lunes, 28 de octubre de 2019

28 de octubre. El sol brilla en el patio rodeado de geranios. Yo te canto primavera.


28 DE OCTUBRE
EL SOL BRILLA EN EL PATIO
RODEADO DE GERANIOS


YO
TE CANTO
PRIMAVERA


Danilo Sánchez Lihón  






“Quien canta
reza
dos veces”
San Agustín


1. A ti volver
anhelo

En mi escuela, en su patio rodeado de geranios, rosas y claveles, festoneado por el borde de los tejados que recortan el azul del cielo, donde bogan las nubes blancas, entonando canciones, cada uno de nosotros trazamos nuestro destino, llenos de coraje, de arrojo y de valor.
Durante todo el año no pasó un solo día en que dejáramos de cantar, a la primera hora de formación en las mañanas con el sol radiante iluminando el mundo de afuera y todos os mundos del interior del alma humana.
Y más que cualquiera otra enseñanza yo siento que ha quedado en mi alma el abrigo y la inspiración de las canciones que entonamos juntos, con mis compañeros, en el patio de mi escuela, donde nos desgañitamos cantando:
Hogar de mis recuerdos
a ti volver anhelo
no hay sitio bajo el cielo
más dulce que el hogar.
De donde me ha quedado la noción de que primavera es cantar. Que el ser humano canta cuando están naciendo flores en el fondo de su ser. Y que el cantar mismo es llenar la vida de botones de rosas, de azucenas y claveles.


2. Esencial
amar

Y no solo eso, sino que es allí, al cantar, que el ser humano encuentra la hebra y el ovillo de su propio destino
Porque es allí, en esa circunstancia de entonar una canción que el niño grita con profunda convicción su anhelo de luchar con entereza por lo cierto y por lo bueno.
Es allí que promete, sin que él mismo lo sepa, trazar su propio camino con grandeza, y forjar un destino mejor para sí mismo y para todos sus semejantes sobre la faz de la tierra.
Porque es allí que entresaca de lo más intrincado y herido el heroísmo para adherirse a la causa del bien común con total sacrificio.
Es con las canciones que hemos de tener verdaderas primaveras, y es con ellas que hemos de conformar personalidades enterizas, firmes y generosas.
Señalamos pues algo simple como sumamente valioso en la educación, muy al alcance de los maestros: las canciones escolares vinculadas al mundo de la niñez y de la escuela.



3. En sus ramas
las abejas


De la escuela, de la cual casi siempre nos olvidamos frente a tanto espectáculo que nos endilga el mundo contemporáneo.
La escuela doméstica y casera, que no pareciera ser decisiva de los grandes asuntos de las naciones, pero en donde se criba el verdadero presente y el más contundente futuro.
La escuela pequeñita, mansa y hasta destartalada, pero que exorcizaron para siempre las canciones elevándola por el aire.
En donde desde entonces se criba todo, incluso en donde se decide lo trascendente de nuestras vidas, que ocurre cuando allí se canta.
De eso estoy seguro. Y en esto de algún modo está la clave para que los niños de hoy sean grandes mañana. Como dice la canción:
A su sombra las ovejas
se congregan en tropel
en sus ramas las abejas
cuelgan panales de miel.



4. Educación
en valores

Porque a través de las canciones no solo se enseñan valores cotidianos, sino que se inculcan en los niños emociones de vigencia perdurable como el heroísmo.
Hecho que puede parecer incluso riesgoso alentarlo, mirado desde la perspectiva de la educación contemporánea tan proteccionista y defensora de facilismos y comodidades.
Pero en la educación es esencial infundir el amor en todos los órdenes y hasta el sacrificio, consagrando la vida a cumplir con lo que son los deberes, ideales y hasta utopías.
Siendo con las canciones que el idealismo se queda para siempre vivo y contenido en el fondo del alma.
Ellas nos impulsan a ser héroes, a la vergüenza de morir por el servicio a los demás, lo cual es la herencia más valiosa que un hombre puede pretender albergar como realización de vida en este breve espacio de luz que se nos ha concedido con la maravilla de saborear en este brevísimo fragmento, ¡la vida!



5. Marchando
a la lid

¿Tenían conciencia de lo que hacían nuestros maestros y padres?, porque a ellos corresponde la grandeza de habérnoslo inculcado.
Herencia que nos viene del prodigioso mundo andino que su manera de orar y agradecer era cantando y bailando ante los amaneceres, las cascadas, el brotar de las siembras, la aparición del arco iris y el espejear de las nieves eternas.
En las canciones está viva la posibilidad de que volvamos a hacer la educación en valores, en este tiempo en que la sociedad pareciera un barco que naufraga en la deriva. Lo sé porque enfilados en el patio somos otros cuando empezamos a cantar:
Abrid ancho paso
las palmas batir,
que va el Centro Viejo
marchando a la lid.
Educación en valores, que mucho necesita la sociedad actual, a cuyo respecto una solución simple de cómo incentivarlos es haciendo cantar a nuestra población, mucho mejor con letras que los inculquen, incentiven y orienten por la senda del bien común, del altruismo y el servicio a los demás.


6. La dicha
que es vivir

Al recordar las canciones de mi infancia y ver cómo aludían a la primavera, al sol brillando en las espigas, a las flores, a los arroyos cristalinos he pensado si no estará allí la clave para fortalecer un alma luminosa y solar en los niños que fueron y hoy luchan a brazo partido sin doblegarse y sosteniendo los más altos valores humanos.
Porque son esas canciones que nos ligan a la naturaleza, resaltando de ella su hermosura y esplendor, animando al trabajo jubiloso, con alegría y desprendimiento, las que nos dan paso a la solidaridad y al amor a todo lo creado.
Porque aparentemente con el ropaje de lo sencillo e ingenuo se trasmite en el fondo una honda, recia y refulgente sabiduría de la vida. Así balanceábamos nuestros cuerpos para que graficaran la ternura de una canción como esta:
Dos amantes palomitas
penan, suspiran y lloran
y en viejos árboles moran
a solas con su dolor.
Hay en ellas una elección de belleza, de los dones prodigiosos de la vida, de la dicha que es vivir entre hermanos, padres y seres queridos que al final es la verdad más verdad que todas las verdades, como lo saben los animales y las plantas, y cómo lo predica con su ejemplo la naturaleza en general.


7. Cara
al sol

En las canciones es que podemos encontrar explicación a qué es aquello que sustenta el espíritu andino y que lo hace fuerte ante las adversidades, tierno incluso en los momentos abruptos y en los trances amargos.
Y sería bueno reavivar las canciones de los fogones de las casas nativas, aparentemente apagados pero que encierran una chispa viva en el fondo de nuestros espíritus.
Porque, es en la canción de la infancia en donde está la base de todo el sustento emocional y espiritual posterior de las personas.
Ellas son el cimiento de nuestra identidad, mucho más si las hemos cantado cara al sol, con el pecho rebosante y henchido de entusiasmo, entrecerrada la mirada como lo tienen quienes van a dar el salto que los remonte a grandes alturas y distancias; y hacia la eternidad. Así:
¡Oh sol! ¡Oh sol!
Oh nuestro padre el sol
tu luz, tu luz
tu luz nos cubre ya.

Foto 1
Jaime Sánchez Lihón



Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente

dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com

Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es

  *****
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:


*****

Teléfonos:
393-5196 / 99773-9575

Si no desea seguir recibiendo estos envíos
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.



No hay comentarios:

Publicar un comentario