17 DE
SEPTIEMBRE
SE INAUGURA LA BIBLIOTECA
NACIONAL DEL PERÚ
CREAR
Y DOTAR DE ALAS
A LAS BIBLIOTECAS
Danilo Sánchez Lihón
1. Quimera
e ideal
La Biblioteca Nacional del Perú es una
institución nuestra, tutelar, entrañable y gloriosa, nacida en los días en que
se fundaba el Perú como nación libre e independiente, constituyendo parte del
sueño que alentaron nuestros libertadores y que nosotros renovamos
permanentemente.
Institución legendaria como familiar, excelsa
como morada asequible. Quimera e ideal, como realidad cotidiana que hemos de
mantener como lámpara encendida en su mayor fulgor, y radiante.
Y que no pierda nada de vida en su
aspiración a cumplir con la realización de los grandes ideales por los cuales
se fundara, y que son los mismos por los cuales se constituyeron nuestras
repúblicas, puesto que a esto apuntan las bibliotecas, unas que se mantienen y
otras que recién se fundan e inauguran.
Biblioteca Nacional la nuestra, que quizá
no haya otra como ella en el mundo, con tanta grandeza y tragedia, con tanto tesón,
sacrificio y lauro, por un lado, y con tanta adversidad en la frente,
reconstruida desde la boñiga de la caballería enemiga que la convirtió en
muladar.
Biblioteca Nacional del Perú. Local de la Av. Abancay
2. Lozana
y radiante
Y reconstruida desde las cenizas del
incendio del año 1943 que la redujo a escombros, y a partir de ello con tanta
luz que la anima y la inspira e irradia en cada una de sus actividades y
pálpitos de los cuales está hecha.
Es Ave Fénix que se levanta de sus despojos,
saqueos y crímenes de quienes la más la valoraron como botín de guerra, y como
ocasión de hacerse sabios, cultos o ricos, como también es el destino del Perú
de las últimas décadas y siglos.
Tal y como lo definió don Jorge Basadre que
sabía mucho por ser historiador de la república del signo que definía, en uno o
muchos aspectos al Perú; cuando tuvo el acierto de ponerle nombre a la revista
que representa a este órgano institucional, y cuál es: Ave fénix casi podríamos
decir mítica, como en verdad es el Perú, un país maravilla, portento y de
fábula.
Con tanto coraje, ternura y con tan trémula
esperanza, como con tanta aflicción y dolor en el alma. Y con tanta ilusión en
cada una de sus células, venas y alas, como en cada una de sus páginas. Con
tanta angustia, como con tanto brillo y fulgor en su faz, al final lozana y radiante como es el rostro de los niños que
entre nosotros son mayoría.
3. El infinito
interior
¡Cómo entonces no sentirse feliz y
enaltecidos contando con una casa insigne como ésta! Ahora en pleno
funcionamiento, tanto en su antiguo local de la Avenida Abancay como en su
moderno edificio situado entre las avenidas Javier Prado, De la Cultura, y de
La Poesía.
De allí que en este día en que conmemoramos
la fundación de la Biblioteca Nacional del Perú es imprescindible meditar
acerca de las bibliotecas en general, y en particular de ella misma. A las
cuales cabe concebirlas con algunas características como son las de ser centros
de animación, de creatividad, de comunicación y de conocimientos.
Como espacios de recreación, de intercambio
cultural, de proyección a la comunidad, como de renovación de lo que son los
anhelos más primigenios de nuestros proyectos como país, como la de nuestras
aspiraciones más esperadas y por cumplirse como es ser sociedades felices.
Perspectiva en las cuales las bibliotecas
son naves que nos permiten explorar espacios insospechados, tanto en la
realidad externa pero principalmente en el infinito interior que nos conforma,
nos habita y nos sustenta.
4. El libro
y la lectura
Por eso, cabe alentar y apoyar para que, en
cada región, departamento, provincia; en cada jurisdicción distrital y hasta en
cada poblado, se cuente con una o más bibliotecas públicas. Y que estas sean
equipadas convenientemente, que funcionen en locales adecuados, y sean
atendidas por personal proactivo, entusiasta y preparado; y en donde tengan
cabida, sobre todo, actividades culturales, de promoción lectora y de
valoración de la identidad de nuestros pueblos y su patrimonio.
Imprescindibles para que nuestras
poblaciones desarrollen su sentido de pertenencia y filiación, su conciencia
social y su sensibilidad humana, fundamentales en la supervivencia de las
sociedades que a partir de ellas mantengan niveles convenientes y adecuados de
participación ciudadana.
Bibliotecas que funcionen como centros de
animación cultural, en donde se realicen actividades artísticas, presentaciones
de libros, concursos literarios, juegos florales, festivales de creatividad,
fomento del libro y la lectura, exposiciones y ferias de libros. Que en cada
poblado sea infaltable, así como la iglesia o el local de la gobernación, la
biblioteca pública; imprescindible y abierta en servir, lo mejor que ellas
puedan, al dictado de la conciencia y a las aspiraciones más auténticas del
alma humana.
Mi casa convertida en biblioteca y Castillo de los Cuentos
5. Cada
día
Bibliotecas que han de insertarnos en el
mundo para su transformación, donde los libros y la lectura nos conduzcan de la
manera más directa a conocer la realidad y sobreponer a ella lo que anhelamos
que se cumpla, iluminados por la conciencia y la visión de lo que se debe y
puede hacer.
Ya que son los libros, la lectura y las
bibliotecas aquello que nos han de permitir vivir más intensamente cada día, con
una luz encendida y acrecentada, con una concepción y un proyecto de vida acrisolado.
Con una contundencia para captar las ideas y convertidas en nuevos horizontes
hacia dónde dirigirnos para concretarlos en actos que forjen el destino
superior que requieren nuestros pueblos.
Bibliotecas que tanto o más preocupadas en
acrecentar sus colecciones en volúmenes de libros o documentos, su interés y
vocación vaya más bien en acrecentar su número de lectores. Cada día buscando e
implementando fórmulas y estrategias de cómo atraer a niños y jóvenes, adultos
y personas mayores, a fin de involucrarlos en sus dinámicas y de ese modo ganar
la batalla al oscurantismo, a la deshumanización mecánica y mercantilista que
ahora asolan y enajenan a nuestras sociedades.
Conferencia a maestros en la biblioteca del Castillo de los Cuentos
6. Profusa
y generosamente
Siendo así será un buen signo de esta época
que nos dediquemos a abrir, a poblar, a animar más bibliotecas, hechas con
nuestros propios sueños y con nuestras propias manos.
Y no esperemos que esto lo haga
necesariamente las entidades oficiales. Cabe la iniciativa privada y de grupos
de personas que alienten estas obras en bien de la comunidad. En las
bibliotecas es en donde se forja el destino de las naciones y los pueblos, de
allí que debe preponderar en ellas cordialidad y paz, lucidez y calma, como la
mística y dedicación más consumadas.
Hagamos bibliotecas en nuestras casas, en
nuestras escuelas, en nuestros centros educativos, en nuestras aulas de clases;
en nuestros barrios, distritos y comunidades, como una proyección de esta casa
grande y luminosa que es la querida y venerada Biblioteca Nacional del Perú.
Y hagámoslas con amor entrañable, como si
fueran jardines, palomares, torres al viento. Y pongamos en ellas lo mejor de
nosotros mismos. Formemos bibliotecas en cada pueblo. Refundémoslas,
volvámoslas a crear cada día, cada hora y cada minuto. Una, dos e infinitas
veces, de manera incansable, infatigable, profusa y generosamente.
Promoviendo el libro y la lectura en una escuela de los EEUU.
7. Visión
y esperanza
Y hagamos de nuestra Biblioteca Nacional
orgullo y símbolo de nuestra identidad, del Perú que nació generoso, tierno y
pleno de candor, y para ser eterno. Convirtamos nuestro barrio en una
biblioteca, que el Perú sea una biblioteca gigantesca, lo es en verdad llena de
gracia y de blasones, del saber que dan las tragedias vividas y que aún
vivimos, pero que las sabemos superar.
Bibliotecas que nos doten de más de visión
y esperanza para una América Latina unida, de la cual la Biblioteca Nacional
del Perú siempre fue y es llama votiva. Este es el homenaje más efectivo en un
día como hoy que está de onomástico en sus 197 años de vida. institucional.
Bibliotecas que como nunca se hacen cada
vez más necesarias, urgentes e inaplazables. Ya que cada vez es más claro que
ellas nos vinculan al bien, a la verdad y a la belleza.
Como también a la naturaleza, a la vida sin
artificios, a la vida natural, sin convenciones ni prejuicios, ni deformaciones
como lo plantean la avalancha de artefactos mecánicos. Puesto que las
bibliotecas son espacios de luz, de flores y de sol; y de todo aquello que es
la maravilla de la vida sobre el planeta tierra.
Y esta, como otras promesas del alma, es la corona y el
honor que le hacemos a una biblioteca legendaria, como es la Biblioteca
Nacional del Perú, en su día.
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