viernes, 5 de marzo de 2021

5 de marzo. Día de la Eficiencia Energética. / Enamorado de los ríos. La vida de Santiago Antúnez de Mayolo.


5 DE MARZO
DÍA DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA

ENAMORADO
DE
LOS RÍOS
LA VIDA DE SANTIAGO
ANTÚNEZ DE MAYOLO

Danilo Sánchez Lihón



Santiago Antúnez de Mayolo 


1. Legiones
de obreros

 

– ¿Cuántos años tiene usted?

– Ahora diecisiete, profesor.

– Y, bueno, ¿en el amor? ¿Está usted enamorado?

– Sí, profesor. – Sonrisas y aplausos de los compañeros.

– Y, esa privilegiada dama, ¿vive aquí, en Lima?

– No, profesor. Se han quedado en mi tierra.

– ¡Ah, caramba! ¡Son varias! –Risas jubilosas de los compañeros.

– Se trata, profesor, de que yo estoy enamorado de los ríos.

– ¿De los ríos? ¿Del agua que corre por unos cauces llenos de piedras?

– Sí, señor. Porque no solo son bellos sino trabajadores, son legiones de obreros, multitud de brazos pendientes de nuestras órdenes si es que queremos domeñarlos. 

– Así, ¿qué extraña y novedosa visión? ¡No me había dado cuenta de que los ríos tuvieran brazos ni que fueran trabajadores!

Risas, algunas estrepitosas.

 

Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe


2. Quiénes

son

 

– Sí. Tienen esos brazos y son trabajadores. Hacen funcionar las fábricas; encienden la luz en las ciudades; iluminan las casas, los comercios, las universidades, los colegios y sus aulas como esta, si es que su fuerza la convertimos en energía eléctrica.

– ¡Ah, claro! ¡Tampoco me había dado cuenta de eso!

– Pero, además, son guerreros del ejército Inca para defender nuestra patria y nuestras fronteras. Son soldados que cantan himnos de victoria. Son nuestros Incas que han querido permanecer como ríos para nuevamente forjar la grandeza del Perú milenario.

– Entonces usted cree que los ríos tienen una época preferida de la historia, y tienen seguramente ideología.

– Los Incas supieron quiénes eran los ríos. Ahora nos hemos olvidado de ellos, o no sabemos quiénes son.

– Y seguramente somos malos con ellos como seres vivos que ellos son.

– Sí, efectivamente. Se los contamina y desperdicia. Pero, aun así, son el magnánimo Pachacútec, de un poder inmenso y noble para transformar y hacer la riqueza y la prosperidad de nuestra patria. Son oro puro por la energía que cargan.

– Como ha dicho usted, tienen oro. Y, por lo que sé, ¡esa es su desgracia!

 

Aija en Ancash, su pueblo natal


3. Su flora

y su fauna

 

– Me refiero a otro oro en ellos. Tienen el oro de la energía eléctrica, para el país que soñamos. Son oro puro porque su fuerza vale más que todo el oro que ahora se encuentre en su cauce o en sus orillas; o el que se llevaron los conquistadores españoles en los siglos de la colonia.

– ¡Oiga usted! ¡Qué interesante! o sea que tienen oro eléctrico.

– Sí. Es un ejército de luz, de coraje, de amor a la gente. Se trata entonces de extraer ese poder, esa fuerza, esa nobleza. Cada río nuestro es diez mil, veinte mil, cincuenta mil hombres trabajando. Es una multitud jubilosa de manes llenos de fe, de vitalidad y de coraje. Son titanes. Y tienen de todo: agua para la agricultura, alimentos en los peces, moluscos y crustáceos. ¡Y energía!, incluso para tener calefacción y atemperar el frío de nuestros pueblos de altura en la serranía.

– Y, usted, también escribe y hace literatura, ¿no?, por la manera cómo habla y se expresa; y sobre todo ¡cómo delira!

– He escrito poemas y he recogido y puesto en escritura algunos mitos y leyendas de mi tierra. Y escribiré sobre nuestras culturas ancestrales que respetaban a la madre tierra. Y supieron de la bondad de nuestros ríos y lagunas; de los nevados y la lluvia; e hicieron canales y andenes y no los envenenaron como hacemos ahora, que ni respetamos su caudal de agua, ni mucho menos su flora y su fauna.

