¡Porque el mundo es
intrínsecamente inocente y glorioso! Pero se lo ha adulterado para vender más y
más fácil, y cada vez más deformada.
¿Qué cabe hacer entonces?
¿Cuál es la opción y alternativa? La solución es el mundo andino.
Porque aquella inocencia de
la que hablamos fue la que inspiró a nuestras comunidades ancestrales, que
pusieron en vigencia la ternura como trato humano.
Afecto e identificación con
los demás seres humanos, con la naturaleza y con todas las presencias del
universo.
Porque hubo en la cultura incaica respeto a la naturaleza, al trabajo en común, a las obras por emprender, al espíritu de fiesta ligado al bien y a la solidaridad humana.
2. Un cuarto
factor
En contraposición, aquella
organización de los incas fue destruida por el afán de poder, por la rapiña y
la avidez de poseer bienes.
Por la codicia de acumular y
hacerse valer como poseedores principalmente de metales preciosos, pero también
tierras y servidumbre humana.
Aquella organización sucumbió
por la concupiscencia del oro y la ansiedad de poseer bienes que eran ajenos,
de parte de quienes conquistaron este espacio y se apoderaron de estas tierras.
Por eso, a los tres elementos
de la composición del universo, hecho de materia, energía e inteligencia, esta
última dimensión también reconocida como información o conocimiento, agreguemos
un cuarto factor.
3. Milagro
supremo
Y este es más bien un
componente moral que mejor traducido podríamos denominar solidaridad.
A este componente moral es al
que dedicamos principalmente nuestra devoción en el certamen que también
denominamos Telúrica de mayo, y Flor del Capulí.
Esencia que no es defendida,
y ni siquiera tomada en cuenta, bajo ninguna circunstancia, en la sociedad de
consumo y en el mundo mediático, y que te convocamos a ti para juntos exaltarla
¿De qué esta esencia se
sustenta? Por ejemplo, de la inocencia, que el mundo natural tiene como signo y
temperamento, y que la vida alienta genuinamente.
4. El mundo
andino
Contra ella atenta todo
poder, porque lo opuesto a ella y a ser niño es Herodes, el concupiscente y
asesino de niños, quien justamente protagonizó el hecho histórico más horrendo que
se conoce como la Matanza de los Inocentes.
Felizmente y en oposición a
todo aquello, en el plan cósmico de la creación no hay hecho más milagroso que
el niño. Es el milagro supremo, perfecto e imperecedero, porque todo es niño en
el universo.
Para eso hemos puesto en
vigencia y militancia permanentes el movimiento cultural Capulí, Vallejo y su
Tierra, a fin de rescatar y restituir los valores del mundo andino en nuestras
vidas.
Mundo andino en donde
permanecen vivos y palpitantes contenidos como los que hemos alcanzado a
mencionar.
5. Utopía
moral
Porque ellos sirvieron de
base para desarrollar una cultura de asombro como fue la incaica.
Una sociedad solidaria en la
cual no había excluidos, ni personas desprotegidas ni familias marginales, ni
seres abandonados.
Donde no hubo ser humano que
padeciese hambre, falta de abrigo o que no tuviera lugar en el seno de seres
dignificados con un trabajo e integrados al conjunto de la organización social.
Una sociedad cuyos ejes
fundamentales fueron el hogar, la familia y, consecuentemente, la solidaridad y
la fraternidad humanas, además del predominio del bien común y el respeto
consagrado al prójimo y a la vida.
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