Saludos afectuosos a
todos ustedes. Y quiero agradecer, en primer lugar, por la oportunidad para
dialogar con quienes conforman el Club de Lectores de la Biblioteca Municipal
de San Borja, acerca de la vida y obra, y la personalidad de Abraham
Valdelomar, quien es una presencia fundamental en el proceso de la literatura
peruana en general.
Empezaré refiriendo acerca
de los encuentros que yo he tenido con la presencia de Abraham Valdelomar en la
literatura para luego dar pase a las preguntas y al diálogo como es la
naturaleza de estas jornadas que celebro que se realicen con la constancia y la
asiduidad con que se vienen cumpliendo.
Y todo esto pese a la situación de pandemia que sufrimos, pero para ello utilizando la plataforma virtual del zoom. Espacio en el cual quiero principalmente referir vivencias porque de ellas podemos desprender algunos significados especiales del aporte de Valdelomar a nuestras letras y al panorama de la literatura en general.
2. De
él
se
cuenta
Al respecto, la
primera vez que yo escuché el nombre, y supe de algunos hechos, acerca de la
figura literaria de Abraham Valdelomar, fue siendo estudiante de primer año de Educación
Secundaria en el Colegio Nacional César Vallejo de mi provincia nativa que es
Santiago de Chuco. Allí nuestro profesor del curso de Castellano y literatura
nos habló de él como si fuera un personaje de fábula, quien se hacía llamar El
Conde de Lemos. Y quien, nos decía, era soberbio, orgulloso y arrogante.
Quien no tendía la
mano, nos describía, para que uno la apretase en señal de saludo, sino que la
alargaba hacia uno con el dorso vuelto hacia arriba y los dedos tendidos hacia
abajo para que uno bese el anillo que él ostentaba en la mano izquierda, donde
llevaba engarzado un diamante, suposiciones que yo no he vuelto a escuchar.
Bueno, considero que
esta es, pese a su aparatosidad, una imagen válida, porque Abraham Valdelomar
era un provinciano que irrumpía en un ámbito como es la literatura, que antes
era coto cerrado para quien no proviniera de la rancia oligarquía, y que para
hacer frente a ello había que valerse de estrategias como era al menos
simbólicamente esta que de él se cuenta.
3. Un
ser
fascinante
Quien empezó a
reinar en una especie de palacio, que era un bar café que él hizo famoso desde
donde repetía una frase que al principio me parecía incomprensible pero que
después he ido entendiendo cada vez mejor, y cuál es: “El Perú es Lima, Lima
es el Jirón de la Unión, el Jirón de la Unión es el Palais Concert, y el Palais
Concert soy yo”.
Y a este
reduccionismo vinculo, por oposición, los tres grandes aportes que creo que son
las claves más importantes del significado de Valdelomar en nuestra literatura,
y cuales son: su rebeldía, su sentido de libertad y el tema de la identidad,
como un espacio y ámbito abierto.
Y conquistado por
Valdelomar gracias a su inteligencia y su sensibilidad, temas que pueden ser
puntos centrales del debate que seguramente vamos a tener luego de estas ideas
introductorias.
Frase aquella que al
principio me dejaba desconcertado hasta que vine a Lima a conocer el Palais
Concert entre el Jirón de la Unión y la ahora Avenida Emancipación. Imagen ésta
muy fuerte y eficaz, que nos quedaba imborrable e indeleble para siempre de un
personaje de fábula, de un divo desconcertante, de un
ser fascinante de la literatura peruana.
El Palais Concert
4. Arraigo
y
preferencia
Años después, ya
como profesor universitario, me tocó desarrollar el curso de literatura peruana
en la Facultad de Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Para ello implementé
una metodología que consistía en lo siguiente. Al inicio del ciclo daba una
nómina de autores para que cada quién escoja uno de ellos y lo estudie,
investigue sobre él y lo represente en primera persona. Yo proveía gran parte
de la bibliografía y daba el asesoramiento por el curso y camino que él quería
seguir.
Hacíamos un sorteo para
tener un rol de exposiciones y se determinaba el día y la hora en que el alumno
tenía que exponer sobre el autor escogido, pero encarnándolo como si el propio
autor nos hablara de su vida y de sus obras.
Debo decir que el
personaje más escogido fue Abraham Valdelomar. Y quiero revelar que nunca he
visto mejores representaciones y relatos exhaustivos de su vida y de su obra. Y
esto lo hago constar para que veamos el atractivo que sigue causando entre los
jóvenes. De lo que se desprende el tercer rasgo y factor que quería puntualizar,
cuál es su arraigo y preferencia entre la juventud.
5. Es
increíble
Y otra referencia
que quiero hacer es que en mis cursos de periodismo y literatura que me tocó
desarrollar en la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Meza, Valdelomar
siempre fue el personaje más frecuentemente citado y tenido en cuenta por mis
estudiantes.
De donde extraigo la
cuarta conclusión y cuál es el aporte de Abraham Valdelomar a la literatura
peruana y al periodismo nacional habiendo unido dichos campos y obteniendo así
un extraordinario y mutuo enriquecimiento.
El otro autor que
hizo algo parecido es José Carlos Mariátegui, quien vinculó la literatura también
al periodismo, pero más a la doctrina política y al acontecer social.
Ambos fueron amigos
entrañables e incluso escribieron juntos un libro, como es “La Mariscala”, el
mismo que se publicó el año 1912.
Ahora bien, es
increíble que ese personaje que llega con esos brillos y relumbres hasta
nuestros días, empezando en este recuento con mi entrañable provincia, solo
haya vivido 31 años.
Abraham Valdelomar
6. Trasfondo
interior
Esto es, el mismo a
quien lo recordamos ahora, a más de 100 años después de la publicación de sus
obras, que ocurrieron en la segunda década del siglo pasado.
Período el de su
creación literaria que solo abarcó un lapso de tiempo brevísimo para lo que es
plasmar una obra literaria consolidada, tramo que va de 1911 en que publica su
primer libro titulado “La ciudad muerta”, hasta el año 919, fecha en que él muere.
Y quien, en 1913, a
los 25 años de edad escribió en la ciudad de Roma su cuento titulado El
Caballero Carmelo, obra cumbre de la literatura peruana de todos los tiempos, que
se publica en Lima, en el diario La Nación.
Este personaje que
se impuso por sus anécdotas sensacionalistas y por sus actos externos, es quien
tenía a su vez un trasfondo interior muy profundo, el
mismo que se transparenta en sus cuentos, poemas, dramas y crónicas.
Pues en todos esos
géneros escribió imponiendo su personalidad y su estilo, y desde donde se
desprenden en gran medida las tendencias de la literatura posterior a él.
7. El
rico
caudal
¿Qué es lo que nos muestra
en sus obras? Que era un alma herida, como también un hombre de imágenes, un
periodista nato y un creador natural.
Quien poseía una
profusa imaginación y gran tacto creativo. Quien sabía impactar, quién conocía
cuál era la sensibilidad de su época y supo interpretar dicho sentir y pensar,
y de alguna manera enrumbarlo.
Hay poetas que se
han consagrado antes de los treinta años, como Arthur Rimbaud en el mundo, y
entre nosotros Mariano Melgar, Javier Heraud, Juan Ojeda. Pero, narradores
¿quién? ¡Abraham Valdelomar!
Pero siempre con sus
opuestos aún sin resolver, con sus antítesis abiertas no solo en su obra
literaria sino en su vida y en su ser, con el agravante de que se dejaba
absorber por muchos hechizos y señuelos, hasta finalmente anclar en la
política.
Abraham Valdelomar
pervive gracias a sus obras que inauguran nuevos rumbos y enfoques, como es la
literatura de hogar, y nuevas maneras de actuar. Y sobre todo actitudes libres en
que ahora se sume el rico caudal de la literatura del
Perú, y que antes de él era una riada virginal en nuestro ser profundo.
Los textos anteriores pueden ser
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