o runa sini, como lengua hablada y escrita bajo pena de muerte, creo que hasta ahora porque tenemos terror de hablarla.
La historia de la humanidad hubiera cambiado radicalmente si las huestes indígenas capturaban el Cusco, y después Lima. Probablemente no habría imperialismo norteamericano, ni hegemonía de los países europeos. Ni los clubes de los ricos gobernarían el mundo a favor de sus intereses. Ni hubiera imperado omnímodo el libre mercado, la usura, la plusvalía ni la globalización deshumanizante, como viene ocurriendo ahora.

 Capturar el Cusco. Micaela Bastidas.

3. El runa
sini

América Latina, tal y como lo esperaban los mismos europeos habría instituido un Nuevo Mundo, concretando la utopía de una sociedad orientada por el bien, que las mentes más lúcidas soñaron ver realizado en este suelo, y proyectado luego hacia el mundo entero. Y es que aquí antes ciertamente se instituyó una realidad que se parece mucho a aquel sueño utópico, anhelado como un ideal en el viejo mundo europeo. Que aquí no fue una fantasía sino una evidente, palpable, hermosa y espléndida realidad. Donde imperaban valores acrisolados como la solidaridad, el bien común, la veneración de la naturaleza, el alma matinal.
Valores hacia los cuales la organización incaica consagraba su cuidado y protección, amparando al débil y exaltando el júbilo del fuerte por ayudar y servir al hermano desvalido. Túpac Amaru no alcanzó a posesionarse del Cusco, pero los andinos hemos invadido y capturado no solo el Cusco sino Lima y todas las ciudades capitales de nuestro país. Nos hemos adueñado de las calles, negocios, clubes sociales, empresas, universidades, hogares. Sin embargo, en aquello que triunfamos como gesta heroica de resistencia cultural, como es mantener vivo y vigente el runa sini, nos hemos quedado pasmados, exánimes e inertes.

Con el quechua se construyeron los andenes

4. Bajo
nuestro dominio

Hay varios pasos por cumplir hacia adelante, para concretar la aspiración tupamarista, siendo la reivindicación del idioma quechua el primero. ¡Cuánto más que no depende sino de nosotros mismos el hacerlo! ¿Cómo? ¡Hablándolo!
Empresa mágica ésta. Y que está en un pliegue de nuestro espíritu el despertarla, y en la punta de nuestra lengua el ejecutarla. Y que consiste en que quienes saben hablarla nos enseñen y quienes no la saben la aprendamos. Cumplida esta acción empezaremos a cambiar primero nosotros mismos y, a partir de nosotros, el mundo.
Porque hemos sitiado, invadido y puesto bajo nuestro dominio a Lima y todas nuestras grandes ciudades. Ahora toca que hablemos el quechua, que será como capturar el Cusco y la antigua sede del imperio incaico.
Si bien fue triste que Túpac Amaru no incursionara a tiempo, es mucho peor que nosotros habiéndolo ya hecho no nos demos cuenta, y sea esta una tardanza mortal como también una imperdonable traición.

En quechua está el mundo matinal

5. Afianzando
identidad

Porque, a la llegada de los europeos a nuestra América en 1492, dos culturas sobresalientes dominaban el continente para ellos recién descubierto. Ellas eran el Imperio Incaico y el Imperio Azteca.
Lo que hizo grande a la civilización incaica fue su concepción del mundo y de la vida; sus valores, su organización; su visión de un estado constructor y protector invocando el júbilo del más fuerte para proteger al más débil. Todo ello en correspondencia y feliz adaptación con las características físicas del suelo que habitamos, como del medio ambiente y del contexto social en que vivimos.
¿Dónde encontrar ahora los rasgos de aquella inspiración que los hizo magnos? ¿Dónde queda plasmada esa visión del mundo y de la vida que les dotó de tanta sabiduría?
¿Cómo sentir el latido, la emoción y el aliento de esa cultura de asombro, esplendor y fábula? Indudablemente, en su lengua, en el idioma que se hablaba, en la inflexión, acentos y desinencias de que está urdido y compuesto su vocabulario y su sintaxis.

Un idioma que arrulla el oído

6. Una
confesión

Porque toda lengua contiene en su nomenclatura la forma y la esencia del sentir y del pensar de toda aquella comunidad que la usa diariamente, y hacia la cual insufla vida, contenida en la percepción, el sentimiento, la reflexión y la visión que se alienta y se renueva cada día. Allí queda la emoción, el pensamiento y la voluntad traducida en decisiones con las cuales reconocemos y asumimos una situación. Allí queda palpitante y decantado el modo en que identificamos los problemas y la manera de cómo afrontarlos y solucionarlos.
Por eso, César Vallejo se quejó en París, ante un amigo entrañable, como era para él Gonzalo More, de que al no hablar un idioma nativo sentía no tener una lengua propia, y de que hubiera escrito mejor en quechua si lo hubiera aprendido de niño y a tiempo.
 Una confesión parecida la recoge Ernesto More, con quien él tuvo una relación también confidente. A César Vallejo le gustaba escuchar el quechua, pero sufre y padecía por el hecho de no hablarla. De allí que él hizo que el idioma castellano expresara aquello que nunca estuvo preparado para ser dicho. Le retorció el cuello en Trilce de tal modo que asombra cómo recurre a lo imposible, incluso a lo incoherente y arbitrario. De cómo arriba a lo absoluto para expresar lo que en la lógica de aquella lengua no se puede modular.

César Vallejo y Ernesto More en París

7. Todos
los hombres

 Pero tuvo la intuición de saber que el quechua contiene nuestra manera de ser, de sentir y de actuar. Y de expresarnos. Y que hasta nuestra manera de mirar y callar está en esa lengua.
De allí que su esposa, Georgette Philippart, confesó que en vida no entendió totalmente a César Vallejo, hasta cuando vio cómo miran y otean en silencio el horizonte las llamas y auquénidos de las punas andinas.
Allí recién, refiere ella, que se dio cuenta de cómo era él y empezó a comprenderlo. Por eso, ¡qué importante volver a esa fuente primigenia y rescatar todo lo valioso que allí pueda encontrarse!  Y, ¿para qué?
Para iluminar y fortalecer nuestra actitud ante los desafíos de la realidad y de la vida. Y ante la empresa de forjar aquí nuevamente el orden de fraternidad, de dignidad y felicidad para todos los hombres de la tierra. Por eso, reivindiquemos el quechua. Pero, ¿cómo?
¡Hablándolo ahora mismo los millones de quechua hablantes que, así como no capturamos Cusco a su tiempo, ahora nos hemos quedado enmudecidos, siendo este el aspecto, único y proverbial en el cual la resistencia andina salió airosa y hemos vencido!

Hablar el quechua

Fotos 1, 2 y 8
Jaime Sánchez Lihón


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