 


Hidroeléctrica del Cañón del Pato. Vista parcial.


4. Se puede

allí

 

– Pero los ríos que yo sepa más bien son destructivos. Y lo estamos viendo ahora por las noticias que se publican a diario, ¿no?

– Los ríos no son destructivos, ni torpes ni perversos; es la organización y el tipo de vida que hemos adoptado lo que produce las desgracias.

– Entonces estudiará historia.

– Aunque me gustan mucho las ciencias humanas, estudiaré ciencias aplicadas y seré ingeniero eléctrico. Haré hidroeléctricas para mi país. Los ríos, profesor, hasta en el lugar más feroz y peligroso nos están ofreciendo bondades y prodigalidad a manos llenas.

– Pónganos un ejemplo de lo que ha dicho a toda la clase, que le está escuchando.

– El Cañón del Pato, considerado el lugar más temible, espantoso y hasta infernal. O como un obstáculo desde que fue un muro infranqueable para hacer avanzar por allí el ferrocarril que uniera la costa con la sierra y llegara hasta Huaraz. Que forma un cajón profundo e infranqueable, que se piensa que solo el diablo puede haberlo inspirado, y que consecuentemente de acuerdo a ese pensamiento es una maldición. Es, señor, el lugar más propicio para construir allí una hidroeléctrica poderosa.

 


Hidroeléctrica Santiago Antúnez de Mayolo


5. A fin

de volver

 

– ¿En esas peñas? ¿Entre esas moles de granito que hacen una estrechísima garganta? ¿Cómo, ah?

– ¡Horadando la roca! Para eso ya existe tecnología disponible.

– ¿Y en qué se utilizaría tanta energía? Las poblaciones de ese ámbito y región son pobres y hasta míseras. ¿Van a consumir energía eléctrica? ¿Van a poder pagarla?

 – Precisamente para que dejen de ser indigentes. Se podrían construir en sus cercanías fábricas de fertilizantes para producir abonos utilizando las calizas del lugar, productos que son necesarios para nuestra agricultura, convirtiendo esa región en el lugar más fecundo y florido del Perú.

– Y, ¿dónde piensa estudiar esos conocimientos tan avanzados? ¿Aquí?

– Estudiaré ciencias como base en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Y estudiaré ingeniería eléctrica, que es la aplicación de dichos conocimientos, en algún país de Europa que tenga ríos parecidos a los nuestros de la serranía. Y que haya alcanzado a desarrollar en la construcción e instalación de hidroeléctricas, a fin de volver y convertir los ríos del Perú en alegría y bienestar para la población más necesitada de mi país.

 


Hidroeléctrica de Machu Picchu


6. Disimular

sus lágrimas

 

– Entonces, ¿tiene medios económicos para hacerlo?

– La promesa de mi padre, de ayudarme. Y mi padre, si bien no tiene muchos recursos, lo que promete lo cumple porque es un hombre esforzado en el trabajo.

– ¿Quiere a su tierra? ¿Ama al Perú?

– Mi sueño es estudiar también astronomía para descubrir cuerpos celestes.

– Y eso, ¿qué tiene que ver con su amor al Perú?

– Porque a un grupo de ellos, ojalá que sean estrellas aún no localizadas, pienso darles el nombre del Perú y de Aija, que es mi pueblo de origen.

– Muchas gracias alumno, Santiago Antúnez de Mayolo. Tome asiento. Y gracias por su sinceridad.

El profesor Chacaltana ha dejado de abanicarse con el sombrero. Es cáustico y severo, trejo y rijoso. Sin embargo, esta vez, al terminar la clase y al salir del salón, busca un lugar apartado. Extrae su pañuelo y se lo pasa varias veces por el rostro y por los ojos para disimular sus lágrimas.

 

Profesor


7. Mi vida

está salvada

 

– ¿Y cómo le fue amigo Chacaltana? –Le preguntan sus colegas viéndolo entrar al Salón de Profesores en el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe. ¿Examinó al nuevo alumno provinciano?

