martes, 11 de febrero de 2020

11 de febrero. Nace Thomas Alva Edison. El genio es 90% sudor y 10 % inspiración.


NACE THOMAS ALVA EDISON 


EL GENIO ES
90 % SUDOR, Y 10%
INSPIRACIÓN


Danilo Sánchez Lihón



Santiago de Chuco de noche, mi comarca andina

1. Sobre todo
laborioso

A quien debemos agradecer que las ciudades ahora luzcan iluminadas y encendidas, así como reconocer que es gracias a él el funcionamiento de muchas otras maravillas tecnológicas y científicas, es a Thomas Alva Edison, quien nació el 11 de febrero del año 1847 en Ohio, en los Estados Unidos de Norteamérica.
En su desempeño como escolar era un niño aplicado y atento, pero no sobresaliente ni menos deslumbrante que se hiciera notar.
Era un niño más bien tímido y retraído, pero puntual; exacto y formal; gentil y cortés. Y, sobre todo, laborioso; ayudando a su madre en el sostenimiento del hogar.
Sin embargo, un día su maestro de escuela sin saber él por qué, lo llamó y le entregó una nota que estaba dirigida a su madre, que él puso en el maletín.

Thomas Alva Edison

2. Abrazó
a su hijo

Fue directo a su casa, sin distraerse por el camino y lo primero que hizo fue entregar la misiva, considerando que era importante para sus estudios, y tal vez se trataba de una felicitación.
El verla leyendo la esquela notó el rostro de pesar de su madre, y luego vio cómo sus ojos se inundaban de lágrimas.
En ella el maestro le decía que su hijo era un niño estéril, débil de carácter e improductivo; de temperamento apático y retrasado, que no destacaba en nada y que nunca llegaría lejos.
Al terminar de leer dobló la carta, la guardó en su seno y abrazó a su hijo. Interrogada la madre con la mirada del pequeño, ella le dijo que era una carta muy elogiosa del profesor por su excelente desenvolvimiento.


Ohio donde nació Edison que él ayudó a su industrialización

3. Mitos
y leyendas

Al inquirirla entonces por qué había llorado, ella le contestó que a la vez el profesor le decía que en la escuela por su alto rendimiento ya no tenían nada que enseñarle.
La madre retiró a Tomás de ese centro educativo y se dedicó ella misma a instruirlo con especial esmero y dedicación.
En tanto él vendía periódicos en el tren matutino que iba de Port Huron a Detroit en donde trabajaba un amigo de su padre que pudo conseguir un permiso para que así lo hiciera. Pero también vendía verduras, mantequilla y moras en ese mismo tren.
En el tiempo que permanecía en casa la madre al mismo tiempo que le enseñaba le leía cuentos y novelas, poemas y apólogos, sobre mitos y leyendas, así como revisaba con él libros de tecnologías y de ciencias.


Thomas Alva Edison, el inventor

4. Pleno
de entusiasmo

No se ha querido hacer conocido el nombre del profesor que escribió la nota dirigida a su madre. Y no hay razón para que se lo sepa, pues es mal del que adolecen muchos profesores.
Pero Tomás Alva Edison nos alumbra cada día y cada hora con su genio al ser quien puso en uso la lámpara incandescente o bombilla eléctrica que nos ilumina todo espacio y todo lugar.
Quien está presente en muchos artefactos que cogemos y hacemos funcionar. Quien está detrás de muchas actitudes que realizamos, pues llegó a patentar 1,093 inventos, incluyendo el fonógrafo y el cine.
Siendo el último que alcanzó a registrar cuando ya tenía 83 años de edad, y un año antes de su muerte, pleno de entusiasmo y altruismo y energía.
¿Cómo un profesor se equivocó tanto acerca de él?.


Escuchando el fonógrafo que tanto nos ha hecho bailar

5. ¿Qué
hubiera sido?

Ya anciano y lleno de gloria, vuelto un personaje acerca de quien Henry Ford escribió el libro: “Edison, mi héroe”.
Y a quien le dedicó una cena invitando a los mil científicos más renombrados de todo el planeta tierra, él pudo encontrar la carta del profesor que he referido en el baúl de su madre, que ella había escondido para que nunca él lo pudiera encontrar ni leer.
Porque, ¿qué hubiera sido para la autoestima de ese niño si él a esa edad en que se deciden muchos asuntos de la vida lo hubiera alcanzado a leer.
Aquellas palabras ella nunca quiso dar a conocer a su hijo. Carta que más bien convirtió en nota de felicitación, revirtiendo totalmente su sentido y ella consagrándose más a él.
Porque, ¿qué hubiera sido si la madre le blandiera por la cara esa misiva queriendo corregirle de algún defecto, que siempre ante los ojos de los adultos tienen los niños?


Presidente de los EE. UU. Calvin Coolidge

6. Medalla
de oro

Edison, ¿hubiera sido quien fue después de ese golpe mortal que a diario infligen los maestros a los niños?
No quiso su madre herirlo de ese modo, contusión en el alma que a esa edad pasa, de ser heridas a ser golpes mortales, abismos y pozos negros; como cualquier concepto negativo que se vierta hacia los niños se tornan en cuchillos y espadas de muerte.
Así como todo estímulo que se le dé a un niño, los impulsa con frecuencia inmensamente hacia adelante; hasta hacerlos tocar las estrellas, como hizo con él la madre de Edison.
Ejemplo que lo tenemos en él, a quien el presidente Calvin Coolidge le hizo entrega a nombre de los Estados Unidos de Norteamérica de la Medalla de Oro que el Congreso de esa nación hizo grabar especialmente para él.


Nueva York iluminado

7. Palabras
de aliento

Edison es quien más ha contribuido a configurar la vida moderna transformando las costumbres y los hábitos de consumo, en unos que resultan anticuados y en otros que resultan modernos.
Aquel niño apático condenado por su maestro de escuela ha contribuido como nadie a la revolución industrial del mundo contemporáneo y a la mejora del bienestar y de las condiciones de vida de millones de personas.
Todo ello gracias a que su madre no le leyó la carta de su profesor, y que más bien cambió por palabras de aliento, de elogio y hasta de reconocimiento.
Por eso, cuando murió a los 84 años de edad, el 18 de octubre de 1931, como homenaje póstumo fueron apagadas las luces de varias ciudades del planeta, quedando a oscuras como fuera en gran parte el mundo si él no hubiera existido.


Foto 1
Jaime Sánchez Lihón



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