viernes, 28 de agosto de 2020

28 de agosto. Se crea la Biblioteca Nacional del Perú. / El arma del libro y la lectura.

 28 DE AGOSTO

SE CREA LA BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ

 

EL ARMA

DEL LIBRO

Y LA LECTURA

 

 

Danilo Sánchez Lihón

 

 


Biblioteca Nacional del Perú



1. La forja

de nuestra libertad

 

El libro junto con la espada y el caballo fueron las tres armas de la conquista española que sojuzgó, explotó con mano feroz y de manera despiadada e inmisericorde y expoliando a los pueblos originarios, sumiéndonos en la miseria y el atraso seculares, en los cuales todavía permanecemos y nos debatimos.

De esas tres armas de la conquista y dominación española, el caballo y la espada pronto fueron utilizados de parte de los movimientos insurgentes para forjar nuestra libertad y nuestro desarrollo en la América hispana.

Así, en la revolución de Túpac Amaru, el legendario cacique de Tungasuca y cuya rebelión prendió como una chispa que incendia una pradera, movimiento que comprometió a todo el alto Perú, teniendo influencia en los virreinatos de La Plata y Nueva Granada, fueron utilizadas espadas en las manos de los indígenas sublevados, así como fueron montados y cabalgados los caballos del viejo mundo por las huestes libertarias del líder insurrecto.

Iban a horcajadas en los jamelgos esta vez montados por jinetes de rostro cobrizo, de mirada fulgurante, con el látigo y la honda vengadores en manos de aimaras, quechuas, pocras y chancas. Pero no solo ellos sino también procedentes de otros pueblos, como también participaron contingentes de mujeres.

 

Túpac Amaru


2. Arcabuces

y cañones

 

Dos de las armas de la conquista habían sido reivindicadas rápidamente, y recuperadas para ponerse al lado de quienes eran los vencidos, de quienes integraban las masas de pisoteados y humillados, como éramos los pobladores del antiguo imperio de los incas.

La tercera arma que es el libro, que fue el protagonista principal en la captura de Atahualpa y el derrumbe del Tahuantinsuyo en la plaza de Cajamarca, y el símbolo de la ruptura y el enfrentamiento cuando lo arroja Atahualpa al suelo, es el arma que ha permanecido aún inactiva e irredenta.

Y es esa la razón probable por lo que no alcanzamos todavía a liberarnos totalmente ni a despegar de manera definitiva, que será cuando levantemos nosotros el libro caído y que permanece todavía impávido y desolado en aquella plaza.

El estigma ocurrió cuando el fraile dominico, Vicente Valverde, clamó el auxilio de las espadas y caballos, de los arcabuces y cañones para que disparen y venguen la afrenta perpetrada por el inca, de haber arrojado al suelo la Biblia sagrada, el libro por excelencia y la palabra escrita y revelada por antonomasia, caída en la tierra.

 


Captura del Inca Atahualpa en Cajamarca


3. Batalla

reivindicativa

 

¿Qué sucedió aquel aciago día cuando Atahualpa tuvo el gesto soberano de rechazar una mentira? Porque eso fue cuando escuchó que le decían, que en ese artefacto que se le alcanzaba estaba contenida la palabra de Dios, entonces él se lo llevó al oído para percibirla y escuchar esa palabra. Al no escuchar nada se lo llevó a la lengua para probarla y saber si era palabra. ¡Nada!

Allí fue cuando tuvo el gesto indignado de arrojar la Biblia al suelo señalando de ese modo que era falso que fuera palabra.

Acto a partir del cual la caballería arremetió saliendo de su escondite, como los cañones apostados en las colinas empezaron a atronar en el espacio con sus estampidos. Y los hombres de a pie acometieron con sus espadas, capturando al Inca y causando una mortandad espantosa en toda la plaza.

A partir de aquel momento, ¿en qué ocasión el libro ha estado presente de manera persuasiva en nuestra historia para dar la batalla por liberar al Perú de sus cadenas, como de las vetas de ignorancia y alienación que lo oprimen? ¡Nunca!, es la respuesta.

 


Arremetió la caballería en Cajamarca


4. Cultivar

el alma

 

Porque hay quienes piensan lo contrario, y esto generalmente lo hacen así las autoridades, quienes son las que disponen del dinero y de los recursos presupuestales y financieros del Estado.

Quienes razonan que, en un mundo tan carenciado y tan urgido de necesidades apremiantes, tan mísero en múltiples sentidos, hay otros aspectos de la realidad que merecen ser atendidos y que son los que se tienen que afrontar primero. Y no tanto las vicisitudes del libro, la lectura y menos aún de las bibliotecas.

Que hay mucho de perentorio e inexcusable. Que hay que cuidar, atender y resolver aspectos de miseria humana fulminante, panorama en el cual estos otros temas resultarían manifestaciones hasta superfluas o sofisticadas. Que pueden esperar un tiempo mientras las cosas mejoren. Que libros y bibliotecas son parte de la superestructura social.

¡Y es este un craso error, en el cual caemos hace mucho tiempo! Porque es, al contrario: para comer bien, para dormir bien, para jugar bien cualquier deporte, para tener techo seguro y bien construido hay que cultivar el alma y la mente, hay que leer y educarnos.

 

Antiguo local de la Biblioteca Nacional del Perú



5. Allí

las utopías

 

Y esta es la guerra pendiente. Y esa es la batalla definitiva de nuestra liberación; es la proeza del libro en la expectativa de forjar el destino glorioso que se merece nuestro pueblo. Es la batalla reivindicativa que aún no hemos librado en nuestro país, y que la debemos empezar a librar.

Y es que hace cinco mil años no solo los datos, las informaciones o las ideas dejaron este mundo del sol, la tierra, el viento y el agua, para ser encerrados, primero en rollos de papiro y después en unas hojas lábiles.

Y encuadernadas a modo de cajetas inertes, pero en el fondo asombradas, las mismas que son colocadas en unos estantes para los cuales se reserva unos establecimientos por ahora solemnes y fríos llamados bibliotecas.

Pero no solamente fueron las informaciones las que quedaron de ese modo allí depositadas, aunque palpitantes, sino que allí están los sueños y las visiones, la imaginación y la fantasía, los mecanismos de cómo se hace esto y lo otro, y cada cosa y los procesos para construir algo. Como allí están la ilusión y las utopías.

 

Lectores en la Biblioteca Nacional del Perú



6. Historia

vigente

 

Si allí está depositada la clave de todo y no los frecuentamos es entonces la vida común y corriente la que se desenvuelve trivial y silvestre, dejando la sabiduría a un lado. Es el conocimiento el que permanece indolente, encerrado en esos lugares áureos pero que olvidados se tornan sombríos, brillantes pero que relegados resultan enmohecidos; que han quedado proscritos, que parecen pasmados y hasta desligados del trajín diario, agitado y compulsivo de la historia vigente.

Es la época actual la que así se ve desfavorecida, siendo ella la que más importa, siendo tremendamente afectada porque de este modo es desprovista de aquel espíritu que late y palpita en los libros y en las bibliotecas, y se entretiene en otros menesteres como el espectáculo, el fútbol y la comida. Nos hemos privado así de los libros. Y a costa de guardarlos los hemos restringido a que deambularan más en los espacios abiertos y públicos, callejeros y asequibles.

Mucho se ha ganado con que en los libros esté depositada la clave de todo lo creado y la sabiduría de todos los tiempos, pero mucho se pierde en el hecho aparentemente sin mayor significado de que se guarden, ni siquiera así resultando favorecido al tiempo añejo ni las edades futuras; ni el infinito ni lo eterno, además del total menoscabo del tiempo presente. 



El destino de las bibliotecas. Seminario en el Inlec



7. Mejor,

en todo sentido

 

Siendo el arma del libro la que tenemos que empezar a activar. Porque paralizadas e inertes mantenemos allí recluidas las vivencias y lo mejor de la vida y la experiencia de cada día.

Y los hechos más sensacionales: las hazañas heroicas, los grandes fastos y hasta las dudas más legítimas. ¡Y las esperanzas! Esto es: lo mejor del género y de la civilización humana.

Porque todo ha sido depositado allí, en esos talismanes, abalorios y amuletos aparentemente sencillos, pero, en el fondo, maravillosos y mágicos que llamamos libros.

Hay que sensibilizarnos en general para que todos los problemas se solucionen y resuelvan, y esto se hace mediante los libros, la lectura y las bibliotecas.

Son ellas las que nos dotan de ideas, conocimiento e imaginación no solo para resolver los problemas pendientes sino para construir un mundo mejor en todo sentido.

 

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