miércoles, 21 de octubre de 2020

21 de octubre. El tañer de la campana. / Declamar más lo asocio a juramento y proclama.


21 DE OCTUBRE 
EL TAÑER DE LA CAMPANA 

DECLAMAR 
MÁS LO ASOCIO A JURAMENTO
Y PROCLAMA

Danilo Sánchez Lihón 



Niña recitando en Santiago de Chuco


Habla 
para que pueda 
verte.
Sócrates 

1. 

Soy devoto del arte de la declamación por múltiples razones, empezando por el hecho básico y el de más alcance de todo oyente, cual es que mediante ella el espectador se sumerge en lo que el poema tiene como materia sonora, como es la dimensión del lenguaje ahíto de ritmos, y cadencias, acordes y resonancias, calmas y arrebatos, estallidos y silencios.

Ámbito que se capta con solo dejarse llevar y envolver por el poema sin tener que necesariamente concentrarse en dilucidar su sentido sino más bien apagando este y bañándose en la magia y el encanto de la sonoridad que el poema va descorriendo.

Hay una definición bastante sencilla de la declamación, cuál es: poner el cuerpo y la voz para animar un poema. Pero quiero valorar aquí más bien la declamación antes que como recursos y técnicas, como adhesiones, como entregas del alma hacia algo, como grandes fervores que se cumplen en la vida. Y en lo que significa como vivencia suprema para la persona que lo realiza.

Porque mientras sea el niño, el joven o el adulto quien lo ejecuta tiene al frente a un público ante el cual esa persona es única, y es el centro de atención de todos los presentes, y esa circunstancia necesariamente nos engrandece.

 

Segundo Vara declamando en la inauguración del 18 Capulí


2.

 

Sin negar que la declamación es también parte de las artes escénicas, la vinculo más al acto de celebrar. Al acto de prometerse y jurar realizar algo importante en la vida. La vinculo más al hecho íntimo e inmenso de jurarse uno mismo algo. La vinculo más a la arenga cívica. Al juramento histórico. Es un acto de afirmación y de ofrenda, en este caso por la poesía.

A salir al escenario a juramentar ante la vida y ante los manes del universo, por tener deberes sagrados qué cumplir. Es decir, la declamación más tiene que ver con un acto de honor, de lealtad, y siendo así es una declaración de amor, que en este caso se lo hace en una dimensión mayor, cuál es ante el público.

Es decir, la valoro más como un acto de adhesión y compromiso, de confesión y convencimiento. De descubrirse ante los demás, de arrojar hacia afuera nuestras entrañas. Porque la declamación es un rito que alcanza a bordear el éxtasis. Es compenetración total con el texto del poema y lo que en ello se dice o se quiere decir.

Donde hay hechizo, magia y sortilegio. Por eso, vinculo más el acto de declamar a elevar el espíritu hacia Dios, a transportarnos en las alas de unas palabras que adquieren un carácter trascendental y con ellas nos transportamos hacia lo superior y supremo.

 

Saúl Sánchez recitando "Los nueve monstruos", de C. VAllejo


3.

 

Con ella ingresamos al éxtasis y a la conversión. Y en este proceso nos volvemos mediadores y sacerdotes y apóstoles de un evangelio que es la poesía. Siendo así, declamar supone encarnar y ser palabra imbuida de verdad y de belleza, actividad que se hace con vehemencia, con fuerza e intensidad, hasta con lucha y fragor.

Donde el declamador se desnuda, se arroja y se confiesa. Para el caso el escenario puede ser cualquier sitio, donde no hay ni luces, ni micrófonos ni efectos especiales. Cualquier sitio es una base de apoyo. Donde la actuación es al desgaire y a campo traviesa y que parte y divide al mundo casi siempre en dos, en un antes y en un después.

Y es un arte legítimo porque la poesía ha sido creada para ser oída. Por eso la integran y conforman ritmos, compases, acentos y rimas a las cuales enlazo mi voz y presencia, a fin de hacerla materia viva a lo que es eterno en un tiempo y en un espacio casi siempre episódico y circunstancial.

 

Niña recitando a Vallejo en el recibimiento a Capulí


4.

