miércoles, 5 de agosto de 2020

5 de agosto. Fiesta de la Virgen de las Nieves de Coracora. / Todo mi fervor.

5 DE AGOSTO

FIESTA DE LA VIRGEN DE LAS NIEVES

DE CORACORA

 

TODO

MI

FERVOR

 

Danilo Sánchez Lihón



La Virgen de las Nieves de Coracora


1. Amar

los pueblos

 

Me conmueve y compromete profundamente cuando alguien ama a su pueblo con cariño entrañable, como es el caso de Amelia Melgar Vásquez, quién le dedica a Coracora una buena proporción de sus cantos y, sobre todo, la intensidad de sus sentimientos, resaltando sus personajes, costumbres, sucesos y promesas.

El amor a la tierra natal, para mí, es la prueba de si alguien es verdadero o falso en la vida; de si alguien ama de a verdad, porque no concibo el amor volátil sino aquel identificado con el origen, con la raíz y la arcilla que nos conforman.

Me sumo con devoción aún mayor cuando ese pueblo es pequeño y olvidado. Me extasío de admiración cuando conozco a alguien que convierte el hecho más insignificante, leve o sutil de su pueblo, en algo muy grande, con ribetes de leyenda, con orgullo de estar ante un portento, con exaltación de reconocer lo precioso, como para elegirlo siempre, como es el caso de Amelia Melgar con su pueblo de origen, de allí que a ella también en este aspecto dedico todo mi fervor.

Ella es de Coracora. Allí nació, se crio, estudió; y a su pueblo volvió a trabajar como maestra después de estudiar educación en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. No conozco este distrito de la provincia de Parinacochas, pero lo vinculo al Perú profundo por ser zona de Ayacucho.

 


El nevado Sara Sara y laguna de Incahuasi



2. Mano que

se tiende

 

Así, escucho el nombre el nombre de Coracora y evoco aquel pueblo ancestral, en donde cada piedra rezuma un cariño y un sufrir milenarios. Con un gesto de ternura hasta en el declive o en el quiebre de sus calles. Iluminado por el sol y azotado por las sequías.

He tenido la dicha primero de soñarlo y después de visitarlo varias veces. He andado largamente sus caminos. He contemplado el perfil de sus montañas al amanecer, y la silueta del Sarasara adusto pero benigno; y me he llenado de cadillo orillando la laguna de Incahuasi fulgurando a sus pies, colmada de bejucos donde anidan las parihuanas. Y al admirar en la ensoñación sus casas me he sumido en el humo que emerge de sus cocinas y que se filtra por sus tejados. Y desde entonces relaciono Incahuasi a leña, a agua y a flor.

Amelia recoge en sus versos aquel hálito mágico. Y es fiel a aquella raíz telúrica, tan densa en mitos, leyendas y raptos oníricos, que vibran en el aire impalpable de aquel pueblo y que ella los ha transpuesto en su poesía.

¡Y sentirme libre! ....

Para cantarle a la vida,

A mi tierra querida

A sus cerros, a sus pampas.

A mi raza indómita

Misteriosa y antigua,

A mis hermanos que sufren

¡El hambre y el dolor!

Piadosa inspiración

Que la mano me tiendes...

 

Amelia Melgar Vásquez



3. De un solo

plumazo

 

Amelia Melgar Vásquez es hija de Diego Ántero Melgar Vega, poeta de quien se ha publicado últimamente su libro “La novena sinfonía de la piedra” que reúne su obra que se hallaba dispersa en periódicos y revistas.

Él fue un personaje de mucho temperamento. Un libre pensador, una persona que rompía esquemas y convencionalismos; aparentemente difuso, extravagante y atrabiliario, pero seguido y adorado por la juventud que veían en él a un personaje capaz de pensar con libertad y valor, con suficientes dotes de pasión, imaginación y arrebato. Bueno para purificar el aire con frecuencia enrarecido de un pueblo enclavado entre cadenas de montañas, fortalecer el alma, propiciar un debate profundo sobre un tópico y una revisión de ideas a fondo acerca de cualquier tema.

Se lo recuerda a Diego Ántero Melgar como un personaje de inteligencia fuerte, sobresaliente, hasta asombrosa. Dueño de una relación total, vital y suprema con la poesía. Quien podía componer íntegro un himno, una oda o una elegía de un solo plumazo, en una reunión de amigos, y dedicarle el original a algún estudiante emocionado, presente en aquella tertulia, sólo por el hecho de que hubiera manifestado que el poema era de su agrado.

 

Plaza de Armas de Coracora



4. Ángel

Guardián

 

Cuando Amelia era niña ella andaba en sus brazos. Pero luego, cuando fue creciendo, su padre fue su sombra protectora, cautelosa y callada; quien siempre aparecía en los momentos oportunos para auxiliarla y apoyarla, como el ángel guardián evanescente pero efectivo, actuante siempre en su vida, hasta ahora que él está muerto físicamente.

Pero no solamente el padre de Amelia fue el intelectual y el hombre de letras que hemos referido sino su madre también tuvo una fina sensibilidad artística, tanto que fue ella quien le enseñó el arte de la declamación y el teatro, y esto desde muy niña, desde cuando tenía 5 años de edad en que ya subía a los escenarios preparada, apoyada y bajo el cuidado de la señora Rosa Vásquez Flores de Melgar, quien ya no está con ella.

Por esta línea genética su abuelo de madre, don Andrés Vásquez, fue también hombre notable y amante del progreso de su pueblo; diputado de la República en dos períodos, quien llevó la energía eléctrica, el molino eléctrico y otros adelantos a Coracora, poseyendo también una gran sensibilidad artística, siendo propulsor de la cultura en su tierra.

 

Amelia de niña, con mamá y hermanito



5. Cabeza

de playa

 

La de Amelia es, pues, una familia de intelectuales, políticos y artistas; Carlos Enrique Melgar, el líder aprista, es hermano de su padre; linaje y ancestro que ahora se sintetiza en ella.

Quien es entonces simbiosis de dos líneas genéticas muy definidas en cuanto a su vocación por las ideas; de décadas y siglos de inquietudes que encuentran su punto de unión definitivo en sentimientos, emociones y pasiones, que confluyen en una riada, en una cabeza de playa, en un conjunto de páginas que constituyen todo un símbolo:

En las oscuras bóvedas

De los cajones fríos,

Mis versos hartos de reposo

Se agarraron de las manos

  Y salieron a la luz.

(...)

Mis versos ahora son palomas

Salieron en parvadas,

Les abrumó el cautiverio

Extendieron sus alas

  Y se echaron a volar.

 

 

Festividad de la Virgen de las Nieves en Coracora



6. La poesía

que resarce

 

Es la suya poesía emotiva, poesía del corazón y del alma de la gente genuina, de los sentimientos a flor de piel, de los hechos vivos, reales e indiscutibles; poesía ligada a la cotidianeidad, a la vida cierta y real, no a las elucubraciones, no en función ni de la perífrasis ni de la retórica:

¿Qué hay de cierto en tu esencia olvido?

¿Borras del alma y del corazón el recuerdo?

¿Retienes en tus orillas vacuas el pasado?

¿Palideces con tu sonrisa añeja lo vivido?

«No puedo olvidarte» dice la canción

Es porque eres un deseo hueco que no ha apagado

La llama ardiente que el hombre ha sentido

Y te nombra y te invoca como a una ficción.

Si existieras no quedarían cenizas ni rescoldos

No habría pechos que se quiebren de suspiros

Ni melodías y aromas en los recodos.

Donde la poesía es aquello que resarce nuestros destinos de la crueldad del mundo y de la vida, porque la vida con ser tan hermosa, también suele revestirse con frecuencia de impiedad y dureza. Todo lo que se viva ha de sublimarse en poesía.

 

Procesión de la Virgen de las Nieves en Coracora



7. Mundo

cierto

 

Pero, hay la otra poesía ligada a los seres queridos, pertenecientes a una comunidad de amigos, de personas ligadas a la tierra; que se celebra, que se la vive, que se la comenta con alegría pura; que cuenta con la adhesión y la fruición de la gente que ama, quiere y vive de a verdad, con sinceridad y emoción profundas:

Poesía que goza del aprecio de la gente sencilla que es la verdadera, a quien gusta que se evoque un hecho, una persona, un pueblo, así como que se recree un paisaje; poesía más del mundo cierto y real. Verdadera y legítima poesía. Es la esencia sutil del alma:

El canto de una alondra en los oídos,

La dulce flor de luz en tu ocaso,

Un jazmín que nace en una roca.

Es la antorcha luminosa en tu cielo oscuro,

Un enjambre de mariposas en tu jardín,

Un manto salpicado de luceros en tu cuerpo,

Un ave con reflejos de zafiros en tu ventana.

Es el huésped de primavera en tu otoño,

La musa que estremece tus entrañas,

El hada que te da la llave de un nuevo amanecer,

La página blanca que la pluma no tocó.

 

Corrida de Toros en Coracora


8. Revelación

e inocencia

 

Amelia Melgar también y, sobre todo, alude en su poesía al hombre y al pueblo en su borrasca y en su esperanza:

Se levantará el viento

De las conciencias dormidas,

En cielos opalinos

De infinita plenitud.

Octavio Paz expresa que la poesía es la revelación de la inocencia que alienta en cada hombre y en cada mujer y que todos podemos recobrar apenas el amor ilumina nuestros ojos y nos devuelve el asombro y la fertilidad.

Su testimonio, el de la poesía, es la revelación de una experiencia en la que participan todos los hombres, oculta muchas veces por la rutina y la diaria amargura.

¿Es posible una sociedad en la que la poesía, que es la voz misma del hombre original, se convierta en el alimento espiritual de la comunidad? Con poemas como los suyos la respuesta es positiva.

 

La Virgen de las Nieves de Coracora


9. Capulí,

vallejo y su tierra

 

Amelia Melgar Vásquez pertenece y es miembro activo, y trabaja con empeño y tesón ejemplares, en el movimiento “Capulí, Vallejo y su Tierra” que persigue el anhelo de aproximarnos cada vez más al mundo andino que César Vallejo avizorara en «Telúrica y magnética» y que nos dejara como mensaje trazándonos el compromiso de realizarla bajo la proclama de: “...hay hermanos, muchísimo qué hacer”. Su afiliación tan honda y comprometida con este movimiento hace que yo sienta que es una amiga, una cófrade y una hermana del alma y me sienta completamente solidario con su obra escrita y su desenvolvimiento en el campo de la actuación.

No olvidaré cómo vivenció a Georgette de Vallejo en una representación de la vida de la esposa del poeta y en una presentación viva de sus poemas, en el marco de una actividad organizada por «Capulí, Vallejo y su Tierra» y a fin de rendir homenaje y reivindicar en el 20 aniversario del fallecimiento de la mujer que acompañó al poeta durante once años, actividad realizada y presentada en la Alianza Francesa de Miraflores, el 4 diciembre del año 2004 y que fuera ovacionada por el público asistente. Mi congratulación a Amelia Melgar por su forma de sentir, de pensar, de sufrir y de amar. Por esa actitud para convertir dichas esencias en verbo, en palabras plenas de sabiduría, ahítas de belleza decantada. Mi homenaje por haber empapado esos contenidos en alma, en verdad y en proclama.

 

Departiendo con Amelia Melgar en Capulí



*****

 

INVITACIÓN

PARTICIPE EN EL AULA VIRTUAL CAPULÍ

EL DÍA Y HORA DEL SÁBADO 8 DE AGOSTO

A LAS 6 PM. HACIENDO CLIK EN ESTE ENLACE:

https://byu.zoom.us/j/99447505861

 

*****

 

Los textos anteriores pueden ser

reproducidos, publicados y difundidos

citando autor y fuente

 

dsanchezlihon@aol.com

danilosanchezlihon@gmail.com

 

Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:

Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com

Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com

Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe

Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com

Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es

 

  *****

DIRECCIÓN EN FACEBOOK

HACER CLIC AQUÍ:

 

https://www.facebook.com/capulivallejo

 

*****

 

Teléfonos:

393-5196 / 99773-9575

 

Si no desea seguir recibiendo estos envíos

le rogamos, por favor, hacérnoslo saber. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario