domingo, 17 de enero de 2021

17 de enero. Nace Benjamín Franklin. / Rompió cadenas y cegueras.


17 DE ENERO 
NACE BENJAMÍN FRANKLIN 

ROMPIÓ 
CADENAS 
Y CEGUERAS

Danilo Sánchez Lihón

 

Benjamín Franklin


1. Acción

y reacción

 

Antes se creía que los relámpagos y los truenos eran la cólera de los dioses, o por lo menos eran sus advertencias, malhumores y amenazas de unas y otras divinidades celestiales.

Y se tenía la convicción y creencia irrefutables de que estas manifestaciones terroríficas eran por nuestras infracciones y mal comportamiento, porque siempre en la intimidad solemos echarnos la culpa de todo.

Y que estallaban por algo que los había enojado a sus altezas, los dioses, incluyendo en el motivo de todo esto a los conatos, pugnas y peleas que se producían entre ellos mismos.

En tiempos más recientes, ante el espectáculo de los cielos en tormenta nos sumimos en el asombro y sobrecogimiento reverentes de ver la furia de la naturaleza convulsa, turbulenta y tempestuosa.

Aunque ya no bajo la consideración de que por lo menos las fuerzas físicas estén molestas y hasta indignada por nosotros. Y habiendo dejado atrás la noción de que la clase que gobierna el mundo desde los tronos empíreos, descarga contra nosotros los mortales sus furias y temibles intimidaciones.

 

Benjamín Franklin


2. Efecto

de los rayos

 

Y es que, la agitación de una tormenta es de paroxismo. Y no solo los impactos que produce son anímicos y subjetivos, sino que los daños que infiere son desgracias y calamidades individuales y con frecuencia de efecto e irradiación masiva.

Los más frecuentes de estos efector son los incendios de las casas en las ciudades y en el campo, mucho más si ellas están construidas de madera, como ocurría principalmente en el hemisferio norte del planeta.

Así como también eran frecuentes las desgracias acontecidas con los barcos, sobre quienes se cernía la tragedia en la cual muchos resultaban incendiados por los relámpagos.

Y del incendio pavoroso de los bosques y praderas, que son sucesos que hasta ahora son causados en gran parte por efecto de los rayos.

 

Benjamín Franklin y su experimento con el rayo


3. Aplicaciones

prácticas

 

De todo ello, o en gran parte, fue Benjamín Franklin quien nos libró de estos males y esperpentos al idear el pararrayos, invento que logró arriesgando su vida y poniendo también en peligro sus bienes.

Hombre cuya curiosidad científica era vasta y extraordinaria, y quien supuso que las nubes reventaban en rayos y truenos porque se cargaban de electricidad. Y que el rayo no era otra cosa que una chispa encendida y un fogonazo que se descarga y resuena en la bóveda del cielo.

Ahora nos parece sencillo entenderlo, comprenderlo y aceptarlo, porque nos lo han explicado en nuestra casa y en la escuela, y porque la electricidad es una energía que forma parte ya del uso cotidiano.

Pero en su época una idea así solo podía ocurrírsela a un genio. A él se le ocurrió, pero no solo eso, sino que lo comprobó, le dio sustento científico, matemático y, lo más importante, lo sometió a nuestra voluntad y le dio aplicaciones prácticas decisivas para nuestro desarrollo y bienestar. ¿No es excelso?

 

Casa de Benjamín Franklin


4. Fundador

y promotor

 

Y es que él era ¡un genio! Y los genios se hacen con dedicación y trabajo. Quien nació el 17 de enero de 1706, en Boston, Massachusetts, y quien contribuyó con muchos aportes a la construcción de su nación y de la humanidad en general.

Quien fue uno de los protagonistas a favor de la independencia de las antiguas colonias inglesas. Quien llegó a ser el 6° presidente de Pennsylvania.

También fue Embajador de los Estados Unidos en Suecia, y Francia. Y se desempeñó como Director General del Servicio Postal de los Estados Unidos.

Fue presidente de la Asamblea de Pennsylvania, y quien participó en la redacción de la constitución de los Estados Unidos.

Fundó varios periódicos, la Universidad de Pensilvania, y hasta entre sus muchas contribuciones se cuentan el haber fundado el primer cuerpo de bomberos.

Asimismo, diversas bibliotecas públicas, y la Sociedad Filosófica Americana. Como ven, abarcaba una gama muy amplia de campos.

 

Redacción de la Constitución de los Estados Unidos


5. Un hilo

de seda

 

Pero la idea del relámpago como electricidad a muchos les pareció extraña y hasta descabellada. Para probarlo, él mismo el 15 de junio del año 1752 amaneció nublado en Filadelfia y pronto era inminente que se desataría una feroz tormenta.

Benjamín Franklin y su hijo, sin embargo, cada vez se ponían más contentos.

– Arregla todos los bártulos que hoy día probamos nuestro experimento. –Le dijo.

Cuando los nubarrones se apelotonaron en el cielo elevaron entonces la cometa que habían preparado, consistente en una estructura en cruz compuesta de finas varillas metálicas sobre la cual se había extendido un pañuelo de seda que resistiese y no se rasgara con la acción del agua y el viento que soplaba encolerizado.

Sobresalía de la estructura de la cometa una punta de metal de un pie de largo. Le pusieron una cola y la ataron a un hilo de seda cuyo final estaba atado a una llave que era una especie de condensador.

 

Benjamín Franklin en su gabinete


6. Una

hecatombe

 

Pronto los filamentos de la seda se erizaron y al acercar la mano a la llave esta descargaba chispas, con lo que Franklin probaba así que las nubes tenían electricidad y los rayos no eran sino descargas de esta energía acumulada.

De esta experiencia fue ya como extraer una consecuencia directa derivar un invento práctico y útil como es el pararrayos, para defender a las poblaciones y a los barcos, y a las casas de campo, del fuego feroz de los relámpagos antes implacables.

Sin embargo, hay quienes no creen que este experimento se haya realizado nunca, pues la cometa tal y como está descrita acerca de su construcción hubiera causado una hecatombe.

En primer lugar, hubiera atraído de inmediato a un rayo que hubiera descargado 5 millones de voltios por el conductor; asunto, suceso y factor que hubiera fulminado y pulverizado todo lo que encontrara a su paso.

De hecho, varios murieron cuando intentaron hacer lo mismo, como fue el caso del científico ruso Georg Wilhem.

 

en la tierra de Benjamín Franklin


7. Nos dio

ejemplos

 

Por lo menos debemos reconocer que Benjamín Franklin tomó todas las precauciones, hecho que es muy meritorio, y es un magnífico mensaje el haber sobrevivido a algo tan calamitoso.

Que era como entrar al núcleo o centro de una tormenta cósmica, de aquellas que vemos desatarse en los cielos y que nos colman de terror. Siendo así, debemos más bien reconocer que al menos en estas pruebas tuvo mucha precaución y mucha suerte.

Lo cierto es que a partir de estas experiencias se puso en uso el pararrayos compuesto de algo muy simple: una punta de metal, y un conductor hacia tierra.

Y que, puesta aquella punta en lo alto de los techos de las casas, o en lo más empinado de los edificios, o en los mástiles de los barcos, nos libra de estas rabias, sañas e iracundias.

Si bien Benjamín Franklin arriesgó su vida con ello ha salvado miles de otras vidas humanas, que es lo que hacen los verdaderos héroes. Quien además de contribuir a la libertad, independencia y bienestar de su pueblo, nos dio a todos los seres humanos el ejemplo moral de arriesgar la vida en bien de los demás.

 

 *****

 

Los textos anteriores pueden ser

reproducidos, publicados y difundidos

citando autor y fuente

 


dsanchezlihon@aol.com

danilosanchezlihon@gmail.com

 

Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:

Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com

Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com

Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe

Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com

Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es

 

  *****

DIRECCIÓN EN FACEBOOK

HACER CLIC AQUÍ:

 

https://www.facebook.com/capulivallejo

 

*****

 

Teléfonos:

393-5196 / 99773-9575

 


Si no desea seguir recibiendo estos envíos

le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.



No hay comentarios:

Publicar un comentario