Ciro Alegría a la edad de 7
años, en el año 1916, fue enviado de la provincia de Huamachuco a Trujillo para
iniciar sus estudios en el primer grado de la educación primaria.
Ya se encontraba en edad
escolar y la recomendación de su padre fue que se le matriculara en el primer
año de educación primaria en el Colegio Nacional de San Juan.
Fue en esa circunstancia que le tocó ser
alumno del poeta César Vallejo quien trabajaba como docente en el nivel
primario de esa institución educativa.
Recuerda en sus memorias Ciro
Alegría que su tío apenas un poco mayor que él lo acompañó hasta la puerta del
plantel. Allí estaba el inmenso portón por donde ingresaban los alumnos.
Y allí
de pie estaba el maestro César
Vallejo, recibiendo a los niños. Vestía un traje oscuro, era esmirriado, con
una figura magra y un trasfondo donde todo era ausencia, desolación y tristeza.
Poeta César Vallejo
2. Viéndole
sus mejillas
Cuenta que el poeta lo acogió
con inmenso cariño y lo llevó al salón, asignándole una carpeta, y luego lo
integró a otros niños que jugaban, diciéndoles:
– Aquí tienen a un nuevo
compañero. ¡Jueguen con él!
Mientras el maestro avanzó
nuevamente al lugar de ingreso del plantel escolar a dar la bienvenida a otros
alumnos que también llegaban. ¿No hay un mensaje oculto para nosotros en este
esperar de César Vallejo en la puerta a los niños que llegan?
A Ciro los niños costeños lo
rodearon curiosos.
Se le acercaron y uno de ellos
mirándole detenidamente y viéndole sus mejillas coloradas
le dijo:
– ¡Serrano chaposo!
3. La calidez
de su mano
Este hecho causó la risa
general y la burla de todos, sintiéndose avergonzado. Y quiso huir. Se retiró
del grupo, deambuló por los inmensos corredores y por los distintos patios que
tiene ese enorme plantel escolar, lleno de chiquillos traviesos y bulliciosos. Se
sintió perdido.
Pero su profesor ya había
empezado la búsqueda. Dejó todo como el pastor que por una oveja perdida deja a
su rebaño íntegro, para ir rastreando patio por patio y salón por salón, hasta
que por fin encontrarlo. Lo cogió de la mano y lo condujo a su aula,
diciéndole:
– ¿Qué pasó? ¿Te perdiste?
Ciro Alegría recuerda su mano
nervuda, grande y fría.
En algún momento quiso zafarla
y el maestro retuvo su mano pequeña dentro de la suya. Evocándolo ya en el aula
anota lo siguiente:
4. Has contado
bien
“Algo que le complacía mucho –se
refiere a César Vallejo– era hacernos contar historias, hablar de las cosas
triviales que veíamos cada día (…). Cierta vez se interesó grandemente en el
relato que yo hice acerca de las aves de corral de mi casa. Me tuvo toda la
hora contando cómo peleaban el pavo y el gallo, la forma en que la pata nadaba
con sus crías en el pozo y cosas así. Cuando me callaba ahí estaba él con una
pregunta acuciante. Sonreía mirándome con sus ojos brillantes y daba golpecitos
con la yema de los dedos, sobre la mesa. Cuando la campana sonó anunciando el
recreo me dijo: “Has contado bien”. Sospecho que ese fue mi primer éxito
literario”.
De ese modo se enlazaban dos
grandes creadores a nivel mundial, y tanto de literatura en general como
también de creadores de literatura para niños y jóvenes. He ahí la gloria de
nuestras letras.
Se unían así, de un lado, el
autor de Paco Yunque, El desafío y otros cuentos y, de otro lado, el autor de
muchos relatos maravillosos sembrados a cada paso en sus novelas en donde
aparecen continuamente prodigiosos narradores de cuentos.
Plaza de armas de Trujillo
5. Maestros
de alma
Sólo para mencionar algunos
textos inolvidables de Ciro Alegría, estos son: “Los rivales y el juez”, “De
cómo repartió el diablo los males por el mundo” y “Calixto Garmendia”, y tantos
otros.
Pero veamos: ¿en dónde tuvieron
aquel encuentro Ciro Alegría y César Vallejo?, como un hecho significativo,
trascendente y providencial para nuestras letras y en relación a la literatura
para niños.
Ocurre en la puerta de una
institución educativa, luego en el patio, los corredores y luego ¡en un aula de
clases!
Y esto pese a que ninguno de
los dos fue maestro de profesión, aunque sí maestros de
alma ambos en el campo de las artes, del conocimiento y de la vida.
6. Arrodillado
ante él
Y otro hecho y dato
significativo es que a César Vallejo le interesaba que los niños narren, que
cuenten historias porque: ¿qué mejor ejercicio para desarrollar la memoria, la
inteligencia, el orden y la expresión verbal?
Y que dichos temas fueran
acerca de la vida cotidiana, no sobre mundos lejanos, fantásticos o realidades inalcanzables,
sino en función de la casa, del corral, de la vida más simple y cotidiana.
Y, cabe ensoñar entonces: ¿Cómo
le contaría ese niño que después nos ha dejado tantas páginas hermosas y de
intensidad extraordinaria recreando precisamente acerca de la vida de los
animales?
Pero en las páginas que escribe
Ciro Alegría hay otro niño que no supo contar ni referir ninguna situación, y
quien ante el requerimiento del maestro se puso a llorar.
Entonces, refiere que César
Vallejo lo abrazó y estuvo acariciándole la cabeza, en una actitud como si estuviera
arrodillado ante él.
7. Dos
gigantes
A Ciro Alegría César Vallejo no
solo lo escucha, sino que lo anima a escribir. Y este novel escritor a los 16
años, en 1925, publica sus primeros textos en el diario El Norte que dirigía
Antenor Orrego. Pero antes incluso edita la revista Tribuna sanjuanista en el
Colegio Nacional de San Juan.
Dos gigantes cogidos de la
mano. Dos seres eminentes unidos en esa fraternidad profunda que es la relación
de maestro y alumno.
¿No es excelso y supremo? ¡Y no
solo para nuestras letras, puesto que estos dos creadores han rebasado
largamente las fronteras nacionales! Y no solo eso, sino que ambos alcanzan a
significar valores.
Pero, nos preguntamos: ¿No hay
en estos hechos simples y cotidianos un trasfondo y claves absolutas respecto a
nuestra historia y a nuestro destino como país? Cuál es el hecho de que nuestro
más grande poeta y nuestro más grande novelista hayan tenido un vínculo de
maestro y alumno.
Y en los rasgos de sus vidas
como en el contenido de sus obras es la redención del hombre la que importa,
asunto que es lo trascendental cuando se trata de la verdadera y legítima
literatura.
Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar
a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
Ediciones Infolectura: infolecturaeditorial@gmail.com
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
393-5196 / 99773-9575
le rogamos, por favor, hacérnoslo
saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario