18 DE JUNIO
ALFORJA DE CAMINANTE
EL CORAZÓN
EN
LA MANO
Danilo Sánchez Lihón
Voluntarios por la
vida...
estaba escrito
que vosotros haríais
la luz.
César Vallejo
1. El milagro
que habitamos
En un mundo en que es
tan fácil condenar, qué importante es que alguien –que puedes ser tú–, defienda
algo, no importa que sea mínimo, pequeño o exiguo, pero bueno. Y que, a partir
de ello, se haga algo grande, reluciente y que abrigue.
En un mundo en que es
tan fácil el desaliento y el sentirnos solos, pensando en que algún mal nos
aqueja, o que un signo adverso nos persigue y nos gobierna, y que una cábala
enreda nuestros pasos, qué importante es que alguien afirme una buena nueva,
siembre algo que fortalezca y erija una esperanza. Y en base a ello se
construya un camino verdadero dando a la vida amparo y sustento.
En un mundo en que es
tan fácil desorientarse y perder el sentido, ¡qué importante es que alguien lo
mantenga incólume!, señale el rumbo a seguir y encamine alentando lo que protege
la vida y es valioso. E ir por un rumbo seguro, porque esta vida puede írsenos
de las manos de un momento a otro, sin haber reconocido nosotros mismos el
milagro que habitamos, aunque sea por breve instante; en el cual cabe defender
lo natural, lo sincero y trascendente.
2. Como
hermanos
En una situación en la
que hace falta todo, ¡qué importante es que alguien transforme lo escaso y lo
haga abundante; que en vez de frustración ostente una flor lozana en el pecho!
En una situación de
penuria, ¡qué importante es que alguien defienda lo poco, pero tierno, y
consagre su vida hacia ello! Y se deje de propalar tantas miserias y desgracias
hacia la pared de enfrente.
¡Y qué importante que
no nos perdamos ni apartemos de alentar lo bueno! Que brindemos atención a lo
que es sincero, reconociendo que la vida no se agota en un tema ni en un
problema, ni en una circunstancia siquiera.
En una realidad en la
cual estamos tan tentados para maldecir, qué sabio es sostener algo noble,
aunque incipiente, con el corazón en la mano.
Cuando se piensa que
nadie arriesga nada por alguien, que importante es reconocernos a todos como
hermanos y poner por todos las manos en el fuego.
3. Ser
mejores
Asumamos nuestra
realidad, aceptemos lo que somos y seamos felices para descubrir lo potencial
que tenemos dentro. Porque no hay abundancia externa sin que antes no la hayamos
cultivado al interior de nosotros mismos, erigiéndola juiciosa y sensatamente.
Porque cada quien es
hacia el fondo de sí mismo un tesoro escondido, una perla y un diamante de
extraordinario valor, poder y hermosura pero que está por descubrir, por desembarazar
y conducir hacia afuera.
Por eso, seamos en
primer lugar aquellos que reivindican lo que les es propio y suyo, aspirando a
desarrollar hasta asediar las estrellas. Porque ¡ése es el imperativo moral! Y
mucho más en esta hora decisiva, reconociendo que la fortuna es
fundamentalmente riqueza afectiva, de seres que se quieren, aprecian y respetan.
Porque la felicidad,
como el arco iris, no se ve nunca sobre la casa propia sino siempre sobre la
casa de enfrente. Entonces conscientes de ello aprendamos a saber que la
tenemos o que podemos conquistarla y obtenerla, aceptándonos, queriéndonos e
impulsándonos cada día a ser mejores.
4. Una
cadena
Si cada uno de
nosotros encara su deber con acierto; si cada uno cumple con lo que le corresponde
e incumbe hacer, y que todos esperan que se cumpla, entonces se habrá forjado
el eslabón de oro que el otro necesita para responder con temple y coraje
engarzando anillos de intrepidez, decisión y eficacia.
Porque, somos una
cadena de brazos, palabras, miradas, corazones que se enlazan, proyectan y que,
aunque autónomos, vamos inexorablemente conexos y, ojalá, asidos fuertemente.
Lo importante es el ánimo y el pundonor con que esto lo asumamos.
Si vamos disgregados
somos débiles, y presas del vacío y desaliento; en quienes se cierne la amenaza
del precipicio que hay afuera y adentro de nosotros mismos, alrededor y al
interior nuestro.
Cogidos de las manos
hoy, y ojalá que siempre, hacemos tuerza para alcanzar la tierra prometida,
adonde algún día arribaremos si tiramos todos y al mismo tiempo en el mismo
sentido y hacia la dirección correcta.
5. Nosotros
mismos
Porque la historia no
se gana o se pierde únicamente en los campos de batalla, o en los escenarios en
donde acontece un hecho extraordinario que concite la atención de la multitud y
de los medios de prensa.
La historia verdadera,
importante y decisiva es la de nuestras vidas comunes y corrientes, la de
naturaleza cotidiana y del día a día, pero ojalá hechas portento y maravilla.
La historia se gana o
se pierde en cada hecho casero, recoleto y escondido. Y es más la suma de estos
actos lo que hace que algo permanezca o algo termine; o sencillamente cambie; y
que el mundo se vuelque a un lado o a otro.
O se endereza por el
peso y gravedad de los hechos auténticos. Y no solamente por los que ocurren al
interior de nuestras casas sino por los que acontecen al interior de nosotros
mismos.
Porque es en el fragor
de lo simple y sencillo, y en el espacio e intervalo que hacen cada paso que
damos, así sea cansino, en donde se endereza o se tuerce un camino y con ello
nuestro destino.
Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
*****
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
*****
Teléfonos:
393-5196 / 99773-9575
Si no desea seguir recibiendo estos envíos
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario