martes, 6 de julio de 2021

6 de julio, 2021. Día del Maestro en el Perú. / Poema escolar del maestro César Vallejo.


6 DE JULIO, 2021
DÍA DEL MAESTRO EN EL PERÚ

POEMA ESCOLAR
DEL MAESTRO
CÉSAR VALLEJO

Danilo Sánchez Lihón



Niño de Santiago de Chuco


1. Al contorno
de las cruces

 

César Vallejo en septiembre del año 1913, cuando tenía 21 años de edad, publica su poema Fosforescencia en la revista Cultura Infantil del Centro Educativo 241 de Trujillo, donde a la letra dice:

FOSFORESCENCIA

Una noche miré muy asustado,

señor, en el collado

del viejo cementerio, algunas luces

chispeando entre los altos mostazales,

de cuyos matorrales

salían al contorno de las cruces.

Yo a solas regresaba del molino

por el largo camino,

y la noche, señor, qué oscura estaba;

¡y más miedo me daba cuando oía

la algazara que hacía

el perro de una choza, que aullaba!

 


César Vallejo en su pueblo. Pintura Eladio Ruiz


2. Hijo

mío

 

Y continúa:

¡Qué miedo, uf! ¡Casi lloro! ¡Muchos cuentan,

señor, que se presentan

ahí en la noche y a avanzadas horas

los muertos alumbrándose con ceras!

Señor, ¿será de veras?

– Mienten, hijo. Son cosas que tú ignoras.

Esas luces que viste y te asombraron,

son gases que exhalaron

los huesos del cadáver ya podrido,

como el hedor que sale de un pantano;

y ese vapor insano

está en nuestro esqueleto contenido.


Ese gas es el fósforo, que cuando

se va el cuerpo dañando,

sale y arde en el aire más sombrío.

¿Escuchaste? Desde hoy no temas nada

cuando esa llamarada

en el panteón la veas, hijo mío.

 


Vista panorámica del cementerio de Santiago de Chuco


3. La relación

maestro niño

 

En la fecha en que este poema fue escrito y publicado César Vallejo no formaba parte aún de ningún círculo o cenáculo literario. Sin embargo. la poesía brotaba en él de manera natural pugnando por ser concebida y ser expresada. Sentía que tenía dentro la erupción de un manantial, que había venido al mundo para manifestarse en ese lenguaje y con belleza singular, sintiendo que su lengua era la poesía.

Él en esta fecha aún no había tomado contacto con el conjunto de amigos que después se los identificaría bajo el nombre de El Grupo Norte de intelectuales de Trujillo y de otras ciudades y pueblos aledaños, cofradía literaria que pasaría a integrar cuando recién el año 1914 Víctor Raúl Haya de la Torre lo presenta a Antenor Orrego, en diciembre de este mismo año.

Y que pronto y espontáneamente el grupo acoge y erige a César Vallejo como a un baluarte, ambiente en el cual un rasgo digno de relievarse es que desde el primer momento él escribe tomando como referente su tierra, su aldea y su pueblo, y dentro de ello la relación maestro niño.

 


Caminos de Santiago de Chuco


4. Ámbito

íntimo

 

El cementerio que en el poema aparece y al cual se alude indudablemente es el de Santiago de Chuco situado en la colina que sube desde el lecho o la hamaca donde se balancea el pueblo. Y la voz es la de un niño aldeano de esta comarca andina.

Hasta podría decirse que pese a que él físicamente está en Trujillo en verdad lo escribe estando en alma y con toda su sensibilidad en Santiago de Chuco, porque la voz del niño tiene toda esa carga de asombro y turbación que producen los Andes y la geografía que se presenta es la tierra estremecida de su lar nativo.

No solo el poema en su forma explícita es de índole didáctica, sino que, dentro de él, en el ámbito íntimo y hondo del poema se reproduce una acción magisterial de un niño que confía a su maestro una vivencia que afecta su integridad personal, donde le refiere y cuenta una experiencia que le asusta, mentor que en respuesta le explica, enseña y orienta con rudeza y simplicidad.

 


Casa de César Vallejo


5. Hecho

insólito

 

En el poema no es una pregunta o cuestión fría y racional la que se cierne. No es tampoco una curiosidad indolente y sin inquietud la que se plantea, sino que es una emoción y una vivencia muy grande la que el niño comparte con su consejero.

Donde hay un estremecimiento profundo, donde se siente el temblor de su ser y el miedo que domina al niño, en donde se reproduce la voz temblorosa y aldeana:

¡Qué miedo, uf! ¡Casi lloro!

En donde el niño cuenta y confía en el maestro como en un familiar y protector, lleno de asombro y estupor, y hasta de pánico, frente a un hecho insólito e inusitado.

Y que solo cabe imaginarlo, desde su alma infantil e ingenua como la presencia incuestionable y apabullante de que los fantasmas existen, son ciertos y que pueblan la faz de la tierra.

 


Cementerio de Santiago de Chuco. Antigua puerta de ingreso


6. Verdadera

joya

 

Para dar paso a la voz proba, categórica y vigorosa del maestro, que se opone a la superstición, que corrige una leyenda y enfatiza en una explicación basada en el conocimiento físico químico, conminando al niño a asumirlo.

Donde resulta sorpresivo pero convincente el tono de regaño, de exhortación, y finalmente hasta de conminación que adopta la voz del maestro y que está insuflada así para librar al discípulo del miedo y el pavor que lo dominan.

Fosforescencia es un poema se síntesis, dialógico, de intercambio de pareceres, de opiniones y contenidos opuestos, en donde el contraste radical es entre el conocimiento empírico y el saber científico.

Una verdadera joya que ilustra y grafica una concepción de la educación de la época en que el poema se escribe, que definía el fin de la educación y la identidad de ser maestro, en donde hay el encuentro de vertientes, en donde las más preponderantes, son:


Techos de la casa de César Vallejo


7. Fue

y es

 

La emoción de un niño frente a un hecho real y la racionalidad del maestro que explica este fenómeno conmovedor, basado en los datos y esclarecimientos científicos. Donde reconocemos vivencia, afectos y racionalidad.

Sin dejar a un lado las sensaciones como tampoco el lado mágico de los hechos, para sobre ello erigir lo racional, porque ¿qué más subjetivo y estremecedor que ver luces en un cementerio de donde se desprenden una serie de creencias, como de leyendas y tradiciones?

Poema este en donde se ve de manera nítida esos diversos caudales y afluentes de un saber integral: la experiencia, por un lado, con toda su carga afectiva y emocional, en donde el dominante es el miedo y los instintos con todo su ímpetu y poder de tensión y reacción.

Y de otro lado el conocimiento intelectual con toda su luz y drasticidad y que César Vallejo conjuga, armoniza e integra para erigir todo ello en auténtica y estremecida poesía que desde estos inicios revelan al poeta universal que finalmente fue y es.

 

Todas las fotos
Jaime Sánchez Lihón

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