12 DE ENERO
NACE CHARLES PERRAULT
CUENTOS
QUE SON
DEL PUEBLO
Danilo Sánchez Lihón
El gato con botas
1. Y por eso
entrañables
Charles Perrault no creó
los ocho cuentos para niños que conforman su famoso libro conocido como
“Historias y cuentos del pasado”, o “Los cuentos de la mamá ganso”.
Entre los cuales se
cuentan: Caperucita Roja, Cenicienta, Pulgarcito, El Gato con Botas, Barba
Azul, La Bella Durmiente del Bosque, Riquete El del Copete y Hadas. Aparte de
este libro escribió Piel de Asno.
Ninguno de ellos son fruto
de su mente, ingenio o imaginación; sino que él los escuchó contar como parte de
la tradición oral, los supo valorar y les dio escritura literaria en el libro
que acabamos de citar.
Eran cuentos rurales,
campestres, aldeanos y, como tal, ordinarios; despreciados por la élite
intelectual y por las clases altas de la sociedad de aquella época; cuentos vinculados
a las cabañas pobres y que por tal razón desestimaban, y que por la misma razón
resultan entrañables.
Son relatos de fogón y
cocina familiar. Para la clase académica y autodenominada culta, eran cacharros,
baratijas, del margen y la periferia, y no del centro de los núcleos de poder. Son
textos a los cuales los señoritos y la gente togada despreciaban. Y, sin
embargo, ¡hasta dónde han llegado!
2. El verdadero
soberano
Lo que ahora contamos como
si fueran cuentos de salón o palaciegos o de las grandes cortes no es allí
donde fueron concebidos e ideados sino en las casuchas pobres, sin luz ni agua
ni losetas.
Lo que después sustenta a
las oligarquías y tiene el sello de lo noble y excelso ni siquiera ellos lo crearon,
sino que nació en los bohíos, villorrios y arrabales.
Lo que comen y piensan los
comechados de siempre es hechura del pueblo. Lo único que les pertenece es el
desdén, la grosería y el vejamen.
Es el pueblo humilde y
sufrido quienes los idearon esos cuentos; más concretamente los campesinos, quienes
también nos dan el trigo, las legumbres y hortalizas con que nos alimentamos;
así también nos prodigan los cuentos con que nos nutrimos el alma.
Por eso mismo es que César
Vallejo afirmara: “Todo acto y voz genial
viene del pueblo y va hacia él, de frente o trasmitido”.
Charles Perrault lo que tuvo
es la sensibilidad para recogerlos –en una época en que la égida lo marcaba lo
palaciego, y él pertenecía a esa cúpula de la cual nada ha quedado– de
acercarse en esto sí al pueblo que es el verdadero soberano, sabio y voz
infalible; y tuvo la osadía de publicarlo.
3. Lo hizo
inmortal
Escribió muchos otros libros
y numerosos textos desde su posición de áulico y cortesano; y que hoy ninguno
de ellos ha sobrevivido: son polvo y ceniza cernida al viento. Nada se recuerda
de ellos y si se revisan algunas de sus tesis tanto temas como asuntos nos
parecen absurdos.
En todos ellos defiende al
rey, al absolutismo y a la monarquía. Solo con uno se ha inmortalizado, de lo
contrario Charles Perrault sería ahora nada. Se encumbró solo una vez: cuando fue
natural, inocente y niño.
Pero su presencia en la
literatura en relación con sus posturas intelectuales resulta una total
contradicción y una paradoja. Así: Valoró el mundo racional y positivista y
supervive por el mundo mágico.
Defendía lo moderno y
futurista y se ha consagrado con cuentos del pasado. Defendió las modas y
convenciones y se ha salvado por su libro en donde es libre, suelto y
espontáneo.
Funda la corriente de la literatura
escrita de los cuentos de hadas y, sin embargo, en sus reflexiones, denostó de
todo lo que él llamaba supersticiones.
Creía en lo que comprendía,
pero aquello que lo hizo inmortal es lo que no alcanzó jamás a comprender jamás.
4. Sin
quererlo
He allí la desgracia dentro
de la cual, como un diamante encontramos la gracia de estos ocho cuentos
sublimes
Aun así, Charles Perrault
ha sido llamado y es considerado el “Homero de los cuentos infantiles”, porqué
recuperó la tradición oral, como lo hizo Homero con la mitología griega dándole
magnitud, coherencia y sentido trascendente a una historia frívola entre Paris
y Helena, como engrandeciendo una guerra infortunada.
Pero sobre todo Perrault
como el ciego divino de la Grecia antigua, quien también supo escuchar, oír y
tener oreja para apreciar lo popular; y supo dar valor y recoger lo que sentía,
pensaba y hacía la gente humilde y sencilla.
A partir de la recolección
de las tradiciones orales del pueblo en la Francia monárquica inauguró, sin
quererlo ni proponerse, la literatura infantil folclórica escrita, al publicar
su libro “Historias o cuentos del pasado” editado en el año 1697.
Libro que por tener una
ilustración en la carátula en donde aparece la figura de una oca, o ganso, se
lo empezó a llamar así, y se lo conoce ahora como “Cuentos de la mamá ganso”.
5. Día
a día
Pero Charles Perrault
sintiendo y sabiendo que era mucho el desprecio por ese tipo de textos, y que
tanta era la desestimación, el desdén y la inquina, que no tuvo el coraje de
firmar el libro como suyo.
Por eso, la obra de la
referencia que lo ha hecho inmortal no quiso firmarla con su nombre a fin de no
desprestigiarse, y apareció como autoría de su hijo mayor, Pierre, pero quien
nunca quiso ni siquiera aparentar ni representar que la obra fuera suya.
También debido a que en
aquel tiempo se consideraba que un escritor que se precie y se respete no
escribe para niños, labor considerada indigna de un intelectual sobresaliente.
El libro contiene relatos
en los cuales al fondo de una aparente ingenuidad y hasta incoherencia hay una
inmensa sabiduría decantada por el pueblo.
Y sobre todo una inmersión
a las esencias y verdades profundas del alma humana porque cada una de sus
líneas fue acuñada día a día por las bocas de las gentes cuando las recreaban
frente a los niños.
Ahora bien, hay que
reconocer otro mérito en Charles Perrault y que puede ser aleccionador para
quienes son maestros y para todos aquellos que emiten opinión a veces como
geniecillos dominicales, y sobre todo como voceros y alentadores del mal.
6. La verdad
y el bien
Y es el siguiente: que en
una época agitada, convulsa y temerosa Perrault supo culminar sus historias con
finales felices que significaron producir un cambio en sus lectores, ávidos de
tener esperanzas.
Si esta fue la clave de su
éxito inmediato seamos entonces sensatos: no nos erijamos en pitonisos del mal
sino en emisarios de buenas nuevas, de contenidos que ayuden y den ánimo, y de
anuncios que animen, alienten y fortalezcan.
De allí que frases suyas
como: “Vivieron muchos años y fueron
felices por el resto de sus vidas”, que las utilizamos ahora al narrar
cuentos, fueron acuñadas por él.
Y han pervivido hasta la
fecha 323 años, si contamos desde el año en que su libro fuera editado; y
seguirán repitiéndose por centurias y milenios venideros.
En sus cuentos Perrault
hace que el mal y el horror se adueñen y apoderen de los destinos de la gente y
se enseñoreen momentáneamente sobre ellos y el mundo, pero al final son
vencidos por las fuerzas de la verdad y del bien.
El Perú, como la Francia
antigua es una raíz honda y vasta en tradiciones orales que hubieran sido el
deleite de Charles Perrault. La lección de su vida y obra, sin que él lo sepa,
es valorar los aportes de la tradición popular, tarea en la cual los maestros,
por su cercanía a niños y jóvenes, tienen una gran labor por cumplir
7. El Perú
como Francia
Carmen Bravo Villasante,
especialista consumada en este tema, en su obra monumental: Historia y
Antología de la Literatura Infantil Iberoamericana, se expresa así de nosotros:
“... el
fabuloso oro del Perú que nos asombra en las vitrinas de los museos, la
portentosa magia de los tesoros peruanos incaicos se corresponde con un
depósito ingente de rico material de leyendas y cuentos. Pueblo rico en oro y
en literatura ¡qué suerte!
Los peruanos tienen que aprovechar sus propias
minas espirituales para la literatura de los niños. ¿A qué buscar hadas, gnomos
y elfos nórdicos si tienen espíritus y magos en su propia tierra? Locura sería
pedir prestado a la mitología extraña mientras no agoten la propia.”
Y nosotros que vivimos aquí
sabemos que lo dicho por doña Carmen es más que cierto. En homenaje a la
memoria de Charles Perrault en todo lo que su obra tiene de valioso y
trascendente, hagamos entonces la labor de recolectar cada vez y siempre
nuestro folclor literario que nunca es uno solo ni se agota.
Que siempre cambia y se
renueva, adaptándose a los nuevos tiempos. Nuestro homenaje a quienes saben
recoger y recrear las tradiciones orales de nuestros pueblos y llevarlos a las
aulas de clases, como son y como hacen los maestros verdaderos del Perú eterno.
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Gracias Maestro Danilo Sanchez Lihón por ilustrarnos y develar que los Cuentos son del Pueblo.Mis respetos, aprecio y admiración de siempre.
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