Ernesto Ráez Mendiola quien cumple años el 20
de mayo y quien toda su vida ha sido maestro está en contra de que el maestro
es para recordar, sino que más bien es alguien para olvidar. Aunque él los
recuerde a todos sus profesores y año por año.
Porque cuando nos olvidamos de nuestros
maestros, dice, aparece nuestro maestro interior, aflora el maestro que somos,
es cuando liberamos nuestro propio camino y destino superior.
Claro que ser amigo de Ernesto es saber
también que se deleita y complace en cultivar herejías; las siembra, las aporca
y las hace florecer. Y ¡dar frutos por doquier!, que son otras tantas peras de
su ser maestro: ¡Y del olmo que es su ser artista!
Y sabemos que no hay rato en que este hereje
impenitente, no esté cortando cabezas, deshaciendo entuertos, cuestionando y
polemizando con frecuencia consigo mismo.
Ernesto Ráez Mendiola, de niño
2. Venera
y cree
Sostiene por ejemplo que el libro no importa
mucho y que no es imprescindible para la cultura. En esto yo reacciono airado.
Postula que no pasa nada si no se practica y realiza la lectura. Yo me levanto
de mi asiento. Que ella puede ser incluso perjudicial y adversa.
Que, más bien, debemos sacar el libro
interior que tenemos guardado dentro. ¡Claro! Que debemos escuchar la voz
íntima que somos, hacia el fondo de nosotros mismos.
Y aguzar el oído para escucharnos palpitar, y
hasta para contemplarnos sentir y pensar. ¡Por supuesto! Apruebo todo esto y
asiento sin ambages ni reparos.
Ernesto, así como alguien venera su pueblo,
su selección de fútbol, un género de música, venera y cree, se ampara y se
protege, dice él, en la grandeza de los hombres de pensamiento del Perú
presente.
Con Ernesto Ráez Mendiola
3. Mirar
con asombro
Se apoya en los hombres de pensamiento, en
los artistas, intelectuales y escritores peruanos y en los estudiosos de
nuestra realidad que son, dice él, sus amigos. Y que con sus aportes están
dando un paso gigantesco en la construcción de nuestro destino común, como
pueblo y como nación.
Pero cree que los grandes no son solo los de
antes sino los actuales, es decir ustedes que están aquí en esta red de
contactos electrónicos.
Esto que dice yo lo he comprobado que lo
sostiene en sus conferencias magistrales. Y, sobre todo, en sus cursos, donde
oímos cómo cita al amigo tal y al otro cuál.
¡Y cómo vuelve a mencionarlo para esta y la
otra argumentación!, citándolos, analizándolos, exaltándolos.
Funda su pensamiento en el colega de al lado
y en el de todos los días, en el hombre de carne y hueso que él abraza y
admira. Que no espera que muera o esté lejos para reconocerle un gran valor y
mirarlo con asombro.
Ernesto Ráez Mendiola
4. Una mano
en la cual
confiar
Y este hecho me parece no solo singular, sino
de una significación moral extraordinaria.
Tanto es así que él se considera y se reclama
ser hechura de sus amigos. Está convencido que la sinceridad con que hablan,
que la indignación con que a veces estallan, y la ternura que los embarga, es
magistral.
Por eso, entonces, saca del bolsillo de su
saco unas hojitas y anota palabras tras palabras, que luego cuando expone cita
y hasta proyecta en una pantalla gigante.
Cree Ernesto profundamente que en el Perú es
posible crecer, empinarse y alcanzar las estrellas. Y ser grandes al punto de
realizar nuestro destino trascendente, pleno y crucial.
Y todo ello basados y a partir de nuestros
propios talentos; del humus y de la brasa, de la hoguera y del estallido que
aquí se ha acumulado. Y de lo que somos auténticamente.
Con Ernesto Ráez Mendiola
5. Ni el amor
ni la muerte
Y éste es un mensaje de una calidad y de una
fortaleza excepcional, en un contexto en el cual se duda y se flaquea tanto,
cuando nos sentimos solos e impotentes sin la ayuda de una mano en la cual
confiar, ¡qué importante entonces es su actitud y su gesto!
Para él basta con lo que somos y tenemos. Por
eso, escribe:
"Desde cierto punto de vista soy hechura
de mis amigos que siempre han creído en mí. Y espero no haberlos nunca
defraudado.
Como también no espero haber defraudado a mis
hijos: Seis hermosos y brillantes jóvenes cuya realidad gozo y de la cual me
enorgullezco:
Ernesto Francisco, Mario Alberto, Rafael
Adolfo, Rebeca Adriana, Ricardo Alfredo y Rodrigo Alonso.
A criterio de Ernesto, el hecho más esencial
en el Hombre no es ni el amor ni la muerte. Ni el vibrar impactado por el soplo
de lo mágico y maravilloso.
Ernesto Ráez Mendiola
6. Intenso
y absoluto
Eso no lo hechiza tanto, como tampoco el que
caiga estremecido por el abrazo terrible del ángel.
Para él, el momento más supremo de la
existencia de un Hombre es cuando éste es lenguaje, cuando este decide dejar
una huella de su paso por la tierra en lenguaje; cuando anhela perennizar su
ser, su sentir y su actuar buscando una manera de testificar un mensaje. Y
hasta de perpetuar un hálito o de dar permanencia a un gesto.
Es decir, se consigue trascendencia cuando el
Hombre se hace expresión, cuando se convierte en lenguaje y eso alcanza a ser
libertad.
Y me parece bien que él escoja ese aspecto
como el más representativo del ser humano, corno el más intenso y absoluto.
"He escrito libros teóricos –me dice en
su carta– y tengo parcialmente publicados poesía, cuento y teatro para niños,
jóvenes y adultos. Pero no me siento escritor. Hablar es un ejercicio que me es
cómodo. Hablo espontáneamente, sin cálculos.
7. Tensión
de la flecha
Y continúa:
Sucede entonces, con lo que hablo, lo mismo
que Bachelard decía:
Mi palabra piensa mientras la voy diciendo.
Es así que, como buen hablador, he "escrito" muchas veces en la mente
de los que me escuchan, como otra forma más de ser profesor".
El reconoce que el principal canal de
sabiduría y de arte, de presencia y de ser en el mundo es el habla, la palabra
o el lenguaje hecho presencia sonora que alientan nuestras bocas y traspasan
nuestros oídos.
Si tuviéramos que cerrar hasta lo mínimo el
lente para sintetizar lo que es un Hombre para él, diríamos que es lenguaje,
que elige ser expresión enlazada de manera natural y cotidiana con otros seres
vivos mediante la palabra oral.
Ahí él cuelga su lanza y su lira. Es ese el
punto de tensión de la flecha arrojada a un objetivo ideal en el horizonte y
hacia el amanecer.
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede
solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí:
capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
Ediciones Infolectura: infolecturaeditorial@gmail.com
*****
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
393-5196 / 99773-9575
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario