martes, 16 de febrero de 2021

16 de febrero. Día Mundial de la Lectura en Voz Alta. / Leer uniendo voces.


16 DE FEBRERO
DÍA MUNDIAL DE LA LECTURA EN VOZ ALTA

LEER
UNIENDO
VOCES

Danilo Sánchez Lihón




1. Saber
vivir

 

Una casa donde no se habla de libros, donde no hay varios rincones de lectura, donde no se recrean pasajes hermosos de la literatura ni se rememora y extasía con la evocación del arte y la historia de todos los tiempos, ¿de qué vale ni sirve? ¿Cuál es su sentido verdadero y primigenio? Será trivial y consecuentemente descartable y prescindible. No tendrá esa casa presencias defensoras de la vida legítima y auténtica. Y, siendo así, no estará justificada ni ungida.

Por eso, en una casa hay que leer siempre, al principio y permanentemente juntos, toda la familia reunida. Leer así es oír nuestras voces asociadas al cariño y al afecto, a la confidencia y al arcano que cada uno de los seres tienen y guardan consigo.

Y que es bueno que en algún momento se acerquen y aproximen para no arrepentirnos al momento del morir, de no saber quiénes somos, quiénes son los demás, de dónde venimos y hacia dónde nos enrumbamos. Es decir: de no haber sabido vivir, que es eso de lo que trata la verdadera lectura: de saber vivir.

 


2. Pleno

y convencido

 

Porque de lo contrario, ni siquiera sabremos dónde y cómo aparecen y se posan los ángeles en lo alto de nuestro tejado, en los aleros y las ventanas, y coronando nuestras sienes.

Porque cada evocación que surge de un libro es un ángel, un hada y un mago. Porque leer es convocar a los manes, a los espíritus protectores y a los tótems y apus.

Leer juntos es la clave en el amor a los libros. Porque en este, como en otros campos no hay amor solitario. O no hay amor feliz en esos estados.

Lo que sí puede haber, y lo hay indudablemente, es amor en soledad. Y en muchos casos es hermoso que así sea, porque es pleno y convencido, pero que se funda sobre la base de lo compartido o lo ilusionado intensa y solidariamente, por lo menos por dos o entre dos, o entre más.

 


3. Amigos

de a verdad

 

No hay amor solitario dado que no hay amor que no tenga como referente otro ser o persona concreta, tangible y real.

Y nada mejor que el amor surgido entre los seres que comparten una circunstancia determinada y un compromiso por transformar la realidad haciéndola un mundo bueno y mejor.

Donde no habrá mejor actitud que saber escuchar. Que, a ti, a él, o a ella se la sepa escuchar como también que sepa escuchar. La lectura en resumen es saber escuchar cuando se la practica a viva voz y en grupo.

Que se pueda escuchar lo que los seres queridos nos cuenten, mucho más si es en la dimensión significativa y trascendente que toda lectura conlleva.

Y siendo así, ¡cómo no ha de surgir esta verdad de ella si es parte integrante del amor! ¿Y más en el niño que clama, padece, llora y suplica porque sus seres queridos le dediquen atención y cariño?

 


4. Humilde

y piadosa

 

¡Y alcanzar así a comprender el significado de cada aspecto de la realidad, donde compartir juntos, esa es la clave!

Si al niño se le preguntase y se le diesen tiempo para responder, buscando una expresión sincera, contestaría sin duda que con quien quisiera ser más esencialmente amigo es con sus padres, padre y madre, o con ambos juntos que es lo más natural.

¡Y qué mejor que serlo en la dimensión de los textos orales y escritos? ¿Qué mejor que compartir ese tiempo sobre la base de textos que nos presentan la vida de la manera más palpitante, henchida y pletórica, llena de magia, prodigio y maravilla como es la que ebulle en la literatura?!

Pero quisieran ser amigos de a verdad, “amigo-amigo”, no “amigo-autoridad”, ni “sabihondo” ni “amigo-sabelotodo”, ni siquiera “amigo protector”, sino amigo en quien confiar sus miedos y cariños más profundos, que es distinto, y dimensión que solo se da a través de la lectura que siempre es sincera, humilde y piadosa.

 


5. Leer

es amar

 

Leer todos juntos es una actitud que nos consagra cara a la eternidad, como si lleváramos hasta las desoladas orillas de la finitud un escudo cifrado.

Emblema que es una muestra de comunión suprema; porque es acoplar las mentes en un crisol de esperanza, convencimiento y arraigada fe.

Leer juntos en casa es hacernos confidentes; lo cual es, quizá, la mejor entrega que podríamos hacernos unos a otros como moradores eventuales en esta vida y en este mundo.

Porque leer es hacer explícita nuestra intimidad; y compartir algo del misterio que nos habita y entreteje a unos con otros seres.

Es detener el tiempo que de otra manera nunca se detiene para que nos cuente todo lo que sabe y todo lo que aspira a que nosotros alcancemos a ser.

En el fondo es poner nuestro lo que somos a prueba, y mucho mejor si es compartiéndolo con los seres que más nos comprenden y más nos quieren

 


6. Amor

ágape

 

Y leer en voz alta es impregnar al texto de nuestra voz. Y no hay nada que nos defina y nos identifique tanto como nuestra voz.

Es hacer cálida, viva y humana la lectura, la misma que muchas veces y con frecuencia es impersonal y distante.

Es armonizar, es tender puentes, es enlazarnos en una cadena de oro. Es predisponernos para el diálogo y para el compartir nuestras experiencias.

Y abrirnos al debate alturado de ideas y sobre contenidos y temas siempre valiosos.

Es tender un vínculo sacrosanto de familia que al lazo de la sangre aúna un bucle de ilusión y de espíritu indisoluble.

Es hacer inolvidable el amor ágape de familia, aquel que se contagia con la paz de la sabiduría de todos los tiempos.

 


7. Aleros

y ventanas

 

Leer juntos ha de ser una consigna, porque se ha vinculado mucho leer a apartamiento, a individualismo y a soledad con la prédica de la lectura silenciosa, de extrañamiento, evasión y misantropía.

Por eso, frente a la lectura solitaria, particular e inconfesada, reivindicar la lectura colectiva y de comunión con los demás, entre los seres que se quieren.

Es decir, asumir, aferrarse y apostar por el leer comprometidos y juntos, quienes nos amamos.

Y también los que aparentemente no nos identificamos todavía unos con otros.

Y a fin de que esa luz alumbre, se avive y fulgure; porque leer es amar y para siempre.

Y así es ver posados a los ángeles en las cumbreras, aleros y ventanas de nuestras casas y en nuestros destinos.

 

*****

 

Los textos anteriores pueden ser

reproducidos, publicados y difundidos

citando autor y fuente

 

dsanchezlihon@aol.com

danilosanchezlihon@gmail.com

Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:

Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com

Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com

Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe

Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com

Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es

   *****

DIRECCIÓN EN FACEBOOK

HACER CLIC AQUÍ:

 https://www.facebook.com/capulivallejo

 *****

 Teléfonos:

393-5196 / 99773-9575

 Si no desea seguir recibiendo estos envíos

le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.



No hay comentarios:

Publicar un comentario