– Lucho, ¿trajiste tu guitarra?
– ¡Claro!
– ¿Verdad? ¡No la veo!
– ¡Aquí está! Adónde voy, ella va, conmigo siempre.
– ¡Qué bueno que la hayas traído porque esta es noche
infinita y reclama que se cante!
– Es noche de promesas y de estrellas. Sí, aquí la
tengo. ¿Y sabes por qué cargo con ella? Porque es como si siempre caminara con el
corazón en la mano, con los sentimientos y el alma a flor de piel.
– Pero no la veo. ¿En dónde está?
– Aquí está a mi lado, en el asiento delantero, pero
para el lado de la ventana. Y es que necesito tenerla a mi lado. Y ahora cuando
tú manejes entonces yo canto algo.
– De una vez, dame el timón, ¡y tú cantas!, porque la
noche se está poniendo honda y triste.
– Es que estas montañas sobrecogen el alma.
– Es por lo inmensas que son.
2. Alivio
y fortaleza
– Está bien. Maneja. Y yo desenfundo la guitarra.
– Ya me parecía raro. Yo dije: ¿qué? ¿Lucho, por estos
caminos, y sin guitarra?
– Y es que Lucho sin guitarra no es Lucho. Y lucho es
lucha.
– ¿Por dónde estamos, ah?
– ¡Javier, por fin despertaste! Pegaste el sueño en
Quirihuac y ya estamos en Motil. Y mira el cielo. Has dormido como una piedra
– ¡Siquiera un ratito! Pero sería bueno cantar.
– De eso hablábamos con Lucho. De la música como de un
buen trago o licor para animarnos.
– Ahí va un yaraví que escuchaba cantar a mi padre:
Toma esta flor de mi manoque del campo recogí,llorando gotas de sangrecomo yo las lloro por ti.
– Triste, pero lleno de coraje.
– Como es nuestro pueblo. A mí les diré que la música me ha gustado desde chiquito, pero es cuando uno se acerca más al campesinado cuando se la incorpora como un elemento fundamental del espíritu. Los campesinos reconfortan su alma con la música. Le sirve de bálsamo, de alivio y fortaleza.
Casa de Luis de la Puente. Pintura de Agustín Rojas
3. Tonadas
y compases
– ¿Entonces es cierto lo que dice Guillermo, que
cuando te conoció no cantabas huaynitos sino canciones italianas, como Wariflé,
y cosas así?
– ¡Es cierto! Pero lo que yo puedo decir de Guillermo es
que por un pelito se escapó de ser cura. Aquí a Santiago de Chuco vino ya con
tonsura. Y se dice que fue por una chiquilla de Cachicadán que colgó la sotana.
– ¡Eso también es cierto! ¡Para qué lo voy a negar! Pero
a ti, Lucho, la guitarra, ¿alguien te la enseñó a tocar?
– ¡Nadie! Tampoco se puede decir que la toco. Apenas
la rasgueo y me sirve para el gasto y nada más.
– Pero tocas bien, Lucho, no seas tan modesto.
– Bueno. Uno aprende a pulsarlas para estas horas hondas,
sacándole tonadas y compases.
– ¡Guarda!
– ¿Qué fue eso, ah?
– Una piedra que ha rebotado en la carretera y se ha
ido al fondo del barranco. Y que si nos coge nos mata.
4. En deleite
la amargura
– Pasamos por estos pueblos y todos duermen. Duermen
los pobres, duermen los ricos. Duermen los que compran y duermen los que venden.
– Nosotros permanecemos despiertos, desvelados.
Escorzonera, yerba del campo,todos me dicen que eres remedio;si eres remedio cura mis malessi eres veneno quítame la vida.
– Oye, ¡qué bonita canción!
– ¡Lo que es sublime es el amor! ¡El amor es sagrado!
– Es lo que nos impulsa a hacer hechos grandes y
hermosos.
– Pero, no hables tanto y dinos quién es ella. Y cuál
es su nombre.
– Y, ¿para qué?
– Entonces, ¿adivinamos?
– Su nombre tiene música. Es un nombre como la rosa llena
de espinas.
– En estos momentos ellas duermen y nosotros sufrimos
desolados.
Luis Felipe de la Puente Uceda
5. Las luces
del horizonte
Era lenta, de
luna y terciopelo,
la noche que
entraste a mi ternura,
por huellas
de fragancia, luz y vuelo,
y trocóseme en deleite la amargura.
– Esta canción es de nuestro paisano, del poeta Felipe
Arias Larreta. Él ponía música a algunos de sus poemas.
– Y tú, ¿por quién sufres, ah?
– Por ella.
– Pero di su nombre!
– Por ella, nada más. ¡Por ella!
– ¡Ya sabemos quién es! ¡Solo que no quieres decirlo!
– Dilo hermano. Grítalo, aunque ella esté lejos, ¡Grítalo!
– Qué bellas y profundas resuenan las notas de la
guitarra en la noche estrellada. Junta los aleros, las piedras, las luces del
horizonte, y nuestro corazón.
Pintura de Eladio Ruiz Cerna
6. Flor
hermosa
– ¡Y, ahora despertaste, Gonzalo!
– Hace rato desperté, y venía escuchando.
– ¿Qué nos falta digo para iniciar la revolución?
Tenemos esa inmensidad que es César Vallejo. Pero, antes, a Túpac Amaru. Entre
nosotros a los chucos, a los chimúes, a nuestras madres, padres y hermanos.
Tenemos a nuestras amadas. ¿No es suficiente? ¿No es digno luchar por todos
ellos? Y tenemos noches como esta, las casas, los balcones.
– Y la amistad, Luis, que es una flor hermosa.
– Es una verdadera joya.
– Entonces, ¡juremos luchar por siempre por el Perú,
América y el mundo!
– Sí. Juremos por la revolución socialista. Y por
estas estrellas, por este cielo infinito, por las montañas tutelares, por las
sepulturas de nuestros antepasados que reposan bajo este suelo, juremos no
descansar hasta liberar al hombre de nuestro pueblo.
– Y cantamos:
China santiaguina,qué tienes.Porque no me mirantus ojos.
Luis Felipe de la Puente Uceda
7. Que viva
la vida
– Eso es. Así, los montoneros aquí, nuestros guerreros
allá, amaron la música. Y, cargaban al hombro su guitarra, junto a su fusil.
– Y se levantaban en armas por un acto humano de amor.
Porque inhumanos son los opresores que provocan estos mundos de miseria.
– Hay que unir arte, amor y revolución.
– Toca la guitarra Guillermo. Y no sufras hermano.
Seca esas lágrimas. Y que más bien bajen abundantes las promesas y juramentos
que le hacemos a nuestro pueblo.
– ¡Juremos! Juremos por estas estrellas nunca desmayar
hasta hacer la revolución social que necesita nuestro país. ¿Juramos?
– ¡Sí, juro!
– Por estas montañas grandiosas. Por estas piedras. Por
esta grandeza qué nos inspira a luchar, a ser heroicos contra el oprobio,
contra la injusticia y contra la muerte.
– Y, ¡que viva la vida!
Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
*****
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
https://www.facebook.com/capulivallejo
*****
Teléfonos:
393-5196 / 99773-9575
Si no desea seguir recibiendo estos envíos
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.







No hay comentarios:
Publicar un comentario