 

Porque es la declamación palabra conmovida y conmovedora. Es confiar todo el corazón en cada palabra que se pronuncia. Es poner en juego lo que soy, para uno y para todos. Por eso, declamar más lo relaciono con la fe, con dar testimonio de algo. Lo vinculo más a evidencia, a declarar ser testigos de algo, a develar un misterio. Lo vinculo más a un testimonio de vida, y a una revelación, a una prueba de parte, a un asunto que tiene que ver más con la religión.

Es poner en voz la potencia del texto. Había una vez, del que narra. Había una voz, del que recita. El espíritu del que invoca, del que arenga y del que proclama. Porque lo importante no solo es decir las cosas sino la manera de decirlo. Porque el mundo no solo es realidad sino experiencia. El mundo no solo es experiencia sino palabra, El mundo no solo es palabra sino canción de vida.

La declamación pone en evidencia que el arte no solo está en lo nombrado sino en la manera de nombrar. En el manejo bello del lenguaje, pero como sonoridad, como acordes, y finalmente como música.

 

Reconocimiento a la declamadora nacional Delfina Paredes


5.

 

Un estado anterior a la declamación es la recitación que más bien es repetir un texto de memoria, expresión que tiene menos intensidad que la declamación.

En la declamación subimos hasta la cumbre y nos empinamos hasta alcanzar a tocar las estrellas. Como también con ella nos asomamos hasta un abismo y sucumbimos en su vértigo y hondura. Declamación. Es recrear un texto. Con ella estamos en el borde de lo sagrado.

La diferencia entre recitar y declamar es que esta última faceta es más enfática, intensa y contundente.

Recitar se puede traducir en algo así como “decir fluidamente y de memoria algo”. Declamar es exaltar, jugarse entera el alma, es enfatizar, poner todo por lo alto, lo mayor y más supremo. Es adueñarse de todo el espacio, el tiempo, el alma de quienes están presentes. Es más, incluso, que la oratoria.

Y donde me digo: soy algo dentro de la memoria de esas personas. Eso va llevando respeto, luego se convierte en cariño, y finalmente en compromiso.

 

Imitando a César Vallejo


6.

 

Gesticular, que es parte del arte de la declamación, es dar a entender o expresarse con acciones, sin el socorro de la palabra. Y es de vida y muerte, cuando estamos en casos extremos de pedir auxilio de un extremo a otro y no alcanza nuestra voz. Y cuando solo nos quedan los últimos recursos para vivir.

Gesticular tiene esta prueba: dime con tus manos lo que es el agua. Grafica con tus manos que lo que estas pronunciando o diciendo es el sol o la luna. Ahora, hazlo sentir con tu voz. Con tu voz por el tono, la inflexión, el ritmo. Que ella indique, que nos represente y nos haga sentir la sensación del agua lloviendo, el sol ardiendo o la luna arrebolada.

Pero, en el estado en que el texto dice que está el agua, el sol y la luna, sea poema o prosa. Y así, pasando a otro ejemplo: Dime con tus manos y grafica el viento. Con tus gestos danos a entender lo que es la sangre. Pero más sutil: que es la sangre lejana en tu historia. Da esa sensación, modúlala, evócala, tráela al escenario convocada.

 


7.

 

La declamación así es compromiso y es adherirse a algo. Para expresar ello emplea gestos y movimientos corporales, que enfaticen lo que quisieras decir, ajustando el volumen, el tono, la entonación de la voz. Como el ritmo, la cadencia y modulación de la voz para trasmitir las emociones que se quieren hacer vivir, produciendo efectos en el público como el suspenso, el entretenimiento y el interés en general.

Para ello tener en cuenta el lugar donde nos paramos para hablar. La posición que se adopte. ¡Dónde nos situamos! Desde dónde decir lo que tenemos que decir. Para eso, también cábala. Y pensar y estar convencido de estar preparados, puesto que voy a decir lo que nadie sabe. Y lo diré con toda intensidad y con toda pasión, con toda mi voz, mis nervios y mi temple. Cuando uno va avanzando al escenario decir: voy a vencer, a convencer y a gustar. Otros van a escuchar, pero yo he venido a declamar. Y eso me engrandece y me llena de confianza.

Y entonces unir y agregar elementos sobrenaturales a lo que es la vida cotidiana. Si es así todos debiéramos declamar, uno o más poemas, porque un hombre que se ha salvado. Para ello, y coherente con lo que he dicho antes, más vinculo la declamación a crear conciencia y sensibilidad en la persona humana para hacerla un ser trascendental.

 

Todas las fotos:

Jaime Sánchez Lihón


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