sábado, 19 de junio de 2021

19 de junio. Ciro Alegría de la mano de su maestro.


19 DE JUNIO

CIRO ALEGRÍA
DE LA MANO
DE SU MAESTRO

Danilo Sánchez Lihón



Ciro Alegría


1. Y allí
de pie

 

Ciro Alegría a la edad de 7 años, en el año 1916, fue enviado de la provincia de Huamachuco a Trujillo para iniciar sus estudios en el primer grado de la educación primaria.

Ya se encontraba en edad escolar y la recomendación de su padre fue que se le matriculara en el primer año de educación primaria en el Colegio Nacional de San Juan.

 Fue en esa circunstancia que le tocó ser alumno del poeta César Vallejo quien trabajaba como docente en el nivel primario de esa institución educativa.

Recuerda en sus memorias Ciro Alegría que su tío apenas un poco mayor que él lo acompañó hasta la puerta del plantel. Allí estaba el inmenso portón por donde ingresaban los alumnos.

Y allí de pie estaba el maestro César Vallejo, recibiendo a los niños. Vestía un traje oscuro, era esmirriado, con una figura magra y un trasfondo donde todo era ausencia, desolación y tristeza.

 

Poeta César Vallejo


2. Viéndole

sus mejillas

 

Cuenta que el poeta lo acogió con inmenso cariño y lo llevó al salón, asignándole una carpeta, y luego lo integró a otros niños que jugaban, diciéndoles:

– Aquí tienen a un nuevo compañero. ¡Jueguen con él!

Mientras el maestro avanzó nuevamente al lugar de ingreso del plantel escolar a dar la bienvenida a otros alumnos que también llegaban. ¿No hay un mensaje oculto para nosotros en este esperar de César Vallejo en la puerta a los niños que llegan?

A Ciro los niños costeños lo rodearon curiosos.

Se le acercaron y uno de ellos mirándole detenidamente y viéndole sus mejillas coloradas le dijo:

– ¡Serrano chaposo!

 


Ciro Alegría con su madre


3. La calidez

de su mano

 

Este hecho causó la risa general y la burla de todos, sintiéndose avergonzado. Y quiso huir. Se retiró del grupo, deambuló por los inmensos corredores y por los distintos patios que tiene ese enorme plantel escolar, lleno de chiquillos traviesos y bulliciosos. Se sintió perdido.

Pero su profesor ya había empezado la búsqueda. Dejó todo como el pastor que por una oveja perdida deja a su rebaño íntegro, para ir rastreando patio por patio y salón por salón, hasta que por fin encontrarlo. Lo cogió de la mano y lo condujo a su aula, diciéndole:

– ¿Qué pasó? ¿Te perdiste?

Ciro Alegría recuerda su mano nervuda, grande y fría.

En algún momento quiso zafarla y el maestro retuvo su mano pequeña dentro de la suya. Evocándolo ya en el aula anota lo siguiente:

 


Patio del Colegio Nacional San Juan


4. Has contado

bien

 

“Algo que le complacía mucho –se refiere a César Vallejo– era hacernos contar historias, hablar de las cosas triviales que veíamos cada día (…). Cierta vez se interesó grandemente en el relato que yo hice acerca de las aves de corral de mi casa. Me tuvo toda la hora contando cómo peleaban el pavo y el gallo, la forma en que la pata nadaba con sus crías en el pozo y cosas así. Cuando me callaba ahí estaba él con una pregunta acuciante. Sonreía mirándome con sus ojos brillantes y daba golpecitos con la yema de los dedos, sobre la mesa. Cuando la campana sonó anunciando el recreo me dijo: “Has contado bien”. Sospecho que ese fue mi primer éxito literario”.

De ese modo se enlazaban dos grandes creadores a nivel mundial, y tanto de literatura en general como también de creadores de literatura para niños y jóvenes. He ahí la gloria de nuestras letras.

Se unían así, de un lado, el autor de Paco Yunque, El desafío y otros cuentos y, de otro lado, el autor de muchos relatos maravillosos sembrados a cada paso en sus novelas en donde aparecen continuamente prodigiosos narradores de cuentos.

 

Plaza de armas de Trujillo


5. Maestros

de alma

 

Sólo para mencionar algunos textos inolvidables de Ciro Alegría, estos son: “Los rivales y el juez”, “De cómo repartió el diablo los males por el mundo” y “Calixto Garmendia”, y tantos otros.

Pero veamos: ¿en dónde tuvieron aquel encuentro Ciro Alegría y César Vallejo?, como un hecho significativo, trascendente y providencial para nuestras letras y en relación a la literatura para niños.

Ocurre en la puerta de una institución educativa, luego en el patio, los corredores y luego ¡en un aula de clases!

Y esto pese a que ninguno de los dos fue maestro de profesión, aunque sí maestros de alma ambos en el campo de las artes, del conocimiento y de la vida.

 


Cordillera de los Andes


6. Arrodillado

ante él

 

Y otro hecho y dato significativo es que a César Vallejo le interesaba que los niños narren, que cuenten historias porque: ¿qué mejor ejercicio para desarrollar la memoria, la inteligencia, el orden y la expresión verbal?

Y que dichos temas fueran acerca de la vida cotidiana, no sobre mundos lejanos, fantásticos o realidades inalcanzables, sino en función de la casa, del corral, de la vida más simple y cotidiana.

Y, cabe ensoñar entonces: ¿Cómo le contaría ese niño que después nos ha dejado tantas páginas hermosas y de intensidad extraordinaria recreando precisamente acerca de la vida de los animales?

Pero en las páginas que escribe Ciro Alegría hay otro niño que no supo contar ni referir ninguna situación, y quien ante el requerimiento del maestro se puso a llorar.

Entonces, refiere que César Vallejo lo abrazó y estuvo acariciándole la cabeza, en una actitud como si estuviera arrodillado ante él.

 


Ciro Alegría


7. Dos

gigantes

 

A Ciro Alegría César Vallejo no solo lo escucha, sino que lo anima a escribir. Y este novel escritor a los 16 años, en 1925, publica sus primeros textos en el diario El Norte que dirigía Antenor Orrego. Pero antes incluso edita la revista Tribuna sanjuanista en el Colegio Nacional de San Juan.

Dos gigantes cogidos de la mano. Dos seres eminentes unidos en esa fraternidad profunda que es la relación de maestro y alumno.

¿No es excelso y supremo? ¡Y no solo para nuestras letras, puesto que estos dos creadores han rebasado largamente las fronteras nacionales! Y no solo eso, sino que ambos alcanzan a significar valores.

Pero, nos preguntamos: ¿No hay en estos hechos simples y cotidianos un trasfondo y claves absolutas respecto a nuestra historia y a nuestro destino como país? Cuál es el hecho de que nuestro más grande poeta y nuestro más grande novelista hayan tenido un vínculo de maestro y alumno.

 

Y en los rasgos de sus vidas como en el contenido de sus obras es la redención del hombre la que importa, asunto que es lo trascendental cuando se trata de la verdadera y legítima literatura.

 

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