A todos, cierta o no, y desde las aulas escolares, nos ha quedado
asociado el nombre de Isaac Newton a la sugestiva anécdota de que un día cuando
se encontraba muy concentrado en sus pensamientos y a la sombra de un manzano le
cayó uno de sus frutos en la frente.
Despertó de su estado contemplativo y en vez de quejarse, o regañar por
el exabrupto, y cogiéndose la cabeza se preguntó:
– ¿Por qué tiene que caer la manzana siempre perpendicularmente al
suelo? ¿Por qué no cae hacia arriba o hacia un lado? Y finalmente, ¿por qué
cae?
Formularse de este modo una pregunta ya es romper con siglos y milenios
de rutina y con el paradigma de no cuestionar un hecho simple, que se considera
natural e inexorable.
Él volvía así a mirar con ojos nuevos, inocentes y originales la
realidad y el universo consabido, inquietud que le dio como resultado luego de
una ardua investigación la formulación de la ley de la gravedad, con dos
claves: F, que es la fuerza, y G, que es una constante que determina la
intensidad de la fuerza.
Árbol de manzanas
2.
Considerado el científico más grande de todos los tiempos, Isaac Newton
nació el 4 de enero del año 1643 en Woolsthorpe, en Inglaterra; y quien después
estableció las leyes fundamentales de la dinámica y dedujo de ellas la ley de
la gravitación universal.
Su aporte fundamental a la ciencia, entre muchos otros aspectos, es la
clarificación y formulación matemática de la relación entre fuerza y
movimiento, lo que permite explicar y predecir la trayectoria de una flecha
como el desplazarse de un cometa en el firmamento, unificando la mecánica
terrestre y la que determina la trayectoria de los cuerpos celestes.
Acerca de sí mismo él reflexionó de la siguiente manera:
No sé cómo puedo ser visto por el mundo, pero en mi opinión, me he
comportado como un niño que juega al borde del mar, y que se divierte buscando
de cuando en cuando una piedra más pulida y una concha más bonita de lo normal,
mientras que el gran océano de la verdad se exponía ante mí completamente
desconocido.
Albert Einstein
3.
Y un compatriota suyo, el poeta Alexander Pope, resumió la contribución
de Newton a la ciencia de la siguiente manera, diciendo:
La Naturaleza y sus leyes yacían ocultas en la noche, pero dijo Dios:
¡Hágase la luz!, y nació Isaac Newton.
Fue él quien cambió el paradigma aristotélico de comprensión de la
naturaleza y del cosmos en sus aspectos físicos. Se esperaría algunos siglos
después para que naciera otro genio, esta vez en Alemania, como fue Albert
Einstein que con su Teoría de la Relatividad cambiara el paradigma de la física
instaurado por Isaac Newton.
Toda la física y hasta la ciencia posterior a este genio, quien se
definió como un niño y no como un hombre pesaroso, es formidable porque se
apoya en él. Y hasta pone sus pies en los hombros de este gigante, que él mismo
se supuso como un niño maravillado a la orilla de un océano maravilloso.
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