23
DE ENERO
SE FUNDA LA
ESCUELA SUPERIOR
DE ARTE
DRAMÁTICO, ENSAD
EL MAESTRO
ERNESTO
RÁEZ
Escuela Superior de Arte Dramático, ENSAD.
Hoy 23 de
enero es día en que se funda
la Escuela
Nacional Superior de Arte Dramático,
ENSAD, el
año 1946; institución que ha formado
a miles de
hombres y mujeres del teatro nacional
que han
dado brillo y lustre a esta manifestación
trascendental
del espíritu humano.
Qué mejor
manera de honrarla y resaltar
esta
efeméride que rindiendo homenaje
a uno de
sus representantes más ilustres,
el maestro
Ernesto Ráez Mendiola, profesor
de esa escuela y del teatro nacional en su
conjunto;
quien
naciera en Lima el 20 de mayo de 1936
y quien lamentablemente falleciera
recientemente.
DSL.
Ernesto Ráez Mendiola
UNA FLECHA
ARROJADA
AL AMANECER
Danilo
Sánchez Lihón
"A
vosotros los audaces, buscadores,
y a quien
quisiera que alguna vez
se haya
lanzado con astutas velas
a mares
terribles. A vosotros los ebrios
de enigmas
que gozáis con la luz
del
crepúsculo, cuyas almas son atraídas
con
flautas a todos los abismos.”
Nietzsche
1. Como es
la vida
El primer y
más antiguo recuerdo de su infancia que evoca Ernesto Ráez se remonta y se
ubica en un lugar preciso e inolvidable.
Cuál es el
balcón de su casa natal en el Rímac donde él nació, con un barandal añejo, desvelado
y circular.
Tenía que ser
redondo, como lo es un local para el arte dramático, o como lo es un escenario
teatral, o como lo es la vida misma.
Desde allí
mira la calle y el vecindario, el universo y los celajes; desde cuando tenía
cuatro años.
2.
Cambiándolo
todo
Y su primera
reminiscencia es el terremoto de 1940. Y que, por el antojo de la tierra de
jugar al columpio y al tobogán, fue sepultando casa por casa, y con ellas a las
personas que moraban dentro.
Y a otras que
por allí pasaban, mientras ante sus ojos fascinados se amontonaban los escombros.
Pero él, en aquel
balcón alucinante estaba admirado y casi maravillado de ver lo que veía:
De cómo el
mundo palpitaba, se sacudía y hamacaba con el sismo.
Y cómo, de un
momento a otro el planeta, de suyo quieto e indolente, esta vez tenía el capricho
de ir cambiándolo todo de su sitio.
3. Salven
al
niño
Haciendo que cayeran
derrumbados los techos, los postes y ocupase un lugar insospechado, y hacia
arriba, el subsuelo desflorado.
Pero, lo
insólito es que él no sentía miedo.
Al contrario,
le divertía ver cómo todo se hamacaba en tanto él en el balcón subía del suelo
de un lado al suelo del otro lado en la pared vetusta, mientras la gente
gritaba histérica antes de desmayarse:
– ¡El niño
del balcón! ¡Salven al niño del balcón!
– ¿Dónde?
– ¡En ese
balcón!
Y balcón es
el teatro que es la raigambre de Ernesto Ráez Mendiola, la contemplación fascinada
incluso de una catástrofe.
Barrio del Rímac, donde nació Ernesto Ráez
4. Al borde
de la cornisa
Porque, toda
la alarma de los demás era de ver cómo la casa en donde aquel niño estaba se
hundía y volvía a sobresalir y a ponerse de pie.
Y tanto fue
así que él cogió el ritmo del vaivén y empujaba con todas sus fuerzas para dar
mayor impulso al columpio inusitado.
Le daba la
ilusión que ese balanceo lo iba a dejar trepado al borde de la cornisa de la
casa de enfrente que era la única que se mantenía en pie.
Pero que para
colmo justo cuando ya la alcanzaba también ya había desaparecido.
Y solo de
ella quedaban ruinas polvorientas.
5. Cabal
y prometedor
Creo que esta
evocación, ajustada a los hechos y que no deja de ser tremebunda, es una imagen
cabal de lo que Ernesto Ráez es intelectualmente.
Él mismo es
un movimiento sísmico, telúrico y de sacudida.
Donde él es
el epicentro, de un temblor como de un maremoto, de un aluvión como de una
tempestad con sus inevitables derrumbes y desmoronamientos.
Y todo a fin
de cambiar de vez en cuando el lugar convencional y rutinario de los hechos y las
cosas para avizorar otro más cabal y prometedor.
6. Hacia
lo alto
Con estas
experiencias en la base de su existencia ¡imaginen entonces lo que tenía que
ser el destino para él!
Tenía que ser
movimiento, espectáculo y eclosión.
Justamente lo
que él es ahora en su vida de artista y maestro, resumido y sintetizado como en
un símbolo.
En aquel
balcón que a su vez anticipa y recrea el aula, la escuela y la universidad
donde él trabaja:
Circular, traslúcido
y hacia lo alto, como una atalaya o más simplemente como es un balcón.
7. Reafirmar
la vida
De allí
deriva también que su mente y su alma estén llenas de horizontes y ensoñaciones.
Y de
atardeceres descalabrados.
Es decir, esté
lleno de realidades e idealizaciones inesperadas.
Como cabe presentirlo
para quien ve el espectáculo del mundo desde un lugar suspendido sobre el
abismo, como puede ser un alero para el ave que busca hacerse un nido.
Lugar para el
grito cortante y jubiloso del confeso y convicto suicida. Como lugar para el
que reafirma la vida.
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