lunes, 16 de diciembre de 2019

16 de diciembre. ¿Qué es la poesía? Es la vida que surge y se empina.


16 DE DICIEMBRE
¿QUE ES LA POESÍA?

ES LA VIDA
QUE SURGE
Y SE EMPINA


Danilo Sánchez Lihón




"Poesía no dice nada
poesía se está callada
escuchando su propia voz".
Martín Adán


1. Tenue
esperanza

¿Cuál es la esencia de la poesía?
¡La vida! Y cómo ella aflora y se pierde. Como se hace evidente ¡y ausente! De cómo a la vez es tangible y se esconde. Se hace secreta y desaparece, por un tiempo o para siempre.
¡La vida! Y el rastro que ella deja en el suelo. O que cava en el mar. En la roca o en la arena. En una gota de agua o rocío. Y que duele en el fondo del ser y del alma.
¡La vida!, que está fija o que tiembla en la memoria de una casa y de un pueblo. La vida que se lleva a cuestas. Como el caracol su casa o su hueso. Su piel o su entraña. Su errancia o su morada. ¡Y su huella alucinada! Tenue o bien marcada en la piedra o en la lava. En lo que acaba, o en la semilla que comienza.
La vida que dobla su rodilla ante el amor. Que se eleva y hunde. Como las muchas cometas que vuelan, y después se pliegan. Quedando enredadas en un cordel o pasmadas en una torre. O destripadas en una cornisa. O que simplemente perdí.
¡La vida!, cuando manoteamos a tientas una leve esperanza en las sombras que nos envuelven. También cuando caemos a ciegas.

2. La poesía
es destino

¡La vida imprevista y la otra rutinaria!
Como cuando de repente subimos a un ómnibus, indiferentes, desprevenidos y en sosiego.
Con un periódico bajo el brazo. Haciendo nuestros cálculos pequeños, comunes y corrientes.
Y, ¡oh prodigio! Allí está ella. La encontramos, aunque a veces indiferente.
Pero, eso sí, bella siempre. Erguida en un asiento, indescriptiblemente hermosa.
Quien se deja admirar, se deja adorar imperturbable.
El cielo nublado entonces se ilumina. Como nuestra ropa gris se incendia, y nuestras ojeras lastimadas se tornan radiantes. Y halla sentido todo al encontrarla. Aquí, en la vida misma, sencilla y a la vez inabarcable.
Que no se la detiene con ningún gesto, salvo con un inmenso abrazo de renuncia, desasido y de despedida. Y con acendrado cariño.
Donde la poesía es destino, consagración y sobre todo honda consumación.


3. Y no hay
nadie

Cuando todo da vueltas a nuestro lado. Alrededor todo amaga y sucumben cielos y tierra.
Cuando sentimos pasos que se acercan en la noche. Y suspendemos el aliento, pensando:
– ¡Es ella que vuelve! (O que recién viene).
Cuando sentimos que se mueven cosas de la sala en la casa abandonada. Una llave que gira, sin una mano que intenta abrir una puerta.
Cuando sentimos pasos de un niño sin nacer en la escalera. Y miramos el postigo esperando que alguien entre.
Y no hay nadie, todo está ausente. Y todo es vacío. Y crees sentir un suspiro y una queja a lo largo del pasillo. O aquí, en la habitación en donde escribes.
Y suponemos que somos nosotros quienes ya hemos de estar muertos.
Y penamos asombrados.
Es la vida jubilosa y afligida. La vida que no tiene razón, asidero ni aparente motivo.

4. Tan casta
y ensimismada

La vida con hechos a los cuales le han brotado raíces y alas. Pero la vida siempre, que configura y desconfigura sueños. Que duelen, sangran y difieren de la vida misma.
La vida por la cual brindo contigo, ¡oh poesía! En estas páginas estremecidas y a la vez desoladas. La vida que convierte a cada ser en totalidad y a cada totalidad en nimia y nueva jornada.  Y, a veces, en nada.
Poesía que es el camino más largo para conquistar el corazón de una muchacha, pero el más duradero al punto de la fatalidad. En tal caso mejor es ponerse burdo, detenerse ante ella y expresarle directamente que uno la quiere para morir con ella.
Poesía es la piedra de fe de lo eterno. Lo que estuvo al principio y lo que estará al final.
Es la nómina enardecida y trémula de ciertas cosas. Es la vida en flor, en pureza, tan casta y ensimismada. Y a la vez tan envilecida.
Poesía es la mesa de un café en una esquina. La proa de una nave en una tormenta.
Es una ventana abierta hacia dentro de ti y hacia afuera del universo. Es la vida que muere y se acaba.



5. Cuando
se corta un hilo

Poesía es la vida cuando a veces toma un curso diferente, sin ser ello la muerte. ¡Cuándo en ella todo es exacto! Cuando las aguas han ido y han venido, abriendo otra riada, abriendo otra compuerta. ¡Y que era lo único imposible!
Pero que eso sucede. Y esto ocurre de manera irreparable: una calle diferente, un auto inesperado.
Una voz en el oído que no era la de siempre. Cuando se desvía y se esconde una mirada.
Cuando algo pasa, ocurre o sucede. Y es el origen de todo lo creado.
Cuando hay otro paisaje, otro mundo, otra perspectiva de las cosas y las calles. ¡Eso es la poesía!
La vida cuando se corta el hilo que la sostiene. Cuando se voltea un vaso de agua, como se voltea una esquina, siendo que la dirección iba recta; cuando se quiebra algo en el fondo del alma.
La vida que consuma el prodigio que ella misma aletee en unos versos. Y que hace que las páginas de los libros que la contienen se amarillen y deshojen. Allí pervivirá agitada y temblorosa, eternamente ella.

6. La vida
buena y sencilla

La esencia de la poesía es la vida tan evidente y, sin embargo, tan transparente, tenue e incierta. Tan misteriosa e indecisa. ¡Y, a veces, inerme!
La vida tangible que es excelsa pero que se cuela por los dedos y se nos va de las manos.
Que por más que la enaltecemos un día se desmorona y se pierde para siempre.
La vida que es bella, extraordinaria y maravillosa. Así como es pobre, mísera y desolada.
Atroz cuando el abandono y el mal se enseñorean de ella.
La vida tan distinta en un niño que nace. Y en alguien que rueda al pavimento fulminado por el relámpago de su propia hoguera.
La vida buena y sencilla. Como la otra medrosa en el espanto de quien ya nada espera.
La vida que aletea en unos versos que yacen en unas páginas olvidadas. Y la vida que divaga libre e imperturbable.



7. Es lo posible
en lo imposible

¡Pero es tan breve y tan largo a la vez el instante que dura el vivir!
¡Es tan luz y es tan sombra total e irreversible! ¡Y tan hondo y estremecedor el olvido!
El hombre tiene cariños. ¡Y tiene puntos claves de dolor! El hombre tiene tinos y desatinos.
La poesía es en realidad una gran plenitud y una gran orfandad.
Es la pena más abismal que hay en lo mejor. Es el inicio de la fiesta. Es lo más intenso de la tristeza y alegría.
Es lo posible en lo imposible. El cuchillo que corta silencioso unas venas que daban vida a todo.
La estupefacción de la vida hecha portento en una mujer que se mira pasar por la pasarela de un puente.
Quien mira con unos ojos que han decidido arrojarse hacia abajo a las aguas que fluyen heladas.
Poesía es la vida amenazada, la vida rota en pedazos. La vida que surge y se empina, hecha ilusión y colmada de tenue esperanza.


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