19
DE ENERO
NACE JAVIER
HERAUD
Y
EL ANHELO
DE
UNA PATRIA
HERMOSA
Danilo
Sánchez Lihón
Javier Heraud
Dada la
personalidad de Javier Heraud,
solo dos
posibilidades se le ofrecía
en el Perú:
la gloria literaria o el martirio.
Prefirió la
más ardua, la que no ofrece
recompensas
a las que humanamente
aspiran casi todos los
hombres.
José María Arguedas
1.
Vivir
para
agradecerte
El
poeta Javier Heraud estando aún en La Habana, en noviembre del año 1962, siendo
inminente su viaje rumbo a Bolivia para luego ingresar por la frontera hacia el
Perú a fin de establecer un foco guerrillero que pudiera instaurar un régimen
socialista de justicia, solidaridad y grandeza para nuestro pueblo, escribió a
su madre la carta que a continuación glosamos, verdadero testamento vital y
moral que será vigente siempre en el destino de nuestro país.
La
dejó encargada a la esposa de un compañero en Cuba, con el acuerdo de que, si
no le ocurría nada funesto, ella debía conservarla como si nunca la hubiera
escrito ni existiera. Pero que, si por alguna circunstancia él moría, ella se
comprometía a llevarla a Lima y ponerla en las manos de su madre, directamente
y sin que mediaran otras personas.
Lamentablemente
así fue, cayó abatido antes que pudiera afincarse en la sierra del Perú, cuando
subido a una canoa en medio del río Madre de Dios, en Puerto Maldonado, fue
asesinado el 15 de mayo del año 1963, a la temprana edad de 21 años, pese a que
en el extremo del remo que izaba como un mástil había erigido una bandera
blanca que alzó lo más alto que pudo.
Javier Heraud
2.
Pienso
más
que nunca en ti
Así
ofrendaba su vida por los ideales más caros de nuestro pueblo, sumido como
ahora en la pobreza e iniquidad de gobiernos ineficaces, idiotizados y
corruptos.
Quien
nació el 19 de enero del año 1942, en el distrito de Miraflores, en Lima. Quien
a los 21 años ya había publicado dos libros de poesía: El río y El viaje. Y el
tercero de ellos, que tituló Estación reunida, obtendría póstumamente el Primer
Premio de Poesía en los Juegos Florales convocados por la Federación
Universitaria de San Marcos.
La
carta a la cual hemos aludido y que su madre conservó solo para ella durante 26
años, recién se dio a luz el año 1989 en el libro de su hija Cecilia, hermana
del poeta, titulado: Vida y muerte de Javier Heraud, misiva donde este le dice:
Querida
madre: No sé cuándo podrás leer esta carta. Si la lees quiere decir que algo ha
sucedido en la Sierra y que ya no podré saludarte y abrazarte como siempre. ¡Si
supieras cuánto te amo! ¡Si supieras que ahora que me dispongo a salir de Cuba
para entrar en mi patria y abrir un frente guerrillero pienso más que nunca en
ti, en mi padre, en mis hermanos tan queridos!
3.
Tú me criaste
honrado
Donde
de plano se siente el dilema presente en el destino y en la poesía de Javier
Heraud, cuál es el apego a su casa y el inmenso cariño que siente por su
familia frente a lo ineludible que siente a su vez como su deber moral y su
destino, como es el de no ser indiferente a la ominosa situación de la vida en
nuestra sociedad y el llamado que siente por consagrarse a corregir los males
del mundo.
Es
así que prosigue:
Voy
a la guerra por la alegría, por mi patria, por el amor que te tengo, por todo,
en fin. No me guardes rencor si algo me pasa. Yo hubiese querido vivir para
agradecerte lo que has hecho por mí, pero no podría vivir sin servir a mi
pueblo y a mi patria. Eso tú bien lo sabes, y tú me criaste honrado y justo,
amante de la verdad, de la justicia...
Qué
conmovedora esta expresión: “Tú me
criaste honrado y justo”. Pero esta honradez y justeza no solo para
aplicarla a los hechos menudos de la existencia sino a las grandes causas. Para
luego ser más explícito: “(me criaste)
amante de la verdad, de la justicia”.
Entre
tantas noticias adversas qué importante una advertencia como esta, que es un
sello e impronta en la gran mayoría de nuestros hogares.
4.
Yo hubiese
querido
vivir
Cuando
el 15 de mayo del año 1963 en Puerto Maldonado es perseguido por la policía, en
su huida fue arrojando al viento hoja por hoja el único ejemplar de su último
libro de poemas recién escrito y aún inédito, del cual no quedó una sola
página, ni un verso ni una sola palabra, pues todas se perdieron
definitivamente.
