16 DE SEPTIEMBRE
DÍA
NACIONAL DE MÉXICO
VÍNCULOS
DEL PERÚ
Y MÉXICO
Danilo
Sánchez Lihón
1. País
hermano
La primera vez que
visité México, en el año 1990, para asistir invitado a la Feria del Libro de
Guadalajara, recuerdo que al taxista que me transportaba del aeropuerto al
centro de la ciudad le pregunté, lagrimeando en aquel tiempo por el smog que atosigaba
a la capital azteca, tema que ha sido sabiamente corregido y superado como
ejemplo para la humanidad:
– ¿Qué es lo
mejor y peor de México?
– Lo peor es ser
pobres. –Me responde, pese a que yo estoy maravillado y admirando los
impresionantes edificios de esa metrópoli.
– ¿Y lo mejor?
–Le recuerdo, echando un vistazo al cielo anubarrado de hollín y monóxido de
carbono:
– Lo mejor que
tenemos es que somos mexicanos. –Me responde con la mayor naturalidad y plena
convicción.
¡México! País hermano, idéntico, entrañable, y de
grandiosa humanidad, donde se ven pasar rostros de personas caminando que son
los mismos rostros del Perú mágico, mítico y milenario, y del Perú ordinario,
común y corriente, como para decir: México es el Perú. Afinidad mucho mayor que
con los países hermanos con los cuales limitamos y tenemos vecindad.
2. Crisol
de razas
Pero aún más,
pareciera que entre nosotros sentimos y pensamos lo mismo, hecho que no deja de
tener su lado providencial, como si no fuera asunto solo de nosotros mismos,
sino un designio de los dioses.
Y hasta puede
haber en todo ello una predestinación valiosa y hasta una misión a cumplir
ambos pueblos y juntos sobre la faz de la tierra. Porque es la misma sencillez,
el mismo afecto, el mismo el tono quebrado de nuestras voces y de cómo entender
la vida. Y la misma hombría, y la misma sombra en el suelo. Y la misma femineidad,
candor y valor, hondura y levedad de sus mujeres.
Y hasta nos
sabemos querer y amar juntos, pese a que nos separan miles de kilómetros de
distancia. No hay mayor afinidad que yo haya encontrado entre dos pueblos que
la existente entre el Perú y México.
Siempre me
asombró esta similitud de peruanos y mexicanos, que no se explica únicamente
desde el lado étnico y ni siquiera solo desde el plano cultural, sino creo yo
que en la misión que juntos tenemos que cumplir y desempeñar, acorde con
nuestro pasado y el crisol de razas que ahora somos, y cuál es forjar
sociedades con honda inspiración humana.
En el Estado de Hidalgo, con el poeta
Jorge Antonio García, Premio Nacional de Poesía
3. Cariño
entrañable
Hitos en la
historia que nos unen entrañablemente se dan desde nuestras culturas
originarias y lo que entre ellos compartieron, el maíz y la papa, los
cacahuates y el ají; culturas que cuando ocurre la invasión española las
encontraron aquí vivas y gloriosas
Otro hito se da
en la época colonial en el brote emancipador que une a ambos pueblos, cual fue
la actitud y visión del Virrey Antonio de Mendoza y Vargas que compartió su
vida entre el Perú y México, declarando en nuestras latitudes virreinatos
autónomos, perpetuos y hereditarios.
Unieron al Perú
y México los poetas y expatriados revolucionarios del Perú exiliados en México,
entre cuyos nombres egregios figuran: Manuel Scorza, Gustavo Valcárcel, Juan
Gonzalo Rose, Luis de la Puente Uceda y Juan Chang.
Este vínculo
entre Perú y México tiene sus símbolos en el plano de lo cotidiano, es decir en
el día a día y hasta el presente, y ello se da se da en el tamal y en el perro
pelón, que allá lo llaman xoloitzcuintle, y que aquí lo nombramos viringo. Y se
da en el cariño entrañable que surge espontáneo y sencillo entre nosotros.
