Georgette era un ser que tenía muchos motivos para la queja y el
reproche para quienes cuando estuvo vivo quien fue su esposo, el poeta César
Vallejo, lo negaron en todas las lenguas, circunstancias y ocasiones, pero
quienes después de muerto no descuidaban ocasión para reclamar que fueron sus
grandes amigos y hermanos del alma; y que lo ayudaron cuando en verdad lo
dejaron morir de hambre, de ostracismo y abandono.
Como pareja sufrió mucho a su lado y siguió sufriendo más aún,
sola y sin él, en los largos años en que ella lo sobreviviera. Su vida es
epopeya de lealtad, de consecuencia y de amor entrañable e infinito, más allá
de la vida y la muerte.
Se hizo peruana, vivo su esposo aprendió a bailar la marinera y
sentía orgullo cuando la llamaban “La chola Georgette”. Es la guardiana del templo,
pues arriesgó su vida por cuidar la obra inédita de Vallejo que finalmente la
trajo al Perú. murió aquí, está enterrada en suelo peruano y se hizo militante
de la causa de los pobres y de la gente sufrida, como es el mensaje imperecedero
de quien fue su esposo. Es para siempre la miliciana del alba del evangelio
Vallejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario