16
DE OCTUBRE
DÍA MUNDIAL
DE LA ALIMENTACIÓN
FABLA
DE
GESTA
PARLA
DE CIRO HURTADO
MAESTRO
Y GEÓGRAFO
Danilo
Sánchez Lihón
La feria. Pintura de Josué Sánchez
1.
La maravilla
de alimentarnos es fundamental
para la vida, y
motivo de deleite y regocijo. ¿No
es genial?
A lo cual hay que añadir el arte
de alimentarnos
bien y con los productos de aquí
¡Y les diré
algo! que fueron salpinos, gente
sencilla,
común y corriente, perteneciente
a la provincia
de Salpo, situada en la serranía
de La Libertad
los primeros en anunciar el grito
de reivindicación
de los alimentos nativos, cuando
por el año 1937
hicieron campaña de valorización
de la quinua.
Yendo incluso mucho más lejos:
al instituir una
dieta alimenticia capital en base
a nuestros
productos originarios, predicando
por vez primera
el valor de los recursos naturales
del antiguo Perú,
relacionado a las maravillas que
aquí se hicieron
en todo orden de cosas y se lo ve
en el triunfo y
la alborada de nuestros gloriosos
antepasados.
Planta de la quinua
2.
Es más, fueron
ellos quienes abrieron una tienda
a cargo
de Fortunato Quispe, en el distrito
de La Victoria
e hicieron un pan mezclando 30%
de quinua
a la harina de trigo, y que resultó
delicioso.
¡Es increíble! La luz del sol unida al
agua, y
a la tierra, haciendo que la semilla
brote,
la planta crezca, eche flor y de allí
nazca el fruto!
El valor nutritivo de aquel pan era
extraordinario
Resultó curioso: al cabo de pocos
años
los niños de aquel entorno, habían
ingresado
en gran número a la Universidad
Nacional
Mayor de San Marcos. ¡Y todos
ellos
fueron espléndidos profesionales!
Porque,
¿de qué depende la inteligencia?
¿Y el desarrollo?
¿Qué factor creemos que decreta
el gozo y la alegría,
o bien la iniciativa, el entusiasmo
y la eficacia?
3.
Todo
depende de alimentarse bien. Es
lo básico. Y
aquí tenemos para alimentarnos
de manera
espléndida, cultivando lo nuestro,
los productos
nativos, que son los mejores del
mundo:
la cañigua, la quihuicha, el olluco.
Porque,
si no, ¿gracias a qué se construyó
Sacsayhuamán
Ollantaytambo y el excelso Machu
Picchu?
Cerca no hay canteras de piedras,
que tuvieron
que encaminarlas desde lejos ¿Y
los portentos
que alcanzaron en cada expresión
del saber? Y todo
¿gracias a qué? ¡A que comían
bien! Porque
de lo que nutre la semilla da la flor
y la abeja
se embellece. Y nos da el polen y
la miel.
Donde los sabores, las texturas y
los aromas
cuentan. ¡Y los colores y matices
de que se visten
los alimentos terrestres. Ni se diga
¡de las frutas!
De colores y matices
4.
Y es que
nuestra cultura es la más grande
jamás
concebida en el universo. Donde
el hombre
era un ser pensante, trabajador
y creativo.
Había una filosofía práctica acerca
de la existencia,
cuyo fin era ayudar al buen vivir,
exaltar
la virtud y todo aquello que fuera.
bueno. Nada
de aquel pensamiento era teórico,
ni abstracto,
ni pura elucubración. Y se forjó así
una gran
organización: el ayllu, donde el eje
y centro de todo
es la familia, la cual se va uniendo,
separando
y reproduciéndose en otros ayllus
donde
todo se hacía de manera colectiva
y fraternal.
Donde el bien y todo lo inherente
a él como es
la ternura y el candor, la belleza y
la verdad
asoman y se hacen presentes por
ser inherentes.
Donde la belleza y la verdad asoman
5.
Donde
se cultivaba el saludo, la gratitud
y el reconocimiento.
El halago era pan diario del trato
de los seres
humanos. Se mostraban siempre
finos,
gentiles y expresivos. Se aprendía
en la savia
de las costumbres y tradiciones, ¡a
ser! ¡A
convivir, y construir! ¡A estar bien
informados!
El hombre era un ser respetuoso
de todo
lo existente, desde una mariposa
hasta
de una piedra. Donde ver un ave
en la rama era
razón y motivo de complacencia,
y no de matarla, y
contemplar una rana en el arroyo
ocasión
de escucharla croar. Donde había
vida, salud,
bienestar, y una gran longevidad.
Donde
se nombraba a las personas con
nombres
que resaltaban sus cualidades y
valores.
Niños que reciben al Capulí. Foto: Ruben Lettieri
6.
Entonces,
¿se imaginan escuchar que nos
llaman
brillantes, valerosos, honestos o
espléndidos?
Porque: ¿qué significan Quispe,
Huaman,
o Chasca? O ser llamadas Cusi
Coyllur
o Imac Sumac Que son estrella
del amanecer. O
sencillamente: ¡qué bella! ¡Qué
hermosa!
Mirar el mundo con el asombro
magnificencia y
plenitud que merecen por todo
lo que él tiene.
Por la maravilla y esplendidez
que él posee.
Porque lo que nutre y alimenta
también
es el cariño, como igualmente
una vida
de armonía, el estar contentos.
Tener una relación
sana con los demás seres del
universo,
el goce con la naturaleza como
las expresiones
de ternura, afecto y solidaridad.
Ciro Hurtado, segundo de la fila, profesor Emérito UNMSM
7.
Nutre
y alimenta contemplar extasiados
el vuelo del
colibrí, el deslizarse acompasado
de la oruga,
el abrazo entrañable con el árbol
y la piedra.
En la cima de la colina contemplar
extasiados
el amanecer. ¿Por qué creen que
los andinos
hacían sus ciudades en las cimas
de las montañas?
¡Para mirar cada día el amanecer
como algo que
no se podía perder. O a la neblina
subir y enredarse
en los bosques. Al plenilunio salir
y bogar. Porque
nutre y sustenta una vida sin penas
ni codicias,
mentiras, falsedades ni traiciones
Lo bueno en lo físico
y espiritual, en lo tangible y moral.
Y el poder
mirar sin culpas ni remordimientos
las estrellas.
Nutrirse de lo bueno es también
hacer
el bien sobre la faz de la tierra. Y
alimentarse
bien.
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