– Bien, hermanos. ¡La vida nos da a veces gratas y tremendas sorpresas! Y aunque nosotros no lo hayamos formado, no sé por qué, pero siento que mi vida recién ahora está justificada.

– Pero, ¡qué ocurre Chacaltana!

– Ocurre que ya puedo retirarme del magisterio. Y gozar de mi jubilación. Hoy día por fin me retiro, colegas, hermanos, camaradas. ¡Por fin veo la luz al final del túnel! Voy a redactar mi carta de cesantía.

– ¡Dinos, por favor! ¡Qué ha pasado para tremenda decisión! ¡Cuál es la ofensa, el dicterio o la afrenta recibida para una decisión tan abrupta!

– ¡Ninguna! Al contrario, hermanos. Hoy siento que mi vida está salvada. Ese chico nos ha dado a todos una clase de algo que no sé cómo calificar ni describir ahora.

– Pero, ¿el muchacho es autor del trabajo presentado que tanto te interesaba esclarecer si era original o era copiada?

 


Trazó rutas de acceso a pueblos y regiones

8. Así

sea

 

– ¡Eso y mucho más, hermanos! El trabajo no solo es original, sino que el muchacho es una promesa asombrosa.

– ¿Tanto?

– Tiene las ideas más claras del mundo. Y me emociona saber que viene de una provincia, en dónde creemos erróneamente que todo está negado, Y que no hay nada, que de ahí no va a salir nada, porque son montañas y páramos desolados.

– ¿Así?

– Viene de un lugar que creemos eriazo, desde el punto de vista de la ciencia, ¡en donde falta todo!

– ¡Y es así! ¡Eso es cierto! ¡En provincias no hay nada!

– Pero, ¿cómo irrumpe y aparece un portento como es este joven? Les confieso que he llorado, de sentir que de allí vendrá entonces, ¡como ahora!, la mayor de las soluciones para nuestro sufrido país. Y me emociona de alegría de que así sea. 



Santiago Antúnez de Mayolo 


9. Piedras

preciosas

 

– Chacaltana, nos tienes en suspenso, explícanos.

– Que el alumno recién matriculado en el colegio es el visionario que tanto tiempo hemos estado esperando que se manifieste y surja de entre las carpetas y los libros abiertos del salón de clases.

– ¿Tanto así? Pero, cálmate. ¡No llores Chacaltana!

– ¡Cómo que no! ¡Lloro! ¡Porque de ese modo se me está corroborando que tenemos esperanzas de sobra! Porque si allí nacen los árboles genuinos y gigantescos que nos están viniendo, ¡estas piedras preciosas!, entonces quiere decir que ¡nos hemos salvado todos, hermanos!

– Esto significa que ¿te has convencido de que él es el autor auténtico del trabajo que tanto te ha asombrado?

– ¡Eso es lo mínimo! ¡Eso ya no importa! ¡Muchísimo más que eso, hermanos es este chico! Por eso ¡estoy llorando!

 


Rindiendo homenaje a Santiago Antúnez de Mayolo


10. raíz

poderosa

 

– Porque miren esto: aquí estudian los hijos de los señores más poderosos del Perú, la clase A. Pero viene gente humilde, que allá no tiene nada y rayan. Nos dejan con la boca abierta. ¡Y no es vergüenza, les juro, la que siento, sino orgullo!

– ¡Y siendo los alumnos que aquí tenemos muy buenos!

– ¡Claro! Así es. Pero ahí están, en el mismo salón, ¡ah!, ese chico que viene de Ica, Abraham Valdelomar. El otro que viene de Puno, Federico More. ¿Quiénes son frente a los Prado, los Miro Quezada, los Lavalle, los Ugarteche, que aquí estudian y ahora son sus compañeros de carpeta? Y ahora viene este joven de Ancash, Santiago Antúnez de Mayolo y sencillamente asombra. ¡Son genios! ¿Qué nos dice todo eso, hermanos?

– Ciertamente, sorprende.

– ¡Nos dice que nuestra raíz es poderosa e infinita!

– Pero, tranquilo, Chacaltana.

– ¡Déjenme llorar! ¡Mucho más si es por el júbilo que ahora colma mi mente, mi corazón y mi alma!

 

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