16 DE DICIEMBRE
¿QUE
ES LA POESÍA?
ES LA VIDA
QUE SURGE
Y SE EMPINA
Danilo
Sánchez Lihón
"Poesía
no dice nada
poesía
se está callada
escuchando su propia voz".
Martín Adán
1. Tenue
esperanza
¿Cuál es la
esencia de la poesía?
¡La vida! Y cómo
ella aflora y se pierde. Como se hace evidente ¡y ausente! De cómo a la vez es
tangible y se esconde. Se hace secreta y desaparece, por un tiempo o para
siempre.
¡La vida! Y el
rastro que ella deja en el suelo. O que cava en el mar. En la roca o en la
arena. En una gota de agua o rocío. Y que duele en el fondo del ser y del alma.
¡La vida!, que
está fija o que tiembla en la memoria de una casa y de un pueblo. La vida que
se lleva a cuestas. Como el caracol su casa o su hueso. Su piel o su entraña. Su
errancia o su morada. ¡Y su huella alucinada! Tenue o bien marcada en la piedra
o en la lava. En lo que acaba, o en la semilla que comienza.
La vida que
dobla su rodilla ante el amor. Que se eleva y hunde. Como las muchas cometas
que vuelan, y después se pliegan. Quedando enredadas en un cordel o pasmadas en
una torre. O destripadas en una cornisa. O que simplemente perdí.
¡La vida!,
cuando manoteamos a tientas una leve esperanza en las sombras que nos
envuelven. También cuando caemos a ciegas.
2. La poesía
es destino
¡La vida
imprevista y la otra rutinaria!
Como cuando de
repente subimos a un ómnibus, indiferentes, desprevenidos y en sosiego.
Con un periódico
bajo el brazo. Haciendo nuestros cálculos pequeños, comunes y corrientes.
Y, ¡oh prodigio!
Allí está ella. La encontramos, aunque a veces indiferente.
Pero, eso sí,
bella siempre. Erguida en un asiento, indescriptiblemente hermosa.
Quien se deja
admirar, se deja adorar imperturbable.
El cielo nublado
entonces se ilumina. Como nuestra ropa gris se incendia, y nuestras ojeras
lastimadas se tornan radiantes. Y halla sentido todo al encontrarla. Aquí, en
la vida misma, sencilla y a la vez inabarcable.
Que no se la
detiene con ningún gesto, salvo con un inmenso abrazo de renuncia, desasido y
de despedida. Y con acendrado cariño.
Donde la poesía
es destino, consagración y sobre todo honda consumación.
3. Y no hay
nadie
Cuando todo da
vueltas a nuestro lado. Alrededor todo amaga y sucumben cielos y tierra.
Cuando sentimos
pasos que se acercan en la noche. Y suspendemos el aliento, pensando:
– ¡Es ella que
vuelve! (O que recién viene).
Cuando sentimos
que se mueven cosas de la sala en la casa abandonada. Una llave que gira, sin
una mano que intenta abrir una puerta.
Cuando sentimos
pasos de un niño sin nacer en la escalera. Y miramos el postigo esperando que
alguien entre.
Y no hay nadie,
todo está ausente. Y todo es vacío. Y crees sentir un suspiro y una queja a lo
largo del pasillo. O aquí, en la habitación en donde escribes.
Y suponemos que
somos nosotros quienes ya hemos de estar muertos.
Y penamos
asombrados.
Es la vida
jubilosa y afligida. La vida que no tiene razón, asidero ni aparente motivo.
4. Tan casta
y ensimismada
La vida con
hechos a los cuales le han brotado raíces y alas. Pero la vida siempre, que
configura y desconfigura sueños. Que duelen, sangran y difieren de la vida
misma.
La vida por la
cual brindo contigo, ¡oh poesía! En estas páginas estremecidas y a la vez
desoladas. La vida que convierte a cada ser en totalidad y a cada totalidad en
nimia y nueva jornada. Y, a veces, en
nada.
Poesía que es el
camino más largo para conquistar el corazón de una muchacha, pero el más
duradero al punto de la fatalidad. En tal caso mejor es ponerse burdo,
detenerse ante ella y expresarle directamente que uno la quiere para morir con
ella.
Poesía es la
piedra de fe de lo eterno. Lo que estuvo al principio y lo que estará al final.
Es la nómina
enardecida y trémula de ciertas cosas. Es la vida en flor, en pureza, tan casta
y ensimismada. Y a la vez tan envilecida.
Poesía es la
mesa de un café en una esquina. La proa de una nave en una tormenta.
Es una ventana
abierta hacia dentro de ti y hacia afuera del universo. Es la vida que muere y
se acaba.
5. Cuando
se corta un hilo
Poesía es la
vida cuando a veces toma un curso diferente, sin ser ello la muerte. ¡Cuándo en
ella todo es exacto! Cuando las aguas han ido y han venido, abriendo otra
riada, abriendo otra compuerta. ¡Y que era lo único imposible!
Pero que eso
sucede. Y esto ocurre de manera irreparable: una calle diferente, un auto inesperado.
Una voz en el
oído que no era la de siempre. Cuando se desvía y se esconde una mirada.
Cuando algo
pasa, ocurre o sucede. Y es el origen de todo lo creado.
Cuando hay otro
paisaje, otro mundo, otra perspectiva de las cosas y las calles. ¡Eso es la
poesía!
La vida cuando
se corta el hilo que la sostiene. Cuando se voltea un vaso de agua, como se
voltea una esquina, siendo que la dirección iba recta; cuando se quiebra algo
en el fondo del alma.
La vida que
consuma el prodigio que ella misma aletee en unos versos. Y que hace que las
páginas de los libros que la contienen se amarillen y deshojen. Allí pervivirá
agitada y temblorosa, eternamente ella.
6. La vida
buena y sencilla
La esencia de la
poesía es la vida tan evidente y, sin embargo, tan transparente, tenue e
incierta. Tan misteriosa e indecisa. ¡Y, a veces, inerme!
La vida tangible
que es excelsa pero que se cuela por los dedos y se nos va de las manos.
Que por más que
la enaltecemos un día se desmorona y se pierde para siempre.
La vida que es
bella, extraordinaria y maravillosa. Así como es pobre, mísera y desolada.
Atroz cuando el
abandono y el mal se enseñorean de ella.
La vida tan
distinta en un niño que nace. Y en alguien que rueda al pavimento fulminado por
el relámpago de su propia hoguera.
La vida buena y
sencilla. Como la otra medrosa en el espanto de quien ya nada espera.
La vida que
aletea en unos versos que yacen en unas páginas olvidadas. Y la vida que divaga
libre e imperturbable.
7. Es lo posible
en lo imposible
¡Pero es tan
breve y tan largo a la vez el instante que dura el vivir!
¡Es tan luz y es
tan sombra total e irreversible! ¡Y tan hondo y estremecedor el olvido!
El hombre tiene
cariños. ¡Y tiene puntos claves de dolor! El hombre tiene tinos y desatinos.
La poesía es en
realidad una gran plenitud y una gran orfandad.
Es la pena más
abismal que hay en lo mejor. Es el inicio de la fiesta. Es lo más intenso de la
tristeza y alegría.
Es lo posible en
lo imposible. El cuchillo que corta silencioso unas venas que daban vida a todo.
La estupefacción
de la vida hecha portento en una mujer que se mira pasar por la pasarela de un
puente.
Quien mira con
unos ojos que han decidido arrojarse hacia abajo a las aguas que fluyen
heladas.
Poesía es la
vida amenazada, la vida rota en pedazos. La vida que surge y se empina, hecha
ilusión y colmada de tenue esperanza.
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