Todo acobambino que conozco,
como todo apurimeño, lo identifico herido y atravesado por un río; como lo estuvo
José María Arguedas; que los horada, los traspasa y que corre bajo sus pies o
dentro de sí mismos, atravesando sus venas y sus huesos.
O por donde sea, pero en el
fondo y en esencia están signados y tienen el estigma en sus nervios, en su
sangre, como en su mente y en sus sueños, un río. Y los ríos que los pueblan,
los habitan y develan, son hondos y no siempre turbulentos, siendo más bien
calmos.
Esto es telúrico y es
atávico. Apurimeño que conozco, escarbo un poco en él, en lo que me converse, o
en lo que escriba, y allí encuentro el río. Río abismal e inabarcable. No es
que tengan un río ameno, idílico o paisajístico. Este río que ellos cargan es
un río que recorre el subsuelo donde pisan, el cuarto donde duermen, la casa
donde habitan y la vida que ellos asumen o lo evitan.
2. En sus
abismos
Y esto es así, tanto realidad
cotidiana como dimensión ontológica. Eso aflora tanto en el día a día como
cuando se proyecta hacia lo ideal y lo cósmico, siempre lo hacen con su río a
cuestas. Los ríos, el agua, los manantiales los acosan. Los llenan por dentro y
los colman por fuera sin agobio y más bien llenos de encantamiento. De allí ese
gesto como de cruzar un río, una acequia o un curso de agua cualquiera que
ellos tengan. En el nombre mismo de Ocobamba, está inmersa el agua, pues la
etimología de este nombre es “pampa húmeda”, “pampa llovida”, o “pampa mojada”,
que indudablemente los conecta con el río hacia donde esa agua corre.
Quizá sea todo esto porque
ellos tienen como paradigma a lo que es un verdadero río, al Apurímac, auténticamente
río, y no otra cosa; que no lo es el Amazonas, por ejemplo, que más parece un estuario
y un océano. El río Apurímac no, es y se porta como un río, siempre temible,
encajonado y turbulento. Es el río Apurímac río cósmico. No hay otro como él.
El río como concepto y como misterio es el río Apurímac. Dividió a los incas de
los chancas. Y en sus abismos levantaron sus tiendas los oráculos, los augures y
adivinos del imperio porque todo río como tal nos sumerge en el misterio. Y el
cañón del río Apurímac es el más temible del planeta.
Iglesia de Ocobamba
3. Ven
a mí
Y digo todo esto porque toda
la poesía de amor de Ricardo Calderón Gutiérrez se lo puede ubicar en ese
esquema de lo que impone y estructura un río como tal:
NIÑA, VEN A
MÍ
No sé tu nombre
ni sé cuál es tu patria.
No sé cómo es tu voz
ni cuál es tu idioma.
No sé del color de tus ojos
ni el de tus cabellos.
No sé cómo es tu rostro
ni cuál es tu piel.
No sé de tu vida
ni cómo eres.
Sólo sé que, al pensar en ti,
mi alma ya te siente.
Qué importa el color
de tus ojos, de tu piel,
o el de tus cabellos,
ni cuál tu nombre,
tu vida o tu idioma,
sí tú también piensas en mí,
y ya me sientes en el latir
de tu anhelante corazón.
¡Ven, niña,
ven a mí!
Donde se da el amor como promesa,
como esperanza e ilusión, que no tiene edad, que no es exclusivo, ni de niños
ni únicamente de jóvenes.
Río Apurímac, cerca de Ocobamba
4. El río
que fluye
Que como un río no oculta
nada, que no disimula, que no hace artificio. Que declara su amor con
transparencia, confiado y seguro en la pureza y sinceridad de su amor, como el
río de sus aguas:
HECHIZ0
¿No has sentido
en tu pecho
un batir de tambores,
cuando tus ojos
y los míos se encontraron?
Yo no olvidaré nunca
aquel instante fugaz
en que conocí
el amor.
Donde la poesía que es el
lenguaje del tú a tú entre dos seres, dicho en la mayor intimidad, en la
habitación más cerrada, sagrada e inviolable, se hace a la vez conocida, que se
abre, que se confiesa y conoce.
En esto todo poema es una
revelación, es un secreto que se rompe, es un hollar lo de otros, íntimo y
confidente, como ocurre con el río que fluye, pero al cual también se lo
contempla fluir.
Con Ricardo Calderón, en Ocobamba
5. De una vez
el corazón
En donde todo es descarnado y
doloroso. Poesía sincera, desnuda y de plena transparencia. Donde en todo se
ofrece como poesía testimonial, de ofrenda y de baúl de recuerdos.
MEMORIAS DEL
CORAZÓN
Esta noche de soledad infinita
y enfurecidas ansias de amar,
emerges del pasado, mujer,
como llama ardiente imposible de apagar.
Enciendes mis sienes
y avivas esos besos de fuego
que queman los sentidos
y ahogan el aliento.
Esta noche de angustia y ansiedad
te deseo, mujer,
como fiera en su celda la libertad.
¡Ah mujer, mujer, mujer!
¡Ven ahora a darme tus besos
o destrózame
de una vez el corazón!
Capulí en Miami
6. Vivir
siempre
Porque, ¿qué es lo primero
que hace un río? Crear dos orillas. Y situado en la orilla opuesta, expresa
ante la banda de enfrente, teniendo las aguas de por medio que dividen los dos
destinos, su reclamo y su endecha de amor, donde él dice:
DESTINOS
SEPARADOS
¡Qué extraño el destino de los dos,
que, amándonos de tal manera,
tenemos que vivir tan separados!
Tú, el amor que espera
y teje recuerdos e ilusiones.
Yo, el trotamundos que rueda
por caminos desconocidos.
Quizás tu esperanza de mujer enamorada
te hará asomarte a la ventana
todos los días
tratando de divisarme en el horizonte.
No, no me busques en el camino,
guárdame en tu corazón,
¡allí es
donde quiero vivir siempre!
Con Ricardo Calderón en Madrid
7. El
ángel
Pero como en todo río a veces
se subliman los hechos, y en vez de mirar hacia abajo las aguas turbulentas se
mira hacia arriba, donde el cielo se perfila, y se alcanza a decir:
PLEGARIA POR
BECKY
Ella es casi un ángel
aquí en la tierra,
y va por el mundo
con la cabecita llena de ilusiones
y los ojos puestos en ti, Señor.
Ayúdala, Dios mío,
te lo ruego humildemente
con mi alma de hinojos.
¡Ella cree en ti, Señor!
Extiende tu mano
todopoderosa sobre ella,
como el sol un rayo
sobre un clavel
e ilumínala.
Su presencia ennoblece,
su mirada enternece
y su sonrisa encanta.
Ella es casi un ángel,
Señor, aquí en la tierra,
y en el cielo
será el ángel
que más te adore.
En la Casona de San Marcos
8. Clavada
en el alma
Para luego separarse:
TENGO GANAS
DE OLVIDARTE
Tengo ganas de olvidarte,
sanar mi corazón,
sacar el daño que me causaste,
llenar mi vida de ilusión.
Pero te llevo aún muy dentro
clavada aquí en el alma...
Te miro, te bebo, te respiro,
te siento, te sueño, te imagino.
En mi mente viven los momentos
de ternura y de pasión que compartimos;
Aquellos besos que nos dimos,
el suave roce de tu piel;
tu placer saciando el mío.
Tengo ganas de olvidarte,
cambiar el rumbo de mi historia,
y sé muy bien que te olvidaré,
aunque aún te llevo muy dentro
En el monumento al Inca Garcilaso en Miami
9. Hasta
que un día
Pero también como en todo río,
a veces las orillas se juntan, porque hay algunas piedras en el centro, y las
manos se alcanzan y se juntan. Y se abrazan, y se alcanza a decir:
¡VAS A SER
MAMÁ
¡Vas a ser mamá,
voy a ser papá!
Alguien va a nacer
de nuestro mutuo amor.
Será una niña,
será un varón.
Eso es cosa de Dios.
Tendrá un hogar
donde crecer
Tendrá nuestro amor
y todos nuestros desvelos,
hasta que un día
será también papá o mamá.
Y así, en los hijos
de nuestros hijos,
nuestras vidas continuarán.
Encuentro que todo entonces
en Ricardo está signado por un río interior en donde él se ha erigido como
puente, ya que toda su actitud es la de enlazar, vincular y unir, donde él es
el hombre puente que une orillas.
Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
*****
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
https://www.facebook.com/capulivallejo
*****
Teléfonos:
393-5196 / 99773-9575
Si no desea seguir recibiendo estos envíos
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario