miércoles, 26 de agosto de 2020

26 de agosto. Día del Abuelo, en el Perú. / Mi abuelo Desiderio.

26 DE AGOSTO 
DÍA DEL ABUELO, EN EL PERÚ 

MI 
ABUELO 
DESIDERIO 

Danilo Sánchez Lihón 



Mi abuelo Desiderio


1. Candor 
e ilusiones

 Por el linaje de mi padre no conocí personalmente a mi abuelo Desiderio, quien había muerto en febrero del año 1935, sin embargo, su memoria era permanente en nuestra casa.

Más bien en vivo y en presente es inolvidable para mí su hermano, el tío Manuel José, alto, pero ya encorvado por los años, con aquella dulzura vieja de sus ojos cariñosos y sonrientes que da el vivir rodeado del sol esplendente y la noche estrellada de cuerpos celestes, que nunca se podrán definir.

Con aquella nobleza en el rostro de quienes viven todavía de asombro en asombro el misterio de la creación y se enternecen con los hechos y asuntos bondadosos de la vida.

Él llenó nuestras manos de frutos silvestres del campo; de huevos de aves jaspeados de diferentes colores, de colibríes tornasolados que soltaba y se iban por sobre el muro de las malvas. 

Llenó la mesa de nuestra casa de ñuñas, ocas y del toronjil para las horas entrañables que nos enviaba desde su fundo de Pasabalda. Llenó nuestras bocas de tunas, llacones y pitajayas. Llenó mi infancia de candor e ilusiones.

 

Camino a Pasabalda


2. Pico

de oro

 

De su hermano de padre y madre, es decir de mi abuelo Desiderio Sánchez Ulloa, sin embargo, y por boca de mi padre, la mesa a la hora de comer se llenaba de evocaciones.

Quien fue abogado con estudios en la Universidad Nacional de Trujillo. Y fue un abogado destacado, pues era de los más respetados y tomados en cuenta del plantel de la Empresa Minera Northen Mining Corporation, que explotó las minas de Quiruvilca por más de cien años.

Las personas viejas que lo recuerdan lo asocian inmediatamente con el buen hablar y el buen decir.  “Era pico de oro”, dicen. A quien le gustaba tomar la palabra en toda ocasión en que hubiera que decir algo significativo.

Su verbo era ceremonioso, florido y galante. Le gustaba citar autores clásicos, adoquinaba sus discursos de anécdotas, con referencias aldeanas y concluía con una sentencia moral válida para la vida cotidiana.

Le gustaba tocar la guitarra. Era inquieto y entusiasta. Amiguero en todo y de pasar horas en tertulias. Con su hermano de padre Masías Sánchez, quien llegó a ser Rector de la Universidad Nacional de Trujillo, fundaron allí un bufete de abogados, fueron profesores ambos del Instituto Moderno de esa ciudad colonial por el año 1922.

 

Mi abuela Sofía


3. A flor

de labios

 

En Santiago de Chuco se unió con Sofía Barbanera Gamboa García, mi abuela, quien nació en aquella misma tierra el año 1891.

De esta unión nacieron sus 7 hijos reconocidos ante el notario público, don Baldomero Jara. Ellos son: Carmen, Danilo, Baltazar, Ángel, Jorge, Miguelina e Ignacio.

Mi abuelo Desiderio integró en Santiago de Chuco un círculo literario y cultural que se reunía en la casa de don Carlos Rojas, también conocido como “El segundo Macarano”.

Entre otros, formaban parte de esa agrupación el padre del canónigo Rufino Benites.

Tenía trapío, talante y carisma; sobre todo arrojo y valentía con la palabra con la cual era preciso, cabal y oportuno.

Además de su verbo florido y su galantería siempre a flor de labios, mi abuelo también se caracterizaba por su elegancia para vestir, siempre de cuello y corbata.

 

Quiruvilca


4. Conmovidos

de gratitud

 

Pese a que mi abuelo se desempeñaba como abogado, era un maestro nato. Enseñó a sus hijos lectura y matemáticas, el silabeo y la decodificación alfabética, así como el cálculo y el razonamiento matemático. Para eso, despertaba a sus vástagos a las cinco de la mañana, utilizando una campana que tenía colgada en uno de los pilares del corredor de la casa, aquella donde yo también nací. Las lecciones eran dos horas diarias cada mañana, desde las cinco hasta las siete, periodo en el cual hacían el repaso de lo que se estaban desarrollando en el aula. Luego alistaban sus útiles, tomaban el desayuno y enrumbaban a sus centros de estudios.

Por las tardes los niños del vecindario asistían a una escuela particular, voluntaria y gratuita que había instituido en uno de los ambientes de la casa. La asistencia era numerosa, atraídos los niños por la claridad de las explicaciones, el orden en el desarrollo de los temas y el cariño que se vivía como comunidad anhelante de saber. Y por él, instructor de vocación que se hacía cargo de manera entusiasta, fervorosa y desinteresada. Alumnos de esa escuela vecinal que aún conocí y recordaban esta experiencia, conmovidos de gratitud y reconocimiento, eran los hermanos Trinidad Cenas y los hermanos Miñano Valverde, con familia en el caserío de Cachulla.

 

Casa de mi abuelo Desiderio


5. La pasión

que lo hiere

 

Don Desiderio tocaba guitarra acompañado por su amigo Baldomero Jara. En un cuaderno de notas escrito de puño y letra suya, en donde refiere asuntos muy personales, encuentro anotados estos poemas sin autor y sin comillas que para mí está indicando que son poemas suyos, propios, del dueño de la libreta; mucho más si tomamos en cuenta que él escribía canciones: Dice así uno de ellos:

No me mires por Dios

porque recuerdo las delicias

de una dicha que ya pasó.

Ay, no remuevas las cenizas yertas

de un volcán que se apagó.

Y otro, del cual anoto un fragmento:

Dentro de mi pecho tengo

una pena que nadie lo sabe.

Porque no puedo comunicar

mi mal a nadie, y que

triste yo siento en mi corazón.

No sé qué le sucede

pero no puedo disimular

la pasión que lo hiere.

 

Casa de mi abuelo Desiderio


6. Siento

quererte

 

Su sobrina Estela Sánchez recuerda lo galante e improvisador que era mi abuelo. Y de enamorador, sin poner reparo en que ahí estaba presente su sobrina.

Pero le admiraba más su capacidad para decirlos espontáneamente, versos que los decía como una gracia, además del don que tenía para recitarlos.

Refiere que a cierta reunión ingresó ella con otra jovencita muy agraciada, a quien le dijo:

Pobre Desiderio

por qué te apresuras

habiendo en el mundo

tantas preciosuras.

Y otra vez, de improviso don Desiderio Sánchez dando un suspiro a una jovencita le dijo:

Ayer por la tarde

por la niebla no pude verte,

hoy que te veo

siento quererte.

 

Pueblo de Santiago de Chuco


7. Cada uno

de sus pasos

 

Sería por esas cualidades que además de hijos con mi abuela Sofía, con quien estableció su hogar oficial, son vástagos que tuvo en otras señoras de mucho fuste y hermosura.

Y sin que pretenda yo ser exhaustivo, ni agotar la lista, tuvo hijos que son a su vez mis tíos y tías, con doña Elvira Daga: Valdemar, Bayardo y Escila. Con la señora Zoila Jara: Abraham. Con doña María Miñano, de Cachicadán, Rosa. Con la señora Carmen Benites: Numa Pompillo.

¿Qué demuestra toda esta vasta progenie del borbotón de su sangre? Entre otros aspectos, su sentido patriarcal, su arraigo y su filiación, ligados a su tierra de origen, anudado a su pueblo. También posible y gracias a que vivió la mejor época que ha tenido Santiago de Chuco.

De un pueblo que se ve que lo caminó noche y día. Consciente y a tientas, fundido a cada puerta que conocía, y a cada piedra para cada uno de sus pasos. De quien me viene a mí el sentido de pertenencia. Y aquel conectar con cada piedra. Y al dar el paso en cada una de ellas conectar también con cada estrella.

 

Fotos 2, 4 y 7

Jaime Sánchez Lihón


Fotos 5 y 6

Hermes Torres


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