26 DE
NOVIEMBRE
POR UNA CULTURA
DEL
RECONOCIMIENTO Y LA GRATITUD
EL MAL
QUE NO EMPAÑE
AL BIEN
Danilo Sánchez
Lihón
Capulí, Vallejo
y su Tierra en su
actividad del
día domingo 24 de noviembre
del año, 2019, distinguió con el laurel, “Sol
Vallejo”, a 7 personalidades,
quienes son:
MIGUEL
ECHANDÍA
NARDA GARCÍA
FILBERTO
MARCO MARTOS
CARRERA
ÚRSULA
MENDOZA LEÓN
ROSA MORALES
GARCÍA
MARITZA
OLÓRTEGUI
JUAN VILLENA ZÁRATE
Lo hacemos bajo
los siguientes principios
y alentados por
la siguiente moral e ideario:
1. Siempre
abiertos
al bien común
Capulí, Vallejo y su Tierra en sus
Telúricas de Mayo, como de manera continua, en las actividades que realiza
durante todo el año, incentiva a sus miembros a rendir homenaje a los hombres y mujeres que son ejemplo de honradez, de veracidad y de coraje; que
son baluartes de virtudes acrisoladas en sus pueblos de origen, sea sobre todo
por su honestidad y moral incorruptibles; sea por su convicción y arrojo; sea
por ser pertinaces y consecuentes en la realización de sus ideales en bien de
la población.
Y todo esto inspirados en la vida y
obra de César Vallejo, el poeta de la solidaridad y fraternidad humana, quien
no persiguió ni el bienestar personal ni el éxito pecuniario, sino que se hizo
universal luchando por un mundo de justicia y hermandad, sintiendo y sabiendo entonces
que al hacerlo también cumplimos con él, honrando a los hombres de bien de
nuestros pueblos como una labor sacrosanta.
Porque al constatar la impunidad y
cómo se negocia los votos, y se compran decisiones, nos hacen perder la visión
de que no todo es corrupción, ni dineros mal habidos, ni cuentas ocultas, pagos
secretos y favores inconfesados, deformación que ocurre porque siempre miramos
más a los corruptos y delincuentes, poniendo énfasis en ellos, no exaltando a
los buenos y honestos, y viéndolos más nos olvidamos de los probos, cuando lo
que más necesitamos es referentes de quienes fueron valerosos.
2. Clavada
en el alma
Nuestro esfuerzo en este sentido ha
de constituirse en una cruzada patriótica y pedagógica, cívica y ética a la
vez.
Y de estrategia en función del
desarrollo de nuestros pueblos, en cuanto así forjamos y cimentamos para todos identidad
y autoestima liberadoras.
Todo este programa de acción se
enmarca en una línea de trabajo de nuestro movimiento cultural, cuál es: la defensa
de nuestro patrimonio cívico.
Porque el mejor legado y herencia
son nuestros sabios, patriarcas, nuestros maestros incólumes, fervorosos,
creyentes en las posibilidades de que podemos hacer nuevamente la grandeza del
Perú.
Maestros de fe, que son aquellos que
convierten limitaciones y adversidades en grandes oportunidades.
Maestros de ideales que no se dejan
arredrar por adversidades y desventajas, sino que tienen clavada en el alma la
misión que han venido a cumplir sobre la tierra.
3. Tienes
aquí
Aprendiendo de aquellos que miran lo
bueno, lo positivo, lo edificante por mínimo que sea y lo convierten en bien
social. De aquellos que son contumaces en defender el bien común, y a la vez
son fanáticos de la esperanza.
De aquellos que en los demás no
siembran dudas; ni desconcierto, ni desmoralización, respecto a nuestras
posibilidades de alcanzar aquí y ahora nuestra plena realización humana y una
sociedad moralmente sana.
Que son íntegros en su conducta y
convencidos del triunfo y de la victoria final.
Aprendamos de aquellos que, aunque
el mundo parecía sumido en lodo y miseria humana por todo lado, siguen de pie,
incólumes, defendiendo valores y persuadidos de que sí podemos vencer.
¡Porque necesitamos triunfos! Y tú,
cualquiera sea tu posición intelectual o manual, es importante que reconozcas
dónde lo hay.
Siendo conscientes y sabiendo que tienes
aquí el ámbito y el lugar para realizar esta obra de rendir homenaje, agradecer
y rescatar la obra valiosa de quienes aquí y ahora encarnan virtudes, y no solo
fueron norma y actitud en nuestros antepasados.
4. Tierras
fecundas
Esas vetas de oro puro lamentablemente
dejamos que se vayan muy al fondo y hasta desaparezcan de nuestra vista. Pero en
algún lugar pervive alguna evidencia de estos diamantes o piedras preciosas que
son y existen.