Junto
a su compañero de combate, Alain Elías, llegaron a la orilla del río Madre de
Dios, se arrojaron a él y empezaron a cruzarlo a nado, mientras les disparaban
desde la orilla.
Un
lugareño que navegaba en esos momentos los recogió en su canoa que era un
tronco de árbol ahuecado, y trató de librarlos del acoso. Aquel hombre fue el
primero que cayó abatido y dejó huérfana a una numerosa familia de hijos
pequeños. ¿Qué significado tienen estos hechos en la simbología de esta vida,
pasión y muerte?
...No
me guardes rencor si algo me pasa. Yo hubiese querido vivir para agradecerte lo
que has hecho por mí...
Pareciera
que fueran palabras de un evangelio secular. Habiendo izado una camiseta
blanca, aun así, durante hora y media fueron blanco de una cacería implacable,
en la cual participaron también civiles.
5.
La ofrenda
de
su vida
Era
una población azuzada que se había congregado para ver matar a dos jóvenes
indefensos en las aguas de un río desde entonces con el estigma de una
escritura indescifrable en sus aguas desde entonces fantasmales y aparentemente
inmóviles.
Entre
los que disparaban desde lo alto del malecón a la balsa desolada e inerme había
algunos cazadores de monte que utilizan balas dum-dum para cazar fieras y
bestias, las que al salir de un cuerpo dejan un boquete enorme. De esos
proyectiles tenía varios entre los 29 orificios que alcanzaron a contarse en el
cuerpo de quien declarara a su madre:
...pero
no podría vivir sin servir a mi pueblo y a mi patria.
Veintinueve
disparos de bala hicieron impacto en ese emblema que selló con su vida lo que
dijera y que corroboró su padre cuando viajó a reconocer el cadáver de su hijo.
Tenía 21 años en el momento de morir, como él lo había previsto “entre pájaros y árboles”.
Siendo
el ser más íntegro, puro y triunfante, como aseveran sus amigos del colegio, y
como lo atestiguó la crítica más exigente de la época celebrando de manera
unánime y entusiasta sus poemas.
Todo
lo dejó para asumir fatigas, agobios y peligros. Y finalmente donarnos la
ofrenda de su vida y un ejemplo de integridad moral en nuestros destinos.
6.
Valen
para
todos
Ante
hechos como este, ¿podemos sentirnos frustrados, perdidos o acobardados? ¿No
son herencias así las que nos hacen fuertes, grandiosos e invencibles?
¿No
se da todo esto para ordenar, dar ubicación y sentido a nuestras vidas? ¡Porque
a partir de hechos como este encuentra síntesis, clave y proyección toda
nuestra historia y cada una de nuestras existencias!
En
tal sentido, es cordial, generoso, apasionado, al decirnos finalmente a todos
nosotros:
pero
no podría vivir sin servir a mi pueblo y a mi patria. Eso tú bien lo sabes, y
tú me criaste honrado y justo, amante de la verdad, de la justicia...
Palabras
de Javier Heraud que siempre serán fundacionales cada día y cada hora en
nuestros hogares, en nuestras aulas y en las calles, porque nada puede hacerse
a partir de entonces sin ese compromiso y sin esa calidad de entrega.
Los
términos de esta carta valen para todos los oficios y todas las profesiones.
Valen para todos los quehaceres y tareas.
7.
Mi vacío
se
llenará
Valen
para la vida cotidiana como para la pública, que encuentran en ella la altura
de su vuelo y la consagración a sus objetivos.
Y
toda actividad humana tiene que cotejarse y coincidir de acuerdo a dicha
tensión y riesgo de aquella vida, si pretende ser auténtica, con los símbolos
implícitos y explícitos en actos como el que acabamos de referir y que nos
evoca la lectura de esta carta.
Porque
sé que mi patria cambiará, sé que tú también te hallarás dichosa y feliz, en
compañía de mi padre amado y de mis hermanos. Y que mi vacío se llenará pronto
con la alegría y la esperanza de la patria.
Te besa Tu hijo Javier
Porque
son momentos supremos en que se sintetiza lo esencial de la historia de una
sociedad, como partos de mundos, como el rasgarse los cielos y finalmente, pese
a su dramatismo, como hitos luminosos de la historia humana de cada día.
Por
todo eso él es un camino y un desafío pendiente en nuestras vidas. Por eso él
jamás morirá.
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