22 DE SEPTIEMBRE
CÉSAR VALLEJO SUSTENTA SU TESIS
EXALTACIÓN
DEL VERBO
Y DEL ALMA
Danilo Sánchez Lihón
Capulí, Vallejo y su Tierra, frente a la casa de César Vallejo en Santiago de Chuco
1. Intenso
y decisivo
El día
de hoy 22 de septiembre del año 2015, se cumple exactamente un siglo de la
sustentación que César Vallejo hiciera, el 22 de septiembre del año 1915, de su
tesis titulada “El romanticismo en la poesía castellana”, acto académico que se
cumpliera en el General de la Universidad de La Libertad, auditorio hoy
conocido como El Paraninfo de la Universidad Nacional de Trujillo.
1915
fue un año particularmente intenso y decisivo para César Vallejo; entre otros
sucesos porque había culminado sus estudios en la Facultad de filosofía y
Letras de la Universidad de La Libertad y se había matriculado en el primer año
de Jurisprudencia.
Asimismo,
porque ya integraba la pléyade de intelectuales a los cuales ahora se los
identifica miembros del “Grupo Norte” de jóvenes provenientes de distintas
partes del norte del Perú que coincidían en concentrarse en Trujillo para
desarrollarse culturalmente realizando diversas actividades artísticas.
También
porque ingresa a trabajar como profesor en el Colegio Nacional San Juan, y a su
vez porque este año, exactamente un mes antes del día de la sustentación de su
tesis, el 22 de agosto, moría intempestivamente su hermano Miguel Ambrosio en
Santiago de Chuco, producto de una neumonía fulminante.
2. Este
hecho
A lo
cual se agrega el logro de la presentación de su tesis para obtener el grado de
Bachiller de la Facultad de Filosofía y Letras, acto solemne al cual asiste
como miembro del jurado el mismo rector de la universidad, Dr. José María
Checa.
Para
entonces César Vallejo es un joven destacado como estudiante, apreciado por sus
compañeros de clases, querido por sus amigos, y muy estimado por sus profesores,
esforzado, animoso y pletórico.
Cumplir
la edad de los 23 años y tener todos estos logros es exultante. y este es un
detalle que no debemos dejar de señalar. Además, porque es muy meritorio el
culminar una carrera y formalizar la obtención del grado académico, hecho que lo
muestra como un ser lo suficientemente juicioso para no posponer de un modo
indefinido el convertirse en profesional, falta en la cual incurren muchos
estudiantes de la universidad que culminan sus estudios sin alcanzar a concretar
su titulación, asunto que no ocurre con César Vallejo.
Esta
constatación es una manifestación de esmero, entereza y exactitud. Es demostrar
que hay que empezar algo para acabarlo, evidencia que nos habla de un
estudiante íntegro, empeñoso y cumplido en sus estudios; ejemplar, serio y
dedicado.
3. Hondura
del ser
El
título de su tesis: “El romanticismo en la poesía castellana”, nos pone a la
vista ostensiblemente tres ejes:
1. El
romanticismo.
2. La
poesía.
3. La
lengua castellana.
Ejes que
resultan fundamentales en la vida y obra de César Vallejo, columnas que son
claves en su desenvolvimiento posterior y que por lo mismo tienen un peso real
y concreto muy grande para mejor ubicar al futuro autor de los “Poemas
humanos”.
Aún
más, diríamos que son tres ejes de su personalidad, su identidad y su destino. Son
tres pilares vertebrales en su carrera y devenir histórico.
Entonces,
lo primero que hay que reconocer en el planteamiento de esta tesis es que nos
sumerge en la hondura del ser y la personalidad de César Vallejo. Y en segundo
lugar que es un acierto para su formación como el poeta que alcanzara a ser
Y de
ese modo de una gravitación fundamental en sus criterios y categorías de valor,
en su paradigma de lo humano y de lo estético, en su sensibilidad de escritor y
en todas y en todas aquellas consideraciones que tenía respecto a obras y
autores, pero también en relación a aspectos determinantes del ser humano.
César Vallejo
4. Destino
como poeta
La
elección del tema del romanticismo ya nos señala en César Vallejo una inquietud
y hasta más: una filiación; porque no era ya un movimiento vigente en su época.
Su
predilección por lo romántico se pone de manifiesto para él en la determinación
del tema, así como en la elaboración de la tesis y en su consecuente sustentación,
instancias en las cuales se corrobora una total identificación suya con dicho
movimiento y que constituye un rasgo digno de resaltar en su personalidad,
porque está eligiendo un tema aparentemente pasadista y ya dejado de lado.
Pero lo
hace obstinadamente porque ser romántico lo liga con los afectos, es creer en
la vida en su dimensión emocional y porque es asumirla con pasión; porque es
empeñarse en hacerla honda y trascendente, que es lo que al final él consigue
hacer.
Porque
el romanticismo es la base de la poesía, es su piedra de toque, es el cimiento
incluso del alma. Es el fundamento de por qué hay arte y por qué hay artistas.
Elegir
el romanticismo como tema es manifestar afinidad con ese espíritu. Es poner la
argamasa de cimiento de su destino como poeta, y la poesía como actitud
idealista frente a la vida.
En el
caso de él es sentir que esa corriente es un caudal importante para su obra
mediante su tesis quiere asimilarla e incorporarla aún más en su ser.
5. Se afana
en urdir
O, ¿si
no, por qué César Vallejo lo eligió como tema para graduarse?
Siendo
que el romanticismo como escuela literaria ya no era un movimiento en boga. En actualidad
estaba el modernismo y el simbolismo, corrientes que él de alguna manera también
explora, las cultiva y las practica.
Pero él
elige el romanticismo y esa elección hay que verla, sentirla y reconocerla como
una declaración obstinada de predilección, de sintonía y de un voto de adhesión
a favor de algo que no tiene los relumbres de lo novedoso e impactante sino tal
vez de lo estable y permanente.
Y hasta
nos revela su filiación y el fondo de su ser, que luego la reconocemos en sus
poemas de índole intimista, confesional, y plenos de sentimientos.
En el
fondo él sentía esa vibración interior, el hálito de todo aquello que pareciera
encontrar sus claves en regiones del misterio y de la emoción exacerbada, para
lo cual le interesaba ahondar en esa savia, en ese sustrato y en el torrente de
ese caudal.
que
indudablemente lo consideraba fundamental no como moda sino como sustento de
valor inalterable para la obra literaria que él a partir de este momento se
afana en urdir e ir consolidando de manera paulatina.
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