lunes, 29 de junio de 2020

30 de junio. César Vallejo, maestro de a verdad. / Fibra y alma de maestro.


30 DE JUNIO
CÉSAR VALLEJO, 
MAESTRO DE A VERDAD

FIBRA
Y ALMA
DE MAESTRO

Danilo Sánchez Lihón



César Vallejo. Estatua al ingreso a Santiago de Chuco

1. Temple
y carácter

El poeta universal César Vallejo se desempeñó en diversas ocasiones como maestro de aula en el nivel elemental o de la Educación Primaria. Y siempre teniendo como alumnos a niños de tierna edad, función que la ejerció con pleno dominio e identificación plena.
No pretendió jamás ser maestro universitario porque su categoría y prestigio intelectual así lo ameritaban. No alardeó de dictar la cátedra, por ejemplo, de “Estética del tropo lingüístico en la poesía de Luis de Góngora y Argote”.
Muchos de sus contemporáneos de valía infinitamente menor así lo ostentaban y se ufanaban de hacerlo, descalificando a quienes consideraban intonsos como podía ser un maestro de educación primaria.
¿No es esto conmovedor? Que no se ufanó en aquel rol o prurito de tener corona y habitar en el mundo de la estratósfera del quehacer o la función intelectual.

Aula Virtual Capulí el día sábado 4 de julio a las 6 pm. Participe
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2. Abrazado
a ellos

Lo que prueba también que tenía alma y esencia de maestro. Lo que demuestra que además de ser el poeta cimero que esencialmente es, era un maestro orgánico, auténtico y cabal.
Demuestra que tenía fibra y alma de maestro, temple y carácter para asumir esta suprema labor de manera eficiente y con total convicción.
Y de ese modo establece una diferencia radical y señala una línea de separación absoluta con aquellos que ven en el arte un subterfugio para ostentar posiciones de seres providenciales que no pueden rozarse con funciones terrenas, sencillas y comunes.
O con aquellos que se escudan en el arte para defender lo maldito, lo escatológico y perverso. Para querer convencer que son seres especiales, nacidos con aura o dote, o no sé qué. Porque César Vallejo era un maestro que vivía su compartir con niños de tierna edad cogido de las manos, abrazado a ellos.

Escuela primaria de César Vallejo en Stgo. de Chuco

3. Maestros
de vida

Es más: arrodillado ante ellos. Y esto quisiera que escuchen aquellos maestros que consideran que al niño se lo puede maltratar: ¡César Vallejo se arrodillaba ante un niño! Y hasta le pedía perdón. Y cumplía su labor con plena convicción, de manera entusiasta, fervorosa, y creyendo; ungido ante ella.
Era maestro intuitivo, implícito, en quien su magisterio, observado ya en perspectiva y a la luz de los días presentes, su labor resulta luminosa, paradigmática e histórica. Tanto así que es un modelo a seguir. Y todo esto creo yo por pertenecer y arraigarse a una cultura ancestral como es la de los chucos, cuna de catequiles o maestros de vida, de plenitud y de trascendencia.
Escribió José Luis Cunha:
Todas las madres vienen de la misma
madre.
Por eso, madre es la verdadera palabra
de un universo.

En un aula de su escuela

4. Maestro
de verdad

Y de eso nos convencemos cuando sentimos el vínculo entre la poesía y la educación que se corrobora en la vida y obra de César Vallejo.
La poesía verdadera y la educación auténtica son la búsqueda y el encuentro de esa madre, clave de vida, tales como las cultivó César Vallejo, en donde va a la esencia del ser y sus signos más dramáticos y trascendentales,
Y quienes se imponen esa misión, de perderse y volverse a encontrar por esos abismos, son los verdaderos poetas y los probados maestros de los hechos y asuntos esenciales de la vida.
En tal proeza César Vallejo une poesía y educación, y tan es así que empezó escribiendo poemas didácticos. Y en la culminación de sus días escribió un poema didáctico que empieza diciendo: ¡Niños del mundo! Esto es: su mensaje final dirigido a los niños es el de un maestro de escuela de a verdad.

Cantando en el patio de su escuela

5. ¿Qué hay
en el fondo?

Como cuando dice en el poema España, aparta de mí este cáliz:
Niños del mundo,
si cae España, –digo, es un decir–
si cae
del cielo abajo su antebrazo que asen,
en cabestro, dos láminas terrestres;
niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
¡qué temprano en el sol lo que os decía!
¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!
¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!
¿No es supremo? Ni Homero, ni Dante, ni Shakespeare tuvieron ni esta visión ni esta fibra. A ellos, que eran señeros, no les tocó esa suerte ni ese padecimiento y hasta agonía: la de ser poetas y a la vez maestros de niños.
Porque, ¿qué hay en el fondo de esto que podría parecer un rasgo como cualquier otro? ¡Un detalle mínimo por descartar! Porque, ¿qué se debate en el fondo de esto que podría parecer un mero detalle?

Niña en una calle de Santiago de Chuco

6. Cambiar
el mundo

En tal sentido y perspectiva continuamos alentando desde Capulí, Vallejo y su Tierra una aproximación a César Vallejo que sea comprometida, militante y fecunda. Por ejemplo, en este unir poesía y educación.
En tal sentido y perspectiva, en este como en otros tópicos y asuntos, se nos reprocha no ser neutrales e imparciales con César Vallejo, viendo en él lo bueno como lo malo.
Pues respondemos que no. Que a César Vallejo no se le entiende con la cabeza sino con el corazón. Que él es un poeta para quienes se comprometen y militan.
Que César Vallejo no está hecho para quienes gustan solo de leer y hacer poesía sino para quienes están dispuestos a cambiar el mundo.
Que los hechos y las cosas son naturales. Y que hay facetas en su vida y obra que terminan siendo revelaciones, anuncios y providencias inusitadas.

Niños de la escuela donde estudió César Vallejo

7. Dignos
de Vallejo

¿Qué se decide y está en juego? en verdad algo muy grande y hasta inmenso que en Vallejo lo tenemos colmado y a manos llenas: ¡La esperanza!
Y es por eso que con él nunca es muy tarde para con él pretender alcanzar un mundo nuevo, en donde entendamos la educación como movilización social y como identidad.
Es por eso que debemos proponernos junto a él y con él, tomando su sentir y pensar como eje, perfilar un programa de acción para el Perú en función de sus raíces culturales, sociales e históricas.
Convocando a todos los maestros con inquietud para construir un proyecto educativo auténtico y comprarse el pleito de levantar una visión educativa de aliento social como lo postuló y nos legó la herencia de dicho camino nuestro poeta universal.
Esa es la consigna de esa hora. Debemos sintonizar con la esencia del Perú eterno. Y siendo así seremos dignos de Vallejo.

Fotos 3, 4, 5, 6 y 7
Jaime Sánchez Lihón


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