jueves, 8 de octubre de 2020

8 de octubre. Aniversario del Combate de Angamos. / Hoy Grau se tornó llamarada


8 DE OCTUBRE 
ANIVERSARIO DEL COMBATE DE ANGAMOS 

HOY GRAU
SE TORNÓ
LLAMARADA

Danilo Sánchez Lihón 



El Combate de Angamos


1. La punta 
de la flecha

 Por eso, no fue en vano, no, que un día como hoy, 8 de octubre del año 1879, Miguel Grau volara por los aires, y que se hiciera explosión, estrellas, llamarada.

Que se tornara incendio, nube y viento, con la torre de mando en llamas y a sus pies en la inmensidad el océano que ahora lleva su nombre.

E ignición al fondo del pecho y grito apasionado en la médula del hueso y en el meollo del alma que llevamos quienes estuvimos ahí, en cada hebra flameante de nuestra bandera.

Porque a partir de entonces tenemos con él un puesto de combate en aquella torre y un sitio en la eternidad, adonde hemos llegado.

En la punta de la flecha de aquella nave insigne con la bandera tremolante en lo más alto.

 

El Monitor Huáscar


2. El mucho

amor

 

 Oh, Gran Almirante, nos enseñaste a vigilar el horizonte. Y quizá aún más: a hacernos horizonte.

¡A convertirnos en alba que por sí sola se anuncia! ¡A ser despertar y amanecida!

Y nos enseñaste a salvar vidas, a ser indulgentes y compasivos en las horas en que lo bestial se exacerba. Y a mirar noblemente lo protervo y siniestro.

A mirar alrededor con mirada piadosa y paterna. Y ser indestructibles por inercia propia.

¡Porque tú combatiste no por odiar sino por defender y por el mucho amor que rebozaba en tu ánimo y temple!

En esa nave que era un bólido, un cometa, una bola de fuego. O un relámpago que sueña. ¡Y se ha quedado así para siempre!

 


3. Eso queda

marcado

 

Porque el relato más atroz que todos hemos escuchado de niños es el de Caín, matando a su hermano Abel.

Y ninguno podíamos creer que eso lo hiciera su hermano y con tanta inquina, depravación y perfidia.

Y más aún por una razón tan vil que resulta incomprensible: cual es apoderarse de los bienes materiales y de riqueza que si no les pertenece sencillamente lo están robando.

En el caso en el que a ti te tocó morir la razón era el botín. Y por algo peor: la envidia, como en Caín. Porque Abel era bueno, y era fiel a Dios, como lo eras tú.

¿Hay algo atávico en este odio? Y eso queda marcado para siempre. Pero, por la ignominia con que actuaron me pregunto: ¿eran realmente hermanos?

 


4. ¿Cuál

el sentido?

 

Porque sinceramente no creo que quienes nos atacaran fueran hermanos. Ni creo que eran vecinos, porque a los vecinos se los respeta. Y mucho más si a ellos prodigamos consideración y cariño, incluso hasta ahora.

No creo que fueran seres humanos las hienas que luego asesinaban heridos en los campos de batalla.

Y que pronto se atacaron entre ellos mismos, como ocurrió en el incendio de Chorrillos, en donde murieron mil de sus soldados, borrachos de inquina y disputándose posesionarse de algo.

Asesinados ellos mismos con sus propias armas. Y, como en el mito bíblico de Caín, con la quijada de burro como es el corvo chileno.

Pero, ¿cuál fue la razón principal? ¿Cuál el sentido de todo aquello? ¿Únicamente la codicia o la disputa de la presa en el pillaje? ¿O la envidia, que es más infernal todavía? ¡Retorcido e insondable saberlo!

 


5. Cara

a la eternidad

 

Pero ya no tanto interesa lo que ellos fueron y son, sino lo que nosotros fuimos y somos esencialmente.

Y en eso, don Miguel Grau, eres paradigma y epopeya: valentía, generosidad y esperanza plena.

Porque antes de partir a tu última incursión habías dicho: «Si el Huáscar no regresa victorioso, yo tampoco volveré». Esa fue su promesa. Ese es su juramento.

Por eso estamos esperando tu regreso victorioso, con las banderas virginales e inhiestas.

Desde entonces tú estás de pie en la proa de nuestra nave que es él Perú, porque tú moriste luchando cara al infinito.

Y cuando es así no se muere nunca. Cara a la eternidad, desde donde siempre se vuelve.

 

*****

 

Los textos anteriores pueden ser

reproducidos, publicados y difundidos

citando autor y fuente

 

dsanchezlihon@aol.com

danilosanchezlihon@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario