domingo, 19 de enero de 2020

19 de enero. Nace Javier Heraud. Y el anhelo de una patria hermosa.


19 DE ENERO
NACE JAVIER HERAUD

Y EL ANHELO
DE UNA PATRIA
HERMOSA

Danilo Sánchez Lihón



Javier Heraud


Dada la personalidad de Javier Heraud,
solo dos posibilidades se le ofrecía
en el Perú: la gloria literaria o el martirio.
Prefirió la más ardua, la que no ofrece
recompensas a las que humanamente
aspiran casi todos los hombres.
José María Arguedas


1. Vivir
para agradecerte

El poeta Javier Heraud estando aún en La Habana, en noviembre del año 1962, siendo inminente su viaje rumbo a Bolivia para luego ingresar por la frontera hacia el Perú a fin de establecer un foco guerrillero que pudiera instaurar un régimen socialista de justicia, solidaridad y grandeza para nuestro pueblo, escribió a su madre la carta que a continuación glosamos, verdadero testamento vital y moral que será vigente siempre en el destino de nuestro país.
La dejó encargada a la esposa de un compañero en Cuba, con el acuerdo de que, si no le ocurría nada funesto, ella debía conservarla como si nunca la hubiera escrito ni existiera. Pero que, si por alguna circunstancia él moría, ella se comprometía a llevarla a Lima y ponerla en las manos de su madre, directamente y sin que mediaran otras personas.
Lamentablemente así fue, cayó abatido antes que pudiera afincarse en la sierra del Perú, cuando subido a una canoa en medio del río Madre de Dios, en Puerto Maldonado, fue asesinado el 15 de mayo del año 1963, a la temprana edad de 21 años, pese a que en el extremo del remo que izaba como un mástil había erigido una bandera blanca que alzó lo más alto que pudo.

Javier Heraud

2. Pienso
más que nunca en ti

Así ofrendaba su vida por los ideales más caros de nuestro pueblo, sumido como ahora en la pobreza e iniquidad de gobiernos ineficaces, idiotizados y corruptos.
Quien nació el 19 de enero del año 1942, en el distrito de Miraflores, en Lima. Quien a los 21 años ya había publicado dos libros de poesía: El río y El viaje. Y el tercero de ellos, que tituló Estación reunida, obtendría póstumamente el Primer Premio de Poesía en los Juegos Florales convocados por la Federación Universitaria de San Marcos.
La carta a la cual hemos aludido y que su madre conservó solo para ella durante 26 años, recién se dio a luz el año 1989 en el libro de su hija Cecilia, hermana del poeta, titulado: Vida y muerte de Javier Heraud, misiva donde este le dice:
Querida madre: No sé cuándo podrás leer esta carta. Si la lees quiere decir que algo ha sucedido en la Sierra y que ya no podré saludarte y abrazarte como siempre. ¡Si supieras cuánto te amo! ¡Si supieras que ahora que me dispongo a salir de Cuba para entrar en mi patria y abrir un frente guerrillero pienso más que nunca en ti, en mi padre, en mis hermanos tan queridos!

Puerto Maldonado, donde es abaleado y muere

3. Tú me criaste
honrado

Donde de plano se siente el dilema presente en el destino y en la poesía de Javier Heraud, cuál es el apego a su casa y el inmenso cariño que siente por su familia frente a lo ineludible que siente a su vez como su deber moral y su destino, como es el de no ser indiferente a la ominosa situación de la vida en nuestra sociedad y el llamado que siente por consagrarse a corregir los males del mundo.
Es así que prosigue:
Voy a la guerra por la alegría, por mi patria, por el amor que te tengo, por todo, en fin. No me guardes rencor si algo me pasa. Yo hubiese querido vivir para agradecerte lo que has hecho por mí, pero no podría vivir sin servir a mi pueblo y a mi patria. Eso tú bien lo sabes, y tú me criaste honrado y justo, amante de la verdad, de la justicia...
Qué conmovedora esta expresión: “Tú me criaste honrado y justo”. Pero esta honradez y justeza no solo para aplicarla a los hechos menudos de la existencia sino a las grandes causas. Para luego ser más explícito: “(me criaste) amante de la verdad, de la justicia”.
Entre tantas noticias adversas qué importante una advertencia como esta, que es un sello e impronta en la gran mayoría de nuestros hogares.

La Habana, Cuba, a donde viaja

4. Yo hubiese
querido vivir

Cuando el 15 de mayo del año 1963 en Puerto Maldonado es perseguido por la policía, en su huida fue arrojando al viento hoja por hoja el único ejemplar de su último libro de poemas recién escrito y aún inédito, del cual no quedó una sola página, ni un verso ni una sola palabra, pues todas se perdieron definitivamente.
Junto a su compañero de combate, Alain Elías, llegaron a la orilla del río Madre de Dios, se arrojaron a él y empezaron a cruzarlo a nado, mientras les disparaban desde la orilla.
Un lugareño que navegaba en esos momentos los recogió en su canoa que era un tronco de árbol ahuecado, y trató de librarlos del acoso. Aquel hombre fue el primero que cayó abatido y dejó huérfana a una numerosa familia de hijos pequeños. ¿Qué significado tienen estos hechos en la simbología de esta vida, pasión y muerte?
...No me guardes rencor si algo me pasa. Yo hubiese querido vivir para agradecerte lo que has hecho por mí...
Pareciera que fueran palabras de un evangelio secular. Habiendo izado una camiseta blanca, aun así, durante hora y media fueron blanco de una cacería implacable, en la cual participaron también civiles.

Ciudad de Lima donde nace Javier Heraud

5. La ofrenda
de su vida

Era una población azuzada que se había congregado para ver matar a dos jóvenes indefensos en las aguas de un río desde entonces con el estigma de una escritura indescifrable en sus aguas desde entonces fantasmales y aparentemente inmóviles.
Entre los que disparaban desde lo alto del malecón a la balsa desolada e inerme había algunos cazadores de monte que utilizan balas dum-dum para cazar fieras y bestias, las que al salir de un cuerpo dejan un boquete enorme. De esos proyectiles tenía varios entre los 29 orificios que alcanzaron a contarse en el cuerpo de quien declarara a su madre:
...pero no podría vivir sin servir a mi pueblo y a mi patria.
Veintinueve disparos de bala hicieron impacto en ese emblema que selló con su vida lo que dijera y que corroboró su padre cuando viajó a reconocer el cadáver de su hijo. Tenía 21 años en el momento de morir, como él lo había previsto “entre pájaros y árboles”.
Siendo el ser más íntegro, puro y triunfante, como aseveran sus amigos del colegio, y como lo atestiguó la crítica más exigente de la época celebrando de manera unánime y entusiasta sus poemas.
Todo lo dejó para asumir fatigas, agobios y peligros. Y finalmente donarnos la ofrenda de su vida y un ejemplo de integridad moral en nuestros destinos.

En el Aula Capulí: joven estudiante, Cecilia Heraud, César Vallejo Infantes, Martina Portocarrero y Danilo Sánchez Lihón


6. Valen
para todos

Ante hechos como este, ¿podemos sentirnos frustrados, perdidos o acobardados? ¿No son herencias así las que nos hacen fuertes, grandiosos e invencibles?
¿No se da todo esto para ordenar, dar ubicación y sentido a nuestras vidas? ¡Porque a partir de hechos como este encuentra síntesis, clave y proyección toda nuestra historia y cada una de nuestras existencias!
En tal sentido, es cordial, generoso, apasionado, al decirnos finalmente a todos nosotros:
pero no podría vivir sin servir a mi pueblo y a mi patria. Eso tú bien lo sabes, y tú me criaste honrado y justo, amante de la verdad, de la justicia...
Palabras de Javier Heraud que siempre serán fundacionales cada día y cada hora en nuestros hogares, en nuestras aulas y en las calles, porque nada puede hacerse a partir de entonces sin ese compromiso y sin esa calidad de entrega.
Los términos de esta carta valen para todos los oficios y todas las profesiones. Valen para todos los quehaceres y tareas.

Agradeciendo a Cecilia Heraud, en el Aula Capulí

7. Mi vacío
se llenará

Valen para la vida cotidiana como para la pública, que encuentran en ella la altura de su vuelo y la consagración a sus objetivos.
Y toda actividad humana tiene que cotejarse y coincidir de acuerdo a dicha tensión y riesgo de aquella vida, si pretende ser auténtica, con los símbolos implícitos y explícitos en actos como el que acabamos de referir y que nos evoca la lectura de esta carta.
Porque sé que mi patria cambiará, sé que tú también te hallarás dichosa y feliz, en compañía de mi padre amado y de mis hermanos. Y que mi vacío se llenará pronto con la alegría y la esperanza de la patria.  
Te besa Tu hijo Javier
Porque son momentos supremos en que se sintetiza lo esencial de la historia de una sociedad, como partos de mundos, como el rasgarse los cielos y finalmente, pese a su dramatismo, como hitos luminosos de la historia humana de cada día.
Por todo eso él es un camino y un desafío pendiente en nuestras vidas. Por eso él jamás morirá.

 Fotos 6 y 7
Nalo Alvarado


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