4. Ceniza,
piedra y agua
También une a
Perú y México la entrañable amistad que supieron cultivar nuestro apu tutelar,
José María Arguedas, y el conmovedor narrador Juan Rulfo, quienes se conocieron
en el Coloquio de Escritores Iberoamericanos y Alemanes, realizado en Berlín el
año 1962, donde se hicieron íntimos amigos.
Y se volvieron a
encontrar en el Segundo Congreso de la Comunidad Latinoamericana de Escritores
que se realizó en Guadalajara y Guanajuato, entre los días 5 y 16 de noviembre
de 1967, tocándoles la suerte de compartir la habitación en el Hotel
Guadalajara Hilton.
Al respecto
escribe José María Arguedas acerca de Juan Rulfo estas palabras, casi al inicio
de El zorro de arriba y de abajo:
¿Quién ha
cargado a la palabra como tú, Juan, de todo el peso de padeceres, de conciencias,
de santa lujuria, de hombría, de todo lo que en la criatura humana hay de
ceniza, de piedra, de agua, de pudridez violenta para parir y cantar, cómo tú?
En ese hotel, más muerto que vivo, el Guadalajara Hilton, nos alojaron juntos,
¿de pura casualidad? Me contaste algo de cómo fue tu vida.
5. Y
entre nosotros
Y prosigue
Arguedas:
Y me hiciste
reír describiendo al viejo Juárez como a un sujeto algo nefasto y con facha de
mamarracho. Me acordé de la primera vez que te conocí en Berlín, de cómo te
llevé del brazo al ómnibus, con cuánta felicidad (...) Tú fumabas y hablabas,
yo te oía. Y me sentí pleno, contentísimo de que habláramos los dos como
iguales...
Asimismo, enaltece
el vínculo Perú y México la presencia durante largos años de permanencia en el
Colegio de México del estudioso peruano José Durand Flores.
Y, ahora, de
Carlos Huamán López, doctor en letras y Antropología e Investigador del CIALC
de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien ha realizado en dicha sede
institucional congresos sobre identidad andina, como coloquios y seminarios
internacionales sobre José María Arguedas y César Vallejo, a los cuales he
tenido el honor de ser invitado y asistir.
Y entre nosotros, la presencia en el Perú de Elid Brindis, como
editor en la UNMSM, presencia que valoramos tanto. Así como la inmensa
admiración del poeta mexicano Jaime Sabines por nuestra literatura y
especialmente sobre César Vallejo.
6. Voz
y actitud moral
Perú y México
por sus ancestros indígenas y por su pasado histórico son pueblos y países
llamados a volver a rescatar juntos para América y el mundo el sentido humano
de la historia.
Perú y México
por lo mucho que han sufrido están llamados a encabezar la defensa de modelos
sociales que pongan como centro de todo orden de cosas la justicia y no el
interés financiero, económico o militar; como ahora domina, cunde y tiende a
perpetrarse en el mundo.
Que Perú y
México por la trayectoria de sus pueblos de haber intentado a sangre y fuego
instaurar formas de gobierno en que el eje de la vida política y social no sean
aquellas contaminadas por el liberalismo y la usura.
Sino por otras
de respeto a la vida y sus utopías, son países llamados a ser la voz y actitud moral
en relación y respuesta al mundo globalizado mercantilista y deshumanizador.
7. Asumir
y defender
Corresponde
entonces a sus intelectuales y artistas encabezar un movimiento cultural para
volver a levantar las banderas del cambio de paradigma, en coherencia con
nuestros pueblos y culturas originarias.
Esto es el
sentido humano de la historia, el compromiso con los desposeídos, como son los
mensajes de Vallejo y de Sabines, de Arguedas y de Rulfo, para no remontarnos a
otras épocas ni a otras manifestaciones artísticas.
Que corresponde
a ambos pueblos dar este mensaje a través de la literatura, del arte y de su
civismo. Y que esa visión humana, social e histórica esté nutrida de vida
auténtica y pueblerina.
Que el
compromiso indesmayable de ambas naciones sea con el proyecto de una sociedad
de la fraternidad, del bien común y de la adhesión a los agredidos por el
militarismo voraz.
De respeto a la
vida, a la naturaleza y al mundo como Perú y México han sabido hacerlo a través
de la historia. Y lo sabrán asumir y defender hacia el futuro.
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