sábado, 4 de enero de 2020

4 de enero. Celebración del centenario del poeta Leoncio Bueno, quien cumplió cien años plenos de vida. Homenaje a Leoncio Bueno.


4 DE ENERO
CELEBRACIÓN DEL CENTENARIO DEL POETA
LEONCIO BUENO, QUIEN CUMPLIÓ CIEN AÑOS, PLENOS 
DE VIDA, EL 2 DE ENERO DEL PRESENTE AÑO, 2020

HOMENAJE
A LEONCIO
BUENO

Danilo Sánchez Lihón

Con Leoncio Bueno, al fondo la Catedral del Cusco

1.

En esta ocasión quiero sumarme al homenaje por el centenario del poeta peruano Leoncio Bueno, quien cumplió cien años de vida plena el 2 de enero del presente año, 2020. Y lo hago evocando que, para mi primera obra de ensayos, escrita después de haber publicado mis libros de poesía: “Scorpius”, “Cantos de Acllas” y “Crío una mosca”, y por constatar lo poco que se editaba y se leía en nuestro país, necesitaba yo una cita o un epígrafe que encabezara aquel primer trabajo de investigación y reflexión dedicado al tema del libro y la lectura en el Perú.
El enfoque del libro era reconocer que socialmente recelamos mucho y solapadamente del libro y la lectura; que solo aparente y declarativamente apoyamos y tienen nuestra adhesión, pero que inconscientemente condenamos por considerar que alteran y subvierten el orden establecido.
Necesitaba unas palabras egregias, o un blasón que pudiera servir de pórtico al libro, o a una parte de él, y que fuera pertinente con ese enfoque. Mi búsqueda fue ardua hurgando en uno y otro autor, en uno y otro texto. En un momento de lucidez sospeché que algún otro poeta, además de César Vallejo, a quien ya había citado, probablemente tendría algún pensamiento referido al libro y la lectura con aquella perspectiva y sentido que he referido.

En el Cusco

2.

Pensé que algún poeta de inspiración social tendría alguna reflexión pertinente al respecto. Revisé página tras página en uno y otro poemario de Manuel Scorza, de Alejandro Romualdo, de Juan Gonzalo Rose, de Washington Delgado. No hallaba lo que buscaba. Me decidí ir a los más extremos y radicales: a poetas tipificados como obreros o proletarios, de voz irreductible, contundente y rebelde. Y allí encontré la perla que buscaba, en un libro de Leoncio Bueno estaba justo el poema que explicaba el hecho aparente de cómo condenamos la lectura por sospechosa y subversiva.
Llamé a Leoncio y le pedí autorización para publicar su poema en mi obra: “El libro y la lectura en el Perú”, publicada por la Editorial Mantaro en Lima, en el mes de junio del año 1978, autorización que muy gentilmente me la concedió.
Nos hicimos amigos con Leoncio Bueno. A partir de ese hecho hemos viajado juntos a mi tierra, Santiago de Chuco. Presentó uno de mis libros en Lima, “Amado ser, amado estar, terruño e infancia en César Vallejo”; como me hizo llegar un comentario sobre mi poemario “De tripas corazón”, en enero de 1998. El poema que seleccioné para el libro que he referido es el siguiente:




3.

Justo a la hora del cambio de guardia,
diez kilos de pitanza del más templado acero
entre las muelas de la polea madre
y el terremoto se produjo;
las chumaceras volaron, los ejes se salieron de su centro,
los molinos se encabritaron como machos trotones
y el motor paró en seco, saliéndose de sus cimientos.
A la mañana siguiente vinieron las investigaciones.
Esta es la obra de un loco. Sabotaje anarquista.
Expertos Sherlock Holmes de ofídica mirada
interrogaron día y noche: “Tú, qué haces después
de trabajar";
y tú y tú...?
– "Yo, voy a cuidar a mis chanchitos"
– "Yo. me entrego a mi huertita"
– "Yo, corto leña para negociar...”
"¿Y tú, zambito?"
– Yo?, nada, a veces leo un poco.
INVESTIGACIÓN CONCLUIDA, HEMOS DADO CON EL MALHECHOR.


AMADO SER,
AMADO ESTAR

Leoncio Bueno


César Vallejo. Pintura de Agustín Rojas

«No me importa la muerte
si es justo mi combate»
Washington Delgado

Hace poco escuché decir que hay una cosa que hermana profundamente a los poetas: la soledad.
«Viví como una sombra
y sin embargo supe cantar al sol»
dijo el poeta Paul Eluard.
Hay un poder de la soledad y una soledad del poder. La soledad del poder está con los tiranos. El poder de la soledad está en los libros. Los libros son los mejores compañeros del hombre en la soledad... ¡Y he aquí que estamos reunidos para celebrar el nacimiento de un nuevo libro del poeta Danilo Sánchez Lihón!, cuál es: “Amado ser, amado estar, terruño e infancia en César Vallejo”.
Escribir libros en el Perú es difícil, pero mucho más difícil es publicarlos. A pesar de todo, hay idealistas que aumentan y que superviven. Son pocos, pero son. Según un censo realizado recientemente por el editor Milla Bartres, hay cuatro mil poetas en el Perú, quienes heroicamente se esfuerzan en la actualidad publicando sus poemas de diversas formas. Gracias a Dios -cualesquiera que éste sea- porque los poetas ahora se han vuelto más necesarios que nunca. Todos sabemos por qué. ¡Porque faltan paradigmas y nuestros actuales gobernantes parecen apostar por una sociedad sin valores!


Paisaje de Santiago de Chuco

Los libros cuando se publican adquieren una vida propia, se convierten en personas que hablan y comunican en silencio. Los libros viajan. Los libros convocan eventos culturales colectivos. Van al encuentro de los pueblos y los hombres para insuflarles valor; incluso sobreviven y ayudan a bien morir a los hombres, especialmente a los hombres de letras.
César Vallejo antes de morir, leía Panorama actual de la poesía peruana. Por eso debemos celebrar la salida a luz de cada nuevo libro y decir como Walt Witman: «Vé libro mío en busca de los hombres, ilumínalos, y haz que resuciten si están muertos».
El libro del poeta Sánchez Lihón que hoy presentamos, no sólo quiere reafirmar la inmortalidad del genial vate santiaguino, sino también la inmortalidad del paisaje y del entorno humano que lo vieron nacer, que formaron la esencia de su estro y nutrieron su magistral lucha contra la muerte: el pueblo y los hombres de Santiago de Chuco, donde hasta su cementerio irradia un esplendor de vida y poesía en sus geranios rojos.
Este libro puede convertirse, igual que Panorama actual de la poesía peruana, en un fecundo y amado viajero, integrador de hombres y de pueblos, y en un estar permanente, levantando el ardor de las conciencias locales y de los proyectos nacionales, así como el furor creador de los poetas vivos y de los poetas muertos; en especial, de todos los hombres de la tierra que quieran ser iluminados y vencer a la muerte con la lucha por el eterno ardor y la serena justicia de sus combates.


Panorámica de Santiago de Chuco

La primera sensación que experimenté al leer “Amado ser, amado estar, terruño e infancia en César Vallejo”, durante las noches intensas que estuvimos en Santiago de Chuco, fue como un milagroso reencuentro con el ánima peruanísima del vate de Los heraldos negros, y reconocer, abrevarme hasta el fondo del alma, con el entorno sustancial del paisaje santiaguino: un pueblo batallador enclavado como un nido de águilas en las alturas de los andes liberteños, a 3,115 metros sobre el nivel del mar. Un pueblo que para llegar a hollar las agrestes policromías de sus parcelas hay que primero descubrir una parte singular de la tormentosa geografía de nuestro país. Un pueblo, por demás, lleno de las vibraciones y la fuerza estelar que, sin duda, impartieron su magia al poeta desde su niñez.
Todo ese misterio, ese paisaje trascendente lo acabé de aprehender gracias a la lectura de este libro medular, pleno de ternura y evocación, en que el importante material fotográfico, de los que podríamos llamar con propiedad «nuestros santos lugares» -los lugares del terruño evocados y poetizados por Vallejo- adquieren presencia indubitable en el libro de Sánchez Lihón, libro que ha revivido no sólo el interés por conocer el santuario donde nació el gran vate, sino por institucionalizar a través de los encuentros de escritores que allí se realizan, una peregrinación anual a esa tierra ancestral.


Poetas de Taiwán y geranios rojos 
en el cementerio de Santiago de Chuco

El arte no es sólo cuestión de técnica. Es, sobre todo, un impulso emocional. El libro de Sánchez Lihón transmite una corriente de alta tensión emotiva, proveniente de la estructura sensorial, muy singular, de su autor: un inconfundible hijo de la tierra y del pueblo de Santiago de Chuco, de los que recibió desde su infancia, esos intentos múltiples por alcanzar estados místicos.
La realidad es que los pueblos más lejanos y disímiles del Perú, se están echando a andar solos, agarrados de la mano, especialmente animados por el entusiasmo solidario de sus poetas y de sus alcaldes. El mensaje consiste en acabar con el egoísmo y el centralismo psíquico, socioeconómico y cultural. El círculo de la familia peruana se ensancha y se consolida. Ahora moldean nuestro carácter los demás habitantes de la tierra... Vivimos en una aldea global... ¡Sí!, pero también en un país que particularmente lucha por su identidad, porque quiere integrarse, descentralizarse, globalizarse, sobre la base de ideales y principios ancestrales de libertad y solidaridad; tal vez, muchos de nosotros, al decir de Van Gogh: ocupados de expresar esperanza en un puñado de estrellas.
Sigamos, pues, el ejemplo de Vallejo y de sus paisanos santiaguinos: globalicemos el Perú. Ahondemos en nuestras propias raíces. Seamos hombres verdaderos, hombres siempre niños, sencillos, fraternos, solidarios. Y, partiendo de lo más profundo de la humildad de nuestra aldea de nacimiento, alcancemos lo nacional, lo universal y lo eterno. Ojalá que así sea. Muchas gracias.
(Palabras del poeta Leoncio Bueno, en el Salón de Actos de la Municipalidad de Miraflores, en Lima, el 15 de agosto del año 1997).


Paisaje de Santiago de Chuco

DE TRIPAS
CORAZÓN

Leoncio Bueno

La poesía no puede ser solamente el artificio de una sensibilidad. La poesía tiene que ser mucho más que escritura; la poesía, ahora más que nunca, tiene que tener carne, sobre todas las cosas, tener tripas y también corazón, como es el título del reciente libro del poeta Danilo Sánchez Lihón. Hay muchos poetas que son nuestros maestres eximios de la palabra, pero no del sentimiento. Hacen maravillas con las imágenes como el orfebre con las piedras preciosas. Pero, siempre será la verdadera obra de trascendencia aquella que sea un fiel balance de las dos magnitudes: las tripas y el corazón. Ambas tienen que estar presentes en el texto con sus vasos comunicantes como cuerpo y alma. Cuanto más cerca de las zonas terrestres y de las entrañas profundas, más cerca de la verdadera poesía.
Que estas palabras sirvan de homenaje a este libro de poemas, del buen poeta santiaguino Danilo Sánchez Lihón, verdadero itinerario sentimental y diario íntimo del corazón humano, titulado, muy apropiadamente De tripas corazón, páginas  transparentes de ternura y de  sinceridad vivencial con las que el infatigable creador y promotor cultural que es nuestro amigo y paisano liberteño-santiaguino, Danilo Sánchez Lihón, se propone no sólo dar a nuestra literatura presente un aporte singular y un hallazgo muy personal, sino honrar dignamente a la tierra que le vio nacer. Demos, pues, gracias y reconocimiento a quien no sólo escribe un nuevo libro con su sangre y sus sufrimientos, haciendo de tripas corazón; y, de su propio martirio, ofrenda lírica valerosa y trascendente.


Fotos 3, 6, 7 y 8 
Jaime Sánchez Lihón


Los textos anteriores pueden ser
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citando autor y fuente

dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com

Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
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