Tienes el espacio en Capulí, Vallejo
y su Tierra para realizar esta labor de reconocimiento, de autodefensa
nacional, de construcción urgente e inaplazable, de vida y muerte diría yo, por
la amenaza que se cierne sobre nuestras frentes.
Porque nuestra generación no puede
quedar enterrada bajo lodo, polvo y ceniza; bajo inmundicia y detritus que nos
llega por muchos medios y canales que lo único que difunden es crímenes,
delincuencia y desgracias, principalmente de los mal llamados medios de
comunicación y que son meras empresas de negocios.
Tenemos que sacar a flor a estos
manantiales de luz y nobleza, a estos monumentos del bien, a estas nieves
eternas de lo que es la grandeza del Perú.
A estas cimas inmarcesibles,
atalayas, alminares o miradores, que son las torres altas que se levantan en
las llanuras para avizorar tierras fecundas por donde se acercan las lluvias
que fertilizan los retoños nuevos que la tierra nos prodiga.
5. Están
cerca
Cada uno de nosotros sabe quiénes
son esos personajes: En primer lugar, son las personas que tenemos al lado
nuestro ¡y en casa! Y que son ¡nuestros propios padres, abuelos y familiares!
Son nuestros tíos y hermanos
queridos. Que no nos damos cuenta acerca de sus denuedos y sacrificios, de sus
alcances y sus proezas. De su grandeza y de sus apuestas a favor de la vida.
No nos hemos detenido a meditar que
personifican ideales, encarnan una posición, una mirada propia y nueva acerca
de la realidad; que representan metas a alcanzar.
¡Son aquellos mayores que nos han
enseñado tanto! Que han logrado convertir escaseces en terrenos pródigos y sin
deponer principios ni valores. Y que no están lejos, no son de otro mundo la
gente admirable; ni de otra raza, ni de otros climas ni confines.
No hablan idiomas extraños para
nosotros. Al contrario, están aquí, cerca, y no hay que ir a buscarlos afuera
sino dentro de nosotros mismos, en nuestra alma y en nuestros más claros
sentimientos y en nuestro más recóndito cariño.
6. Ejemplos
de valor
Esos personajes están aquí, al lado
nuestro. También en nuestros sueños más vibrantes. Pero que, a veces,
permanecen debajo de una capa de hierba silvestre que oculta sus cunas o sus
casas. Y frecuentemente, en quienes ya han muerto, sus tumbas tutelares.
Rescatemos a estos pozos de dicha suprema.
No los olvidemos ni pasemos de largo
en donde están ellos, o por donde hay vestigios de sus pasos, sin hacerles una
reverencia y ojalá dedicándoles la mayor atención a sus vidas y a sus obras.
Y no podemos morir todavía, sin
haberlos honrado. En realidad, a nosotros se nos está prohibido morir. Nosotros
no podemos morir, si es que no hemos cumplido con este compromiso.
No podemos morir si es que los que
lucharon en Angamos y en Arica, o en la Defensa de Lima, o en Huamachuco, nos
han dejado un encargo de nobleza suprema, de sacrificio e inmolación sacrosanta,
puesto que tenemos deberes sagrados qué cumplir qué cumplir.
No podemos morir si tenemos a Grau,
Bolognesi, Ugarte, Leoncio Prado, y Cáceres. Y a tantos ejemplos de valor y
heroísmo sin límites. Como también sabiendo que tenemos asuntos pendientes por
resolver.
7. Dentro
y fuera
Nosotros no podemos morir, ni
fallar, ni descansar, ni siquiera dormir, por el encargo de honor que ellos nos
han hecho al ofrendarnos sus vidas.
¿Cuál es ese encargo? Hacer grande
al Perú, hacerlo un país digno, hermoso, pleno de esperanza.
Hacer que aquí el bien sea aquello
que encontramos a todo paso, dentro y fuera de las casas, dentro y fuera de los
centros laborales, dentro y fuera de nuestras mentes y corazones.
Y dar concreción a esa frase
luminosa de aquel héroe que entregó su vida en el río Madre de Dios, frente a
Puerto Maldonado, y nosotros incrustarla en el fondo del alma para decir estos
versos cada día que amanece:
“Porque mi patria es hermosa
como una espada en el aire
yo lucho y la defiendo con mi vida”.
Porque valorar a ciudadanos
ejemplares, a hombres acrisolados y a personajes que están dejando una huella
de conducta intachable, es vital. Siempre abiertos al bien común y siempre
manteniendo un código de conducta que lo hacen paradigmas para las nuevas
generaciones. ¡Viva el Perú!
Los textos anteriores pueden ser
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