En varias
ocasiones relató acerca de la fuerza y el poder de las comunidades andinas para
afrontar retos y desafíos sobrehumanos. Nos refirió de cómo en cierta ocasión
los hombres llevaron cargado un camión y corriendo de uno a otro sitio de las
serranías.
Y en una
conferencia que desarrolló en febrero de 1968 en Casa de las Américas de Cuba,
reiteró cómo los campesinos de los ayllus de San Juan de Lucanas, construyeron
a pulso y sin asesoramiento técnico ni paga, la carretera que va de Puquio a
Nazca trabajando diez mil indios las veinticuatro horas del día.
Uno de
los cuatro alcaldes de las comunidades, le dijo entonces en quechua a la
autoridad de Puquio, al momento de entregar la obra:
Aquí está
el camino, ya hemos construido la carretera. Si la comunidad lo decide podrá
hacer un socavón por debajo de las montañas, de aquí hasta el mar.
2. Construcción
de portentos
A esa
proeza es que la llamamos utopía moral. Porque alguien ha escrito de él que
representa la utopía arcaica. Y le decimos que no.
Le
decimos que Arguedas es utopía moral para todos los tiempos. ¿Fantaseaba
Arguedas cuando reproduce las palabras del alcalde de una de las comunidades de
Puquio?
¿Es irreal lo que cuenta de lo que es capaz de
hacer esa población por siglos sojuzgada? Quienes hemos nacido en el mundo
andino sabemos que no.
Esa fe en
el hombre andino es el único argumento que vale la pena dilucidar para
reconocer la contundencia de nuestra cultura en torno a la construcción de portentos de una y otra laya, o especie.
3. He
de volver
Porque, acaso,
¿se equivocaba Arguedas en su apuesta por el mundo andino? No. En absoluto. Es
lo único legítimo en lo cual creer y pensar, ahora. Y esto lo sostenemos de
manera en fática y contundente.
Y a eso
en vez de utopía arcaica es que llamamos como utopía moral, y lo prueba el
hecho de que él no ha muerto sino a que está vivo y aquí. Y esto él mismo lo dice
en boca del maestro Oblitas en Los ríos profundos, cuando afirma:
Aún estoy
vivo,
El halcón
te hablará de mí,
Las
estrellas de los cielos te hablarán de mí,
He de
regresar todavía,
Todavía
he de volver.
Y que
sentimos que ocurre no como verdad literaria sino como verdad irrefutable en la
vida misma, en el cada día y cada hora en el Perú.
y aquí
Y en tal
sentido José María está vivo y aquí, por tener y ser utopía moral.
Bandera
que izamos en un mundo de oprobio, miseria y desprecio de una cultura que ha
pasado siglos sin ser reconocida ni se quiere comprender ahora, que es resistencia
moral.
Como lo
es José María que está vivo y aquí, cuando rescatamos lo mejor de nosotros
mismos.
Está vivo
y aquí para hacer juntos la transformación social que rescate los valores
primigenios de la solidaridad humana.
Arguedas está vivo y aquí, quien como Vallejo convirtió el dolor
en esperanza.
Está vivo
y aquí porque en esto y lo otro Arguedas es la voz del Perú profundo.
El Perú eterno
5.
Adhesión
que
emerge
De allí
que el homenaje que le brindamos sea un homenaje moral, que surge del alma del
pueblo.
Es una
adhesión que emerge de nuestra sangre misma. Y brota de lo profundo de nuestras
entrañas.
Y es así
porque él dedicó cada pálpito de su corazón y cada aliento de su boca a la
redención del hombre y a compenetrarse por el destino del Perú.
Y eso es
lo que no podrán hacer jamás quienes no lo comprenden y lo atacan.
Y es este
un homenaje político. Frente a un orden social espurio e ilegítimo, porque ahora
todo se sigue haciendo en contra del pueblo y todo se lo vende.
Y frente a la globalización que premia a quienes defienden este orden y este sistema aberrante.
José María Arguedas
6. Esencia
del Perú
Y es a
eso que llamamos desde Capulí, Vallejo y su Tierra utopía moral. A esa actitud
de entender la vida como una chispa que hay que encender. ¡Como la luz que de
lo más hondo y hosco que hay que saber hacer emanar!
Y a aquel
que escribiera acerca del ideario de José María Arguedas titulándolo, y
haciendo mofa de ello, como el militante de una utopía arcaica.
Queriendo
sostener allí como una falsedad lo que es la utopía arguediana, por lo que le
decimos que José María Arguedas es la esencia del Perú, que lamentablemente
aquel personaje no conoce.
El
castigo a quien eso ha escrito no es lo que podamos opinar nosotros acerca de
él, sino que su condena es su propia vida y lo que él es.
7. Supo
pensar
y amar
De ese
modo, utopía moral, llamamos al inmenso mensaje que nos ha dejado el apu illimani
José María. Cuál es de que sin fuego y sin luz en el alma no es concebible
vivir aquí. Y ese es el significado de su vida y de su obra. Y de su
inmortalidad. Luz y fuego que debe traducirse en actos y realizaciones
concretas.
De ello
es ejemplo nuestro apu tutelar José María Arguedas; para el Perú de la
esperanza que el poblador del mundo andino supo erigir sin permitirse claudicar
jamás.
A
ensalzar esos hechos dedicamos este pálpito emocionado. A la conjunción de
sangres que somos y que las llevamos dentro, que nos identifican, erigen y nos
hacen combatientes.
De allí
que juramos en nombre de su memoria y del Perú irredento proseguir en el camino
de su utopía moral, que él nos la supo enseñar. Y del Perú eterno que él supo
sentir, pensar, amar y construir para siempre. ¡Jallalla!
reproducidos, publicados y
difundidos
citando autor y fuente
danilosanchezlihon@gmail.com
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
393-5196 / 99773-9575
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario