martes, 9 de marzo de 2021

9 de marzo. Vallejo escribe el poema Los heraldos negros. / Golpes como del odio de Dios.


9 DE MARZO, 1917
VALLEJO ESCRIBE EL POEMA
LOS HERALDOS NEGTROS

GOLPES
COMO DEL ODIO
DE DIOS

Danilo Sánchez Lihón  



César Vallejo


Un día como hoy del mes de marzo del año 1917,
hace 105 años, el poeta César Vallejo escribe el poema
Los heraldos negros en el Hotel El Arco de Trujillo en donde
se alojaba se compartiendo una habitación con su hermano Néstor,
y que lo motiva una noticia triste llegada desde Santiago de Chuco.
Poema que luego recita el 10 de junio de ese mismo año en una
reunión cultural en la casa de su amigo el pintor Macedonio
de la Torre, situada en la calle Gamarra de esa ciudad.
He aquí un comentario sobre una frase del poema.


1. Van
a lo hondo

 

¿Qué nos quiere decir César Vallejo en Los heraldos negros” con la frase: “Golpes como del odio de Dios”?

La frase está puesta ahí para significar contundencia, de que esos golpes son certeros e implacables en el sentido de que van al meollo, al centro y al fondo del ser.

Como también alude al hecho de que son como los golpes infalibles, insufribles y categóricos, porque en todo, si alguien no falla, ni yerra, es Dios.

Esos golpes van a lo hondo y esencial del ser del hombre, porque Dios no anda por la superficie, ni por la periferia.

Ni se equivoca ni deja de ser absoluto. Y esos golpes lo son. Y si han logrado ser, lo son, así de terminantes.

 


Hotel El Arco, donde vivió César Vallejo en Trujillo


2. Nadie más

que él

 

También esta frase, “golpes como del odio de Dios”, está escrita y consignada aquí para atajar, desde el principio cualquier subterfugio. Cuál es que esos golpes pudieran tener algún amparo u alivio de alguien que pudiera ser un cobijo, un escondite o un defensor.

Está consignada esta frase así para desengañarnos de que alguien pueda interceder Y concurrir a nuestro auxilio. No importa al menos para consolarnos como divinidad suprema y piadosa. No. Quiere decir que no tenemos ese refugio.

Nada nos puede librar de esa ferocidad. Porque, al contrario, esos golpes vienen de él, porque si son como el odio de Dios, nadie más que él puede asestarlos.

Aquel que pudiera ser una defensa es quien precisamente nos lo inflige y cuida de que se den dichos golpes.

 

Hotel El Arco, donde vivió César Vallejo en Trujillo


3. Tantas

razones

 

Tiene, asimismo, el sentido de que nada puede ser más fuerte ni atroz que esos golpes, porque son como del odio de Dios.

Por supuesto, nada puede hacernos sentir más desamparados, réprobos y condenados que esos golpes provengan del odio de Dios, que él sea quien nos dé esos golpes.

Y que eventualmente nos odie, por lo que sea. ¡Hay tanto en lo cual nos sentimos erráticos y confundidos, por lo débiles que somos al no poder alterar el curso del destino que frecuentemente es horroroso!

Quiere dar a entender con ello, con alusiones herejes y apóstatas, acerca de la acerba amargura en que nos sumen esos golpes.

Que tienen el poder de venir de Dios, que es algo gravísimo. Y que escapa de nuestra comprensión, turbación y cálculo pequeño.

Y sentimos, por lo culpables, de que hay tantas razones para que ese odio nos resulte lógico.

 


Grupo Norte. César Vallejo sentado, el cuarto desde la izquierda


4. Tanto

dolor

 

La frase injuriosa, desleal y sacrílega está puesta aquí para significar que ante esos golpes sentimos estar cerrada la puerta de la fe, de la religión y del perdón.

Y de toda creencia que alivie, y sea un bálsamo y una panacea para esos porrazos, devastaciones, incendios y naufragios, y sea una mitigación, y sea un remedio a ese dolor.

Con ello nos quiere decir que no encuentra amparo divino que valga, ni fe que lo redima ni ungüento que lo calme un ápice.

Porque allí en donde pudiéramos guarecernos, que es Dios, es allí donde pareciera ser el único lugar donde es posible generarse tanto dolor.

Que es inherente a la creación sentir tanto desamparo y orfandad y desolación.

 


Plaza de Armas de Santiago de Chuco


5. ¿Por qué

a mí?

 

Está puesta así la frase para significar que todo está en contra y al revés. Porque se nos enseña que Dios es amor incondicional. Y en ese sentido es inmenso su poder y su adhesión a cada ser humano.

Pero, se nos quiere decir, en este caso, que las cartas se han volteado y estamos en el mayor de las calamidades, en este caso ante una infinita fuerza y poder, pero en cuanto al odio.

¿No se sentirán así personas que lo han perdido todo en las circunstancias de fatalidades que nos reporta cada día la prensa?

¿Ante catástrofes que a diario se producen en uno y otro lugar? ¡Y a una y otra hora del día!

Pero también creo que el enunciado apunta a que quiere dar cuenta de algo más desolado aún: que aquel odio que nos deja en el peor de los ostracismos, y es que ese odio lo sentimos como personal, hacia mí. Y solo hacia mí, y que es lo peor.

De allí que es una frase de rutina repetir: ¿Por qué a mí?

 


Techos de la casa de César Vallejo


6. Como

en un teorema

 

Porque el amor es amplio, abierto y se expande. El odio en cambio es puntual, es fijo y directo; y tiene una direccionalidad. El odio es unilateral y va dirigido a alguien concreto. A mí. Lo siento cuando es personal.

El odio es el drama del hombre como individuo. Es para significar que en el dolor nos sentimos solos, únicos y separados de los demás, condenados y con un estigma, de seres indefensos.

Teniendo así, en las dos primeras líneas del poema una de las claves del texto, cuál es la desolación individual. Y el abandono del amor, y el reinado implacable de su opuesto y contrario que es el odio y el desamor.

 


Casa de César Vallejo en Santiago de Chuco


7. Aquel

clamor

 

Pero reconozcamos aquí, como en un teorema, que esto se da por ser individuos y no masa o colectivo. Y que esta vez la rúbrica del “Yo no sé” del poema Los heraldos negros se cambiará por el de:

Entonces todos los hombres de la tierra

le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;

incorporóse lentamente,

abrazó al primer hombre; echóse a andar…

El dilema de Los heraldos negros se resuelve en la épica y moral del poema Masa del amor universal entre todos los hombres. Y es que la poesía de César Vallejo no termina en un poema ni menos en una frase. Ella es un Evangelio que se extiende y acrisola a lo largo de su vida y de sus obras.

Que el “Yo no sé” finalmente, y el de los golpes como del odio de Dios, se redimen con aquel “Quédate hermano”, y con aquel clamor de buscar a la madre, de: “Si la madre / España cae –digo, es un decir– salid, niños del mundo; id a buscarla! ...

 

*****

 Los textos anteriores pueden ser

reproducidos, publicados y difundidos

citando autor y fuente


 


dsanchezlihon@aol.com

danilosanchezlihon@gmail.com

 Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:

Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com

Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com

Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe

Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com

Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es

   *****

DIRECCIÓN EN FACEBOOK

HACER CLIC AQUÍ:

 https://www.facebook.com/capulivallejo

 *****

 Teléfonos:

393-5196 / 99773-9575

 Si no desea seguir recibiendo estos envíos

le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.



No hay comentarios:

Publicar un comentario